domingo, 28 de octubre de 2007

de los domingos locos....


Mucho aire, mucho frío, mucho grito y al final un marcador adverso, una garganta irritada y puede que hasta un resfriado, no es un domingo común, me divertí un poco, pero creo que debí optar por el viaje al playa, disfrutar del día, no se cuantas cosas más pero ahora se me vienen a la cabeza, pero todo ello es tan solo parte de las cosas que uno cree que pudieron ser mejor, a veces lo mejor es peor y nada tiene un orden debido, es más en nada existe el orden, por me gusta la vida, por eso deseo vivirla hasta que ya no pueda moverme, sin movimiento de poco sirven las cosas, movimiento, mucho movimiento, incluso la esquina del movimiento no esta lejos, porque no ir hasta ella. El mes esta por terminarse, los fríos parecen llegar con mayor frecuencia, hace unos meses esto de la lluvia estaba fatal, pero ahora los fríos, me pregunto si es que tengo que comprarme un buen abrigo, no deseo un abrigo de algún exótico, me basta con uno sintético pero con un buen acabado, eso quiero. Olvide lo que deseaba escribir, o quizá no lo olvide y tampoco pensé en si deseaba escribir acerca de algún tema en particular, en los últimos días me he comportado muy libre, no me he preocupado por seguir alguna idea en cuanto a lo que se escribe, puedo decir que me encuentro en una situación a la baja en eso de letras, claro que se me ocurren tantas cosas, pero después por alguna razón las dejo en el olvido, quizá debería comprarme alguna grabadora de sonidos e ir atrapando todos esas ideas sueltas, seguro me servirían de mucho, pero como no le he hecho, casi todas esas ideas terminan por perderse en algún lugar, un extraño lugar que ni yo conozco, eso sin contar que las que no se pierden van cambiando su sentido conforme las horas se apoderan de mi locura o el cansancio me transforma, un día de estos terminare por dormirme tantas horas que al despertar quizá confunda la realidad con los sueños. No tengo ganas de dormir, pero con este clima de fríos, de seguro me vendría genial, debo decir que antes de dormir un buen chocolate también debe ser muy placentero, pero no haré nada de eso, esta noche viajo rumbo a la playa, solo un día, cosas de trabajo, nada es placer, solo un día y de vuelta a casa, quizá estar en casa es como ir reconociendo ese paraíso particular, aunque la pregunta es si existen los paraísos de forma particular, seguro que si existen de otra forma no me estaría diciendo estas cosas o igual me las digo sin importar las existencias. Definitivamente no estoy cuerdo, solo que no llevo una camisa de fuerza atada a mi cuerpo, quizá lleve una pluma que de cuando en cuando uso, también un viejo cuaderno, tal vez lleve un monedero electrónico, me da risa cuando hablo de monederos electrónicos, deben ser más interesantes que las carteritas que uno se cuelga en el cinturón para guardar allí las monedas, que nadie me haga caso, ni yo se de lo que ahora hablo, solo se que es esta noche soy raramente loco.

Mis compañeros del equipo de béisbol se volvieron locos con la derrota, pero la verdad es que jugamos muy mal al béisbol, poca estrategia, pocas jugadas, pocas inteligencia, y en ese juego sino tienes inteligencia pues estas jodido, totalmente perdido, no basta con darle de palos a la pelota, eso cualquiera, al menos es lo que creo, pero si eres malo para correr las bases, la cosa se pone complicada, así que hemos jugado muy mal y perdido por un margen mínimo, aunque el caso es como se juega. Juegos. Que carazos hago hablando de juegos, de la cosas de un domingo helado, si que he pasado frío, ahora me duelen los huesos, los pelotazos, no la derrota, no estoy acostumbrado a peder, nunca me ha gustado, pero uno debe entender que en un juego sino se posee inteligencia es imposible ganar, me daban ganas de pedir que me dejaran decidir, no soy un gran estratega, y tampoco tengo mucha idea de cómo llevar a un equipo al triunfo, lo único cierto es que podría hacer un mejor papel, podría incluso mantener una situación diferente en el ánimo de mis compañeros de juego, pero como bien dije antes, las expectativas solo son como un hubiera muy prolongado, como un gran respiro…Quizá se pueden perder tantas batallas, pero el juego de hoy, era una situación muy bien entendida. Por otro lado me alegra terminar ya la temporada, quizá se tengan más domingos de juego, pero lo mejor es que no va a existir el compromiso de estar allí, como bien dije antes me hubiera venido mejor un buen chocolate caliente, porque también los venden fríos, o estar un rato en la playa, me hubiera venido bien, no estar gritando como loco y que nadie pudiera oír, saben por qué, he llegado a pensar que la gente de esta ciudad se esta quedando sorda debido a tanto ruido o quizá sea el estrés…

Hoy me ha dolido poco la cabeza, no se si esa suerte se deba al frío, pero con el frío me vienen otros achaques, ahora son los huesos, bueno no todos, solo las rodillas, pero debo considerar que me he exigido mucho en los últimos días, jornadas fuertes de trabajo, tampoco soy cargador, pero si hago mucho esfuerzo con mis rodillas, luego el frío de hoy. Me hubiera gustado, de nuevo el hubiera, cuando voy entender que es algo que no existe, que es algo que esta en nuestro subconsciente para darnos respuestas imposibles o jugar con la posibilidad de ser el héroe de alguna película nunca antes vista…

No es muy tarde, el cambio de horario parece que hoy no afecta en nada, un día nublado suele no tener horas, luego la noche parece que es bajo la misma intensidad de sus tonos oscuros, el tiempo va pasando, lo único que puedo sentir es una breve sensación de algo que no comprendo muy bien, quizá porque esas sensación es como todos los hubieras de esta noche, es una sensación un poco inexistente, una sensación de deseos porque llegue el nuevo día, porque las cosas tengan otro ritmo, sobre todo el ritmo solar, me gusta el calor, prefiero el calor, aunque he notado que cuando no es un día soleado los dolores de cabeza suelen menores o incluso inexistente, en fin, ya casi es día de muertos, habría que pensar en calaveritas…

sábado, 27 de octubre de 2007

Otra de vaqueros...


Para las próximos horas debemos retroceder el reloj una de ellas. Como ciudadanos a nosotros poco nos importa eso de ahorro de energía, pues según podemos entender nos sigue costando lo mismo, pero las cifras hablan y debemos estar contentos que en estos meses pudiéramos ahorrar lo de un año de consumo, supongo que los excedentes fueron vendidos a otros sectores a otros países o se fue transformando en calor, pero algo debió pasar con la energía generada, la no generada pues no tiene caso hablar de ella. Así que mañana amanece más temprano, suerte para los que no tienen que madrugar debido a sus responsabilidades, pero aún así sentirán los fríos amaneceres, que se puede hacer si los ciudadanos tenemos que vivir de acuerdo al orden del sistema, nuestro sistema que también esta globalizado. Retroceder el reloj una hora, otros aunque quieran se han quedado sumidos en el pasado, por ejemplo los procesos políticos del país, las campañas de desacreditación de funcionarios de gobierno, el esclarecimiento de algún crimen, he incluso algún mecánico que se aprovecha que sus clientes no saben nada de autos y le cobran por una reparación como para dejar de ser pobres. Quizá a todo ese tipo de cosas deberíamos de atrasarles el reloj, no solo una horas, sino unos cuantos años, los mismos años que tienen de existir. Me molesta la gente abusiva. El poder crea un sistema abusivo.

Un amigo mío sale al alba a buscar setas, parece que tiene un buen conocimiento de la micología, bueno eso soy yo quien lo supone, otro amigo mío, como pueden ver estoy lleno de amigos, o quizá sea el mismo amigo solo que en sus diferentes facetas de la vida diaria, el caso es que ese otro amigo mío esta por recibir en su patria a otra amiga mía, este mundo es una fiesta de amigos, de amigos de amigos y demás etcéteras.

Tengo las manos congeladas, me lavado con agua muy fría y el ambiente suele estar igual que el agua, digamos que todo esta al tiempo. Los temas del tiempo siguen siendo parte de las cosas recurrentes, de las cosas diarias, se me ocurre que alguien debería hablar acerca de los siete estómagos de la vaca, alguien debería hacerle un poema, quizá ellas con tanto estomago no sufren de la gastritis o el estrés no les daña con facilidad su sistema digestivo, por supuesto que todo es parte de una suposición loca,, hablando de locas, vendría muy bien un poema para las vacas locas, las vacas vaqueras y no se cuantas vacas posibles existentes en las cosas diarias, tampoco tengo fijación por las vacas, es más no tengo fijación alguno, hace unos meses si tenía fijación con algunas cosas, digamos que más que fijación, tenía un capricho profundo, mi capricho era regresarme a España, vivir en España a costa de lo que fuera, es decir si tenía que servirle de comer a unos tipos totalmente desconocidos o si tenía que fregar platos o sino podía hacer nada, todo eso me importaba muy poco, Europa al final de todo este capricho es como un espacio que no se consume dentro de mis sueños, pero debo entender que no puedo andar por allí, con la dignidad en los suelos y dejando que los muchos explotadores que aún existen reaprovechen de la condición de unos cuantos, no puedo permitirme el lujo de ser pisoteado o drásticamente golpeado por un tipo que va en el metro y que dice que su comportamiento se lo debe a los tragos que ha bebido, es decir el racismo no brota de los tragos bebidos es algo que se trae ya en las venas, no deseo que me hagan caras por ser diferente, prefiero pagar la copa que me pueda tomar con el dinero que obtenga en mi tierra, prefiero viajar en clase turista, acampara por allí y no complicarme con nada, prefiero ser feliz. Dejar los caprichos, loas fijaciones y las otras debilidades mentales para los sujetos enfermos, aunque no se de que puedan estar enfermos, lo mío era hambre de trascendencia, lo de otros hambre de conocimientos, lo de todos quizá sea algo aún no definido. Vacas locas, que tonterías digo. Por cierto, hace un rato que me puse a pensar en como dejar de lado algunos sueños, me resulto imposible hallar fórmula posible, así que ahora me pongo a pensar en como combinar estos sueños con las nuevas tareas y las nuevas responsabilidades, no me imagino en un mundo donde todo sea responsabilidad, donde tenga la necesidad de regresar a casa corriendo porque sino lo hago no podré tener ocho horas de sueño y donde sino me levanto temprano, no alcanzare a escuchar el pitido de de entrada a los trabajos de una empresa, obrero, carpintero, albañil, mecánico, abogado, arquitecto, ingeniero, doctor, todo es igual, siempre debemos sujetarnos a uno horario, otra vez las horas, pero sobre todo estamos sujetos a un salario, tener hijos, tener una esposa debería ser lo mejor que pudiera pasarnos, pero parece que se convierte en el símbolo de las presiones, de las responsabilidades, del no dormir, y no se cuantas cosas, se plantea algo incierto, escabroso que tal vez por eso muchos prefieran la libertad de espacios y el compromiso emocional de una forma mental, después de todo deben recordar que solo me gusta suponer, que importa todo lo que diga, pero dormir acompañado es mucho mejor que estar solito en una cama muy grande. Las responsabilidades son otra cosa.

Me espera el trabajo, el sol se niega a salir por completo, allá afuera el camión del gas se estaciona, unos tipos gritan, “el gas, el gas”, lavo mi uniforme para ir a jugar mañana, me duele un poco la cabeza o me duele lo mismo que siempre, al mismo tiempo pienso, intento pensar en realidad, pero son cosas que desconozco, quizá debería ponerme a soñar, dejar que de mi cuerpo las plumas brotaran, me pongo a reír como loco, es octubre, la luna en todos estos días no deja hermosa, se van los tiempos, se nos va la vida y nos seguimos cagando de miedo, a donde podemos llegar con tanto miedo, la verdad es que me importa muy poco si termino condenado al infierno, todo sea por conseguir lo que deseo, pienso que un segundo de felicidad es suficiente para tal condena, pero ya he vivido ese segundo, ahora ambiciono que sea por el resto de nuestra vida, no tengo espacios, no tengo tiempo para cansarme, apenas me alcanza para vivir, si alguien quiere puede montarse a mi alfombra mágica, la última parada será una gran sonrisa antes de dejarme seducir por la señora muerta, ella con los años se convertirá en mi amante, quizá no sean años y sea tan solo unos días, todo de nuevo en función del tiempo, que se joda el tiempo y nada mejor que vivir libres de el, eso es lo que intento hacer a diario, octubre se va, nosotros estamos por llegar…

viernes, 26 de octubre de 2007

Alucinaciones...


Por un segundo creo que las cosas, que los sueños, que la luna, están allí para hacernos creer que existen otros mundos, otras vidas, después me digo, no, no puede ser, todo esto no es otra cosa que la anticipación de los días que deseo vengan con prontitud, pero siempre me queda esa duda. Mis ruidos me van llevando de la mano a los mundos que todos conocemos, no puede estar mal, pues las cosas se hacen por esos caminos que para muchos podrían resultar complicados, voy bajando o subiendo en una espiral no existe el límite, no existen otras situaciones que me hagan pensar que nada es parte de este diario andar, estoy desnudo, exactamente desnudo ante el umbral del conocimiento. Soy un hombre desnudo que se aleja de los poemas, que encuentra en su locura un momento más para seguir con su diario invento. Los versos son ajenos, casi siempre de otros, son parte de la enseñanza, de las cosas por las que uno no debe preocuparse, los versos, llegan como gotas de lluvia, se escapan del pensamiento para ir a estrellarse en los labios de los seres que les van necesitando, pocas veces esos versos tienen la vélelas de la luna de octubre que lleva en el cielo tres días a todo lo que da, pocas veces tienen la gracia o el consuelo de esos cantos que te roban el aire, en estos tiempos los versos están ausentes y van de la mano del hombre solo. No escribo prácticamente nada, no hago otra cosa que inventarme dentro de este mundo lleno de complejos, acudo al llamado del dialogo, acudo cada día en busca de un poco de tolerancia para las cosas que he ido dejando de hacer, primero el verso porque la poesía no lograba crecer dentro de mí, después los relatos se fueron cortando, quizá porque tenía mucha hambre de poder escuchar el sonido exacto de la desesperación o porque no sabía pensar en otra cosa, después me aleje de alguna forma de las letras y voy cazando unas cuantas de ellas como si tuviera una serie de moscas que se amontonan tratando de llevarse el mejor de los bocados, las letras se convirtieron en ausentes, mis ausencias se fueron reinventando, las cosas se alejaron de un cause posible para determinar un rumbo, mis dedos comprendieron la grandeza de estar desnudos, pero saben también de lo bueno de ir charlando, son mis dedos los que intentan aterrizar sus ideas, son dedos pensantes, paseantes, dedos que les gusta la libertad para atrapar lo que se les viene en gana y que pueden marcar todas las noches un número telefónico, dentro de ese mundo tan especial que va desde sus ruidos y las pasiones propias de su naturaleza, son estos dedos que no fueron capaces de construir versos, que en el día a día libran sus batallas para decir que acá están, que están listos para todo.

Hace unos meses habría tomado la decisión más loca, me habría dejado llevar por la soledad e incluso me habría inventado lo que fuera para seguir mis impulsos y de alguna forma mis instintos, estaba dispuesto a lavar trastes a servir en las mesas de los europeos, estaba decidido a condenarme en las miras de una pasión a la que nombre amor, estaba con los pies en un avión para emprender un largo viaje, de esos viajes que son más bien mono-viajes, que se dan en un sentido y que jamás te traen de regreso, estaba dispuesto a todo, a la apuesta más grosera, no se aún si en nombre del amor o en nombre de mi soledad, meses después todo a cambiado, me gusta lo que siento, voy experimentado la vida con toda calma, pero no dejo de ser un tipo precoz, todo lo que hago me gusta, poco me importa cumplir con las ideas generales de una sociedad que se encarga de analizar cada cosa que vamos haciendo, pocas cosas me importan como antes, eso porque he dejado de sentir miedo, porque todo que hago parte de mi convencimiento. A veces pienso que lo único que me hace falta es ponerme a escribir, aunque creo que he caído en una especie de incapacidad, eso no tiene que ver con que existan ideas nubladas, pienso que se debe a que me dejo seducir por muchos pensamientos hasta legar al punto donde uno mismo se pierde con tanta idea alocada, así que entonces parece que la solución esta en detenerse un poco pero detenerse significan menores líneas, menores escenarios, menores viajes y de los males los menores, todo tiene una repercusión en lo que se hace, en lo que se decide, después de todo pocas son la excepciones de nuestros actos que nos hacen estar lejos de lo que fomentamos.

Los sonidos internos son muy importantes, sin ellos soy poca cosa o quizá soy nada, de esos sonidos se desprende el juego diario llamado vida, es como un ritmo único.

Tengo ganas de salir corriendo, de gritar mi nombre, de notar que sigo siendo el hombre desnudo, el hombre solo, pero no en soledad, tengo ganas de recorrer los caminos antes andados, de estar frente a mis amigos de otras tierras y no por ello lejanos, tengo ganas de pensar que no pienso, de construir un solo verso, un poema que contenga tan solo un verso, de escribir el cuento más loco, más corto, pero pretender superar a Monterroso, es como pretender inventar las cosa menos probable, inventar que los patos van a la lectura de historias escritas por otros locos o que los mismos patos están interesados en la presentación de un libro, por nombrar a alguien, digamos el último libro de Cristina Rivera Garza, La muerte me da… los patos están menos locos que uno, ellos van al mercado con su rebozo de bolitas y dicen cua cua…

Hablaba en un principio de las cosas, de las cosas sin sentido, quizá estaba hablando de lo que soy, en otra esquina de mis pensamientos se esta generando un dialogo digamos intenso, se esta gestando la idea de que pronto las cosas tendrán mucho movimiento, mientras todo eso espera para suceder, debo decir que no tengo nada interesante que contar, que relatar, que hacer, quizá deba regresar a la tarea diaria de entretenerme con motores que han perdido su potencia, quizá deba recetarles unas cuantas dosis de viagra, quizá debería quedarme en silencio por las siguientes noches, pero confieso que eso es por decirlo de alguna forma, imposible…

No existe tal lugar...


No hay tal lugar. Es mentira que podemos saber a donde van a morir los elefantes, a donde van los sueños o el destino de las almas. Es mentira que la mentira es mala, que los sueños no tienen sentido, es mentira decir que si mientes te condenas. No existe tal lugar, pero existe un sitio, un solo sitio donde las cosas tienden a ser menos complejas, es un lugar a titulo de cuento y de cuyo nombre no me quiero olvidar, es por eso que en este instante busco una forma de atrapar ese lugar con unas letras que se cansan de existir, unas letras que representan toda mi riqueza, se imaginan una riqueza fundamentada en letras, creo que no se puede comprar mucho con ellas, quizá un suspiro, quizá se arranque una que otra pasión o una noche de locura. Qué son las noches de locura, no lo se, pero este capricho constante, este andar indefinido que no lleva a nada, me vuelve loco y no me gusta ser el bastón de otros, y de uno mismo, terminar con todo esta situación duele, pero dicen que se debe hacer si deseas entrar a ese sitio tan especial, pero no deseo hablar del dolor o de bastones, o pasiones y no se cuantas otras cosas, sino de un sitio, no el sitio de todos los sitios, sino el sitio insignificante para todos, ese pequeño sitio donde la mentira es importante al igual que la verdad, donde puedes llegar disfrazado de todo lo que se te pueda ocurrir, allí no existe el miedo, no existe el fracaso, no existen tantas cosas por las que muchas veces nos ponemos a temblar, no existe el mundo globalizado, pero qué es el mundo globalizado, en realidad es tan malo. Ese sitio donde un día puedes esconder todos tus miedos, si esos miedos de enfrentarte al fracaso o no ver más de frente al ser que amas, aunque amar tiene tantas variantes que muchas veces terminamos por confundirnos, sigo sin entender porque menciono estas cosas, porque en el fondo yo no deseo hablar de esto, ni del lugar a donde van a morir los elefantes, es más ni yo mismo se de que deseo hablar, líneas arriba parecía tener control de todo, incluso te decía que no existe tal lugar, pero que lugar, te hable de mentiras y no recuerdo más, quizá porque muchas cosas están dentro de esa nube de recuerdos que nos empujan a refugiarnos, esos hacemos cuando empezamos a huir, eso hacemos y nos inventamos sentimientos, o recorridos que nos atrapan porque todo es nuevo, porque según nosotros los ojos, esos ojos con lo que vemos a diario han dejado de estar empañados de todo lo que arrastramos, es mentira que existe tal lugar, no hay tal lugar, lo que somos va con nosotros a donde quiera que vamos y ante la primera alerta emocional, están allí de nuevo, uno no puede perderse de sus demonios, de sus falsas soluciones de todo lo que uno es, porque esa es la historia que nos precede. No se borra lo que somos porque las calle este llena de otros ruidos o porque el nuevo barrio parece tan diferente, nuestros sueños son tan recurrentes que por lejos que uno vaya, siempre estaremos en el mismo rincón, quizá debería decir que somos necios. Ya no recuerdo de qué estoy hablando. Te decía que existe un lugar muy pequeñito, donde todo es posible, donde la luna es de queso, te imaginas una luna de queso, yo no la imagino, mejor me la como, pues no tienes que pagar nada, hablar de pagos, de situaciones que a todo mundo nos traga, no es hablar de otra cosa que no sea el consumismo, hablar de consumismo, es hablar de globalización, pero que demonios es la globalización, cuando las fronteras se empiezan a cerrar a la gente que desea estar en otros ciudades, dicen que ese fenómeno se llama migración, tampoco lo se, lo único que se es que nuestra condición nos lleva a buscar un sitio mejor para vivir, para morir nos basta cualquier lugar, pero tener un sitio donde vivir y morir eso es único. La globalización también debe darse con nosotros mismos, no a nivel negocios, sino en aspectos culturales, por lo menos yo creo que lo mismo vamos sufriendo todos, nunca se tiene lo que uno cree que es necesario para poder vivir, siempre estamos llenos de carencias, entre más se tiene más de necesita, tampoco se si es una regla, es más no se que diablos intento describir y quizá en el fondo cada palabra va cargada de sus intenciones. Es cierto que un nuevo barrio nos hace diferentes, eso mientras no nos atrapa el tedio, mientras creemos que todo esta por ser conocido, mientras que el suspiro que nos arranca la novedad sea profundo, lo demás, las cosas inmediatas, como el vestir o comer nos parecen tan fuera de lugar que si siquiera nos percatamos que somos los mismos de siempre, luego un viaje que nos marca, nos tatúa el alma, no es fácil borrarse un tatuaje de esos, pero alguien es capaz de mirar de bajo de los puentes y observar que no solo existen ratas que se pelean por los desechos, que existen seres que mueren de frío, que su soledad es curada de laguna forma con tragos de fuego que solo destruyen su cuerpo, pero de que nos sirve el maldito cuerpo sino lo podemos consentir, si ha dejado de sentir lo hermoso del agua cuando se desliza para mostrarnos limpios, si ese mismo cuerpo no sabe lo que es un orgasmo y cuando tiene orgasmos se pone a contar cuantos lleva porque existe en el una rigurosa cuenta de lo que es ese placer cuando el placer mismo no esta en contar ni en como hacerlo, sino en verdad estar viviendo el momento, todo eso nadie lo quiere ver, mientras el pobre sujeto esta debajo de un puente, tratando se borrar todos los tatuajes que lleva en el alma, de nada le serviría irse a un puente nuevo, a un país nuevo, porque lo que tarda en llegar es mucho comparado con la velocidad con la que regresan los recuerdos, quien puede luchar contra los recuerdos y salir victorioso, creo que tampoco existe tal lugar para dicha batalla, pero igual he estado equivocado todo este tiempo. Quizá estamos tan mecanizados que la globalización o el consumismo son mero pendejismos, quizá uno se pone a dramatizar de que las cosas deberían tener otro rumbo, una nueva ciudad inquieta, un nuevo barrio presagia nueva vida, pero como le decimos a la memoria que no somos nada de lo que esta en nosotros, que nuestros al mudarnos, dejan de pertenecernos, como le decimos a esta dura soledad que un nuevo espacio nos esta esperando que todas las cosas son diferentes, como divorciarnos del miedo. No existe tal lugar, no existen los espacios sin límites, no existen los sueños, o los sitios de los elefantes, si todo eso no existe, entonces que somos nosotros, que hacemos con nuestras vidas, es imposible vivir así, quizá debería recordar que existe un pequeño lugar donde todo es posible, un lugar especial para cada uno, donde pretender entrar en el es como intentar agredir, solo allí es posible todo, porque los humanos no solo estamos hechos de elementos químicos, porque en el fondo somos más que números o pasos por ciudades desconocidas, porque en el fondo no podemos reclamar a otros que no entiendan los que nos esta pasando, que no existen tales lugares, que solo existe nuestro lugar del mundo posible, donde un día nos levantamos con todos los sabores de boca posibles, porque la vida eso, de otra sería una gran función, pero creo que nadie quiere ponerse actuar, que es mejor llegar sin disfraces al sitio que amamos, que es mejor quitarse las mascaras porque si nos mostramos tal como somos, los únicos que se pueden percatar de ello están ciegos o en ciudades muy lejanos, y entonces podemos andar con libertad y con nuestro rostro al aire, la historia de cada uno puede ser compleja, pero ya es pasado. No existe tal lugar, pero podemos inventarlo…

jueves, 25 de octubre de 2007

Las cosas instintivas...


Los trabajos siempre que llevan consigo el intercambio económico los considero falsos, no por falsos menos o más cansados, el caso es que son necesarios, sin ellos no podemos hablar de viajes, de hacer poesía, de la familia o de tantas otras cosas que podemos o no disfrutar; aunque me salta la duda, si la poesía se hace, se construye o simplemente fluye. Los trabajos sin ese intercambio económico, como llamarse, excentricidades, o mucho más simple, pasatiempos. Los recuerdos me gustan más que el trabajo, lo único malo de hablar de los recuerdos es que se nos van las horas hablando de ellos y entonces surgen conflictos en los que tenemos que decidir si hablamos o trabajamos, las horas trabajo, dan para unos cuantos instantes que pueden ir directo al almacén de los recuerdos, las horas recuerdos no dan para comer, quizá nos deberíamos convertir en cuenta recuerdos, que quizá no sea lo mismo que un cuenta cuentos, lo bueno de todo esto es que tenemos un poco de tiempo para irnos contando todo lo que se nos ocurre, todo los que en un momento nos atrapa y forma parte de nuestras sensaciones más intensas, robarle tiempo al trabajo es quizá el mejor invento que podemos lograr, lograrle poesías a la vida eso es único, solo que no todos pueden hacerlo, yo sigo buscando la combinación para lograrlo, no es nada sencillo. Me gustan las ideas largas, sobre todo en los diálogos, es como medir la respiración o la fuerza de quienes lo hacen, me gustan todas las historias que puedan contarse, me gustan porque me llenan de más emociones, porque esas emociones genera una pasión, un sonido que se aleja del ruido, un sonido que me habla sin tener miedo a nada, me gusta.
Yo me he encontrado con otro tipo de ratas. Ratas ecológicas. He ido por la mañana a un centro de verificación vehicular, por supuesto que yo no tengo auto, no me alcanza para esos lujos, con problemas puedo cubrir la cuenta del telefono, suelo rascar al igual, que tú las pelusas que se van quedando en la bolsa, aunque siempre me queda alguna en el ombligo, es casi seguro encontrar en mi ombligo una pelusa. Allí nadie pelea por el auto que pueda verificar, los usuarios del sistema se acercan, no dicen nada, solo se dan la mano y depositan unos billetes en la de los técnicos o dejan en sus autos pequeñas propinas, no importa si contaminan, es más a quien le importa si la ciudad esta contaminada, las ratas suelen interesarse por su comida, pelean por un tramo de ella sin importar quien sea el rival, estas ratas se preocupan por traer autos nuevos, autos que de ninguna manera reflejan la calidad de vida de una sociedad, esta sociedad que dicen es nuestra. Más tarde he tenido que trabajar, lo hago con autos extraños, te he dicho que no tengo uno, por un lado mejor pues los costos de mantenimiento, de seguro me dejarían sin comer, no es la gran cosa reparar motores dañados o afinar autos que empiezan a toser y que cuando lo hacen arrojan grandes cantidades de humo, no es la gran cosa tener las manos llenas de grasa o llenas de aceite, tampoco el que la gente te llame por un nombre que nunca fue o es tuyo, porque te nombran según las circunstancias. Por la noche dejarse atrapar por el embrujo de la luna fue la tarea inquietante, exquisita, pero casi me fui a esconder de inmediato, para mí el frío no es mi mejor aliado, aunque no se necesita de aliados para este andar profundo e inquieto en esta ciudad de ruidos, lo que más abunda es el ruido y sin embargo cuando hablamos de nuestras cosas, de nuestras soledades ponemos énfasis en los silencios, parece que vamos añorando las cosas inexistentes, quizá porque en nuestra soledad no somos capaces de escuchar las voces, o los deseos de la gente que nos rodea, si nos damos un tiempo descubrimos que la gente va haciendo unos sonidos extraños, esos sonidos una vez interpretados dicen tantas cosas, en las calles por ejemplo, el caminante va recitando sus versos, esos versos que no se encuentran en libros de poesía y no se encuentra porque es una poesía personalizada, esa poesía que habla de su vida, de sus alegrías o sus dolores, aunque casi siempre los poemas de esta ciudad hablan de la soledad y de cómo nos fuimos quedando sordos, quizá por eso fingimos conocer los sonidos del silencio. Por otra parte, el ponerle atención a todo, demanda una capacidad sin límites, no poner límites a algunas cosas de seguro nos lleva a otro caos, a otro mundo que quizá sea más complejo que el que podemos vivir a diario.
Me gustan los puentes, he llegado a pensar que es un buen sitio para bien morir, no un sitio donde se puede ir muriendo, sino descubrir allí la muerte final. Las pequeñas muertes son interesantes, en algunos lugares a los orgasmos les llaman una muerte chiquita. Burlar la inocencia debe ser algo complicado, pero se antoja, es más se antojan tantas cosas que están fuera del orden diario, aventarse de un puente y caer parado sin dañarnos nada, pero me preocupan mis rodillas y mis tobillos que están muy dañados, aunque hablar de daños supone que tengo en claro cual es su condición, y entonces estaría mintiendo, no es que no me guste la mentira, pero esa no me agrada, solo se que mis rodillas o mis tobillos me duelen sobre todo cuando hace mucho frío, la verdad es que ya me duele todo y la edad aún no es como para estar en esas dolencias, pero que se le va hacer. Saltar de un puente no es la mejor opción. La edad de la inocencia, cuando empieza, cuando termina, acaso es un camino donde alguien se burla de esa inocencia y al otro segundo abrimos los ojos, llenos de maldad, ajenos, maliciando nuestros actos y pensando ajenos de cómo antes lo hicimos, la edad de la inocencia se pierda acaso cuando nos llega a edad de la ciruela. A veces creo que nadie se burla de la inocencia, lo que sucede es que nosotros tenemos muchas ganas de experimentar, es por eso que nos despojamos de ella, pero no la perdemos, la tenemos allí guardada para cuando sea necesario o para cuando nuestros llantos quieran regresar, lloramos inmersos en la tal inocencia, en la fragilidad de nuestras emociones, somos inocentes, débiles, sinceros, ajenos de nuestras voluntades, somos otros. Me gusta este dialogo. Cruzar un puente, ver el río, no importa cuantas veces lo hemos cruzado, lo que importa es lo que nos asombra al instante, en ese mismo instante que todo se va creando, las pequeñas cosas forman las grandes cosas, no podemos partir de un gran bloque de cosas para hacer muchas que sean pequeñas, no en mi mundo.
Me gustan las espirales, los laberintos son parte del diario andar, me gusta tanto el chocolate, quizá con una crepas me vengan muy bien. Vaikuntha te viene muy bien. He intentado hablar con Vishnu, por supuesto que anda muy ocupado así que le pedido un poco de espacio dentro de tus espacios, puede ser una excelente mensajera, así que no hecho en saco roto lo que voy aprendiendo, y procuro conseguir buen hilo para todo este andar.
Las cosas diarias, el tener que trabajar porque las pelusas no sirven para pagos, el tener que observar las ordenes de pagos que se desencadenan muchas noches sin dormir, el lidiar con algunos amigos que no entienden de estos silencios ruidosos, el ruido de la ciudad, los conductores de autos que se desesperan si un embotellamiento los atrapa, las prisas que no son otra cosa que correr para llegar a casa, pero no llegan a jugar con la familia o el perro sino a encender su televisor, llegan porque allí encontraron el refugio excelente a todos sus miedos o llegan porque el frío de los últimos días cala, cala tan hondo que desnuda los huesos si te quedas en la calle, quizá llegan porque tienen que hacerlo pero en su paso, en ese gran recorrido van inundando la ciudad de sus ruidos, el oído derecho empieza a conocer el silencio. Yo quisiera pagar con letras todo, quisiera formar una especie de fondo económico donde se sufragan gastos menores, todos mis gastos son menores pues no alcanza para más. A veces un lujo consiste en ir al centro de esta ciudad y observar a al gente que se come todos sus antojos, a mí en estos tiempos ni para antojos me alcanza, pero no por eso desconozco la felicidad. Es cierto que el trueque ya no vale, pero algo debe haber que nos ayude, algo que nos deje sin tantas deudas en estos tiempos, o en todos los tiempos, quizá un romántico compre algunos poemas o quizá en alguna plaza pública la lectura de estos poemas nos de una cuantas monedas que después de todo son mejor que un puñado de pelusas. Los papeles antipiratas pueden tener el valor de este mundo pero nunca será tan generosos como la imaginación, la imaginación no tiene precio aunque algunos se valen de ella para malos tratos. Ahora me pregunto que son los malos tratos. Insisto, me gusta este dialogo.
Como pagar por la soledad, o un consuelo por la existencia de ella, no existen billetes que lo puedan lograr, no existe tal unidad entre el pago y las sensaciones, me gusta la idea de que tu y yo somos uno o ambos somos más que más, me gusta., aunque no sea algo que sale de uno, pero cuantas cosas de las que hacemos o decimos salieron de otros, de esas soledades que no encontraron el eco de sus cantos, de sus quejas en nadie, bendita soledad que no puede ser pagada, porque ella al final de todo nos premia, claro que tiene una forma muy rara de compensar, pero lo hace. Los instintos, los razonamientos, las cosas que nos hacen diferentes, las migajas que salen donde uno menos lo espera, el cable del telefono o el no cable del mismo, que carece de vida si el otro, el que esta del otro lado no pone a funcionar su voz, la voz que puede atraparnos para dejarnos lejos de los problemas diarios, de las preguntas que parecen no tener sentido, de todo este entorno que nos hace según nosotros diferentes, pero como entrar a la mente de todos y pensar como ellos, como ser capaz de entender que existen animales que tras sus complejos si es que los tienen, terminan por ser así tan solo instintivos, existen los padres que son como perros, que no preguntan y un día se cogen a sus hijas porque el instinto en ellos fue superior y el razonamiento no existe. No todos tienen esa capacidad de ser instintivos y razonar, no todos comprenden que los problemas no se solucionan de forma orgánica, no todo este andar esta claro, al menos no para todos. Es mejor pertenecer a todos los momentos que nos van formando, a esa pequeñas cosas que nos hacen, al creer que si saltamos de un puente podemos volar, al pensar que la vida con deudas y todo es mucho mejor que andar buscando las migajas de la comida que otros van arrojando, que importa si para ello debemos pagar altos costos, que importa si en ello va el trabajo y nadie paga por los poemas que salen a nuestro rescate, que importa si le robas dos horas al día, para seguir este dialogo, pues este dialogo no tiene precios ni precisa de buscar en los cajones el dinero que no existe, porque este dialogo no se paga con nada y las deudas siguen y el recibo del teléfono esta allí, esperando en números grandes que alguien pague por las voces que tantas veces se han llevado nuestra soledad a dar un paseo, no todo en la vida es andar de cuerpo en cuerpo, la vida tiene un dialogo inmenso, solo que debemos atrevernos a tomarlo, tampoco soy un consejero solo hablo dentro de todo este silencio ruidoso, dentro de todos los escándalos diarios, donde a cada paso te encuentras con todo tipo de ratas, con todo tipo de pasiones y de gente marcando un límite, no se puede racional del todo y muchas veces el instinto es más poderoso que he llegado a creer que no hemos podido soltarnos del pasado, de ese pasado instintivo, porque lo animal nos persigue.

miércoles, 24 de octubre de 2007

días sin cosas por hacer...


Uno puede querer la luna, incluso pretender tomarla descuidada, para seducirla, uno puede querer tantas cosas, pero el hecho es que no basta con querer, debe existir un esfuerzo, un deseo, un compromiso para las cosas que nos interesan.

Se siente que el frío se va alejando, son los primeros avisos de algo que parece que estará en las próximas fechas, en las calles se escuchan comentarios acerca de que puede nevar y esas cosas, lo cierto es que el cielo se ve uniforme, gris y uniforme, no puedes notar las presencia de esas nubes que tejen borreguitos o que se inventan formas, el cielo gris nunca me ha gustado. En mi último viaje fuera del país, estaba sentado cerca de un gran ventanal en Lille, me pregunte cuatro razones por las que deseaba volver a México, la primera es que en los últimos días un aire gélido azotaba a esa ciudad del norte de Francia, la segunda es que el cielo gris no me gusta y me decían que pasarían por lo menos unos seis meses para que pudiera ver de nuevo un cielo azul y hermoso, la tercera es que tenía muchas ganas de compartir con mis amigos y la cuarta es que tenía ganas de huir. De que puede huir un hombre solo y simple como yo. Por supuesto que no estoy en franco escape de las leyes de un país, de mi país claro, tampoco de las leyes de otra país, que puede esconder un amante de las letras debajo de la capa que cubre sus secretos, no es otra cosa que historias, historias que van o vienen en una mente que se ocupa tan solo de ir disfrazando todas las historias posibles. Huir. Cuantas veces tendremos que huir, alejarnos de todo lo que en verdad queremos, no se trata del amor o si el amor lo es todo, no se trata de historias o comportamientos complejos, no es otra cosa que ese placer que despierta el ponerse en movimiento, todos los movimientos como si nuestra condición original y la única condición que tenemos de vida nos hiciera estar en moviendo perpetuo, es movimiento de péndulo, ese andar sin ritmos, sin estar atado a nada y querer estar en todo.

No dejo de escuchar todos los ruidos posibles de este mundo, la gente que se queja y en esa quejas dice mucho de sus temores, de las que le faltan, dicen lo que nunca creyeron decir, se entregan cuando alguien les habla, cuando alguien les escucha, quizá porque todo lo que desean es ser escuchados, quizá porque todo los ruidos existentes en ellos se asemeja al silencio, pero no porque no haga ruido sino porque de oír tantas veces sus dolencias, creen que ya no dicen nada. Ruidos a todos los instantes posibles, incluso estas letras se generan en base a ruidos, ruido de las tres de la mañana que es más fuerte que el de las cinco de la tarde, saben porque esos ruidos se oyen con tanta fuerza, la verdad es que podría ser el silencio cómplice de los alrededores o nada, aunque la nada suena a un espacio inexistente, quizá todo esto no sea otra cosa que preguntarse sin tener eco, preguntar tal vez por preguntar, pero a veces estas preguntas tienen respuestas donde menos se piensa.
Existen días en que no se de quiero hablar, mucho menos se si deseo escribir, solo se que tengo ganas de algo, pero no se muy bien de que y entonces todo mundo nota que soy un poco extraño. Existen días como hoy que decido no trabajar y termino trabajando, todo porque el no hacerlo me llena de aburrición, escribir es otra cosa, pero cuando las condiciones no ayudan o cuando siento otras cosas ajenas a las letras, la tarea se torna complicada, ahora mismo siento la punzada del hambre, las ganas de unos besos, el frío que me inquieta las ganas de todo, las ganas incluso de mí, que soy yo sino tengo ganas. Responsabilidades ante la vida, pero es algo que no suelo tener, las responsabilidades me son ajenas, pero lo complejo no esta allí sino en poder ser disciplinado, me vengo repitiendo este tema durante todos los días de mi vida, no puedo comprender como muchos pueden ser responsables o inventarse tantas cosas, pero la disciplina se me antoja como un bicho raro, ya saben una mezcla entre araña, mosca, cucarachas o algo exótico, pero no conozco bichos exóticos. El caso es que si pudiera ser disciplinado, la cosa sería mucho más fácil, podría escribir con absoluta libertad o podría inventarme tantas cosas, peor igual podría trabajar respetando ciertos horarios, pero lo flexibilidad de lo que uno hace te permite tener más libertades que obligaciones. En el fondo soy un tipo afortunado, solo que muchas no me lo creo, no es posible creer que la suerte tiene que ver con todo lo que uno hace, aunque eso de hacer suena un tanto loco, más bien me gusta la idea de deshacer, responsabilidad, disciplina, acaso no es mejor solo ser y hacer lo que uno quiere.

La luna no esta muy lejos, el cielo amenaza con estar despejado para mañana, mientras todo eso pasa me entretengo con una nueva lectura, leer a Julio Cortazar en ocasiones me llena de placer, aunque para algunos amigos Cortazar no es algo que les agrade. Leer es la situación que más me gusta hacer por las tardes, pero como últimamente tengo que trabajar mucho, pues casi no lo hago o avanzo muy poco, en realidad muchas de las cosas que hago se han transformando, hasta dejarme en un nuevo espacio, por ejemplo antes tenía una rutina para mis cosas. Despertar, escribir, trabajar, leer y después dormir. Ahora las cosas no son del todo diferentes, solo que me día a parido más horas y con ellos más actividades, por las noches lo que hago es hablar por telefono, creo que ya tengo oído de telefonista, supongo que la pasar el tiempo la gente que trabaja bajo esas condiciones termina sorda o con un tremendo dolor de cuello sino se acomoda bien, pero en mi caso esas platicas son muy intensas, porque hablo con el amor y porque ella y yo nos iremos a vivir a la luna….

Hace muchos días que deje de sentirme solo.

martes, 23 de octubre de 2007

Si no están locos, entonces...


Muchas veces se borra de la memoria todo lo que pensamos decir, otras veces uno quisiera tener la capacidad de almacenarlo todo, pero es imposible cuando se tiene una mente ocupada al mismo tiempo de tantos pensamientos, al menos es lo que me dicen los que experimentan dichas situaciones. Lo importante es que estas líneas van disfrazando los efectos de un monologo que desea extraviarse, pero extraviarse para convertirse en el principio del dialogo de diálogos, como si en ello estuvieran todas las respuestas, no importa que su disfraz sea un texto que se va dejando observar sin celo alguno.
Responder a los cambios, a la evolución mismo, al día a día de nuestras cosas, quizá no exista otra tarea más compleja, quizá nada de esto existe. Cerca de metáforas incoherentes, bellas, metáforas no atadas a los procesos de medición o a esa belleza impuesta donde el único nombre que pueden recibir es el de poesía, donde algunos poetas dicen que su poesía es única, que su locura es inigualable, que su capacidad no esta afectada por las cosas que un grupo de raros suelen hacer, porque piensan que la poesía les pertenece, cuando el único ser que hace o termina de hacer la poesía es el que la lee y le entiende muy ajeno a los deseos de su poeta preferido. Me gustan las obras de Octavio Paz, me gusta la sentencia que recibió tras largas jornadas de trabajo, en ocasiones pienso que tengo tantas ganas de recorrer los mismos paso, pero cuando me dejo atrapar por esas voces que lo llevaron a un mundo especial a vislumbrar el amor en las calles de la India, entonces me siento más intrigado, más desconfiado, pero con esa sed que no calma nadie por saber, por conocer, por dejarme llevar, es muy cierto que el Arco y la lira es en si una gran metáfora que contrapone el sentido poético con el arte mismo de la guerra, que invita a descubrir sin tanto juego los placeres de la poesía que se crea sin atadura, sin la constante amenaza de que por una metáfora mal pensada, las cosas podrían salir de ese control inventado por algún tipo perfeccionista, eso es lo que entiendo. Luego hablar de la sexualidad y sensualidad en lo que somos, nombrar ese erotismo un tanto descomplicado, jugar a leer, leer sin jugar, dejarse llevar por lo que cada uno puede sentir, me remite sin paradas intermedias, a sus obras, La llama doble, Sobre el amor y la India, pero igual me puede llevar por toda su obra sin complejo alguno, quizá porque puedo leer sin preocuparme de ciertas reglas, quizá porque lo que me gusta es ese placer que solo encuentro en la lectura. En el fondo tomos somos descomplicados.
En ocasiones me pregunto por esos acentos volteados, esos que suelen aparecer cuando una máquina nos resulta desconocida, también me pregunto por tanto simbolismo, llego a creer que no es otra cosa que nuestra individualidad que desea mostrase o quizá se trate de personas que vienen de otros suelos, pero de esta misma tierra, aunque el dualismo de nuestro comportamiento es mucho más poderoso que todas las posibilidades que uno pueda encontrar, por supuesto que detalles mínimos son los que nos atrapan la mayor parte de las veces, las grandes detalles pasan sin ser vistos. Mundo de locos parece ser un estándar, parece que todo mundo lo es, los raros, los extraños, los que creen estar en un mundo aparte descubren que es algo tan común, que luego la tarea consiste en buscar a los que no lo son, pero surge la pregunta para que buscarlos, quizá para comprobar cosas que no llevan a nada. Ese mundo de locos una vez que entra en controversia, se transforma, el loco que tenía tres ojos se ha quedado ciego, el tuerto, el ser que solo ha tenido un solo ojos, parece que corrió con la suerte de conseguirse otro o se pinto uno más para que la gente crea que es normal, que lo normal lo somos todos en ese mundo de seres extraños. Entramos en pánico cuando alguien nos dice que si no somos como la sociedad demanda estamos fuera de ella, que no podemos esperar nada, como si toda la vida fuera una larga espera, como si todo estuviera diseñado para esas esperas lastimosas donde nada llega por casualidad, porque todo lo que se quiere se tiene que buscar, pero donde buscar, si debajo de las piedras se esconden animales ponzoñosos, si en ele ambiente donde parece que el viento juega libremente, también se tejen telarañas que atrapan todo lo que podes ser o hacer. Es cierto que dentro de la gran ciudad nos confundimos, pero por aquello de que todos somos locos o que todos somos raros, sino porque lam gran mayoría esta cegada, esta interesada en lo que pueda pasar esta noche en los cientos de concursos que se inventan los medios de entretenimiento, están concientes que no pueden ofrecer otra cosa, la gente suele llamarle a su apatía locura, a lo locura no le ponen nombre a los raros simplemente no los ven sino salen en un programa de televisión en horario estelar o creen que esas cosas sola se pueden ver en los circos, quizá todo esto sea una gran carpa, pero dentro de la carpa también están los espectadores. Por simple muchas veces terminamos por confundirnos. Por sencillo entendemos que los sujetos no tienen voluntada de nada, no observamos en cauce donde nos movemos, incluso no observamos lo que somos, cada uno lleva la presencia de sus demonios en lo que hace, pero al verse en el espejo observan deidades, quizá porque en ese espacio dicen que todo es más fácil, sencillo, incapacitado, sin ataduras, simplemente un mortal que cumple con las más vana de sus tareas, nacer, reproducir, morir, eso hasta el cansancio es lo que más somos, pocos son los locos verdaderos que se contraponen a ello, pocos son los raros que descubren que no son raros, lo que en realidad son tiene que ver con la libertad, pocos sueñan, pocos juegan, casi nadie se atreve, nos fuimos acostumbrando a esta vida, dicen que no existe otra, pero lo mismo se dicen tantas cosas más.
La diversidad, un mundo masificado debe ser tremendamente aburrido, estamos ante un mundo que empieza a darnos sueño, que nos aburra la mayor parte de las veces, un mundo donde todos van preocupados por las ganancias, por el pago de la tarjeta o el deposito para la letra del auto un mundo donde sino tienes nada eres un poco menos que eso. Allí ene se mundo existen los medio todo, los medio nada, los números, muchos somos un número, no un nombre, te distinguen por un número de cuenta, ya sea en el banco o en la escuela e incluso en los pasaportes, no importa el rostro o si tienes un solo ojo o un color de ojos, mucho menos el nombre o sus significados, es decir nos vamos también globalizando al grado que algunas madres deciden que sus hijos deben llamarse de formas innombrables, tenían marcas por nombres y nombres sin sentido. Locos, cosas raras, eso es algo que unos cuantos pueden ser o hacer, las masas piensan que ya están hechas las cosas, pero dentro de todo ello, se deje entrever un brillo de esperanzas unas ganas porque las cosas no sean como se ven, pero como ganarle a la inercia, pues es la inercia las muchas veces nos arroja a ese precipicio, de nuevo las preguntas sin respuestas. Quizá los animales no sufren las consecuencias de tanto desorden organizado, eso dicen que es el caos, en realidad no se tantas cosas, pero si apelamos a nuestro espíritu instintivo, quizá nos de por correr o refugiarnos en donde nadie nos pueda juzgar, si el miedo verdadero esta en esa incapacidad de evitar los juicios, de ser tachados, de ser marcados por que la sociedad castiga y los castigos suelen quitarnos el sueño. No el sueño físico, sino el sueño que podemos tener con los ojos abiertos. Quizá exista un Dios, en verdad que no lo se, pero si su tarea consiste en juzgarnos, entonces no existe mucha diferencia en lo que hacemos, que sentido tiene su existencia, no lo pongo en duda, solo que dudo de muchas cosas, entre ellas de la existencia misma de seres raros, complejos, locos, anormales, porque quizá ya todos los somos desde el principio de todos los tiempos, quizá viene con el instinto solo que cada uno es un espejo y ve lo que desea ver del otro y de si mismo, la imagen reflejada no es consistente, entonces no quiero creerlo así, pero empiezo a intuir que nos gusta engañarnos. No esta nada mal para ser seres razonables.
Yo soy de los que comen chocolate, muchas veces pienso que debo buscar una forma de acompañarlos, soy de los que no tienen miedo a las comidas de lato riesgo(no se porque les llamo así, quizá porque dicen que acarrean enfermedades).
He conseguido los guantes para tu amiga. El lustrador de alas las puso en mis manos Vishnú, me ha dicho que de paso te recuerde que el mejor nombre que puedes tener es el de Garudá, que no olvides que tu hermoso plumaje de lo debes a todos los pájaros. Que la humildad nos hace diferentes. Que no dejes de lado este dialogo en forma de texto, que sabes inspirar…

lunes, 22 de octubre de 2007

Los locos...


Parece que estamos inmersos en los monólogos, muchas veces los míos los nombro como los de la locura, como si eso fuera algo muy bien definido, el caso es que todavía no logro entender lo que es un loco, pero como así me dicen, pues me lo creo, no pongo en duda los conocimientos de mis amigos. Entonces leo tantas cosas, pero mi incapacidad reciente no me permite entender del todo esos conceptos, a veces creo que los conceptos no son otra cosa que sentimientos, pero lo cierto es que no puede ser así, al menos no en la idea de que un concepto es sentimiento, porque entonces vendría un mundo de contradicciones. Pero acaso el mundo no es eso. La ausencia que ataranta, la ausencia que mata, eso es otra cosa, pero quien en realidad es el ausente, el que esta en este extremo o el que esta en el otro extremo, mundo de orillas, mundo de rincones, de complejidades que se van inventando, sí, así es como lo veo como el invento diario que nos permite arrancarnos las cosas simples, las cosas diarias, de otra forma no estamos conformes, no estamos a gusto, porque el confrontarnos nos devuelve a un estado inicial, donde ser locos no es otra cosa que un estado inexistentes, donde ser irracionales es la mejor parte, animales, así es como muchas veces nos clasificamos, pero por supuesto que ese termino muchas veces nos resulta agresivos. Quizá nos es agresivo porque ante esa condición nos podemos ser románticos y siguen las definiciones, los conceptos que algunos no entendemos y que otros manejan con cierta habilidad. Las orillas de las orillas deben ser aún más complejas, pero con la suerte que estando allí uno se puede echar una especie de clavado para lanzarse al vértice de todo lo que le emociona o dejarse llevar por los sumideros, por los hoyos negros del entendimiento, aunque insisto para entender no soy muy bueno, eso se debe entre otras cosas porque me gusta lo sencillo, aunque como bien entiendo eso es muy abstracto, de nuevo me complico la vida.
A veces creo que nos sentimos extraños ante lo que no estamos acostumbrados, un lenguaje suele desbaratar una idea de todo lo que somos, pero al mismo tiempo puede ser un excelente reto, luego las tareas, quien no hace las tareas entonces se empieza sumergir en ese mundo, donde somos todos extraños, la realidad es que muchas veces no somos capaces de lanzar una mirada al interior, luego ni como exteriorizar lo que esta dentro, después de todo es lo mismo, no es otra cosa que empezar a dar vueltas, pero cuando das muchas vueltas terminas por marearte, por dejarte llevar por esas orilla tantas veces mencionadas y como todo solo existen dos posibilidades, dos opciones para reducir las cosas de nuestro mundo, algunos lo ven como al simple y agresivo, un si o un no para todo lo que se hace, otros como tú o como yo, vamos notando esa espacie de abismos donde se puede caer lentamente, después de todo esas caídas son huérfanas del tiempo, no corren prisa, entonces porque dejarse caer en franca libertad sin tomar en cuenta los cientos de factores que nos ha llevado hasta ese punto, hasta ese sentir, pero también existe la otra opción como en todo y es que resulta posible que las cosas locas, que locura misma te ayude a emerger, a salir a flote e incluso a volar, es acaso este un reflejo de mis síntomas más frecuentes, tendrán en realidad razón mis amigos al llamarme loco, lo único que se es que en medio de ello uno nunca sabe como es posible actuar o si acaso es posible. Responder acerca de lo que pasa con las personas debe ser la tarea más compleja, a veces pienso que podría establecer un modelo matemático que me permitiera saber con precisión lo que va a pasar con cada uno, pero son tantas las variables que incluso factores externos al comportamiento terminan por echar abajo todos estos sueños, que si la temperatura, que si la lluvia o el viento, el tráfico, los millones de habitantes de una ciudad, o si eres de una región o no, si comes picante, si te gusta la leche deslactosada o si prefieres el jazz al rock, tantas cosas que estarían fuera de los alcances de un modelo, luego cuando logras determinada ecuación, poder identificarla significa resolverla, resolverla es un cuento de nunca acabar, así que mejor no intento resolver los enigmas de las personas, intentar dar con una solución para los míos, depende que tan loco me sienta en cada día que va pasando, pero sin duda existen instantes en los que creo que nada de eso tiene sentido, pero no me dejo de preguntar, por lo menos veo con cierta alegría que no soy lo que se define exactamente como un ser humano, por lo menos agrego otros factores, aunque eso no es para espantarse, mi definición es simple y en ello va el juego de lo abstracto, una palabra de cuatro letras. Loco. Después de todo el dialogo se va dando, ausentando con ello la presencia del monologo, aunque uno no debe confiarse es tan habitual su presencia que pronto se reinstala…
Me gustan los poemas no tan elaborados, de esos poemas que algunos suelen llamarle simples, rutinarias, cargados de las emociones que propicia el andante con sus pasos, o el ruido mismo de la bocina de un claxon en pleno tráfico, en una ciudad que nunca duerme. En esta ciudad todo es posible, no tan solo la esperanza. Puedes andar por allí y te encuentras con todo tipo de locos, pero no existe nada mejor cuando te encuentras cara a cara con un tipo que tiene un tercer ojo o un único ojo, allí en la frente, se que suena a un mundo de locos, pero ese es el caso en todo esto. Puedes ver gente que tiene tantos brazos como le hacen falta, los que tienen tentáculos son menos prodigiosos porque aunque lo desean no pueden escribir el mismo tiempo tantos poemas, aunque algunos esconden muy bien sus cien cabezas, esos son capaces de todo, no conocen el limite ni el cansancio, son otra cosa, como sacados de otro mundo, pero quizá somos nosotros, el resto los que hemos invadido sus espacios, solo que nuestra memoria colectiva suele decirnos otras cosas. Quien no se enamore de locura no puede enamorarse de nadie.
En mi tierra dicen que los que tienen seis dedos en cada mano es porque provienen de padres que son hermanos, aunque quizá los padres no lo saben, pero cuando ven que sus hijos salen se enteran porque no solo tienen seis dedos en cada mano y cada uno de esos dedos sobrantes pueden ser cortados sino porque esos hijos tienen cola de cochino, esa colita que nace en el coxis y que es muy difícil de eliminar, esos hijos están condenados a vivir su tragedia por siempre. Estos seres aparentan tantas cosas, pero lo único que hacen es irse escondiendo en el loco mundo que les toca vivir, en esa neurosis colecita que adoptan como particular, seguridad, firmeza, soledad, todo se conjuga hasta formar un ser que estalla en llantos ante la primera provocación, dicen también que de esos seres debe uno de cuidarse porque vienen señalados, aunque yo me pregunto si esa señal, no quiere decir que es en ellos que podemos confiar, de nuevo estoy con todas mis dudas, es algo muy normal. Quizá las situaciones que llamamos raras no son otra cosa que el camino que nos orienta a descubrir, yo sin duda me enamoraría perdidamente de un ser que al llegar la noche se transformara, pero no en un ser lobo o vampiro, si en ese ser que dejara salir de todo su cuerpo una serie de manos creadoras, ese ser que fuera capaz de escribir poemas, los poemas más simples, las cosas más locas, las vida más extraña y extraordinaria por lo mismo, yo me enamoraría de un ser que fuera capaz de observar su mundo, de no querer atraparlo y que en el día a día me contagiara de tantas cosas, pero sobre todo me fuera llenando de su poesía, de un ser dispuesto al dialogo, otro día saldría a buscarle de nuevo, no importa que el mundo dijera que esta lleno de defectos que es necesario perder las rarezas para poder estar en medio de un mundo normal, si lo normal es perder la identidad, prefiero no ocultar la presencia del ojo que se aloja en mi frente, porque con el puedo ver todas las cosas que nadie desea ver, después de todo esto, seguro los amigos confirmaran que estoy loco, el caso es que me gusta. Por cierto donde puedo comprar anteojo para un ojo en la frente, si alguno la sabe, no dude en llamarme….

La lluvia....


Otro día más con lluvia, el viento que no te permite salir sin abrigo de casa, la culpa la tienen no se cuantos temporales, no se cuantas cosas, eso quiero entender. Decidir, poder decidir, tomar el rumbo que mejor es para nuestra vida, fuera miedos o fuera temores, decidir a cualquier hora del día, estar seguro de lo que se quiere, de lo que se hace, fuera tantas cosas, tomar rumbos, bendita vida que me regalas esa opción, y ya he decidido, me siento pleno, la culpa la tiene, en este caso no hay culpas, solo el tomar una decisión. Soy libre.

Las cosas de mayo se han quedado allí, en mayo, las de agosto fueron complejas pero no han sobrevivido a la nueva temporada, aunque decir que las cosas van por temporadas, es como imponerles un tiempo, en este caso los tiempos solo sirven para ir contando los días que van pasando, los minutos que van al cementerio de minutos, aunque no puedo encontrarme con ese cementerio, pero las cosas de cada uno se miden sin tiempos, entonces surge la duda acerca de las temporadas. Creo que es un día complicado, no porque las respuestas de muchas cosas estén lejanas a mi entendimiento o porque la lluvia no deje de caer, seguro que la lluvia tiene la culpa de todo esto. Quizá el viento.

Los ruidos no cesan, en ocasiones pienso que el silencio debería tocar mi puerta, pero si el silencio llega, este mundo seria imposible de soportar, de vivir, de amar. Luego pensar en la existencia de un tiempo en absoluto silencio debe ser complicado, imposible. No entiendo porque estoy pensando en la idea del tiempo, no se porque se instala en mi mente esa idea, esos espacios que me gustaría que estuvieran en todos mis entornos. Ruidos, siguen los ruidos, quisiera un segundo de tranquilidad, un espacio con muchos rincones donde hurgar. Parece que acá todo ello es imposible, es un día difícil, todo mi irrita, no puedo soportar ver como el agua de lluvia corre por las calles, me vuelve loco, tengo ganas de hablar, de decir, de transformar tantas cosas, me enojan mis silencios prolongados, me duelen las cosas ajenas, no entiendo como alguien es capaz de olvidarse de todo, luego es como si nada estuviera ocurriendo, los cambios, las cosas, las cosas siempre las cosas de este mundo donde todos nos volvemos como un mundo de cosas, saber cuanto o cuando podemos comprar esas cosas porque esa es la regla de esta vida, de la vida donde nada de lo que se hace tiene valor alguno, un mundo donde no soy capaz de detenerme, de escuchar esas voces internas, pienso en el consumismo, siempre el consumismo, el mundo globalizado, pero en realidad que es todo eso, después las mismas palabras, no puedo recordar otras palabras, no tengo ninguna genialidad y me aferro, pero a qué me aferro si de nuevo no soy de nada. No soy capaz de crear mis personajes, no deseo creer en ellos, no soy de los que inventan personajes que puedan salir de noche a platicar con Gregorio Samsa, luego quién es él, las cosas, las ideas que pueden salir de una mente como la de Kafka, yo no tengo esa capacidad, pero la quiero y no existe una escuela y no son cosas que salen de la imaginación. La imaginación es poca cosa, las letras requieren, demandan mucho trabajo, quizá si fueran imaginación poco se podría hacer. Es un día donde muchas cosas se salen de mi control. He pensado en los viajes, pero no en los viajes que se convierten en parte de esos recorridos turísticos y no estoy imposibilitado para abandonar estas fronteras, no como lo ha dicho uno de mis amigos, parece que su voz estuviera cargada de cierta lastima o quizá de ciertas burlas, no son las cosas como él cree, aunque algunas de esas cosas yo se las he hecho creer. Mis demonios; quien desea hablar de demonios, en estos tiempos cada uno quiere hablar de lo que le guste, de lo que sueña, de lo que pretende, quizá no se pretende gran cosa con nuestros actos, pero siempre esta presente la vanidad, de nuevo que es eso, que son tantas cosas, que es lo que manejamos sin saber de que se trata, como imaginar, como crear, como ser disciplinado en las tareas diarias, como pretender que las cosas diarias sean intensas si lo único que hacemos es estar viviendo en una queja constante. Eso de que la vida esta en otra parte, también me genera ciertos conflictos, pero hoy es un día de conflictos, de pretender hablar de las cosas que desconozco, y lo que conozco es poca cosa. Quizá sea el mundo de la próxima vez. No puedo dejar de pensar en las cosas que deje de hacer, mis instantes me han pasado una factura muy costosa, pero eso a quien diablos le importa, e incluso a mi no me importan, solo son las cosas que se fueron quedando por mi falta de valor, por mis miedos, por mi temor a decidir, ahora es diferente, al fin he afrontado, he tomado la decisión, he descubierto que el camino a la felicidad tiene muchas rutas, yo estoy en una de ellas. Lo que se va quedando, no es otra cosa que los cimientos de lo que se construye, no es malo, es necesario.

Es un día complejo, algunas cosas parecen que se escapan del control, pero yo mismo desconozco esas cosas del control, desconozco el mundo de tantas cosas, parece que me encierro en una situación personal, entonces, solo entonces los miedos, los míos, se apoderan de lo que pretendo ser, insisto, la lluvia y el viento frío tienen la culpa, no puede ser otra cosa, imposible que sea algo diferente. Algunas cosas se ha empezado a escapar de los días en los que vamos construyendo esta patente soledad, otras cosas marchan para dejarnos lejos de lo que parece inevitable, después de todo, las mayor parte de las cosas son tan solo las posibles situaciones o en otras palabras nadie se cansa de suponer, yo no lo hago, pero ese sentimiento es lo más complejo que he podido escoger en esta diaria lucha, de quien contra quien, la verdad es que aún no lo se, y eso me espanta aún más, debe ser la lluvia, seguro la lluvia tiene la culpa de todas estas cosas, huele a lluvia, pero también la lluvia trae consigo los olores del recuerdo, los sabores de las cosas que se han quedado como olvidadas en un pasado, quizá el pasado no existe, quizá todo esto no es otra cosa que el invento diario de esta soledad, pero ahora ya no existe esa soledad, solo existe la lluvia, la humedad del ambiente, la luna escondida, el viento, todo eso en conjunto debe tener la culpa, yo tengo la culpa, yo soy otra historia, pero ahora no vivo del pasado, vivo en lo que quiero, la soledad, bueno parece que después de todo ella va por el camino de olvidarme, que así sea….

viernes, 19 de octubre de 2007

Matando el tiempo...


La luna se puede observar en este cielo. No se de menguantes o de crecientes, si esta a un cuarto, plena o llena, si es nueva ajena o vieja, solo se que la puedo ver y es hermosa, quizá sea creciente, ardiente intensa, y me cuente sus cosas o yo le cuente mis andanzas, la luna es así, capaz de ayudarnos a seguir aquí, siempre inquietos, volteando al cielo. También pienso que es de queso, pero si fuera así estaría llena de ratones, aunque los ratones quizá no estén interesados por viajar a la luna. Me dan ganas de hablar de las incapacidades o de los amigos que no suelen ser leales, pero es algo que no esta en mi diario invento de vida, y no se puede hablar de lo desconocido, pero de la luna si se puede hablar aunque es en realidad una autentica no conocida, pero la observo siempre que puedo, quizá porque su marco por lo general resulta ser un cielo hermoso, que cielo el de esta ciudad aunque mucho se dice de ello, sino estas bajo este cielo es imposible hablar de ello. De cuantas cosas estaremos imposibilitados, de cuantas cosas creeremos que somos capaces de conseguir, poco importa, lo importante es que allí esta la luna en todo este cielo….

A veces los días suelen ser más complejos. Cuando deseo hablar de todas la imágenes que transcurren en mi mente, lo único que puede hacer es no hablar precisamente de ello, es más cómodo no tener una especie de fijación, incluso cuando las ideas se van dando me digo que sería muy bueno cierta idea pero en lo que me pongo ante esta posibilidad de atrapar ideas, toda ha cambiado, como si ese pequeño espacio fuera ideal para despojarte de las ideas, esas ideas que me parecieron geniales, pero que se despojaron de mi memoria en cuanto tuvieron la oportunidad, yo mismo no poseo memoria, muchas cosas se me olvidan, se van de mí con mucha facilidad, como si su existencia no fuera necesaria, luego cuando necesito de todas esas voces, de todas esas sensaciones, entiendo que me vendría muy bien ir anotando cosillas, aunque lo hago no siempre atrapo lo que deseo y de lo que deseo pocas cosas son atrapables, así que esa tarea tiene poco sentido, he llegado a pensar en la existencia de una pequeña grabadora para atrapar todo lo que surge en mi cabeza, pero aún así no creo ser capaz de ir atrapando tantas ideas, quizá terminaría por cansarme o inventarme una forma de estar hablando acerca de todo lo que pienso o siento. Si pienso soy un problema para esta sociedad, pero si hablo la cosa esta jodida, luego si sientes existes, y los tipos existenciales son malos para las cosas de este mundo moderno.

Hoy me ha dolido la cabeza como nunca antes, por primera vez, en todo estos años, que llevo con mis dolores, nunca había sentido una especie de punzada, mucho menos un dolor muy agudo, creo que es tiempo de empezar a preocuparse. Es complicado vivir con los dolores propios de un mal innecesario, desconocido y supongo que hasta de laguna forma ignorado por todos los movimientos que suelo hacer. Hace unos días pensé que se trataba de agotamiento, pero el dolor es dolor y sea cual sea la causa de su existencia, uno debería procurar atacarlo, porque de otra forma he llegado a suponer que podría convertirse en crónico, ahora que me lo pregunto, que diablos hago contando estas cosas. Me emociona la idea de la poesía, pienso en tantas poesías que se reproducen debajo de la piel, luego en la piel deben ser otros versos, pero todos somos capaces de ir generando estos poemas, estos ruidos internos, esta patente necesidad de comunicarnos, de decirle al mundo aquí estoy, no he dejado de existir, quizá cualquiera pueda hacer todo eso, pero seguro que nadie lo intentara por mí, así que manos a la obra.

Quizá todo lo que tengo sea cansancio. Silencio, sonidos que se ahogan en las calmadas tardes de esta soledad que me abandono para dar paso a que he llamado la espera del destierro de la soledad. Casualidad, destino, o simplemente esa es la vida que nos toca llevar, y todo porque aquí fue donde nos toco nacer. Vida complicad, susurros, cansancio, la voz de algunos amigos que se olvidaron de la lealtad, los problemas que no dejan de avecinarse, y mis preguntas acerca de lo que puedo desear. Nada como triunfar, pero a veces el derrotado posee más calidad que el que gana. Los problemas son algo serio. Me duele la cabeza mientras ella va manejando de regreso a casa, me duelen tantas cosas, peor el amor me tiene a flote, no deja que se pierda la línea de seguridad, el amor que es remedio de ricos o pobres, el amor que no conoce edad, la edad de la perdición o la edad de la ciruela, o la edad de quien sea, me estoy perdiendo en el dolor, entre el sueño y las apáticas sonrisas de lo que dejamos de ser, para entender que de habernos esforzados tendríamos algo más que un simple recuerdo.(ni yo puedo entender lo que trato de explicar) que me gane el silencio, temprano deseo hacer mucho ruido, deseo salir a caminar un poco a no dejar de soñar a pensar que todas las cosas son posibles, no quiero pensar en los caprichos de otros, no quiero pretender que este mundo tenga otros valores, y que sus principios sea estrictamente ajenos a nuestras voluntades, me pierdo de nuevo, el dolor me cierra los ojos, ya no los puedo mantener atentos, no tengo ganas de muchas cosas, no quiero seguir en esta lucha diario que no te lleva a nada, se debe calmar la idea de tantos gritos, de alguna forma lo importante es la confianza, sino se tiene se puede pensar que las cosas locas pasan por todas las ciudades. Si alguien me pregunta que escribí, la noticias es que no se mucho de letras y tampoco tengo muchas ganas de aprender, quizá porque pienso que en un rato lo podemos arreglar entre los dos…

El por qué escribo....


Si alguien me pregunta acerca del por qué escribo, quizá me deje mudo durante un largo tiempo, puede ser el tiempo tan largo como la vida, o quizá este exagerando y no sea tan largo o ese tiempo no pueda ser medido, pero si tuviera la necesidad de dar una respuesta, es decir de esas cosas que son de pronta fabricación, pues diría que no existe una razón de todo esto, quizá escribo porque no me gusta el trabajo, quizá algunos de mis amigos hagan cara de sorprendidos, pero no me gusta el trabajo, al menos no ese trabajo donde se tienen que hacer muchos esfuerzos para apenas ganar para comer, pero en verdad esa tampoco es la respuesta. Escribo porque me dan ganas de hacerlo. A quién le escribo podría ser la siguiente pregunta, pero aún no respondo la primera así que no se ni como afrontar esta realidad ante la inmediatez, ante la precocidad de mis actos, de mis acciones. Hace un tiempo me invente que le escribía a mi soledad, luego a esa dichosa soledad le puse nombre, le puse cuerpo e incluso le puse sexo como una sexualidad encendida, desde luego le escribía porque estaba solo, de haber estado con ella, pues dudo mucho que me pusiera a escribir, pero según yo le escribía a ella, la única razón que tenía para escribir era que según mis cálculos era la única forma de conocerme, digo reconocerme entre cientos de imágenes o en medio de una multitud de seres que deambulan por las calles de esta ciudad, debo aclarar que todo eso que me fui proponiendo no fue otra cosa que otra engaño, no una farsa sino otro engaño. La realidad de escribir no solo va de la mano del gusto ni tampoco tenía un destinatario favorito, ni uno no favorito, la idea venía tomada de otras circunstancias, pero el ir dejando al descubierto todas esas pasiones me parecieron una traición al menos para mis momentos de absoluta soledad, esa soledad que me hacia abrazar el vacío, esa soledad que me convertía en cómplice de no se cuantas pasiones, soledad con pasiones, alguien puede imaginar lo intenso de esta vida, yo no puedo, es simple el porque no puedo, es porque la vivía, no tenía tal necesidad de imaginar.
Escribo sin tener razón alguna para hacerlo, así todo es más fácil porque no tengo que sujetarme a no se cuantas cosas sin perder de vista el hilo o la frase creadora o el objetivo de algunas letras, es decir las letras que voy creando suelen nadar en una felicidad especial que da el ser libres, aunque hablar de libertad suele complicarlo todo, pues uno empieza a confundirse, a pensar en espacio limitados por nuestros juegos, por nuestros dominios, o por la incapacidad de hacer lo que se nos viene en gana, por lo menos estas letras pueden contar lo que se les venga en gana o de plano no contar nada como ahora, el caso es que se van juntando, es como un ejercito de hormigas que en su loco afán de seguir vivas se desarrollan en un mundo nada complicado y se ponen a contar, en este caso el ejercito de letras cuenta, el ejercito de hormigas de seguro lucha por obtener algún exceso de comida que almacenara para las épocas complejas. Escribo porque de pequeño a nadie le gustaban mis historias, que si era yo un mentiroso, que si deseaban oír otras cosas o que nada les gustaba, de chico jugaba con una varita mágica, una verdadera vara mágica que por un segundo se convertía en un poderoso fúsil capaz de cazar rufianes, capaz de lanzar gritos atroces mientras decenas de animalitos iban dejando la vida para alimentar a un pueblo hambriento, solo que durante todo ese tiempo pensé que la gente tenía hambre de alimentos, no pude ver que su hambre era más complicada y que solo con una varita mágica los podía alimentar, esa era el hambre de existencia y saben porque no lo pude notar, porque en aquellos tiempos los olores del entorno me parecían tan normales y tan humanos, pero allí casi todos olían a muertos y el no tener un olfato bueno me hizo no notar la diferencia, pero te estaba hablando mi varita, esa si que sabía hacerme reír, en ocasiones se convertía en mi caballo, era muy rápida, no tenía límite alguno, mi caballo claro era mucho más hermoso que el del llanero solitario, mientras las chicas de mi edad no pensaban en que hacer por sus vidas, por sus sueños, quizá porque no los tenían y si les hablaba de mis cosas, consideraban que yo era un tonto soñador, ellas se conformaron con esperar, pero como el que no espera nada, se conformaron con seguir con las mismas mañas de sus madres, total parir hijos mientras alguien más te mantiene nunca fue visto mal por aquella sociedad y quizá por otras tantas sociedades, nadie jugaba a que podía ser médico, pero si jugaban a las escondidas para regalarse los primeros manoseos, jugaban a la casita para quitarse las ropas porque en sus casas sus padres por la noche se quitaban las ropas para dar rienda suelta a lo único que tenían como verdadero, su animalidad, sus ganas de saciar esos instintos después de todo yo no dejaba de ser un loco, un mentiroso, un soñador, mi varita era capaz de reproducirse, de tener otras varitas que hicieran esa magia, peor nadie deseaba andar a caballo, si acaso deseaban ganar a las canicas y mi varita caballo se convirtió en varita avión, en varita helicóptero, en varita de amor. He olvidado muchos nombres, muchos rostros, a veces recuerdo de que por algún segundo estuve enamorado de cierta miradas, de ciertos instantes, de mujeres que no deseaban pensar, de mujeres que odiaban mi forma de ser, que no les gustaban mis cuentos, que no querían nada con tipo más bien paliducho, más bien debilucho, que su única gracia consistía en querer siempre mentir, mentir porque una ballena era capaz de nadar en un río o porque de noche se soltaban los demonios y lo único bueno que s eme ocurría era espantar a esos pequeños niños que fueron condenados por sus padres a tener un vida en espera de reproducción, en espera de muerta y mientras ellos fueron agonizando, mi varita se convirtió en viajes por diversas ciudades del mundo, se convirtió en un avión de verdad, en un policía de migración que no se cansaba de confundirme, con su loca idea que yo deseaba introducir droga a su país o que tenía la sospecha de que era un árabe disfrazado como si ser árabe fuera un delito, el policía que se moría de paranoia porque tal vez a mí se me ocurriría convertirme en uno más de esos ciudadanos del mundo que van por allí buscando trabajo, cuando lo único que no quiero hacer es trabajar, claro llamo trabajo a esas jornadas de más de ocho horas que nacen con el sol y mueren a la llegada de la luna, y todo para que, para tener en la bolsa una necesidad mucho mayor de lo que se gana. Mi varita fue de todo, solo que cuando salí de mi ciudad ya no estuvo conmigo en su forma original y desde entonces va dentro de mí, me ayuda a seguir con estas ganas de escribir, aunque la pregunta siempre sea la misma para qué, por quien, qué se gana con todo esto, quizá nunca pueda contestar.

Hermoso el coincidir...


Eso de cuidarnos de las cosas que hacemos, de pensar que estar en otro país lo es todo, de negarse a las llamadas telefónicas, de ocultarse en la caparazón de una tortuga que no es nuestra y decir todo lo que no nos gusta, luego mencionar que no se espera y se espera sin desesperar. Pero nada es como descubrir un atardecer en medio de la carretera y que te digan que no te puedes estacionar porque se puede ocasionar un accidente, acaso es nuestra culpa que el atardecer nos llegue cuando vamos tomados al volante. La idea de saber que nos esperan tantos viajes, que en otros sitios se despojan los sueños de su irrealidad para convertirse en todo lo que de alguna forma hemos ido imaginando. Amo los atardeceres y tengo ganas de llevarme a mis amigos en mis locos viajes. Quiero verlos a todos, reunidos un día sin necesidad de saber si es lunes o martes o mayo o diciembre, y no dejar de soñar. Eso de evitar estar vivo porque vivir duele, eso de decir que no quiero amar porque el amar mata, eso de dejar de soñar porque la realidad demanda, eso de saber que tienes una segunda oportunidad y que el único costo que tienes que pagar no nada más que con el tiempo. Eso de que la soledad es la única que es fiel, que nunca se va y que en soledad nos sentimos muy bien y que de noche se le abraza más y más fuerte, pero que dentro de uno existe el deseo de no estar solos y si estamos con alguien nos decimos que solo nos gusta soñar con los ojos abiertos y tomamos el telefono para llamar a todo mundo porque dentro de nosotros algo se va gestando, algo nos va gastando pero lo único que hacemos es sostener una relación que hace muchos meses dejo de ser funcional porque hace muchas noches estamos soñando con otros espacios, que importa si lo que nos importa es cuanto tiempo se tardara el viento en derribar un muro fronterizo o si las autoridades deciden no construirlo porque afectan o alteran su ecología, que importa. Cuantas horas para derribar todas las barreras que nos alejan de los sentimientos humanos, cuantas cosas dejaremos sin resolver. No puedo olvidarme de mí, de todo lo que he hecho y tampoco quiero hacerlo, no dejare de soñar, pero siempre con los ojos abiertos.

Esto, aquello, lo otro, tantas cosas que solo se explican cuando ya no podemos más con lo que hacemos, el llanto fácil o pretender descender a donde es imposible, eso es lo que somos, ruidos, siempre ruidos, aunque muchas veces hablamos del mundo y sus rutinas, eso quizá nos pasa cuando no tenemos ganas de hablar de nada. El mundo esta en otra parte, pero en que parte, luego, los vacíos, esas formas de explicar sin decir nada.

Cambio de cielo, cambio de piel, cambio de no se cuantas cosas, de no saber quien soy, de pretender que soy y luego quedarme con esas ganas de descubrirme, de atraparme, de no dejarme contagiar por otras locuras porque la mía me parece única y especial, luego los miedos, las dependencias, y descender para poder ascender y el cielo tan lejos y el abismo tan oscuro que tengo más opciones que dejarme allí en ese mismo espacio, en esa misma tierra que en otros tiempos me parecen agresivas y la ciudad y sus calles y su cielo, y las estrellas que están en el mismo cielo pero que muchas veces parece que nos quedan más lejos y el tiempo que sigue, pero que diablos es el tiempo sino le damos importancia…
Ahora a moverse, a buscar la desnudez del alma donde nadie pueda imaginar, mudanzas, sentimientos de extranjerías o trámites de visados que parecen estar negados desde un principio por esta incapacidad llamada pobreza, donde somos los que más y los demás unos cuantos que tienen para poderse pagar una noche o dos o todas las noches en esos espacios que llaman el extranjero. Cambios, piel, cielo, mundo, la mentalidad prevalece, la humanidad pierde, pero nos gusta conservar, bueno no se que diablos sea lo que se conserva, pero eso se dice que hacemos, luego ascender a un cielo lejano, descender a un abismo oscuro, los miedos, los tragos amargos, cambia, siempre cambiar, siempre pensar que existen otras oportunidades, mejores oportunidades, aunque las realidades sociales digan que nos estamos jodiendo…

Del deseo. De las palabras que tienen ese sentido mágico, donde uno se puede disculpar diciendo estaba jugando, el doble sentido, el contrasentido, los mundos que se confrontan y solo somos un espacio que espera, que nos espera, mientras aquello no sabemos que es, mientras, aquel, sea lo que sea se pone frente a nosotros y nos reclama nuestra frivolidad, nuestra incapacidad de ver que ahora son ellos los que sufren, sufren aquellos, sufre aquel, que importa lo que yo o tú lleguemos a sentir, no estamos capacitados para eso.

Se pueden decir otras tantas cosas, se puede pretender hablar de lo que se desconoce, de los atardeceres en lugares que quizá ni siquiera se puedan conocer ni en sueños, se puede hablar de la isla de Neruda o los campos de Zaragoza, se puede hablar de los buenos amigos, de cómo las olas se rompen por muy pequeñas que estas sean, se puede pretender que los muros de la vergüenza tardaran más en construirse que en caer, se puede decir lo que no tiene un sonido definido, incluso, un día, el menos pensado se puede cambiar de piel, de rostro, de nombre, pero lo que no se puede cambiar es lo que somos, porque gracias a eso podemos decir que existimos, que somos, aunque no deje de pasar un día en que uno se diga, quien diablos soy…

El cielo se ve cada vez más intenso, las ganas que tengo por estar en la casa del lago viendo como se pierde la tarde es aún mayor, las cosas no son las que parecen, las que se plasman ante nuestros ojos, los miedos llegan, tiemblo, luego me digo que ya es hora de abrir los ojos, de soñar despierto, de dejar de contar a las cuantas horas se cae un muro, dejar de pensar que el mundo es un caos, pues esa es su naturaleza, me digo que ya es hora de salir al frente, a dar la pelea, ir armado de papeles, tinta, sueños y la promesa de tener un mundo mejor, con amor todo es posible, en eso creo…

jueves, 18 de octubre de 2007

Los sonidos de esta noche...


De estrellas, de esporas de poesías breves, de mentiras, del amor en los tiempos que parecen no tener amo, de calenturas, de cuerpos calientes, de la lluvia que cae, de alguien que hace la tarea, de mis dolores de espalda, de otras dolencias, de mis momentos de extravío, de mis noches de música dolida, de todas las mentiras que me pueda inventar y de la poesía que habla de la realidad, de esta noche, que no es como todas las coches sino que me sienta mucho mejor, de ella que esta del otro lado de esta pantalla y que espera, mientras yo trato de escribir, pero no se mucho de que pueda escribir, si las estrellas que son calentadas por esporas están en la poesía breve de un compadre vasco y las olas del mar también hacen de la suya, es mentira que deseo escribir acerca de las esporas que calientan las estrellas de mar, yo tan solo quiero hablar de ella, con ella, todo el tiempo. Todo lo demás puede ser una mentira más…
Afuera llueve, huele a humedad, a despedidas, quizá me este despidiendo de esta ciudad o me este desprendiendo de algunos sueños, esos sueños que no son otra cosa que el intento por permanecer en otros tantos lugares que no fueron creados para uno, porque existen cosas que son llamadas leyes y que se cumplen de manera irremediable, por ejemplo la suma de los ángulos internos de un triángulo suman un dos ángulos rectos, esas cosas que no se pueden discutir, así otras ciudades solo fueron creados para dejarnos llevar por una breve estancia porque requiere ser vividas por su gente, esa gente que tiene una pasión secreta por su tierra, porque pienso que un ser cuando ama su ciudad la defiende incluso poniendo su sangre de por medio, así hoy pienso que es necesario decidir, empezar a despojarme de esos sentimientos de estar en otro lugar que no sean los míos, que es tiempo de empezarme a mirarme, seguir por los caminos que con todo este andar me ido trazando, las otras ciudades ajenas de este país, no me llevan de regreso al sitio que amo, no me acercan a la entrada de un mundo que puedo ir trazando con estas mis manos. Empecé a renunciar a la idea de ser habitante de otros tierras, que no soy extranjero, eso no quiere decir que dejo los sueños, que me desprendo de la vida, es de alguna forma entender que mi juego de vida esta en otros espacios, en estos espacios, me dan ganas de reír, mientras la lluvia lo sigue mojando todo y no me despido de la vida sino que encuentro en esta oportunidad la verdadera razón de vivir, de seguir aquí, feliz de todos los recorridos porque pude ir descubriendo amigos, porque un día llegare de nuevo a ellos para vernos en los ojos de cada uno, para darnos un abrazo y decirnos en un murmullo lo mucho que nos gusta esta amistad, para decirnos en silencio todo lo que durante estos años hemos sentido, para confesarnos todos los secretos. Afuera sigue la lluvia, la tarea esta por llegar a su final, el dialogo no tarda en ser retomado, la poesía breve no deja de debatirse en cual será la mejor palabra, ola, espera, metáforas, imágenes, despedidas. En toda la ciudad la noche a caído, en todos los rincones de esta patente vida, los ruidos son intenso, quizá sea porque estoy seguro de mi capacidad de amar. podría hablar de otros lados, de los sueños, de las cosas que me causan mucha emoción, sin embargo solo deseo hablar de ella, ella que espera del otro lado de este monitor, pero que esta viva, que me hace vibrar, que me habla de las taquicardias y yo me digo que tal vez mi vida sea como un motor que no esta correctamente puesto a punto, que me da por inventarme un mundo, ese mundo donde podemos estar y ella allí del otro lado en espera y yo sigo con este vicio de letras, de entornos, de esta vicio por las ganas de vivir, pero sin dejar de soñar, y no renuncio a nada de lo que soy, y sueño y me ganan tantas cosas, pero en el fondo sin tener que escarbar tanto se lo que quiero, la quiero a ella, hablar con ella, ella saludable, recién nacida en el amor, ella que cubre sus sueños sin mucho cuidado y en su vientre los sueños se conjuran una felicidad sin limite y en sus sueños un río que va fluyendo para dejar habitar su útero con este amor que nos va transformando, vivimos y yo solo quiero hablar de ella, soñamos y yo no quiero dormir porque quiero estar con ella, me duelen los ojos por no dormir tanto, me duelen tantas partes, me empiezo a preguntar que hago detrás de esta pantalla si puedo estar a su lado, esperamos, ambos esperamos, pero quizá solo esperamos por un tiempo que carece de tiempos, por una temporalidad que nos confirme lo que con certeza ya sentimos, que nos diga que es lo que queremos cuando ambos estamos ciertos de ello. Solo deseo hablar de ella, no se hacer otra cosa, quizá con eso solo aburro a mis amigos…

De estrellas, de sueño que no llegan porque si duermes antes de las horas acostumbradas, suele entonces el cuerpo traicionarnos y se anda mal durante todo el día y se desconoce cuando es el día o cuando es la noche, de estrellas que son atraídas por esporas espumosas, de las olas que no se calman y la lluvia que sigue y la tarea que no logra ver el fin y nosotros, ambos, ella de aquel lado, yo de este lado que vamos pensando en la posibilidad de oírnos cuando la noche sea un poco más adulta, ella en mis brazos, yo en sus labios, ella en mis sueños y las estrellas de mar que no saben si las esporas desean seducirlas o si las olas del mar terminaran por hacerles crecer el deseo, y su útero de ella en el sueño donde fue ocupado, ella y sus sensaciones, taquicardia, descontrol temblores, tambaleo, noche de lluvias, tiempos de humedades, lejanía de la soledad, encuentro con otro mundo, encuentro con lo que vamos dejando de ser, la vida ya no esta en otra parte, la vida esta acá, ya soy más un extranjero, pero tampoco dejo de ser soñador, el mismo de siempre, solo que ahora no hago otra cosa que no sea hablar de ella, ella lo es todo, y yo soy parte de ese todo….

miércoles, 17 de octubre de 2007

La noche ayuda a bien morir...


La noche cansa. Si acaso la noche es cómplice. Algunas veces a todos nos dan ganas de morir, pero luego cuando las cosas son diferentes, cuando nos atrapan las sonrisas, la vida es otra, nos angustia el morir, nos preocupa que nuestros amigos no se enteren de que hasta un determinado día hemos llegado. Nos espanta entonces la muerte. Los que ya están muertos pero siguen caminando por las calles solo les resta suicidarse, porque el muerto jamás resucita, eso dicen. Cuando estas enamorado la vida es otra, no existe la muerte, la noche no cansa, los ojos no se quejan, los dolores de cabeza son incipientes, no existe necesidad de nada, el suicidio es para otros, la venas no se cortan para derramar la sangre que se nos va pudriendo en el olvido, las venas dejan verter en el tintero su esencia, su color, para escribir, para describir los más bellos versos, todos son cómplices, que importa que se nos encuentre culpable, que importa si el amor lo cura todo, si el tiempo deja de existir, esa es la tierra del no tiempo, de los espacios que muchas veces se nos escapan de nuestras manos, el no tiempo es especial, en él, eres siempre eterno, inmortal.

Recuerdo tantas cosas. La primera es que prometí tomar unas fotos para una amiga muy especial, fotos del sur de la ciudad, el Hospital Ángeles, el ITAM, pero en especifico unos edificios de ladrillos, donde a la entrada de esos edificios se observa una pileta, la escuela Simón Bolívar, en fin esos rumbos para ayudar de alguna forma a que de la memoria no se borren nunca esos recuerdos. Las menciono no en orden de importancia, sino como me vienen a la mente, también voy a viajar en los primero días del año a Monterrey, de allí me iré a Matamoros (seguro de todos mis pendientes es lo único que terminare por hacer), después, bueno el después viene acompañado de una serie de eventos que me quitan más tiempo que el existente, así que mejor no me pongo con la idea de hacer una lista, ni siquiera recuerdo porque me dio por mencionar estas cosas.

He leído en estos días acerca de la existencia de un caníbal en plena ciudad de México, vamos que se que esas cosas no son nada agradables, pero suceden, me pregunto cuantos casos existen en esta ciudad de muchos millones de habitantes, no porque sea una practica adecuada, sino por todos los males que pueden aquejar la mente inquieta de un ser. El probable caníbal, digo probable porque él argumenta no haberse comido a su novia-victima, parece que se dedicaba al periodismo, era poeta, menciona incluso un número determinado de poemas, escritor-novelista y dramaturgo, era tantas cosas y luego no le bastaron esos espacios para escaparse de eso que parece irremediable, pero mi lucha interna no permite aceptar el destino como la única causa de nuestra existencia, quizá el tipo debió escribir los breviarios de podredumbre, pero buenos, esos ya existen y se le atribuyen a E. Cioran. Tampoco se porque hablo de estas cosas, el caso es que un amigo en medio de una platica me hablaba del supuesto caníbal, me decía que sino me había enterado del caso, que este tipo se “dedicaba” a lo mismo que yo, por supuesto que me sorprendió, es decir, por un instante pensé que el hombre era mecánico de autos, ingeniero auto jubilado, no se cuantas cosas más, incluso vago, pero no paso por mi cabeza el que fuera un ser “complicado”; entonces el amigo me aclaro que este sujeto le gustaba escribir, en eso digamos que teníamos los mismos gustos, pero no creo que los escritores se dediquen al canibalismo, es decir la comparación me sonó un tanto agresiva, pero yo tan solo soy aprendiz así que tampoco me preocupa tal comparación, el caso es que movido por ese deseo de saber de quien se trataba, me puse a investigar, por mi cabeza se cruzaron tantos nombres de escritores que muchas veces puedo ver en los estantes de libros en las librerías que suelo visitar, ninguno de ellos coincidía con los de este posible caníbal, saben por qué, creo que se diga lo se diga no deja de ser un perfecto desconocido, ahora y unos cuantos saben de su existencia, gracias a su atrocidades, quizá con ello logre estar donde él hubiera deseado, la fama. Quizá dentro de unos meses nos exhiban una película de sus obras o no se cuantas tonterías que se nos pueda ocurrir. Aclaro que no entiendo algunas cosas, tampoco es importante. Lo de la comparación, considero que es parte de una forma de ir ligando historias, de ir armando ideas de lo que puede ser una persona, alguien puede decir que estoy igual de loco que no se quien, que importa, cada uno sabe sus realidades y las medianas realidades de otros. Incluso nuestros padres o hermanos nunca dejan de ser un enigma, es parte del comportamiento humano, es la diversidad, lo que nos hace interesantes, peligrosos o simples.

Regreso a la noche, a los cómplices de la noche a todos estos ruidos, al encuentro constante con nuestros miedos, aunque me pregunto por qué la noche envuelve un tono mágico, quizá sea por su oscuridad o porque da pauta a múltiples historias, quizá esto de la noche no sea más que un pretexto para dejarnos llevar sin temor a ser vistos, muchas veces el ser vistos representa el más grande de los miedos, la noche hermana del miedo, la muerte hermana de los complejos, la vida hermana de otras cosas, de la noche o el día, de la muerte o de la casualidad. Regreso a la noche porque en ello me voy entregando, porque en ello descubro esto que me da los latidos constantes de una vida con complejos, de una vida que tiene que irse descubriendo a diario, de estas letras que tejen redes, que encuentran cómplices, de noche es cuando mi voz adquiere un tono que me gusta, de día el sonido de mi voz es complejo, me desconozco, me entrego en un letargo que no que entiendo, pero me entrego. De nuevo la noche que me permite el sueño, que me permi8te discutir mis realidades, aunque lo hago en silencio, el silencio y la noche pueden ser hermanos, como pueden ser hermanos la noche y la muerte, la muerte y la ausencia, pero no deseo hablar de otra cosa que no sea la noche, de la espesa noche que no es absoluta porque en algún sitio se escapa un hilo de luz, luego el silencio, pero que tiene que ver el silencio con la noche, quizá que ninguno es absoluto, la muerte en el silencio, el silencio en la noche, de noche llega la muerte, al menos de noche es cuando la descubrimos, será acaso porque es cuando n0os dedicamos a recoger los pasos dados durante el día, o porque es cuando buscamos a los seres que amamos para decirles nuestras aventuras en compañía de la luz del sol. Muerte, noche silencio, que importa todo eso cuando no se esta vivo…

Después de todo no estoy del todo loco, pero seguiré siendo un tonto.