miércoles, 29 de agosto de 2007

Dudas...


¿Cuánta droga se venderá a diario en la ciudad de México?, me pregunto al tiempo que mi amiga me invita a consumir marihuana, lo cual no me parece sensato, pero según ella eso me puede ayudar para hacer más leves mis dolores de cabeza, todo esto porque leyó en alguna revista las virtudes de dichas drogas. Me pregunte eso, en medio de un bar, donde nadie dejaba de fumar, donde las mesas son del tipo antisocial, la garganta me duele de tanto humo del cigarro, supongo que no por pensar la gente dejara de consumir todo tipo de drogas en esta ciudad, luego, qué importa cuñado se vende o cuanto se consume a diario. Estoy en una mesa con tan pequeña que un par de sillas es algo imposible. Debería fingir que estoy interesado por el lugar o quizá beber de forma desesperada, no puedo fingir que leo, el sitio es el menos indicado, mis vecinos son unas chicas que se mueren por darle movimiento a su cuerpo, parece que andan a al busca de orgasmos tempranos, de esos orgasmos sin compromisos o con situaciones que suelen doler, es algo así como buscar sexo, sexo fácil, rápido, sin compromisos, al menos es lo que sugiere el movimiento de sus cuerpos, aunque hoy en día todos los bailes sugieren lo mismo. Al verlas pienso sin más remedio en algunas amigas, me digo en silencio lo mal que me he portado en otras ocasiones, pero hoy poco importa todo eso. Extraño algunas cosas, pero todas son de las llamadas materiales.
Llegue a pensar lo importante de llevar algunos cigarros en la bolsa, claro que no fumo, pero las chicas se acercan, piden un cigarrillo, parece que es el "gancho" para entablar platica, pero una vez que les niegas el cigarro, parece que se van decepcionadas. No se que hacer con los pies, es decir bailar no es lo mío, luego con las manos es imposible intentar algo, así que lo único que puedo hacer es hablar, pero en este sitio es imposible, el ruido que intenta transformarse en música, nos deja mudos. Si alguien me pregunta algo, no se que decir, soy malo para sonreír a la gente, aunque me gusta hablar, he dicho que resulta imposible en estas mesas pocos sociales. En los segundos sin ruidos, puedo hablar de abordar aviones, de llegar hasta la India o sino resulta posible, expreso que mi deseo es estar ante el muro de los lamentos para marzo del próximo año. Entonces de alguna forma me voy preparando para el vuelo, me gusta ir sentado cerca de la ventanilla, me gusta observar cuando llegas a una ciudad. Aún así, no dejo de pensar en la cantidad de droga que se vende a diario en la ciudad. Los temas recurrentes en los medios de comunicación es en todo momento el hablar de drogas, me espanta.
Andar en la ciudad me parece emocionante, aunque muchos se quejan de la cantidad de gente, d elo inseguro que puede resultar, otras más se quejan de cosas sin sentido, de pasiones que llevan al desquiciamiento, en fin la ciudad es un foro extraordinario que nos permite un mundo aparte, es curioso como la gran cantidad de gente que anda en las calles se dirige a sus casas, casi siempre cargados de cosas que de seguro no va a utilizar, pero allí los ves, con un mar de basuras en sus espaldas, es curioso, es inquietante ver todo ese movimiento, luego me surgen otras preguntas, el imaginar como es que se pueden degradar los sueños, como es que tantas pasiones se van haciendo chiquitas. La miseria, el desmadre, el ruido, el tráfico, los asaltos, los secuestros rápidos de la ciudad de México contra las noticias acerca de la existencia de otras ciudades con mejor organización, te hacen pensar que existen otros mundos, pero el mundo esta habitado por humanos a menos de que no este enterado de la existencia de otros habitantes, es decir el mundo es un desmadre, el mundo esta inmerso en su miseria, no todo es tan simétrico.
En el bar, las chicas no dejan de bailar, luego otras más te ofrecen cada vez que pasan, otro trago, creo que mi forma pasiva ante el trago no les produce ganancias. Al fin me animo, compro una cajetilla de cigarros, con ello me gano algunas horas de platica, más bien tengo que estar gritando, por alguna razón llegamos al mundo de los viajes, pero no soy yo quien toca el tema, sino una de las chicas que al parecer es la más prendida del grupo, la que tiene eses bailes sugerentes, me cuenta de su recorrido por Praga, yo tan solo la escucho, no dejo que mi lengua empiece a recorrer los caminos que con mis pies fui dejando atrás, pero que aún se dejan llevar por mis recuerdos a otros sitios. Luego cuando empiezo hablar de mis amigos, de las ciudades conocidas o las reconocidas, me robo toda su atención, pero ella con ese movimiento casi intencional de su cuerpo me pone nervioso. En eso de ir a un bar, de ligar a una chica, de despertar en una cama extraña, no tengo habilidad, así que de pronto, me siento atrapado, una mirada cada vez más inquieta me invita a soñar, decirme que no debo poner resistencia, que una cosa es el amor y otra el sexo, que otra cosa es el sexo con amor, pero pienso que no es posible tener sexo sino existe amor, y que no puede amor sin sexo, a esas horas ya estoy confundido, pero eso poco importa, ahora la garganta me duele de estar casi gritando, el humo del cigarro me pone cada vez más ronco, aún faltan muchas horas para dejar el lugar, empiezo a temer que no me voy a poder escaparme de unos brazos desconocidos, pero en el fondo no es lo que quiero, cada que la veo bailar, cada que veo ese movimiento de caderas y pensar que tan solo es por un breve instante, con la misma brevedad que suele ser la levedad de nuestros cuerpos, de nuestros actos, que importa, ya casi amanece. Al mismo tiempo, empiezo a jugar con la idea de que voy a recorrer tantos caminos como tenga opción, afuera de bar hace mucho frío, ha llovido toda la noche.
Cuantas chicas habrá en los bares de la ciudad de México, cuanto sexo se tendrá en cada noche, sexo sin pensar en el amor, luego cuanto amor en el sexo diario, cuantas gentes salen de copas para lograr un segundo mágico, un orgasmo del cuerpo, un salir de la rutina, un romper con el estrés, cuantas dudas me pueden llegar de un instante a otro, pienso que mientras la vida siga, siempre existirán todas estas locuras, por si fuera poco mi condición de loco se acentúa, nada por hacer. A cada instante me surgen dudas. Al despertar mi duda era por saber quien era ella.

No hay comentarios: