viernes, 3 de agosto de 2007

Se pueden resumir los viajes en diversos tiempos, se pueden establecer diálogos que te llevan de un punto a otro, sin complejo alguno, se trata de resumir. Empecé a viajar cuando abandone ese mundo de comodidades, después de esos nueve meses que debieron ser de lo más maravilloso. Se puede decir que desde esos tiempos he seguido una rutina, una rutina que me ha llevado por todos los rumbos que jamás hubiera imaginado, también durante un tiempo llegue a pensar que ella me había abandonado, aunque la verdad fui yo quien tomo la decisión de abandonar su cuerpo y luego salir por diversos rumbos en una especie de locura que no experimenta limites. He pensado que cada viaje trae consigo un punto de encuentro, casi siempre motivado por mil pasiones, donde lo más agradable de todo son los amigos que se van ganando, que se van cultivando, pero también existen los reversos de esas caras y es que se pierden amigos, se ganan nostalgias y todo se convierte en algo complejo. En pocas palabras, después de esos maravillosos nueve meses de paseo y con dirección fija en útero, la rutina de andar extraviado se hizo presente, pensé que en cada viaje podría encontrar un punto de encuentro y casi siempre descubrí los desencuentros.
Segundo día. Me faltan ciertos ruidos, pero siempre nos sucede que cuando estamos acompañados no ponemos atención de todo lo que ocurre a nuestro alrededor y nos preocupamos por las cosas más triviales y en cierto sentido tontas, hace unos meses decidí guardar silencio, silencio ante una amistad que sentí de alguna forma robada o simplemente con unos cambios profundos hacia sus sentimientos, en esto se juega con una doble moral, por un lado mientras los amigos no dejen de vivir podemos entender que un día los podemos ver de nuevo y al mismo tiempo disculparnos por nuestras actitudes, aclaro que en nombre de la amistad todo se vale. Por supuesto que eso cuando esos personajes están vivos, pero si ellos están muertos poco se puede hacer. Bien hace unos meses decidí callarme respecto a una amistad, algo tonto quizá pero algunas cosas en mi interior así lo exigieron y bueno las cosas se fueron dando hasta perderme en un mundo de sensaciones más que complicadas.
Hoy hago esa especie de comida llamada ropa vieja, así que todo es remiendo de ideas, por un lado estoy cansado de mis comportamientos, pero por otro lado estoy en un estado de animo complejo, eso no quiere decir que me pase llorando todo el día, sigo mi vida normal en realidad, trabajo unas cuantas horas, salgo a caminar, si es posible me encuentro con algún amigo y compartimos buenos instantes, es decir, son las cosas que me gustan hacer, pero deben entender que cuando un amigo se regresa a su mundo diario pues no es nada fácil reponerse de ese vacío que se siente, que se queda cuando alguien se marcha de tus entornos diarios, y luego si ese ser que se marcha tiene que ver con lo que en un tiempo fue el amor de tu vida, pues una gran llama se prende para fomentar tantos otros sentimientos que se han quedado por allí a la espera de no se que milagros, pero eso no es todo, si la persona esta por irse a vivir a otro continente por los próximos tres años, pues te dan ganas de correr, pero ahora no se puede correr así que se debe dejar pasar todo lo que viene y encontrarse con otras formas de sueño en los próximos tiempos.
Muchos días. Después de todo conforme pasan los días cada uno se va aclimatando de nuevo, los espacios se convierten con facilidad en todo lo que antes fueron. A veces me pongo a pensar en toda la gente que he ido conociendo en esta ciudad a lo largo de los años, así que me pongo a pasar lista, por supuesto que descubro que la gran mayoría eran personas ya adultas y que muchos de ellos ya han partido para ese mundo al que llamamos seguro o lo que es lo mismo han tenido una cita con la muerte. La muerte me gusta, no la veo como una necesidad para salir de los problemas tampoco pienso que si ella llega todo lo que se desea, termina por quedarse en un saco roto, lo que pienso es que la muerte ejerce un trabajo un tanto necesario en el desarrollo de una sociedad, pero bueno no es su tarea la de ejercer el control de población, aunque si en ella se imaginan el mundo, aunque de ello me surge la idea inmediata que de ser eternos, pocos tendrían hijos, pues esa es la tarea de tener hijos, es decir perpetuar la especie pero al mismo tiempo asegurar la inmortalidad. Inmortalidad, juego de mortales que piensan que es posible morir para dejar de morir. Hablando de morir, ayer enterraron a un tipo que vivía a unos cuantos pasos de la casa, cuando llegue a la ciudad de México el me llevo a conocer diversos sitios, alguna vez intento competir conmigo por el amor de una novia lejana en la memoria, pero no fue posible tal lucha, él era unos 20 años mayor, pero eso no importa no existe edad para nada, no existen tiempos contados, ni contador de tiempos. Estos tiempos no son lo que yo deseo, pero se debe aprender a vivir con todo ese conteo constante de segundo tras segundo que parece no llevar más que al desgaste de días o años, espero no contar más segundos, espero no tener que esperar tanto para lo que más deseo, eso sin hablar de todo lo que amo, quizá debería pensar en otras cosas, pero estoy cansado para hacerlo.
Quisiera salir corriendo. Debería establecer un decálogo de ideas que me permitieran tener una vida menos completa, pero será suficiente con una serie de ideas en formato de diez, supongo que no. Me encanta la lengua francesa, siento en mi interior un profundo vacío, pero en verdad estoy lleno, que compleja es la vida, quizá debería llorar durante un buen rato para poder quitarme este loco embarazo, ahora que lo pienso, todo el tiempo estoy en labor de parto, que me estará pasando, seré un tipo fácil, espero por salud mental que no sea así. Mi defecto, mi gran defecto, bueno hablar de ello puede ser muy precoz, mejor me espero un poco de tiempo, después de todo nadie me presiona hacerlo. Entre tantas cosas me extraño, debería llorar esta noche e igual entre un mar de llantos me pueda localizar, o pedir que alguien me ayude en esta búsqueda, pero no estoy triste es una especie de tristeza, morriña, locura, ganas de todo y no saber hacer nada, ganas de empezar a vivir, si alguien tiene una receta pues bienvenida, no por eso dejo de lado todo lo que he experimentado, aunque las esquinas están muy lejos, no se que tienen que ver las esquinas.
Muchas veces tengo ganas de salir a buscar a mi padre, al verdadero, al que regalo los primeros elementos para irme construyendo, pero salir a buscarlo significa quizá el viaje más largo que pueda emprender, quizá esa suerte me lleve a tener la más grande felicidad pero no quiero arriesgarme, no le encuentro sentido, pero si lo conozco y me pregunta que tengo y tan solo le pueda responder que estoy lleno de tristezas o de pobreza y él me diga que tiene edificios o grandes cuentas, pienso que me sentiré muy mal, es entonces que pienso que no vale la pena el salir a buscarle, aunque lo más triste pueda ser que alguien me diga que ya no vida, es por eso que prefiero quedarme en una movilidad que no lleva a ningún sitio, pues todos los sitios están en uno mismo, pero el tiempo es algo muy particular y del cual no se puede tener control, diablos que voy hacer.

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