lunes, 17 de diciembre de 2007

El azul celeste...


Alguna vez entre mi sueños, me pareció escuchar que no te gustaba el color azul, pero no, seguro que no eras tú, tampoco era el murmullo de los recuerdos que se extravían cuando otros seres desaparecen de nuestras vidas, ya sabes como son esas cosas de los seres que les da por desaparecer sin decir, de pronto un día despiertas y ya no están como si el aire con sus porcentajes en cuanto a sus componentes se añadiera uno más, digo esto del aire porque parece que su presencia sigue allí, es más sientes que le respiras, que en verdad esta a tu lado, pero ni siquiera existe un rastro que se pueda seguir, aunque seguir no es mejor la sugerencia, al menos eso dicen los expertos. Azul celeste, en verdad es un color que nos gusta ambos, no porque en ello se vea reflejado la piel del cielo, o porque muchos de nuestros sueños de la infancia tengan que ver con ese color, yo recuerdo que de niño me subía a la azotea de la casa a escribir, no deseaba que nadie se enterara de mis circunstancias un tanto cursis al estar confesando con letras mis aventuras diarias, pero sobre todo mis penas, el estar de acuerdo con una especie de diario, no era otra cosa que cuadernos viejos, destinados a funciones diferentes, quizá cuadernos que deberían servir para la asignatura de dibujo, pero que me venían muy bien para jugar un poco, para atreverme a pedir lo que con palabras audibles me resultaba imposible, era quizá en esas letras clandestinas, en esos ritmos de la duermevela que confesaba todas mis cosas y el único testigo el azul del cielo, me gusta, adoro el azul el cielo, como también adoro el brillo de las estrellas y la presencia de la luna. Escondía el cuaderno debajo de la cama, corría peligro que fuera descubierto por mis hermanas que poco interés tenían en mis prontos despertares, a mi madre no le tenía miedo, ella continua sin saber leer, pero nunca me percate que un día podrían lavar el suelo, esa es la desventaja de los pisos de los pobres que no tienen alfombra o tapetes, pues de cuando en cuando se lavan y bueno allí termino la historia de mis primeras notas, sabes, le escribía al amor, a la soledad, a las ganas de ser abrazado, a las ganas de que alguien me reconociera, a reconocerme en la mirada misma de lo que venía deseando, de alguna forma me fui conformando con la ausencia que logro establecerse durante muchos años y con pocas ganas de irse. Cuantas cosas quedaron preñadas con esas letras que garabateaban de una esquina a otra, con ese desorden que te caracteriza, cuantas cosas que parecían no tener sentido alguno, luego, las mudanzas, con ello, las historias se fueron tornando más complejas y los miedos nunca te abandonaron, de alguna forma te fuiste condenando a tus silencios, a tus extravíos, de alguna forma nunca dejaste de escribir en hojas sueltas o en hojas agarradas por espirales propias para trabajos escolares, aunque hablar de las propiedades de las espirales me parece un tanto fuera de mis posibilidades. Cuantas cosas en todos estos años, cuantos secretos se han transformado en dialogo entre la tinta y el papel, no es tan claro la presencia de un diario o de un color de diario o los garabatos del diario, lo único claro es la transformación que vamos sufriendo, luego la tecnología que pone en nuestras manos herramientas modernas donde muchos pueden o no enterarse de las cosas que nos pasan y seguimos allí incrédulos, sentados a la orilla de los espacios que nos orientan a tener una vida según las propias normas que nos inculcan, pero sin tomar en cuenta los saltos, esos saltos generacionales que nos hacen seres más abiertos, menos complicados, aunque quizá igual de complejos, seres que intentan descubrir su mundo mediante un lenguaje no tan solo corporal, donde la imagen no basta para enamorarse o inventarse abrazos o inventarse o amores, si somos capaces de inventarnos tantas cosas porque no seremos capaces de inventarnos la felicidad, después de todo el invento es la mejor de nuestras conquistas, pero allí esta la tecnología a nuestro servicio, entonces, buscamos por todos lados externar lo que somos, ya no basta con estar en un sitio y conformarnos con lo que este a nuestro alcance, ya no basta con pensar que no podemos trascender más allá de las fronteras diarias, ya no basta con creer que los sentimientos de extranjería son únicos, por en realidad no estamos convirtiendo en ciudadanos universales, con las reservas propias de la legalidades que a cada uno le corresponden de acuerdo al suelo donde se nace, siempre se necesita de un control. Traiciones, derechos de autor, algunos más con fusilamiento e incluso algunos que se ponen con los celos propios de explotar las cosas que hacen porque en ello esperan tener una forma de vida y no la vida misma, cuando la vida nos da todo lo que necesitamos e incluso un extra, pero entonces, que es todo esto, donde nace esta situación, donde se construyen los deseos, los abrazos, los besos, donde nace la posibilidad de enamorarse y que tan válido es el amor de vista y tacto ante el amor que nace de redes y letras, acaso existe diferencia, acaso existe mayor o menor lealtad en las gentes y sus comportamientos, según se este en un medio u otro, a veces creo que este mundo es de los atrevidos, de los que tienen ganas, no de los que buscan de alguna forma esconder todos sus sentimientos en lugares sin sentido, también es normal que mucha gente aún sienta alguna antipatía por los amores que se construyen de forma un tanto anti-tradicional, como deben sentir ese mismo sentimiento por las bitácoras de vida que no es otra cosa que un diario o se le puede dar otro nombre. A veces existe una gran huelga de silencios, que según creo no tiene mucho sentido. Si uno aprende a confiar no existe necesidad de callar todas las cosas que pasan a diario en nuestra complicada mente inquieta.
 Después de un tiempo, después de tanto andar por allí deambulando, diría que tonteando, te encuentras con lo que buscas, sabes que tiene todos los colores que te gustan, sabes que le amas, que es intensa como lo eres tú, sabes tantas cosas e ignoras unas cuantas, estas seguro que no dejaras de escribir, que en esencia todo lo que eres te seguirá durante los próximos años y aunque algunas veces te pones a temblar y no precisamente por el frío y tampoco por miedo, es más bien por la emoción, sabes que ella es lo que tú quieres, ella no es parte de un invento, ni de una loca casualidad, no ha llegado porque así tenía que ser, es decir cada uno puso algo de su parte, algo de sus penas, de sus dolores y de sus alegrías, al sumar todo, la balanza se pone en equilibrio y sin hacer muchas cuentas y muchos planes y muchos cosas toman decisiones, porque la vida es así una gran decisión y se triunfa si se reconoce lo que se quiere y se deja el miedo para otra ocasión, para otros tiempos, para otras gentes. Almas gemelas que se encuentran, que se identifican sin detenerse mucho a observar las situaciones que les adornan, luego las entregas, los abrazos, los besos, la vida, los sueños, que otra cosa se puede pedir. Cuando las cosas son como uno quiere solo resta vivirla, algunas veces se contagian cada una de las situaciones de tantas palabras que nos gana el cansancio de la voz, otras veces tan solo se miran, después se abrazan y saben que esto dura hasta que uno de los dos se confunda con los elementos que conforman el aire, donde quizá el polvo tenga el aroma de alguno de los dos o de los dos, que eso nunca se sabe, pero falta mucho tiempo para que suceda.

Por un segundo...


Por un segundo…

Por un segundo descubro que mis manos
no andan al mismo ritmo que mis pensamientos,
que lo que cuido no es una planta de belleza extraña,
que ni si quiera es una planta,
que no busco refugio para la soledad,
que no estoy triste,
que la sombra dejo de ser un refugio
donde la luz no podía dejar en evidencia
todos mis dolores, todas mis penas, todas mis quejas,
por un segundo pienso que mis espacios son angostos,
que no puedo huir por la ventana,
que la noche es tan fresca pero ausente de perfumes,
que la belleza frondosa de la flor de enfrente
se marchita, pero antes disfruta el rayo del sol
que besa sus pétalos mientras yo me aferro a su nombre.

Por un segundo pienso que para cada uno
existe un elemento, un premio, una estancia,
que los mares fueron hechos para las algas o los peces,
mayo para el canto de las aves o si como octubre
para la luna más bella, por un segundo pienso
que todo tiene su natural entorno,
que los labios compatibles a los míos,
fueron diseñados para tal fin,
pero luego comprendo que no todo es parte
de lo que uno sueño, que mi cuerpo
puede entregarse a la mar,
que las aves pueden cantar durante todo el año
y la luna puede ser tan hermosa
como nuestros ojos quieran verla,
y los labios de ella no tienen porque ser eternamente míos,
por un segundo creo que me estoy volviendo viejo,
cuando lo único que estoy experimentando
se llama evolución, aunque ahora en sentido contrario.

Por un segundo la vida se puede perder entre caminos
que nadie comprende, las hojas de los árboles
pueden caer antes de tiempo, el frío puede instalarse
durante todos los días del año,
el sol olvidarse de la tarea diaria de darnos calor
y la flor de alegrarnos con su belleza;
pero si ese segundo no existiera,
ninguno de nosotros seria capaz
de entender todas las cosas buenas
que suceden a nuestro alrededor,
después de todo, nadie las comprende,
pero jugar a que existe esa posibilidad
tan solo por un segundo, nos hace eternos,
aunque esa eternidad no sea otra cosa
que andar con dolor de ojos y cegados
por todos los caminos existentes
donde el mayor secreto existente
jamás será revelado,
pero que importa,
sí por un segundo somos eternos.

(ya quiero que acabe el día o por lo menos tener una tumbona)

Instintos...


En el fondo tanto silencio, no es otra cosa que un dialogo intenso que nunca termina, donde todas las cosas que se dicen no tienen voz perceptible, pero el eco interior es tan profundo que nos logra transformar.

Podemos preguntar por tantas cosas que en la realidad cada uno sabe que no tienen respuestas, podemos sentarnos a esperar que no pase nada, a decirnos que estamos a la espera de que nada pase, para ver si algo pasa con nuestras vidas o pensar que un día sin pensarlo mucho, la gran casualidad, el gran evento que estamos esperando llegara a suceder, esas cosas pueden pasar, pero no creo que sea porque cada uno tenga marcado de alguna forma su destino, las cosas que se quieren se consiguen a base de esfuerzo de otra forma, el que se cruza de brazos y se sienta a esperar lo único que termina por conseguir con toda seguridad es la muerte. Todas estas cosas se me ocurren porque a lo largo de estos años me enfrascado en una serie de discusiones que no llevan a nada, discusiones acerca de quien tiene la razón, no la razón en la que se miden los comportamientos, o los miedos, es decir los miedos también son grandes protagonistas, sino esa razón en la que cada uno justifica su forma de actuar, argumentando que el comportamiento que tienen es debido a su movilidad que más bien parece la gran inmovilidad motivada sin más, por esas ganas de no arriesgar, tal vez porque el mundo que se ha descubierto les viene muy cómodo o quizá porque el no salir a la busca de lo que se quiere es muy pero muy agradable. Quizá eso es lo que nos lleva a una condena sin sentido. Condena con la cual nos acostumbramos a vivir o nos resignamos por el resto de nuestras vidas de una u otra forma es lo mismo.

Se pueden tener todas la conjeturas posibles que a diario se nos puedan ocurrir, incluso podemos librar mil batallas a diario porque pensamos que un evento determinado terminara por robarnos los únicos espacios que consideramos únicos, personales, que sin esos espacios no somos nada, nos condenamos eso si a los estereotipos de todo, aunque casi siempre los condicionamos en el ámbito de la belleza, si la persona tiene una buena pierna, si sus cadera so perfectas, esas cosas que algunas veces no son más que triviales que con el paso del tiempo terminan por desaparecer pero que no dejan de estar allí, pero luego que pasa cuando todo ese entorno de belleza manipulada de alguna forma desparece, que sucede cuando nuestro comportamiento nos orienta de nuevo a la batalla constante entre ese ser que nos dicta un comportamiento en el que al parecer lo principal es satisfacer a una sociedad que nos reclama, que sucede en realidad cuando nos descubrimos ante una incapacidad de humanizarnos, de sensibilizarnos, de externar en verdad lo que somos, quizá somos tan egoístas que guardamos silencios, y decimos que nuestros silencios es para no dañar a los otros o es que jugamos a no dañarnos y evitamos cerrar las posibles puertas que nos hagan regresar por algún camino más o menos conocido si es que las cosas se salen de control o tan solo será que me pongo en medio de alucinaciones sin sentido. Pienso que en todo momento vamos experimentando una mudanza, ya sea en los sentimientos, en los gustos o los pensamientos, una mudanza interna que termina por arrojarnos más o menos de forma violenta a otros espacios, esos lugares donde un día descubrimos que todo nos es desconocido, incluso la misma imagen que nos regresa el espejo, quizá nos observamos más viejos, con arrugas y esas cosas y para convencernos de que no somos nosotros recurrimos a la imagen del recuerdo, perdiendo valor lo que se observas, acaso no puede ser así al observar las piernas, el rostro de los demás, quizá ciertas ausencias nos impiden observarnos tal y como somos, la belleza externa parece tener mayor peso que todo lo existente. En el fondo esta mezcla de ideas no es otra cosa que el revoltijo diario de cosas que me suceden, no es un invento, si una marejada de situaciones que se me ocurren mientras los dolores de cabeza hacen de la suya o una molesta tos no me deja del todo o quizá la noche me atormenta con la existencia de pensamientos que me orillan a pensar en las consecuencia de actos que aún no he vivido pero que intento explicar de una manera lógica cuando lo último que no tienen es lógica, las cosas solo suceden si uno las desea y pone empeño en ellas, nada viene por efecto divino ni por gracia de la casualidad, aunque a veces me pongo a pensar en tantas situaciones que parecen ser arrancadas de la casualidad, quizá este equivocado del todo, en verdad no lo se, lo que me mueve es esa inquietud poderosa donde las emociones no tienen calma alguna y me pongo a pensar en tantas cosas hechas, en los viajes, en los amigos, en el amor y en las esperas sin desesperar, en las acciones que determinan un rumbo, en los rumbos que determinan un comportamiento, entonces es cierto que no existe la casualidad ni el destino, pero es muy palpable que existe un principio que viene de la mano de un nombre, ese principio llamado incertidumbre, la verdad es que me gusta. Por sentarme a esperar quizá me sucedan tantas cosas como he soñado, por sentarme a esperar quizá muera en completa soledad, el caso ahora sería sentarse, por mi la vida ya esta en marcha, las cosas van, yo voy en ellas y me gusta. Lo demás es otro pensamiento.

En ocasiones me dejo llevar por los arrebatos, algunos decimos que confiamos en la intuición, después de todo que somos sin la intuición, pienso que es como no tener un sustento a lo que somos, pero debe ser aún más agresivo no tener claro que también somos en buena medida seres instintivos, quizá esa sea la herramienta más importante que poseemos, aunque para muchos nos parece un tanto irracional, en parte también somos eso.

domingo, 16 de diciembre de 2007

El juego de elegir...


El juego de elegir…

Si me dan a elegir, yo prefiero
los amaneceres con el sol de frente,
por las tardes prefiero irme al patio
de atrás, allá también coquetea el sol;
es mucho más rico el sol por las mañanas
lo prefiero a una taza de café,
sobre todo cuando el frío cala,
cuando el aire se mete por todas partes
aunque por las tardes viene muy bien
su presencia, es entonces cuando
me deje seducir por su brillo
que durante todo el año
parece olvidarse de los caprichos
llamados estaciones.

Si me dan a elegir, yo quiero
estar en el momento exacto
en el que tengan que pasar las cosas,
no cualquier cosa, sino esas cosas
que hacen que nuestras vidas tengan sentido,
por supuesto que prefiero la felicidad
a los momentos tristes, que prefiero
una sonrisa al desaire,
pero no basta con preferir
y querer el lado cómodo, de todo lo existente
porque si todo es como uno quiere
nos olvidamos de que estamos vivos,
si me dan a elegir, yo diré
que me quedo con la vida que he llevado
eso sin dejar de lado mi preferencia
por el sol de los amaneceres,
la caricia del mar en la piel
que toca el suelo,
eso sin olvidar
que deseo estar en la piel
que cubre los labios
de tu boca que me nombran
sin tener un minuto de sosiego.

Si me dan a elegir, que diablos,
no me pongo a pensar lo que deseo,
igual y cometo los errores de siempre,
igual y salgo corriendo
porque mis miedos han ganado de nuevo,
si me dan a elegir,
quiero estar todos los días
que me resten a lado de lo que eres,
es decir contigo le apuesto a la muerte
que he de morir hasta llegar muy lejos,
siempre juntos,
quizá rebasando la barrera de lo permisible,
eso es lo que he elegido.

Había una vez...


Había una vez…

Había una vez una loca llamada por alguna razón
demente, un silencio que producía mucho ruido,
un pájaro fumador que no era el pájaro de fuego,
ni las notas desalmadas de alguna canción de amor,
aunque esas canciones más bien le cantan al desamor,
también había en mi mente un invento diario
de nombres, todos los nombres posibles
para inventarme un refugio lejos de la soledad,
de esa soledad que intentaba escapar, como si esa soledad
fuera un espectáculo lleno de tristeza,
cuando pienso eso, solo puedo recordar
mucha tristeza, no se aún cuanta, pero mucha tristeza.

Había una vez un ogro malvado que hablaba con su perro,
que lloraba sus penas como bestia, igual como animal,
que se subía a los árboles, pero que no sabía cantar
quizá porque su panza se estaba pudriendo
de tantas maldades encerradas,
había tantas cosas y hoy a cambio
de todo eso, lo único que nos queda
es del todo desconocido para este sentir rutinario,
quizá debería ponerle un nombre
al igual que a la loca le llaman demente
pero entonces, si lo hago, nunca
terminara esta tarea de andar
inventando nombres.

Había una vez unos labios que me besaron el alma,
entonces mi cuerpo experimento la desnudez más pura,
esos besos se llevaron la tristeza, el hombre que era
se transformo, deje de andar solo,
deje de inventar nombres, la tristeza,
toda la tristeza existente en mi mundo
empezó a mudarse, los pájaros cantaban
con tal intensidad que el ogro se convirtió
en un suave amante de la vida.

Había una vez y no por necesidad de existir
un perro que soñaba con poder roer los huesos
para alimentar la panza, también un cuerpo
que soñaba que si alimentaba todas sus necesidades
dejaba de estar solo, el perro descubrió que los ruidos
de su panza se le quitan con roer un buen hueso,
el hombre entendió que no todo en la vida es el sexo
que con un poco de amor, se termina la tristeza,
que con amor, la soledad no existe,
que al desnudar el alma, antes que el cuerpo
no existe la necesidad de más inventos,
tan solo por decir, me da por recordar,
que había una vez, un mundo donde ya nada es igual,
pero eso poco importa…

Fotografía...


Fotografía…

En la fotografía que dicen que a mi rostro vuelve triste
existen unos ojos inquietos, aunque solo
puedes ver uno, porque la toma es de perfil,
la ausencia de mis cabellos no se nota y aunque mi boca
parece muda, algo esta diciendo,
aunque parece existir un silencio
sin tiempos, algo de mí te nombra,
eso que te nombra es lo que llamamos amor.

Bajo el rostro de una ciudad que solo podemos observar
de perfil, se puede notar como unas cuantas calles
se enteran de tu ausencia, el lenguaje es un tanto duro,
se escuchan gritos, los escándalos de los motores,
algunos niños que juegan a la pelota, corren como espantados,
otros adultos que festejan entre copas
para disfrazar sus olvidos lanzan gritos que nadie comprende;
pero esa es otra fotografía
que deje en el olvido
debajo un armario roto, es otra cosa que aún no entiendo.

En la fotografía que dicen que mi rostro demuestra
su tristeza, encontré un rasgo de felicidad
por supuesto que tu boca en esos tiempos
nada sabia de nuestras ausencias, es más
ni siquiera nos habíamos enterado de la existencia
de los dos, de ambos en estos espacios
que dejaron de ser monocromáticos
para ser inventados en una gama de colores sin par.

Tus cabellos, tu boca, tus pies, son un motivo perfecto
para mil tomas, incluso las cosas de tu interior
bajo el oleaje de tu pasión, se esconde el rubor de una ciudad,
el sol se niega a darle paso al invierno
y tus ojos vuelven dulce todo lo que observan,
me observan entonces en aquella fotografía
de la tristeza, conquistas mi alma
todo lo demás continua siendo otra cosa.

miércoles, 12 de diciembre de 2007

libertad de lo que somos


Libertad de lo que somos

Toda la casa huele a ti
incluso la ausencia
tiene tu olor,
mientras que la noche esta como loca
cosechando tu voz desquebrajada
en el pronto olvido de estas paredes
que tocaron tu piel,
el olor cae por todos lados
por todo los espacios de la noche,
esta casa es un loco sin ti,
mis manos cosechan el espacio vacío,
de tu cuerpo que esta en otra parte.

La ropa que no usaste
porque alguien dice que es mía
los utensilios
del baño
las sabanas, el aire,
mis labios, el piso
la cama, el agua
en todas partes esta
tu aroma y estás tú,
al igual que tu ausencia
del cuerpo, todo me huele a ti.

Desde mi corta distancia
miro alrededor de esta ciudad que dispara
sus fuegos al cielo, mientras que el frío cala,
mientras la lluvia se ausenta y el ruido crece,
mientras que la ciudad celebra a sus santos,
yo deseo verte en mis brazos.

No existen reglas para estos desencuentros,
ni planes de irnos dosificando sobre las ruinas
de nuestros amores que se fueron quedando
en esta marcha sobre asfaltos, ruidos y contaminantes
extraños, solo existen tiempos que hemos trazado.

Nuestra vida no viste uniformes extraños
nos observamos a diario, nos damos lo que somos
los aromas se nos vienen a la mente
como la mente nos impide el olvido
de todo lo que hemos construido.

En casa todo huele hermosamente a ti.

Libertad para sentir, sentir para vivir, dejar de huir
ser lo que ahora somos, amar sin amantes
buscar sin tener la necesidad se ser encontrados
sino encontrarnos donde nos guste estar
en el fondo, la última palabra siempre es nuestra.

Tus olores no se van de esta casa
me gustan tus olores
el loco cazador de tus noches
duerme de día
no existen más cosas por reparar
la noche es de olores
tus olores se quedaron
mientras tu cuerpo duerme en otra parte,
esa es la libertad de lo que somos.

Presencia...


Porque todo me recuerda otras cosas. Detrás de mi escenario, me topo con el eco de muchas voces, la puesta en escena ya esta en marcha, los días se siguen unos con otros, yo no se otra forma de vivir que no sea darlo todo, no la se.

La vi durante días seguidos, estaba dentro de mi mundo, mis espacios, mis sábanas, algunas de esas noches no podía dormir porque su presencia me encendía por completo, otras veces despertaba porque la tos me ganaba, entonces sentía necesidad de tomar un poco de agua, también estaba conmigo al despertar, ninguno de los dos tenía necesidad de encender el televisor, quizá sea una suerte no tener uno. Me gusto mucho su presencia en mi espacio diario, en este mundo que de alguna forma fui diseñando para los días que estuvieran por venir en el resto de mi vida, ella estaba allí, al despertar y con una sonrisa decía buenos días mi amor. No tuvimos necesidad de escondernos en la cocina o buscar el refugio del sofá, esas cosas no existen en esta casa, ella es hermosa, sería una tontería decir que no le tome cariño a su presencia en casa, me hubiera gustado quedarme con ella para siempre aquí, pero no siempre las cosas son como nos gustan, se deben atender primero las responsabilidades, las cosas por hacer, luego vienen con ello una serie de situaciones más o menos agradables, pero en verdad que me encariñe, que a mi regreso del aeropuerto venía como meditando tantas cosas, lo que en realidad me sucedía era que estaba inmerso en un gran sentimiento de una ausencia temporal, ya nada sería igual a partir de ese momento. Se que soy muy sentimental, de alguna forma podrían llamarme un tanto ridículo o un tonto, o como sea.
Hoy que me desperté, me preguntaron por ella, no he podido decir que esta en la sala, pues ya he dicho que eso no existe en la casa, pero tampoco ella esta allí, me limite a la realidad a decir que esta en su casa, pero que esta muy bien, después me preguntaron que cuando iremos a visitarla, he dicho que la visita será cuando se quiera, pero que yo iré para estar con ella por siempre. A veces me siento triste, quiero que los recuerdos cobren vida e intento forzar una serie de situaciones que solo son posibles en mi mundo de recuerdos, cosas que nada más habitan en mi loca cabeza, me aferro y sin duda eso podría causarme conflictos, no conflictos con lo que deseo, pues eso esta muy claro, pero si podría hacer llorar hasta le punto de no saber del porque lloro, y es que cuando los recuerdos se aferran es muy simple caer en esas tentaciones. Los recuerdos no pueden brincar o salir corriendo pero muchas de las veces tengo esa sensación, otras veces deseo que llueva, que no deje de llover durante todas las noches, quizá porque me gusta el aroma a mojado de la tierra o porque pienso que puedo dormir más placenteramente cuando llueve, otras veces solo me pongo a llorar, ya se que suena un tanto extraño y ridículo, esa es la palabra ridículo que una persona de mi edad sea tan sentimental, pero ese es mi comportamiento, así que suelo llorar por tantas cosas que termino por confundirme y no saber siquiera el motivo de un llanto. Después de pensarlo un rato, pensé que ya era tiempo de hacer limpieza en la casa, así que tome la escoba y me puse a barrer, algunas pequeñas cosas en la basura me hacían sentir su presencia, pero ella ya no esta físicamente en este espacio, ella me espera en nuestro espacio, donde los dos podemos hacer tantas cosas de ahora en adelante. Tome el recogedor, dude un poco antes de soltar la basura en el bote, después de un rato dije que al parecer me estaba volviendo loco, porque algunas veces todo me recuerda otras cosas, la vida sigue, los sueños no terminan aquí, la vida esta en otro lugar, este tiempo es la transición de lo que deseo.
Fueron muchos días, todos seguidos, ella su sonrisa, sus ganas de vivir, sus ganas por contagiarme de todo lo que tare por dentro, esa mirada que lo dice todo, luego el baile, el sonido que le embriaga, en el fondo todo eso que me seduce con una facilidad que según yo pocas gentes podrían tener, después de todo quien se puede resistir al hecho de que lo quieran, después de todo, es hermoso ser querido, pero igual de hermoso es querer. Cuando me mira, pienso que estoy soñando, pero el mundo, las cosas del mundo, la realidad misma, me dicen todo esto esta sucediendo, aquí y ahora, no existen los sueños, todo es real. La ciudad al recorrerla tomado de sus manos me parece mucho más hermosa.

Conforme pasan los días me siento aún más emocionado, el cambio de piel, el cambio de sueños, de ideas, de dejarse convencer que el mundo en compañía es mucho mejor me motiva como nunca antes, quizá este sea el verdadero cambio que le hace falta a mi vida, aunque debo confesar que este cambio ya se esta dando, lo que se va concretando son fechas, son planes, son situaciones que se dan en todo entorno cuando se tienen planes, para que al final, todo tenga un movimiento como el que se desea. Mientras voy pensando en tantas cosas, en las cosas que se quedan como suspendidas, en los amigos de de un día a otro comenzaron a guardar distancias a dejarse seducir por sus silencios que se fueron extendiendo hasta alcanzar los límites de nuestros ruidos para callar sus voces y que todo lo relacionado con ellos aparezca como un vago recuerdo, pienso que quizá su silencio ante uno sea ruidos ante otros, de ser así entonces que siga este silencio porque seguro estarán dando un poco de esperanzas a los que sufren las penas del alma o las penas del cuerpo, porque seguro están en el camino de hacer y hacerse felices, al menos eso es lo que deseo y quiero. No dejo de soñar que me gusta la existencia de un punto que contiene todos los puntos de esta tierra, por supuesto que hablo del Aleph.

Los regalos...


Yo no haría cosas que no comprendo. A la hora de ir pensando en las anclas, imagino que tal vez podría comprar un par de anillos, pero al hacerlo estaría atentando contra las cosas que no creo, sería un acto deshonesto, luego el tener hijos o el ensodarme a ella, no lo se, la verdad es que no existe nada mejor que entregarse por completo sin tener pretextos o situaciones que te amarren, las amarras no son otra cosa que las inseguridades. En otros tiempos, hubiera pensado que no existía nada mejor que estar a solas conmigo mismo, pero esos eran otros tiempos. Ahora quiero estar con ella por el resto de mis días, que por cierto son muchos aún.

Pienso que cuando alguien te hace un regalo, lleva de antemano otras intenciones, por ejemplo: existen los que te regalan un reloj, que no es otra que una cadena pesada y amarillenta que se encarga de recordarte el poco tiempo que te queda de vida o se encarga de ir midiendo el tamaño en tiempo de tu infierno, por supuesto que hablo de los infiernos personales, las cosas impersonales se quedan para otros días. Te dan un reloj esperando que te dure una eternidad, así que escogen una buena marca sino es que la mejor, eso que son suizos, etc., aunque muchas de las veces no se ajuste a la muñeca y tengas que quitarle un par de eslabones y tampoco sea tu estilo, el caso es recordarte para el resto de tus días que de alguna forma, que él que te ha hecho el regalo allí estará presente al igual que el reloj, esperando, por si decides cambiar de opinión, el reloj estará colgándose de tu muñeca, aferrándose a lo que eres sin ser parte de ti, pero siendo tú, porque entonces ya no puedes vivir sin ese tiempo, pendiente si es que tienes que darle cuerda o preocuparte de que su mecanismo marche puntualmente, porque sino un día puedes llegar tarde a las citas; regalarte algo así, no es otra cosa que verte en tu condición un tanto precaria de lo que imaginan que eres y es un leguaje escondido donde te sugieren que puedes aferrarte a un cuerpo fuerte como el de ellos y que tú eres como un débil bracito, como si tú fueras en realidad tal reloj, es algo eterno sin duda, el caso esta en aceptar, en el fondo no es otra cosa que una ancla más, no tan formal como pudiera ser un anillo, pero lleva el mismo mensaje.

La idea es que te des cuenta todos los días de su presencia, cada que necesites saber la hora, cada que tengas una cita, cada vez que tengas que saber el momento del tiempo, que él, el tipo que te regala un reloj esta allí, de alguna forma uno se puede obsesionar con ello, con la idea de llegar a tiempo, de no perderse en la ciudad por falta de tiempo o llegar tarde por no saber la hora, pero también se de estar pendiente de darle cuerda o mantener funcionando a dicho reloj, yo aún pienso en los relojes de cuerda, pero también existen los automáticos que de cuando en cuando, supongo que se deben sincronizar, pero los buenos relojes, los que en verdad son buenos deberían ser de cuerdas, eso es lo que creo. Así que ese regalo viene de la mano de un gran capricho y de tener que atender con precisión todos sus caprichos, la necesidad de hacer un regalo así lleva cierta maña incierta, pero también pienso que nos convertimos en el regalo o los deseos de los otros, de los que nos regalan a esos artefactos. Un anillo de bodas no representa un pacto sagrado, pero no demanda tanta atención, sirve para recordarnos ciertas obligaciones, pero cuando ya no existe el amor, esos recordatorios de poco sirven, un reloj es aún más poderoso. Un reloj tiene marcas, entonces piensas que es mejor que tal o cual marca, piensas que si lo pierdes no es buena idea, con ello viene el miedo, incluso si lo usas piensas que te lo pueden robar o que se puede romper, quizá hasta le festeje uno los cumpleaños al reloj, después de todo nada se da sin tener terceras intenciones. Todo esto quizá es parte de nuestro lenguaje, nadie hace cosas porque se le ocurra de la noche a la mañana, es decir, de laguna forma nos damos a conocer y es entonces que cada uno actúa de una forma tal que atrapa a los otros, por eso la próxima vez que quieras regalar algo, debes pensarlo un poco, trato de decir con esto que quizá sea mejor un regalo donde al interesado no se afecte su ritmo de vida, donde las cosas que se le den no tengan que ser tan personales que puedan causar cierto impacto o le transformen la vida. Yo sigo pensando de que me serviría una brújula si con precisión a donde voy, si se con exactitud donde quedan todos los puertos importantes de mi vida, seguro alguien me regalaría una brújula para hacerme reír un buen rato, debería tomar su buena intención como un buen chiste, pero en el fondo es algo tan innecesario en mi vida. Acerca de los anillos, bueno es algo que según pienso nunca haría, porque de alguna forma estaría traicionando a mi forma de pensar y entonces empezaría a ser deshonesto, eso no quiero que suceda, algo que si puede pasar es que me endose a su nombre, en eso si he pensado y me agrada la idea, pero para estar con ella no necesito de pretextos o anclas, lo único que necesito ya lo tengo, y se llama amor. He pensado que un buen regalo no existe, quizá existen los regalos prácticos, un buen libro, aunque ese concepto de buen libro depende del ojo del lector, así que un libro esta bien o una caja de chocolates suizos, parece que todo lo suizo es bueno, en fin, dejare por un rato de decir tonterías…

jueves, 6 de diciembre de 2007

Entre sueños y recuerdos...


Recuerdo que anoche
soñé a mis pies
que andaban
en tu búsqueda,
estaban desnudos
hacía frío;
lo mejor es que
te encontraron
después de eso
desperté ya no
tenía sentido
el seguir
dormido

miércoles, 5 de diciembre de 2007

Viento...


Desearía ser viento
así no tendría que desear tener alas
o tener que tomar un avión para poder pisar
las huellas que vas dejando
en las calles de ese
diario invento
que se te ocurrió.

Ya no te pido que me ayudes
ya no necesito
pedirte la cura
para mis males
estoy peor
no tengo remedio.

Desearía ser viento
tal vez así acariciaría tu rostro, eso sin
andar buscando pretextos; podría tatuarte
la piel con mi presencia, que te parecería grata
incluso, le dirías a mucha gente, que rico viento.

La verdad es que ya no se que demonios me pasa.

Más que ser viento
deseo que tú seas como todas
las personas, quizá un tanto débil,
que te puedas doblar con facilidad, que
dejes de lado tu orgullo, que me permitas
borrar las cosas que no tienen sentido,
colorear otras, que mis trabajos salgan
de buenas a primeras, para así
poder dormir lo suficiente
y juntos, bueno,
ya no sé, lo que quiero.

martes, 4 de diciembre de 2007

Que importa...


Me dejaste de perseguir, después de tanto tiempo de luchas,
al menos puedo respirar, espero que algún
gachupín, se atreva a cortejarte y porque no, ha dejarse
seguir por todos los rincones que se le ocurra
correr cuando quiera huir de ti, pero por lo pronto
que quiera dejarse amar, aunque amar no se si sea propicio
ante el deseo del amor sexual, quizá no sea tan mala la comparación.

Hace mucho que ya no pienso en ti, mucho menos te quiero.

Deje de pensar que algunas cosas eran posibles,
deje de pedir que vinieras en mi auxilio,
después de todo, lo que yo necesito es un neurocirujano,
no otros motivos para alimentar la demencia,
por supuesto que por algunos minutos me acaloraba
la idea de pasear por Triana, de sentarme en la rivera
del Guadalquivir, de disfrutar de domingos soleados
e incluso de salir a caminar por allí, tomados de la mano,
sabes me alegra que todo eso no sucediera,
porque solo así, conozco la felicidad verdadera,
contigo la vida se me hubiera cagado,
todo seguiría al igual que siempre,
que sentido tendría entonces
seguir soñando.

Así que sigo con mis cosas locas,
no me cuido de nada, ni siquiera
me preocupo por si me encuentro
con los de tu especie,
no organizo un puto reencuentro
por habrá un encuentro, nunca más
un encuentro, ¿acaso esa no es suerte?

No me importa si me dices que te duele
si eres una loca, si es que te entregas
en los brazos del primer gachupín
que se te cruza en el camino, al igual
no es gachupín y se trata de un chiapaneco,
en verdad que nada de eso importa,
es más ya de ti, nada me duele.

Que importa que al destrozar los sueños de vivir a tu lado
se fueran con ellos los de regresar a Europa, la vida es así,
todo tiene un final pactado y al dejar de pensar en ti
gana la dicha más grande que pueda tener el hombre,
el humano, el poeta, y la dicha es que ahora soy amado.

Ante el amor nada importa, igual y el sueño se acabe con el invierno, que importa.

Recuerdos...


No le permitire
a la demencia
que me quite
mis recuerdos

domingo, 2 de diciembre de 2007

El mundo con sus marcas...


De esos instantes en la vida que nos marcan para siempre, de ese despertar abrupto cuando por un segundo nos tenemos que enfrentar al ser que seremos para el resto de nuestros días y nos vemos allí en algo que si bien no es eterno, nos persigue todos los instantes en que tenemos que luchar con nuestra realidad que se ha deformado. Es casi imposible recuperarnos, entonces nos aferramos a las cosas que hacemos o nos inventamos los mil pretextos para ir haciendo algo que nos haga estar de alguna forma ausente de ese espejo que nos refleja a la verdadera condición de lo nos hemos convertido. Retener en la memoria toda esa historia muchas veces se convierte en nuestro más grande dolor, es por eso que algunos nos damos a la tarea de ir escribiendo, aunque casi siempre la líneas escritas parecen decir poco, en el fondo lo único que vamos haciendo es confrontar todos nuestras debilidades, donde casi siempre terminan por triunfar nuestros demonios.

sábado, 1 de diciembre de 2007

Inicios...


En el fondo no existen los pretextos, cada uno es lo que quiere, solo que se esconde sin saber donde a dejado la cabeza. Las calles céntricas de esta ciudad estaban llenas, no se aún si por aquello de ver en pleno zócalo una pista de patinaje sobre hielo o porque es el primer día del último mes de año. Algunos de los que allí caminaban andaban con sus playeras de la universidad nacional, no sienten orgullo de ser universitarios, sino la loca pasión por el fútbol, después de todo las cosas son así, cosas sin sentido pero que existen. No puedo hablar de un número determinado de personas, pero puedo decir que desde el eje central, hasta llegar al zócalo, había tráfico constante de gentes, mientras cerca de casa algunos amigos festejaban alguna fiesta, este mes es así, todo mundo festeja, basta un motivo, no importa si ese motivo es bueno o malo, el caso celebrar, andar en ambiente. No se aún si eso de la pista para patinar sea un acierto, algunos dicen que si de todas maneras se roban el dinero (por supuesto que hablan de los políticos, alguna mala imagen deben tener o quizá solo se hable por suponer, yo que se), pues que mejor que hacer algo divertido para la gente, que importa si la gran mayoría no sabemos o no tenemos interés en patinar. Pensé que vendrían un grupo de bailarinas rusas a festejar en la pista más grande del mundo, bueno eso dice, que es la más grande, pero resulta que tenemos campeones mundiales y no se cuantas cosas más en estas disciplinas, yo que ni siquiera estaba enterado de todo esto. La gente parece que más se va a sus casas que seguir llegando, a las horas en que he llegado es imposible alcanzar un buen lugar, para poder ver un pedazo de la pista, se tiene uno que parar de puntitas y solo se alcanzan a ver uno que otros cuerpos que se entrecortan con los cuerpos de espectadores que al igual que uno se ilusionan y juegan con la idea de que el gobierno hace buenas cosas para divertirnos, de seguro se ve muy bien la plancha del zócalo pintada de blanco, pero no solo de blanco, sino de hielo, de temperaturas heladas, lo único que ha hecho falta esta tarde es que se suelte uno de esos aires que suelen venir de compañeros de los frentes fríos que tienen por nombre algún número, así la cosa se pondría como que más invernal y uno entraría digamos en ambientación de forma casi inmediata, bueno, esto no es otra cosa más que soñar. La familia mexicana no sabe de problemas sociales ni económicos, es una gran familia, pero sobre todo unida, eso me gusta. A los alrededores de la pista tan mencionada venden cuanto se pueda necesitar para las temperaturas frías, por supuesto que en paquetas, ya saben, guantes, bufandas, gorros, y no se que otras cosas. La ciudad también empezó a disfrutar hoy de sus adornos navideños, de sus luces que muestran la creatividad e ingenio de quienes las van diseñando, fue una buena tarde, aunque había en el ambiente un extraño olor, aún no logro descifrar de donde provenía, de que se trataba, quizá me tarde mucho, pero ese olor me sigue aún, después de un buen rato de haber llegado a casa.

Las cosas no son como uno quiere, por alguna razón se salen de control entonces nos inventamos cualquier pretexto que no haga creer que por ello algo ha salido mal, casi siempre culpamos a la mala suerte, es cuestión de la suerte, pero nunca de la buena, esa la dejamos para otras cosas.

La caricia de la noche es agradable. Se escuchan los ruidos, el ambiente a fiesta esta por todos lados, como si la llegada del mes fuera algo mágico, luego si coincide con el fin de semana, la situación se pone aún más propicia, por las calles la gente ya habla de la cena de navidad, del ponche, de la piñatas, todo mundo piensa que divertirse, algunos incluso empiezan a planificar sus vacaciones y eso que hoy es apenas el primer día, por supuesto que esto no es nada raro, tampoco es algo que de alguna forma sea ajeno a las cosas que pasan el resto del año, pero ahora es cuando más se intensifican, como si con ello cada uno diera a entender que alcanzar la orilla del año fuera algo más que un logro, como si la única meta importante en realidad es esa, ir alcanzando a lo largo de los años, sus orillas, hasta tener un rosario de orillas y poderle contar a los amigos con un solo número todos los tiempos vividos, resumir en una palabra los largos tiempos, como confesando una edad, 86, 33, 35, lo que pueda ser, más nunca lo que se nos pueda ocurrir, porque de eso se trata cuando vamos salvando las orillas, cuando contamos las campanadas que nos hacen entender que hemos librado una nueva frontera que divide un año o un tiempo de otro, en el fondo, con todos los pretextos posibles, esa es la tarea diaria que nos imponemos, pero pienso que no es la tarea más importante, siendo lo más importante el vivir, sino se vive que se puede contar, decir la edad después de 86 años y resumirlo todo a un número como que no tienen sentido, experimentar es lo importante, porque en ello esta resuelta nuestra gran tarea, es desde allí, en ese instante cuando podemos decir, he vivido, es cuando podemos contar las cosas que nos han pasado, solo así es posible.

Antes de regresar a casa me di una vuelta por las calles que tanto me gustan, por supuesto que el llamado de algunas librerías así como el deseo por meterme a cuando lugar me encanta fue muy fuerte, pero vencí todo ello por un largo paseo, me encontré en ese largo paseo, en una ciudad de tantos millones a mis vecinos a los señores de la casa de enfrente, ellos abrazados como dos recién conocidos, como si estuvieran en ese intento por enamorarse, por jugar, por soñar, por no dejar de estar vivo, supongo tantas cosas, pero también creo que nadie ha tomado lo que ellos sienten por ellos mismos, o quizá sea un juego para convencerse de que aún se quieren, después de todo suponer es barato, seguí mi camino hasta llegar a las letras, allí el recorrido más bien fue un tanto parco, pero no ausente.

viernes, 30 de noviembre de 2007

Ella...


Ella es una mujer muy parecida a lo que no se puede tener,
habita en el sueño, en la fantasía más loca; a ella le sube desde la punta de los pies
hasta la nuca su encanto, otras veces, ese encanto se le pierde entre los cabellos,
ella es como un sitio donde nace el olvido de toda las cosas, basta
con cerrar los ojos, basta con estar cerca de ella, para transformarnos.

Esa mujer, nos hace entender que se pueden hacer todas las cosas
que un día pensamos que nunca se podrían hacer; incluso
se pueden cerrar los ojos y la sigues viendo,
cuando se acerca a tu lado izquierdo,
dicen que lo hace porque desea quedarse
para siempre, ella me habita desde hace un tiempo,
por supuesto que se instalo en mi lado izquierdo.

A veces grito, para que la gente se entere de que ella esta en mí,
pero ella por si misma me invade, que los gritos son algo
que no hace falta, el amor, se convierte como la noche
es algo que fluye de forma natural, luego mis manos
que en estos tiempos no conocen la quietud
se entretienen en el oleaje natural de las formas de su cuerpo.

Durante algún tiempo todas las cosas dentro de mí estallaban,
la señora soledad se encargaba de mi cuidado interno, todo tipo de ruidos,
la tristeza me hacía caer hecho pedazos, el corazón estaba casi seco,
la señora soledad se divertía viendo como la lluvia amargamente
mojaba hasta lo más profundo de mis huesos, estaba en medio
de la soledad más grande que hubiera podido conocer, un oleaje
de llantos alzaba la más grande de las marejadas, a nadie importaba.

Tenía unos huesos que danzaban a la soledad.

Ella, la mujer que sin decir alguna palabra ha venido
para tomar el puesto de la señora soledad, me ha devuelto
la sonrisa, al menos no perdemos el tiempo tratando armar
un rompecabezas imposible, pero ella con ese encanto
que se le pierde entre sus cabellos, con ese encanto
que le sube desde la punta de los pies y coquetea con su nunca
me reconstruye para invadirme con un amor aún más denso que la noche.


Ella, la mujer que no se puede tener, que se parece a la palabra magia,
la que me devuelve la vida, no me hará temblar como a un perro
en medio de una noche fría, tampoco me moverá al libre antojo
como lo hace el titiritero con sus marionetas, es decir, no estoy
condenado, ni al fracaso, ni al olvido, no estoy condenado
a regresar a los brazos de la señora soledad, ni a los ruidos secos,
mucho menos a los huesos en medio de su agónica danza, ella
no me condena a matarme, no tendré necesidad de ser grotesco,
para poder pasar el resto de mi muerte tendido como una
vieja marioneta que lo último que puedan repetir
sus labios sea el nombre de ella, de la mujer parecida
a la palabra que aún no se inventa, a la palabra
que nunca nadie a de decir, ella por la que ahora
me siento vivo, por la que no tengo necesidad de morir.

El último movimiento de mi boca será para decir su nombre.

Hoy...


Porque
lo existente
es el hoy,
mientras el ayer
es un vago recuerdo,
tan vago como
las piedras que rodando
se van cruzando
en nuestros caminos.

Caminos no muy alejados
de la realidad
que algunos
nombran
inmediata.

Caminos donde se pueda
brindar con una
buena cosecha
del mejor
vino
que pudiera
parir la tierra,
esa tierra que un día
te vio venir
con tu historia olvidando la distancia.

Nadie esta tan lejos sin de la distancia
más infinita, ni siquiera
tan lejos de la curva
más próxima, ni siquiera
una pestaña esta tan lejos de la otra,
todo esta a pedir de boca,
basta un grito para que los amigos
se presenten, basta un grito
para que los caminos cambien.

Cierto que estallan en gritos
penetrantes las cosas
que se tornan prestadas,
pero las que nunca
se toman
acaso dejan
de tener
vida.

Incierto resulta el destino

Comprender lo que nadie comprende.

Entonces que hacemos
con la vida,
sino es vivirla
entonces
¿qué le hacemos?

Nos iremos, eso si, nos iremos,
no sin antes morir del cuerpo.

Para que pedir la piel
si se puede tener
el polvo que nos constituye,
para que pedir lo efímero
cuando podemos ser
dueños de lo eterno

Mientras llueva
mientras las cosas sean como uno quiere,
de que sirven las otras cosas,
mientras un caballo
nos lleve a todo galope,
mientras su sangre hierve,
mientras la piel se excite,
mientras tu cuerpo tiemble,
mientras tú estés aquí,
para decirme
suavemente
que hoy
como
siempre
llueve
no necesito
nada más.


Hoy
es el mejor
día
precisamente
hoy
me entrego
a la piedra
que no se mueve
a la tierra
que vuela
en partículas
a tu cuerpo
que se pierde,
hoy
cuando más llueve,
deseo vivir para siempre
porque la tierra
permanece
pegada al suelo
porque a mí me gusta
volar.

Hoy

Se leen...


Se leen…

En las líneas de mis manos se lee tu presencia.

En otras líneas, unos hombres encargan de regular el paso,
aguas arriba, los peces hablan en inglés,
aguas abajo les encanta el español, aunque
los peces modernos ya saben de mezclas,
del famoso “spainglish”, incluso dicen
ser peces “pochos” y no se que otras cosas más.

Algunos más, hablan de líneas blancas, del “bajón”,
del acelere, de que sino te drogas no vives,
cada uno construye sus líneas,
después de todo el argumento
de las historias no habla
de un número determinado
para estas, que importa
sin son cien o mil o una.

En las líneas de mi manos
se pueden leer la intensidad
de tus prontos pasos.

Debo dejar en claro,
que no todas la líneas
se leen.

Entre las anotaciones....


Entre las anotaciones…

He tomado mi amor
que acostumbraba a los astros
a jugar a la rayuela, sin precauciones.
Le dije, yo creo amor
que todo lo que te he dicho es mentira,
que la tarde no crece,
que la noche no es oscura,
que el sol nunca ha existido,
que mi voz no inquieta,
que mi voz se va apagando
conforme pasan los días,
que tú no me dejas dormir,
que las cosas no son lo que parecen,
que la vida podría ser otra cosa,
pero ella, ella ni siquiera se preocupa,
ella no se entera, sonríe, sonríe.

Así la tome sin precauciones,
bien podría cortarle un brazo,
adueñarme de sus apéndices,
incluso tomar en mis manos su corazón,
mientras ella parece seguir distraída,
como mantenida en medio de un sueño,
un juego, un encuentro de locos instantes,
de locas aventuras,
tome mi amor entre astros
que coquetean con ella en todo momento,
lo único malo es que ellos
ya no tendrán con quien jugar a la rayuela
y yo tendré por siempre sonrisas,
amor, así como inquietas noches,
eso sin mencionar los largos desvelos.

La lluvia de estos días...


La lluvia de estos días.

En estos días que llueve mucho,
pareciera que alguien esta lavando sus penas
dan ganas de salir de juerga, pero el viento
que se suelta después de la lluvia es tan frío
que lo único que se me ocurre es esconderme
tras la complicidad de unas sabanas
que no se atreven a mirar la lluvia,
pienso en escribir alguna carta,
no se aún si una carta de amor,
pero una carta a una mujer que viva
lejos de esta ciudad, para hablarle del frío,
de lo mucho que llueve,
del vacío en mis brazos cuando salgo
por las calles a dar un paseo,
que no observo a la gente
en las calles porque sus rostros
me recuerdan al de ella.

Tengo ganas de decirle a mis vecinas que ya no hagan ruido
en las madrugadas, que dejen de cocinar sus galletas
que dejen los rezos para más tarde
que si acaso no han notado
que en estos días se ha desatado el frío.

No es lo mismo decir amor a sentir amor.

La palabra es una cosa, el sentimiento es algo diferente
la lluvia cae sin tener pretexto para detenerse, parece
que alguien estuviera muy sucio, tan sucio
que al estarse lavando, arrojara grandes cantidades
de agua, mis vecinas no dejan de cantar
de hacer ruidos todas las madrugadas,
más tarde salen a las calles a repartir esperanzas,
aunque más creo que salen a buscar
esperanzas para sus sueños refugiados.

No es lo mismo el agua que no deja de caer
que el agua caída en otras ocasiones.

Llueve mucho, no deja de llover, tengo ganas
de escribir una carta, de las que se escriben
a tinta y papel, no de las que se pretenden
hacer mediante un teclado repelente a la lluvia,
llueve como nunca, quizá sea tanta la mugre del mundo,
quiero escribirle a la mujer que dormirá conmigo,
la que no me dirá palabras de amor, porque las palabras
son una cosa y otra cosa es el amor, la mujer
que entrara por la ventana, porque por la puerta
cualquiera entra, porque al entrar por la ventana
será libre, porque me hará el amor si inventarse nada.
Decir amor es complicado, no encuentro la palabra.

Tengo palabras que se pierden,
otras que son tormentas;
mientras, mis vecinas se encargan de sus rezos,
se pierden entre sus vestimentas extrañas,
te desean buenas cosas
para que tu alma corra al encuentro
de lo Divino, mientras
yo deseo que mi alma se encuentre con ella,
ella la mujer que amo no con el sentido
de una palabra, porque bien he dicho,
la palabra es una cosa, amar es otra.

Hoy llueve mucho, tanto como para lavar
todas las penas del alma.

Decir amor, es hablar de ella. no tengo palabras,
deseo sentirla, saber que existe, deseo escribir
que esta noche estaré en sus brazos, ambos
consagrados al amor, mientras que la lluvia siga.

jueves, 29 de noviembre de 2007

A la fecha...


A la fecha

Voy lleno de ti,
a todas horas te pienso.

Esta tarde mientras llovía,
me daban ganas de abrazarte,
de abandonar la ciudadanía de tu ausencia.

Deje la soledad, para buscarte esta noche a las 7,
para sentir de cerca el calor de tu cara,
para que tu voz me despierte,
para andar por tus huesos
y saber que no te habrás ido
aunque pase mucho tiempo.

Esta ciudad que no deja su grandeza, se equivoca
si piensa que con tu ausencia, ella esta bien,
pero es como si tuviera alguna deficiencia
del corazón, mientras yo siento tirones de la pasión,
porque esta noche no estas conmigo.

A lo mejor es la falta de litio,
de todas formas
desde que te conozco soy otro

Yelile


Yelile

De andamio en andamio,
me encargue de construir los tiempos,
la risa, tu rostro, la imagen
que los andantes pueden ver cada
se cruzan en tu camino
sin tocar tu cuerpo.
Intuía en ti el amor,
no sin antes suponer,
casi hasta adivinar las cosas
que contigo vendrían,
adivine tus manos,
tu piel, el sabor de tu piel,
la sensación de tus labios en los míos,
tu risa, tu voz e incluso me atreví
a dibujar tu rostro,
a construir tu rostro
dentro de la adivinación diaria
de esta vida que empecé a construir
para los dos desde la vieja infancia,
ahora tan vieja pero que en aquellos tiempos
me resultaba tan inquieta, tan llena de gracia.

Me perdí del mundo de un día para otro,
deje de existir, más no me llene de vergüenzas,
bien podría ser un albañil
que intenta ir armando el rompecabezas de su casa piedra a piedra,
pero más bien moldeaba la piedra
al igual que lo hace un escultor,
con delicadeza y entrega;
fui tallando tu imagen,
te fui encontrando hasta escuchar tu voz,
hasta oírte decir suave,
hasta oírte decir alma mía,
hasta convertir mis sueños
en la más dulce realidad
y la saliva en el intercambio
más inquieto para los dos.

Cuantas veces me he entregado en falsas situaciones,
en falsos amores que no desean nada,
cuantos veranos han tenido que transcurrir para construirte,
cuantas horas han pasado mientras mi sangre te hacía mía.

Tú mía, pura mía.

Cante en silencio tantas veces,
me puse a buscar tus huellas
en el polvo removido tras una tormenta de arena,
te busco en mis labios que se cansaban de no besar,
cuantos veranos en soledad,
cuantas cosas para al fin de todo encontrarnos,
para después de brincar nuestras sombras, andar por el mismo camino.

Te amé mientras te fui construyendo,
te hice todos los espacios en mi mundo,
estuviste desde siempre en mi lecho,
te adivine, te construí, nunca tuve temor a no encontrarte,
porque mis silencios,
porque mis ausencias eran algo calculado,
eran el paso necesario para que tu existencia
estuviera del todo completa.

Todos los besos que te he dado
para vencer a la soledad
al final surgen efecto,
terminan por vencer.

Trabaje todos estos años,
me convertí en escultor,
te fui construyendo en mi soledad
hasta llegar a ti,
hasta escuchar todo los sonidos
que salen de tu corazón
de tus inquietos sentimientos,
hasta sentir que al igual que yo, tú me amas.

No fue ausencia, la de los dos,
fue el periodo de construcción,
el periodo en el cual el mundo no nos observo,
besamos el silencio, nos buscamos,
empezamos a existir en nuestros brazos,
en nuestros tiempos,
en nuestra magnifica construcción…

cosas...


Acerca de los pensamientos de otros. Un día cualquiera.

Deseba comprar el pino de navidad. Luego los amigos y sus consejos que si del otro lado es mucho más barato, después este amigo con su cara de que alguien se lo había jodido llega para darme según él la gran noticia, lo único que hice fue ponerle cara de que le había pasado, después le dice no “chinges”, la realidad es que a estas alturas ya nada me sorprende. Cuando uno esta hasta la madre dan ganas de mandarlo todo a la chingada, pero pienso que nada de eso tiene sentido, quizá debería tranquilizarme un poco.

Esta tarde fui guía de turistas, ya sabes han venido algunos visitantes ocasionales desde mi tierra y uno pues debe ayudarles a conocer los lugares desconocidos, quizá tan desconocidos para uno mismo, pero se debe mostrar, el lunes empiezan las clases, espero no estar magnificando el valor de esas clases y todo sea un pendejada, así me sería mucho más fácil de llevar, en el fondo las cosas son siempre fáciles, uno es el complejo, por cierto como sigues, te duele aún la cabeza, perdona que no te deje hablar tengo prisa, otro día hablamos.

No puedo ir a la ciudad de México, tengo ensayos, podría el día de mi cumpleaños, o quizá para Navidad, pero ahora no, (quizá debería explicar la teoría acerca de que existen mujeres destinadas a cantar), mi jefa tiene cosas que hacer en estos días y después yo tengo mis compromisos, en verdad no puedo, tengo muchos compromisos, sobre todo ensayar, me estoy enamorando de mi voz. Si me llamas un día de estos, igual sería un bonito regalo, igual y grabo tu voz, me gusta tu voz.

Después de todo, quizá me estoy inventando todo esto porque no tengo mucho por hacer o simplemente sea salir de alguna forma de la rutina, vaya cada uno a juzgar, y algunos más a sentirse en medio del dialogo, acaso no es lo bonito.

Acerca de los pensamientos de uno.

Nada.

Exagerado o extremista creo que no dejare de serlo nunca, pero existen días que una sola palabra basta para definir lo que circula por el pensamiento, quizá ahora lo que me preocupa es ponerme a trabajar porque me espera un pesado motor, no se si lo que preocupa es que sea pesado o que me espera, a la espera de uno un motor, tampoco es algo para pensar, eso es lo que yo creo.


En las últimas fechas me pongo a soñar mucho, cosas simples, quizá no debería llamarlos sueños, son cosas que a cualquiera se les puede ocurrir, más me pregunto, como puede ser la vida de alguien cuando deja a un lado las cosas que le gustan para hacer las cosas que ama, no es como poner en una balanza y observar cual tiene mayor peso, tampoco paso por una circunstancia de valoración o indecisiones, es decir, para la vida misma llega el momento de tomar decisiones, en mi caso he tomado las situaciones correspondientes como deben de ser y bueno están resueltas, pero es sin duda interesante el ejercicio, el imaginar que sucede al interior de uno cuando algunas cosas se dejan de hacer para dar paso a las más importantes a las que defines el rumbo de vida, con esto no trato de convencerme de algo pues convencido ya estoy. Mi naturaleza es la que me orienta a estas preguntas, es la que me hace entrar en una especie de reflexión un tanto inquieta, un tanto pasional en la que poco importa que las cosas tengan lógica, sino lo importante es imaginar, es tratar de ver un mundo desde la idea diaria de vida y desde la idea diaria que se adopta, por supuesto que prefiero la idea por la cual he decidido, es la mejor por lo mismo la he adoptado ya, pero no deja de ser interesante plantearse tantas cosas. Esto no es otra cosa que una especie de diálogos, no se con quien se da el dialogo, pero me gusta el dialogo, quizá sea una especie de monologo, y no de monos tratando de decir algo, no se aún que pero tratando de expresarse, en el fondo siempre existen seres que nos vamos entendiendo, no solo existe un loco, por suerte, no son los tiempos para decir que somos los últimos de una especie, existimos muchos, bueno ni yo me entiendo ahora, muchos no me entenderán de seguro. No me he dado tiempo para platicar con algunos amigos, no porque no quiera sino porque he tenido carga de trabajo, quizá ahora de lo que adolezco es de espacios, no me quejo de ello y tampoco me he vuelto esclavo de algo que no me gusta, es decir no soy de la gente que dice que ama y que le gusta su trabajo, para mí el trabajo como trabajo, como fuente de ingresos no me gusta, le hacer algo, el estar haciendo, el estar creando, el estar inventando, sin importar lo que puedas obtener a cambio, eso es parte de lo que me atrae, pero bueno, ahora mismo debo preocuparme por obtener algunas pequeñas ganancias para tener muchos días sin hacer nada, después de todo creo que le llaman plusvalía, quizá sea lo único interesante del capitalismo, no por eso me gusta, en el fondo lo detestare hasta el final mismo. Eso es ser necio…

Los ruidos de motores son como el timbre de entrada, los dolores de cabeza son algo como necesario y muchas veces se vuelven como una carga que ya no se quiere traer.

Existen platicas que me encanta, otras más que tan solo sobre llevo, comentarios que aún no entiendo, pero que tampoco me preocupo por entender, es decir allí se quedan, algunas veces pienso en ellos no porque me causen un ruido sino porque me pongo a pensar en la necesidad que deben de tener estas personas de ser escuchados, es como si estuvieran tremendamente vacíos como si tan solo fueran un trapo viejo que los usan para limpiar los espacios sucios y aún más vacíos, por supuesto que eso es una estupidez aún mayor que todas las estupideces nunca antes dichas, pero que importa si todos los días se pueden decir…

De la gran ciudad...


De la gran ciudad…
Me sorprenden los vientos
que estrujan los sueños de colores,
los labios sin formas,
las ganas sin ganas
de andar en los brazos
de alguien que no conozco,
algo entre mi poesía
que no la deja existir,
que quizá nunca pueda saber lo que es,
que las palabras de las que hablan
sean un regalo sin sentido,
que las sorpresas sean plantadas
para que cada vez,
al pasar por donde fueran plantadas
nos atrape el asombro,
algo entre mis manos
que no se aún lo que es,
un niña que es del todo ajena,
mis brazos que desean abrazar
a una desconocida,
el viento que estruja sueños de colores,
el gran patio de la ciudad
propicio para patinar,
las hojas de los árboles
que se secan,
pero que no se pueden arrancar de sus ramas,
que al pasar sobre esas hojas se quejan,
que desde esta acera,
no existe futuro,
que mis manos
ya no quieren saber más de cacharros sucios,
que me traga la densidad
con la que me dicen que todo es cierto.

Lo que se tiene es un gran sueño,
pero no por los desvelos,
ni por los estragos de haber bebido tanta cerveza.

Un río cuando lleva mucho agua,
cuando esta a punto desbordarse causa mucho miedo,
se piensa en los daños,
la luna incluso levanta como nunca las mareas,
pero la luna no deja de ser queso,
ni el miedo deja de ser colectivo,
ni el viento deja de darnos sus azotes,
ni la luz de penetrarnos
cada que se le antoja,
no importa si es de noche, tarde o mañana,
la naturaleza hace lo que se le antoja,
ante eso no existe futuro.
Me sorprenden las noches de luna llena,
me dan ganas de comer de tus labios
todos los dulces posibles,
dulces que no tienen fe de bautizo,
sentarme en tus piernas,
dejarme dominar por tus brazos,
después recibir tu calor a medio cuerpo,
antes de que la mañana aparezca,
luego desaparecer a toda prisa,
regresar a la misma acera,
allí,
al mismo sitio donde no existe el futuro.

Que importa si el viento nos arrebata del sueño,
sí la luna se ve mucho más hermosa en otras ciudades,
sí las estrellas acá se esconden,
íi la niña me resulta ajena,
sí acá no exista nada cierto,
sí lo incierto es la realidad diaria,
lo importante, lo único que vale la pena,
es que estamos en el lugar más maravilloso del mundo.

miércoles, 28 de noviembre de 2007

Historias


Yo podría contar que hace tres días me perdí por las calles del centro histórico, que me encontré con un viejecito que tocaba un violín, no se aún quien era más viejo si el violín o el viejecito, pero lo que si puedo decir, es que me llevo por lejanos años a dar un paseo en el otro México, en aquel que no aspiraba a tener una pista artificial de patinaje sobre hielo, se quiera o no eso causa cierta ilusión, aunque se debe confesar que no se sabe patinar ya sea sobre hielo o sin hielo, muy normal en mí no saber muchas cosas. Al viejo le ha costado mucho trabajo entender todos los cambios de estos últimos años, no tan solo los cambios tecnológicos, esos como sea jamás serán de importancia para él, además de que para el lo importante es tocar su violín y para ello ni siquiera precisa de partitura, los cambios que aún no comprenden tienen que ver con los cambios climáticos, con que existan días en los que el frío cala mucho más de lo que debería en temporadas inadecuadas o que llueva cuando ya no debería. Me dice que en sus tiempos hacía mucho más frío, pero todo en su tiempo, nunca en cualquier época del año. Mis amigos, los más jóvenes de seguro terminarían por reírse de él, no por sus ideas acerca de los cambios que nos vienen afectando, sobre todo esos que tienen que ver con el clima, sino con las cosas de la tecnología, pues el pobre hombre no entiende nada, él quizá se reiría de nosotros por la pobreza existente en nuestras almas, así que de alguna forma estaríamos a mano como se dice.

El viejecito sin duda no podría tocar jamás en su vida un allegro o un andante, ni creo que tenga idea de quien era Schubert o algún otro genio de la música, quizá el que no tenga idea de todo ello sea yo. El caso de mi visita un tanto perdida por las calles céntricas de la ciudad no tenían como único sentido rescatar mi buen gusto por la música, porque a decir verdad no soy conocedor de la música, para mí basta con un buen ritmo afro cubano para ponerle ritmo a la vida, poco se de otros ritmos y de arte como para pretender entender lo que de por si no se, lo que es claro que el viejecito estaba tocando música mexicana que tuvo origen en la Revolución, no se aún si motivado por ese espíritu de fiestas de estas fechas o por el simple placer que causa un día domingo en la plaza de la Constitución. El caso es que por allí lo encontré.

La ciudad es ideal para vivir, tiene su encanto, pero una vez que te habitúas a ella, por alguna razón dejas de sorprender y todo te parece tan lleno de rutina, tan complejo, tan monocromático, todo en una escala de grises impresionante. El viejo, dice que de tener 35 años menos vendería su casa y se iría a Europa, parece que todo mundo trae la fiebre de ese continente en la sangre o quizá su repunte económico lo ha vuelto un sitio por demás tractivo, el caso es que el pienso que le iría mejor si pudiera vender su casa, e ir alguna de esas callecitas europeas, supongo que no conoce dichas callecitas y no estoy seguro de que tenga televisión y las hubiera podido ver alguna vez, pero quizá lo ha hecho en fotos, pero todo es suponer, pero él dice que si pudiera estar en alguna de esas callecitas tocando sus canciones le iría muy bien, entonces con magistrales movimientos se lanza a las cuerdas ahogadas por nuestra platica de violín y les hace chillar, no se aún si chillaban o hablaban o declamaban o me reclamaban por tu ausencia no del todo lejana en tiempo y si en distancia, pero interpretaba aún mejor que el canto de cualquier gorrión, en ese instante sentí muchas ganas de llorar, de llamarte de tomar tus manos, de decir lo tonto que he sido con mi comportamiento, deje por un segundo que la emoción recorriera cada una de mis terminales emotivas, no me contuve, pero tampoco deje que las lagrimas recorrieran la piel de mi rostro, mis lagrimas cubrieron mi interior hasta llegar al mundo de tu presencia. El viejecito insistía con su idea que alguna ciudad italiana le vendría muy bien, pero que por razones de idioma prefería otro país, le dije que uno debe estar donde mejor se sienta a gusto, que los mudos no hablan italiano y se comunican a la perfección, se echo a reír con ganas, solo entonces note que no tenía dentadura. Una pareja de argentinos, eso más viejos que el violín, eso al juzgar por su aspecto, se acerco hasta nuestra pequeña reunión improvisada y se puso a bailar, después nos dijeron que no existe nada como el amor, como si entre el viejecito, el violín y yo se estuviera tejiendo un triangulo amoroso, lo que nadie sabia era que ese vínculo de amor era tan solo entre los dos, sin importar nombres y demás historias.

Podría seguir contando las cosas que esa tarde me pasaron, pero nada de eso tiene importancia, porque lo único que en verdad me lleno de vida fue ese encuentro que para algunos podría decir dado por la casualidad y que en palabras de Borges no es otra cosa que una cita, una cita que habría esperado algunos años en cumplirse, esos años que precisamente habrían tenido que llevar toda esta carga emocional para tener el valor que esa tarde fría de unos días atrás han tenido en mi vida, de otra forma no habrían sido sino una circunstancia más de vida. Después de todo, las cosas no suceden si uno no lo desea, si uno no se pone a buscar, si uno no se empeña en que pasen las cosas, si uno se cruza se brazos nada pasa y si uno se pone a lamentarse, lo único que se consigue es lamentarse hasta el día en que la muerte llegue. He convencido al viejecito que venda su casa, que se marcha a Europa., si desea irse a Italia, que lo haga, que finja estar mudo sino puede con el idioma, que se ponga a tocar su música que haga llorar su violín que le diga a la gente de ese mundo particular de donde es, que sueña, porque esta allí, que no deje de contar su historia, porque al final de todo, lo que andamos buscando es transcender, sin historia, es como no existir.

La casa


La casa…

Nunca más tuve una casa,
nunca más me entretuve
en el cuerpo taciturno
de una mujer,
todo fue abrupto,
mi éxodo no fue otra cosa
que la locura extremo,
mi casa inexistente
fue el motivo de las batallas perdidas.

Mi cuerpo es una casa,
es todas las casas que pude tener,
al mismo tiempo no es nada,
es mi soledad, es mi silencio
es la derrota es el encuentro.

Nunca más tuve una casa,
me marche de ella a temprana edad,
tan temprana la edad
como temprana eran las inquietudes,
el primer amor aún no llegaba,
mi vida se interrumpió,
otras ciudades me contaban sus historias,
pero nunca esas ciudades
fueron mi casa,
mi casa lo fue mi cuerpo,
este cuerpo que se fue tatuando
con tintas indelebles,
mi sueño nunca fue igual,
mis manos dejaron de tocar
al cuerpo de mi infancia,
desde aquella impetuosa salida.

Acerca de decir nunca más,
es como estar condenado a no regresar a ella,
a perderse en el mudo silencio no existente,
a no dejar que el recuerdo
tome formas a vagar sin detenerme
por espacios nunca antes pensados,
como si vagar fuera la solución,
como si a la vuelta de la esquina
un nuevo destino estuviera esperando,
como si una nueva visión
de lo que pudiera existir estuviera allí,
pero después, de nuevo este sentimiento,
esta incapacidad, esta soledad,
soledad no de amigos,
no de cosas, sino de no tener casa,
esa casa de la infancia,
esa casa de los juegos,
esa casa de la que fui arrancado
mucho antes de nacer,
mucho antes de lanzar el primer grito,
esa casa donde a veces pienso que no debería morir,
esa casa que ya no existe más que en mi imaginación.

La casa, cuanto extraño la casa, aún sin conocerla, aún sin tenerla.

La casa, ¿qué es la casa, acaso no es un capricho
de cuatro paredes que nos atrapa?…

MUndo imaginario...


Existen días tan complejos que llegamos a creer que podemos ocultarnos tras de una salchicha, lo peor es cuando creemos que detrás de una salchicha podemos ocultar una gestación de ocho meses y como embrión tenemos un ratón, todo es parte de los sueños de otros.

Un amigo a perdido a la abuela hace unos días, alguien más parece que descubrió los efectos del Prozac, otros parecen que tendrán un pronto recital en los días que se avecinan, en mi caso he guardado silencio por algunas horas, un tanto por la necesidad de hacerlo sin estar condicionado y otro tanto porque a veces me quedo a la expectativa, notando como los ruidos son parte de todos y esos mismos ruidos me devuelven a una realidad inmediata que me hace entender tantas cosas, por supuesto que las cosas que no se entienden pues ni siquiera hago el esfuerzo por entenderlas, también tengo amigos que solo te regalan simples saludos y no dicen más como si algo en ellos anduviera fuera de lugar, quizá es mi loca fantasía de entender las cosas, pero bueno siempre tengo esa forma de entender, así que no debo sorprenderme del todo.

Me he venido preguntando acerca de las experiencias por las que debe pasar una persona después de experimentar una mutilación física, a lo que se llama de forma bien, como amputación, me pregunto cosas simples, el de cómo se vencen los miedos y se dan los siguientes pasos para poder llevar una nueva vida y como hacer que la parte que ya no se tiene deje de tener memoria, y si esa memoria existente sirve de algo, es decir si guardamos un registro de todo lo que hacemos y nos volvemos tan mecánicos que solo notamos las ausencias una vez que nos hace falta algo, en fin esa idea no tiene algún sentido práctico, solo es una pregunta que se me ocurre como se me habría podido ocurrir cualquier otra pregunta.

Se que estas cosas ni siquiera se deberían estar poniendo en medio de la red, pero son parte de las cosas diarias, es decir no todo es parte de la vida de un color o de la vida en trabajo o de la vida tratando de cazar letras, a veces la idea de estar cazando letras puede ser la idea más tonta que se pueda tener porque no existe un atrapa letras como dicen que existe un atrapa sueño, o un atrapa mariposas, de hecho si existe un atrapa mariposas y las mariposas son algo tangible, pero los sueños al igual que las letras digamos que no son algo que se vean con facilidad como para decir ahora atraparé determinada cantidad. Lo cierto de la tarea es que para poder hacerla se tiene que invertir mucho en ello, no me refiero al tiempo ni las cosas que medio se van escribiendo, las cosas que se comparten son parte de los espacios muertos, para poder escribir se requiere de un trabajo extra un trabajo más o menos serio donde a diario se invierte en investigar en ir puliendo un trabajo, formar una teoría, escribir acerca de hechos, deformar realidades, conformar la historia que se desea contar sin apasionarse tanta y llegar a creer que esa es la única verdad de estos entornos, tampoco se trata de que con ello uno pueda pensar que con eso ya se tiene capacidad de no se cuantas cosas sin sentido, como por ejemplo el de criticar, esa es quizá la tarea más compleja, tonta y hasta cierto grado estupida. Claro que muchas veces parece que las cosas llamadas técnicas son más importantes que le trabajo mismo, aunque a los que ya tienen cierto prestigio nadie les dice nada, quizá nos deberíamos preguntar porque es que sucede eso.

Existen días que todo se mira tal cual, no existe nada que nos permite ver con cierto agrado o desagrado las cosas, todo se presenta como es en realidad, incluso la cerveza podría tener en verdad ese sabor amargo mucho más amargo, la playa estar mucho más caliente y el agua del mar mucho más salada, la compañía podría resultar insoportable, esos días son los que dicen que no se deben recordar porque no suelen construir. Lo pero de esos días es enterarte de que no vives para lo que te vienes preparando para lo que según tú fuiste hecho, el poeta no resulta ser poeta, el ingeniero no es ingeniero, se transforma en todo, en poeta o escritor de medio tiempo y de medio todo sin ser nada, en esos días todos los sabores tienen esa característica al amargo, y se puede convertir en adictivo, tanto como pueden ser los besos, esos días algunos dicen que son para olvidar, pero una vez que se instalan suelen no irse de lo que somos, son unos vecinos aferrados a sus cometidos y para que les digas adiós se necesitan de razones más que poderosas, esos días podrían ser de los llamados innombrables, pero sin esos días como podríamos hacer un balance de las otras cosas que nos pasan. El mundo de lo imaginario, es el que habitamos a diario aunque algunos amigos me digan que estoy mal, que sigo siendo uno de los que adolecen, eso no importa, tampoco la vida puede ser como un cortometraje donde puedes cortar y pegar los días que no te gusten como si fueran escenas de alguna película, claro tu propia película, lo importante después de todo esta en uno mismo decidir que es lo importante. Pero eso se da con el paso de los días.

Los sueños son el consuelo de los tontos, quizá sí lo vemos así, la realidad sea el consuelo de los que para nada son tontos y entonces cuando descubres que estas en ese mundo en el cual ahora no vives para lo que estas hecho, los sueños sean el único escape, por suerte vivimos en varios mundos, incontables mundos, así que para que preocuparnos, pero en el mundo en el que mejor se esta es en el imaginario…

martes, 27 de noviembre de 2007

Probar el sabor de tu piel...


Probar el sabor de tu piel,
no el agrio sabor,
ni el sabor entre lo divino o lo inquieto,
sino el sabor de tu piel,
ese sabor con el cual despiertas,
el sabor de todos los días
ese sabor de segundos antes
de que la primera gota de agua
recorra tu cuerpo, es caminarte
de los pies a la cabeza
sin abrir los ojos,
porque no quiero
ser sorprendido
por el resplandor del sol
al amanecer, aunque de noche
me gusta ver tu belleza
de inquieta luna.

Seguro en tu vida
existe quien tomo un pellizco
de lo que eres,
seguro que tuvo miedo,
que no se atrevió a quedarse al placer supremo,
al canto hechizante de lo que irradias.

Probar el sabor de tu piel,
es como tomar el chocolate,
no un pellizco del chocolate,
ni un trago da la más exquisita bebida,
estar en tu piel no es como andar
en una olla rota
de esas ollas rotas
que algunos cuelgan
en las puertas de sus casas,
no eres adorno,
eres inquieta, eres propuesta,
eres una flor que no se marchita,
aunque muchos tontos
no saben que la flor al marchitarse
sigue siendo flor,
que la flor caída al suelo
sigue siendo flor,
que la flor muerta sigue siendo flor,
que la flor nunca deja de ser flor.

Probar el sabor de tu piel es único.

Camino por todo tu cuerpo con los ojos cerrados,
no quiero que algún rayo del sol me sorprenda,
no camino a pies descalzos,
aunque no calzo nada en mis pies desnudos,
camino con una lengua partida
que húmeda va en ti,
recorriendo tus inquietos espacios,
no quiero ser sorprendido por nada,
no dejo que un pequeño espacio se me escape,
tu dureza me atrapa,
tu piel suave como la semilla del mamey,
tu sabor a la carne del mamey,
tus ojos con brillos de luna,
tu misma un canto de sirena
que hechizas con la mirada.

Probar el sabor de tu piel es alcanzar la gloria.

Hubo quizá por allí alguien que se ha confundido,
alguien que por error abrió los ojos
intentando sorprender al resplandor del sol,
o atrapar tus historias, lo único que ha logrado
es una ceguera de su inquieta alma.

Hubo quien probo el sabor de tu piel a pellizcos,
no quiso atreverse a más,
no fue al encuentro con los amigos,
se escondió bajo cualquier pretexto,
ahora piensa que es el momento,
pero no le queda más que una olla rota,
olla que se ha puesto en una pierna
en forma de tatuaje;
el instante se convierte en recuerdo,
la oportunidad en historia,
el sabor en una sensación rara.

Probar el sabor de tu piel se lo debo a esos pellizcos en tu vida,
a los pellizcos en la mía a los compadres
que no venían a tomar el chocolate
porque preferían el juego en otros lugares,
porque era mucho más sabroso el cuerpo
de otros seres en otras mañanas en otras camas,
porque sus cuerpos no tenían el resplandor del sol,
porque podían tener los ojos abiertos,
porque podían recorrer todas sus distancias calzados,
porque andar descalzos, es cosa mal vista el día de hoy,
probar tu piel es lo mejor que pudo pasarme.