viernes, 29 de febrero de 2008

sueños...



Anoche tuve un sueño inmerso en la actualidad, es extraño, pero estaba en casa, creo que en la casa de la ciudad de México, pero el resto del escenario era la casa de mamá, claro que sea lo que sea, estaba en el camino más largo rumbo a la escuela, la primera escuela, la que define según dicen el carácter. Andaba descalzo, no se porque me impacte con esa situación de andar descalzo, de chico, siempre descalzo, una porque no me gustaban los zapatos y la otra es porque tenía que cuidarlos, el dinero no alcanzaba para tener más de un par, incluso tenerlos ya era un lujo. Alguien me estaba llamando por mi nombre, no el nombre con el que me conocen todos, ni el nombre de ahora, ni todos los nombres posibles, sino el nombre con el cual crecí, Beto, me decían Beto, a veces me molestaba tanto que me nombraran así, prefería ser nombrado por mi apellido materno, aún lo prefiero, aunque no me desagrada que me nombren como cada uno quiera. La calle es ancha, hace un tiempo ya que dejo de ser terracería, no crean que se modernizo y esas cosas que vienen de la mano de las nuevas épocas, con problemas le pusieran un relleno y un poco de concreto, quizá para hacerla mucho más caliente de lo que era antes, como era antes, cuando iba a la escuela es como se apareció en mis sueños, una calle de tierras sueltas, con una aspecto más o menos agradable a la vista, pero sobre todo, agradable al tacto, ya se imaginan en medio de un calor insoportable y esa tierra, por debajo de la capa superficial un tanto fresca, que daba gusto arrastrar los pies dentro de ella, hasta sentir que no había nada igual en todo el mundo. Se aprende a caminar descalzo en medio de la tierra ardiente, aunque de alguna forma no deja de quemar. Allí estaba yo en mi sueño, listo para salir corriendo, aunque no entiendo porque tenía esa necesidad de correr o esas ganas por hacerlo, el caso es que estaba a la espera de una orden o un disparo que hiciera saltar todos los mecanismos que accionan la marcha a todo lo que el cuerpo da, si es que el cuerpo da para esas cosas. Es muy extraño esto de los sueños, sobre todo para mí, recordar esas cosas, casi siempre me parecen imposibles, quizá en estos días que mamá me habla de sus miedos, de las cosas que le espantan al estar soñando, este intentando conectarme a sus sueños, a sus emociones, quizá de alguna forma intente ayudarle con esos demonios que la visitan y le hacen temblar, quizá no sea otra cosa que una sensación condicionada por llegar y rescatarla, pero a veces los sueños no saben de caprichos y esas misiones son imposibles de cumplir. Qué puede uno hacer en medio de una calle de casi un kilómetro de largo, que se puede pretender en medio del sueño cuando en todo momento estas dispuesto a salir corriendo, como para distraer al cazador de su presa, como para ser el foco que distraiga a los demonios de otro sueño, pero me parece imposible participar en otro sueño, es imposible, supongo, ser parte de un gran sueño o del colectivo de muchos sueños, se imaginan si uno pudiera programar esas cosas, si uno pudiera entrar en común acuerdo al sueño de los demás e investigar lo que allí sucede, fotografiar incluso todo lo que pasa, luego, que colores tendrían las fotografías del sueño, incluso ahora mismo me pregunto cual era el color del ambiente de mi sueño, dicen los que recuerdan con precisión sus sueños, que alguna vez estuvieron en medio de un paisaje hermoso y único, o tal vez un pasaje único y hermoso, que importa el orden, el caso es que en mis sueños, no logro recordar los colores, pienso que soy quien le pone esos colores, pero ya de una manera conciente, lo de anoche, el espacio, me parecía tener un matiz a viejo, ese matiz un tanto sepia, aunque hubiera preferido todo en blanco en negro. Durante seis años nunca interrumpidos, me dedique a caminar ese camino, no era otra cosa que la ruta a la escuela, con el tiempo pienso que esa misma ruta definía mis andares por el mundo, llegue pensar que de seguir siempre en línea recta podría llegar a cualquier lugar, pero como darse cuenta si la línea continua siendo recta o uno comienza a dar pequeños cambios de dirección que a la larga se conviertan en curvas. Nunca pensé que de tanto andar con las pies descalzos, cada que me fuera posible, terminaría por pisar otros suelos, otros mundos y otras historias paralelas, no imagine, ni el norte o el sur de este planeta, no imagine conocer tanta gente, el mundo de esos tiempos se restringía a carretas, a campesinos que se lamentaban su suerte, a niños que no eran capaces de aprobar un curso elemental y profesores incapaces de hacerles entender el verdadero sentido de estar en la escuela, me enfrente a batallas locales que definirían mi andar global, eso suena a consumismo, a lo globalización que a muchos nos parece agresiva sin adentrarnos en ella. Que importa esas son las cosas que pensaba. Pero allí estoy en medio de una noche de sueños, se de forma conciente que estoy soñando, con todo eso, trato de manipular mi sueño, invito a los recuerdo a los viejos conocidos a que me acompañen, creo que convoco a una carrera, quizá era la carrera por la vida, “l que llegue primero escoge compañero”, ese era el juego más constante. Hablando de juegos, yo tenía a mi súper héroe, no vayan a pensar que era el hombre araña o el capitán América y mucho menos súper man. El mío era un tipo enmascarado, que manejaba un pequeño auto deportivo. La imagen que más recuerdo de sus películas, es cuando se sentaba frente a la radio de onda corta y lanzaba su llamado de auxilio. “El Santo, llamando a Blue Demon”. Por supuesto que no podría tener otro héroe, es decir como mexicano, me encantan las mascaras, no tanto por los luchadores, sino por la lucha misma de todos los días, esa lucha donde cada uno desea salir victorioso, esa lucha que nos define, ser un tipo con mascara, es parte de la identidad, de lo que en verdad somos, de lo que define nuestros juegos, nuestras aventuras, nuestros desvelos, esto con madres ser luchador enmascarado, no se necesitan de telarañas y artificios tecnológicos, basta una mascara, si tienes un poco más dinero, pues te compras una capa y entonces todo se pone a modo, a pedir de boca, todo se pone sabroso y puedes jugar como nunca, te montas a la escoba y tienes un caballo o el auto con más caballos que alguien pueda imaginar. Ahora que hablo de los caballos, pienso que desde entonces aprendí a correr, era el más rápido de mi generación y de unas cuantas generaciones más grandes, aprendí a correr no se aún porque, quizá porque no deseaba padecer los efectos del hambre o porque el espacio en el hogar así lo demandaba, después de todo nada es como uno quiere, nada es parte de la realidad inventada, todo tiene otro sabor, ese crudo sabor que nos hace parecer débiles, pero estaba muy correr, ganarle a todos, saltar del árbol, lanzarse al río, no tener límites, estaba todo aquello a pedir de boca y con un héroe, que más se puede pedir, uno no sabe en esos tiempos de amores, de complejos o de distancias, uno no se entera de las necesidades que arrojan a un mundo que algunas veces nos parece agresivo, las mascaras a esa edad son símbolos de poder, de juego, de dominio, de lucha, a esta edad, después de casi tres décadas, las mascaras son una herramienta fundamental para poder seguir luchando, para poder seguir corriendo. Qué era un niño sin mascaras en aquellos tiempos, quizá un desposeído, aunque el campo para jugar era abierto y nuestros ojos no encontraban los límites, solo existía un lugar que nunca podíamos atravesar, pero eso estaba en nuestra imaginación y en nuestros miedos, hoy en día esos lugares tan inmensos, me parecen poca cosa, como si con los años, el suelo, la tierra, esos rumbos se fueran enjutando, haciéndose más pequeños, como si una joroba les hubiera salido y les doliera verse igual que cuando niños. Una joroba, no conocí en aquellos años a alguien que tuviera una joroba, ni siquiera a un camello, quizá porque no iba al circo, el dinero solo alcanzaba para las cosas básicas, eso si, siempre se tenían tortillas en la mesa. La pobreza no era un símbolo o una discapacidad social, era una forma de vida, una plenitud de lo que se podría hacer, tampoco la pobreza era un pretexto para no poder hacer nada o exigirles a nuestras madres que ya teníamos hambre, cada uno a su manera ayudaba con la economía de la casa, cada uno buscaba la forma de tener sus juegos a bajo costo, correr era muy barato, si lo hacías descalzo, los zapatos duraban mucho más, esconderse, nadar en el río, soñar, observar las estrellas no tenía un costo integrado, jugar a la pelota era posible si todos nos poníamos de acuerdo y cooperábamos para comprar una, pero eso sucedía una vez en la vida. Los regalos si eran juguetes nos venían mucho mejor, ya se imaginaran cuando tuve un balón profesional en mis manos y luego que estaba firmado por los jugadores del Cruz Azul, aunque confieso que no me gusta el fútbol, no como para hacerlo mi actividad preferida. Pero todo esto no se ni porque lo cuento, si la idea es hablar de mis sueños de anoche, cuando alguien me nombraba como antes, cuando alguien me decía que yo podía llegar primero y estaba en medio de una calle de mi infancia y allí mismo había voces de la gente que ahora conozco, voces de arrepentimiento, voces informales que te decían que todo era parte de un desliz emocional, voces que provenían de todas partes del mundo, y la casa, siempre la casa de mi infancia, pero ahora mudado a un espacio de la gran ciudad, y listo para despegar como si esa fuera la única razón para estar soñando, mientras los demonios de mi madre la hacían presa del pánico, creo que no sabía que estaba pasando, pero deseaba dirigirme a ella y no sabía aún que hacer. ¿Correr? Eso fue lo que hice, empecé a correr como loco, pero conforme avanzaba, el lugar al que deseaba llegar se hacía más y más lejano, pensé que se trataba de un engaño, de un truco de mi mente que no se atrevía a descubrir lo que me esperaba más adelante, pero tampoco podía ir más rápido, que carajo, pensé en pararme, pero ya no era una buena idea, no había visto mi rostros pero estaba seguro que llevaba una mascara del Santo, eso hacía yo allí, estaba trabajando de héroe, tenía que vencer a las brujas, a los demonios o a los burgueses, aunque no se muy bien si aún existen los burgueses, quizá debería de vencer a los que tienen el poder, serán acaso lo políticos, los adinerados, en realidad nada de eso tenía sentido, pienso que mi tarea era la de derrotar a los demonios que atrapaban los sueños de mi madre, pero al parecer ese no era el camino correcto. Entonces alguien me hablo dentro del sueño y note que su rostro no correspondía a la cara que me mostraba, pensé de inmediato dos cosas, la primera es que de seguro tenía una mascara y la segunda es que fingía la voz, una voz se puede fingir, pero pocos saben los secretos que nos unen a los demás, quede sumido en una confusión sin sentido. Pensé en el amor y sus héroes, si es que los tiene, pensé en tantas cosas antes de llegar al último punto de esa carrera, mientras alguien me distraía, no todo el tiempo era la misma voz o la misma imagen, alguien se encargaba de irlas cambiando, deje de preocuparme.
Soñar. ¿Para qué diablos soñar? Suena duro, se que no es parte de lo que me distingue, pero que sentido tiene toda esta aventura, que sentido tiene el salir de la cama con los pies descalzos, a los treinta y seis años, luego ponerse una mascara, sentirse héroe y creer que se pueden solucionar todas las cosas de esta vida, que sentido tiene viajar tantos años con destino al pasado para poder observar un largo camino que serpentea con rumbo a la misma escuela pero que ahora tiene otro disfraz, otras gentes, otros tiempos y el mismo espacio físico, que sentido que mis sueños tengan que despegar en ese espacio de terreno, como si fuera una pista, y de allí lanzarse al mundo y recorrer una ciudad Europea o el sur de este continente con la misma frescura de cuando se tenía entre seis y doce años, acaso me estaré volviendo un hombre común y toda mi locura se este mutando a las cosas que se hacen a diario para poder sobre vivir, acaso es necesario tener una responsabilidad de vida, con una pareja, con hijos y con sueños de grandeza y decir que uno se a domesticado, y que desde ahora esta dispuesto a realizar las tareas que nos impone una sociedad que se encarga del consumismo en su máxima expresión, acaso es tiempo de sacar dinero de todos los rincones, de exprimir acaso la alcancía porque lo que tenemos en cuenta no nos alcanza para tener un crédito y sin ese crédito no somos capaces de comprarnos nada, aunque después se le deba la vida y unos años de la eternidad a los bancos, acaso es tiempo de dejar de creer que estoy en medio de la locura más extrema y volverme a la realidad y soñar que estoy descalzo en medio de un camino, con una mascara blanca que me inmortalice y correr como nadie que es lo mismo que estupido sin saber a donde quiero ir, pero aún así me pongo a correr porque las voces que me siguen demandan de mi ayuda y demandan que les diga todo lo que pasa por mí y en mi vida y porque creen tener derecho a saberlo todo cuando no te dan nada y dentro de esa nada unas cuantas palabras parecen que los definen y piensan que es suficiente carnada para que pueda soltarme de la lengua y entonces, entonces poder decir que estoy mal o bien y que debí entender que el mundo no es diferente si estoy o no en el, pero que cuando guardo silencio me veo extraño y no debería callar porque mi tarea es estar pendiente de los demás y las voces siguen y continuo corriendo, no he venido a rescatar a nadie de sus sueños, no he venido con la idea de que mi madre tenga una noche sin sobre saltos, después de todo son sueños, sus huéspedes constantes los que le visitan y entonces, mi sueño es algo muy loco y poco intenso, pero que me hace sentir por un segundo más la tierra de un lugar que hace un buen tiempo quedo sepultado bajo los efectos de la llamada modernización y los restos de concreto que tal vez estén mezclados con asfaltos y los niños de ahora no podrán ver la gran laguna que se hacía en medio de ese camino, justo antes de llegar a las vías y que teníamos que rodear para no mojarnos los zapatos, pues sin ellos no se podía entrar a los salones de clases y era importante tenerlos bien porque no nos podrían comprar otros sino hasta el próximo desfile de independencia, nuestros pies no tenían derecho a crecer, como otras tantas cosas, me cansé de correr y decidí que era tiempo de despertar, no llegue a ninguna parte, pero antes de abrir los ojos, estaba de nuevo en Lille, empezando un viaje con rumbo a Brujas en Bélgica, me dije que "chingaos", vuelve a dormir esto se empieza a poner bueno.

jueves, 28 de febrero de 2008

Un cuento...


Desperté envuelta en llanto. Sabía desde un principio que se trataba de un sueño. No son esos sueños donde puedes ver cosas que te gustan, tampoco es algo que nadie pueda entender, pero lo peor de todo es que sentí mucho miedo, ni siquiera cuando nos asaltaron sentí tanto temor. En mi sueño me encontré a un hombre, alto, sucio que nos seguía a mi hermano y a mí, lo encontramos por la arenera, cerca de lo que fue el sitio de trabajo de papá, donde tenía la ladrillera. Ese hombre me estaba llamando por mi nombre, me preguntaba si lo recordaba, pero todo el tiempo le dije que no, luche mucho por despertar, porque sabía de sus deseos por matarme. Eso fue la primera noche. A ola noche siguiente, estaba otra vez en mis sueños, cerca del río, un tipo decidió que pondría la electricidad a todo ese entorno para que nadie pudiera pasar, y entonces cuando acababa de hacerlo, llego de nuevo, ahora era un tipo limpio, de piel limpia, montado en un caballo hermoso, me pregunto lo mismo, si es que sabia quien era él, le confesé que no, por supuesto que ya había adivinado de quien se trataba, pero le negaba su identidad sin saber si con ello podría ganar algo. Me dijo que no le importaba que esta noche el venía a matarme, empecé a temblar, andaba de nuevo con mi hermano, así que le dije que lo dejara ir, que ese era mi deseo, que después podría matarme, no se opuso, entonces luche como nunca, hice todo lo posible por despertarme, pues estaba segura que eso era lo que estaba sucediendo, lo logre, pero ahora estaba mucho más espantada que nunca, por primera vez sentí una tristeza enorme, y el miedo más profundo que una persona pueda experimentar, por primera vez en todos estos años de soledad llegue a pensar en el poco sentido que tiene todo esto de vivir sola, me retorcí en mis silencios y tuve ganas de abandonar esta casa, de irme a un lugar donde pueda estar con alguien, donde la noche no sea tan mala, donde mis temores no se exageren con un sueño, donde las cosas al menos puedan parecerme más seguras, la verdad es que no se, si existe dicho lugar. Posiblemente alguien este metido en problemas, quizá el tipo de mis sueños este por revelarme algún secreto, él me dice que toda la vida anda conmigo, que nunca estoy sola, pero cuando el miedo te domina, ni como entender esas cosas. Quizá se trate del sueño de siempre, pero esta vez me ha dominado el miedo. Me llamo por mi nombre, Helena, Helena. Siempre he creído que todas las cosas tienen un precio, el haber decidido quedarme sola después de mi separación, ahora trae sus consecuencias bajo el brazo, por supuesto que uno puede aspirar a estar por siempre acompañada o tener un amante, pero de que sirve un amante cuando esta lejos en el momento en que se necesita, no tan solo se necesita de amante para calmar los ardores y luego si estos ardores son frecuentes, mucho menos sirve tener un amante exiliado de nuestro entorno. Todo tiene un precio, es cierto, decidí soportar la tortura de estar sola a cambio de la felicidad de mis hijas, a cambio de que ellas se sintieran segura y no se aún, si ellas se sienten así o si al menos son en lo más mínimo felices, pero me duele esta soledad y este miedo primerizo que me embarga desde hace unas noches, la verdad es que ya no deseo seguir viviendo en casa, en esta casa que he mantenido a lo largo de estos años, como si estuviera esperando, pero el caso es que no espero nada, y nada me espera en ella sino es la presencia de la muerte y no le tengo miedo a la muerte, solo que no deseo morirme aquí, así, en medio de tanta soledad. Ahora tengo por lo menos vecinos y mucho ruido, ahora me siento más débil que nunca. Desperté a las tres de la mañana, sentí tantas ganas de salir de casa, pero tan solo pude apretar los dientes, miedo, eso era todo, corrí a verificar que las puertas estuvieran bien atracandas. Desde siempre me siguen los sueños, esas visiones que son la antesala de alguna muerte, desde siempre puede sentir la presencia del fin de la vida de forma anticipada, observo a la persona que esta por morir y me resigno, porque entiendo que nada de lo haga puede cambiar el destino o la suerte ya echada. Hace unas horas se murió la madrastra, no he llorado porque pienso que eso no tiene sentido, tampoco me siento mal por no haber estado en su funeral, es más creo que ni siquiera existió tal funeral, es decir, el cuerpo les estorbaba que ya deseaban deshacerse de él. He llegado a pensar que ese cuerpo fue parte de una entrega para que mis hermanas se puedan graduar de brujas, eso de la brujería a veces me parece una gran estupidez, pero existen los que mueren por tener poderes, así que no debe ser nada extraño. Mire de nuevo la hora, ya estaba por amanecer. Sentí esperanzas de que al llegar el día las cosas fueran mucho mejor, pero que sentido tiene el estar viviendo sola, lejos de todos y tan cerca del olvido, mi miedo no tiene nada que ver con lo que he soñado o si es que la muerte se aproxima, estoy segura que tarde o temprano terminare por morirme, el miedo es parte de las circunstancias, de la idea de ser sorprendida y que nadie se entere, me aterra la idea de apestarme en casa y que solo así se den cuenta de que deje de respirar, me aterra la idea de que nadie este allí para asistirme cuando ya no pueda moverme, me preocupa que nadie se entere y es el único favor que deseo pedir, aunque a veces no se a quien. Juana ha venido por la tarde a la casa, al parecer esta triste por como se han dado las cosas con la madrastra, como si ella hubiera sido una persona que se diera a querer, le he dicho que ha cosechado lo que sembró, que no es cosa nueva, que los miedos son naturales, le he contado de mis sueños, de todo lo que me pasa, de la loca idea de irme a dormir a sus casa o a la casa de mi hermano, aunque él ahora no esta, hemos hablado de tantas cosas, del dolor de perder a la gente que se quiere, de la risa, de la pintura en la cara de la media hermana, de quien Juana sospecha que no es hija de papá porque la considera un espíritu malvado, como si papá hubiera sido un hombre recto. Eso de que papá fue un hombre bueno es un cuento que nos inventamos a últimas fechas, no fue otra cosa que una necesidad de creer en algo, incluso él tenía esa necesidad para rescatarse de sus demonios, quienes lo conocieron cuentan que fue de lo pero, incluso mi hermana debe haberlo notado porque ella es un poco más grande, así que no es raro que la media hermana tenga esa frivolidad y esa maldad que le corre por todo su ser. Un día mientras recordamos a algunos de la familia, nos dimos cuenta que el que no es brujo, raro nombre para una persona, esta inmerso en delitos extraños, delitos que son castigados por la ley del hombre y de Dios, asesinos, violadores, que se puede esperar de una sociedad enferma, de una familia enferma, que alguien sea diferente ya es ganancia, pero no todos pueden ser diferentes en un mundo donde las cosas van mal, no todo puede tener esa connotación de extravío, de dejadez y decir que nada importa mientras no nos afecte. Le he dicho a Juana que nosotros hemos inventado el cuento de que papá era buena gente, que quizá ninguno aprendió a odiarlo porque pensamos que nuestra madre nos abandono antes de hora y él no supo que hacer con nosotros, la realidad es que nos abandono a nuestra suerte, nos arrojo de casa, nos llevo a vagar sin destino desde una edad nada propicia, estuvimos expuestos a toda suerte de vida y esa misma suerte nos ha hecho seres que de alguna se conforman con sus miedos y lo poco que pudieron logra, los sueños solo eso fueron, solo eso pueden ser, de nada me sirve decir que me hubiera gustado ser médico si ni siquiera pude aprender a leer, de nada me sirven tantas cosas porque son tan solo sueños, aunque en ocasiones confieso que pensaba que existía una esperanza y me agarraba con firmeza a las cosas que pudieran venir. No, si las cosas no son como uno quiere, la herencia que nos dieron a mis hermanos y a mí, no fue otra cosa que la idea de ser prostitutas o delincuentes, quizá asesinos o todo lo malo que a alguien se le pueda ocurrir, por suerte o por nuestro empeño, ninguno ha llegado a eso y a estas alturas de la vida es un poco menos que posible, diría yo, que hemos de morir con lo que pudimos hacer, es decir vivir la vida con más o menos decoro, pero todo eso no es más que otra historia del día a día, no porque me hubiera levantado con miedo las cosas son diferentes, nada es diferente, todo esto esta con nosotros desde siempre, todo es parte del mismo juego, del mismo andar en medio de esta soledad en la que nadie esta en el momento en que mi voz tiene ganas de gritar y ser escuchada, entonces me pregunto para que sirve tanto esfuerzo, para que seguir en esta lucha diaria, quizá porque en el fondo nos resulta imposible aceptar o dar el siguiente paso o porque quizá aún no es tiempo. Es un día caluroso, como si el ambiente quisiera advertirnos de las cosas que están por llegar, es un día lleno de silencios sordos, de esos silencios que nadie se percata porque el ambiente esta viciado de ruidos que no se comprenden, es un día lejano de las alegrías, lejano de todos los recuerdos, me dan ganas de sentarme, de darme por vencida, pero no puedo, no quiero pensar que todas las cosas están dichas, se que aún puedo hacer otras más, entonces no me desplomo, tomo mi cuaderno de aprendizaje, esos cuadernos que te enseñan a leer, estoy en demolición constante por dentro, pero se que es importante saber leer, se que puedo lograrlo, aunque me desespero con facilidad, lo intento, se que no falta mucho, aunque después de un rato logro cansarme y me desespero de nuevo, pero las esperanzas no me dejan, al menos eso me alienta. Tengo la ligera sospecha que ya te aburrí, que ya te aburrí y que quieres irte, tengo ganas de no seguir sola, de irme aunque sea ala casa de mis hermanos, no importa de quien, no importa si tengo que soportar el ruido de los niños, el ruido de la televisión y los chismes, tengo la ligera sospecha que el silencio llegara muy pronto, que ante la primera oportunidad nada de esto seguirá en pie y aún no termino con mis proyectos y no me gusta dejar nada a medias, tengo tantas sospechas y un solo miedo, no tiene que ver con las cosas que sueño o si un día amanezco muerta, lo único que deseo es no apestarme como un perro porque nadie se ha enterado, porq1ue a nadie le importa, no deseo que me lloren o que me guarden luto, no deseo esas cosas tan extrañas a la que nos vamos acostumbrando, ni siquiera deseo el silencio de los demás o un mundo lleno de contrariedades, no se que me pasa, pero he experimentado el miedo más grande que quizá pueda experimentar, me ha robado el sueño y pienso que no es otra cosa que la soledad, acaso la soledad nos vista por la noche montado a caballo con un rostro hermoso y nos dice que desde siempre esta con nosotros, acaso la soledad se encarga de tomarnos de la mano y hacernos vibrar de forma inaudita para después sacudirnos con una fuerte sensación de vacío, caso esos sueños no son otra cosa que recurrir al pasado de todos nuestros temores y mostrarnos lo viejos y débiles en lo que nos vamos convirtiendo. En el fondo todo eso no importa.
En casa tengo un par de habitaciones vacías. Una enorme casa, de que sirve una enorme casa si la mayor parte de los espacios están vacíos, de que sirve tanta lucha si al final se termina mucho más solo que al principio y digo que más solo porque al principio o en alguna parte del principio podía correr con mis hermanos y disfrutar de una inocencia que se vería interrumpida a la primera oportunidad, fui mala en cuanto tuve la primera oportunidad, aunque mi error consistía en defender de la única forma que era posible, no sabía de otras cosas que no fueran las agresiones, los golpes o los maltratados eso me habían enseñado, por eso respondí así, mi padre no fue un buen padre, jamás nos quiso, en cuanto se caso se divorcio de nosotros, a la muerte de mi madre, también nos toco morir con ella, para él no había otro mundo que su nuevo matrimonio, con sus nuevas hijas, para él, el amor no lo fuimos nosotros, nunca un padre manda a sus hijos a rodar por el mundo cuando estos aún son pequeños, nunca padre trata de heredar para sus hijos, la delincuencia o lo peor de esta vida, nunca nos quiso es lo cierto, y se confabulo con la madrastra y aún con todos esos errores perdonamos de ambos, no sus errores, sino sus egoísmos, no nos toca ahora a nosotros decidir que suerte les espera después de la muerte, eso si es que existe algo después de todo esto, de ser así, ya les tocara el sitio para el cual hubieran trabajado, no es nuestra culpa, ellos decidieron lo que deseaban ser, nosotros no pudimos decir que padres tener, la suerte quedo echada una vez que mamá le alcanzo la muerte. Ahora tengo frío y miedo, tengo ganas de llorar y esta soledad no deja de crecer. No quiero seguir sola, me dan ganas de invitar a alguien que se venga a vivir a la casa, no deseo seguir ahogándome en estos sueños de todos los días, sueños que se repiten a lo largo de mi vida, sueños de persecución, de muerte, de engaños, de vida sin vida y siempre el mismo callejón, el mismo lugar donde un día me volé el pulgar de un machetazo, el mismo lugar donde jugamos a unas cuantas cosas antes de que nuestra infancia fuera interrumpida, ese sitio tiene un interés especial para mi mente, como si allí hubieran pasado grandes cosas y lo único que puedo recordar cuando sueño es que allí es donde empieza todo, ni que hacer, por esta noche ya no quiero seguir con los sueños, ya no quiero seguir sola, quizá sea tiempo de mudar el silencio, quizá sea tiempo de compartir estas paredes, antes de que ellas se queden solas, ya es tiempo, es el tiempo.

miércoles, 27 de febrero de 2008

Sin salir de la niñez...

Acaso debe existir la poesía en todas las cosas que hacemos, es decir si existe el amor, por qué la poesía no puede existir, aunque el casi viene de la mano de la simple idea de contabilizar versos, si contabilizar versos, no contabilizar la métrica del verso. Esta mañana llegue por error a la pagina de un periódico de Ecuador, creo que se llama el Comercio, por ese error, recordé una nota del 2005, 20 de julio en la que mi amigo fue parte de alguna de las noticias, y por esas mismas razones ambos fuimos parte de la nota, de mí tal vez deba destacar que se menciona mi nombre nada fuera del orden común, pero como para echar gritos al aire cuando eso paso. Me llamaron poeta eso si, me dieron ganas hace un rato de preguntar como es que alguien distingue a los poetas y si en verdad merezco ese honor, ser poeta debe ser una tarea sino complicada si para gente que se comprometa con dicha tarea, pero bueno, ya que me nombraron pues me tome el título, sino a la ligera, si con plenitud de conocimientos que dicho nombramiento no me convertía en esclavo de los versos. Por la tarde el tema Ecuador seguía presente en las cosas que estaba haciendo, ahora se trataba de una película y la verdad es que no me gusta mucho ver la televisión, aunque últimamente lo he hecho, pues bueno, había en la pantalla una película de secuestrados y no se que otros inventos, olvide el nombre del protagonista, lo cierto es que se en mi mente como suena su nombre, pero no se escribirlo. Rusell Crowe, el mismo de la película del Gladiador, eso lo digo porque no recuerdo el título de la que he visto esta tarde. Lo importante de todo eran las imágenes de Quito, en verdad que me dieron ganas de estar allí de nuevo, de algunas cosas me enamore, pero luego cuando pusieron de requisito para la entrada a Ecuador, el trámite de un visado pensé que eso resultaba agresivo, me niego a tramitar visados, confesaré que la verdad oculta tras de eso, es que me digan que me niegan ese visado por ser no deseable para un país, aunque el problema grave no esta allí, sino en tener la incapacidad de estar en tal sitio y experimentar la nostalgia, eso es lo que en verdad no deseo, aunque mis miedos son los que he dicho. Entre otras cosas me he pasado todo el día recordando. Hace ya muchos días, para seguir hablando de Ecuador, que no tengo contacto con la Santa Belén de la Espina, por supuesto que debe estar en la universidad, y bueno las cosas en la universidad muchos sabemos que nos absorben mucho tiempo, tiempo, ahora que tengo tiempo no se que hacer con el, quizá me haga daño tener tanto tiempo que tenga que compartir un poco de ese tiempo con otras obligaciones, aunque el solo nombre o el solo mencionar obligaciones, me pone la piel de gallina. Por qué se dice la piel de gallina, bueno a estas alturas esas cosas poco importan. Hace un rato recibí noticias, cosas sin sentido, noticias irrelevantes en las que me piden que cuente toda la verdad de mi vida, como si lo contado hasta ahora fueran tan solo mentiras, quizá no sean todas la verdades posibles, pero de seguro no son mentiras, de seguro no parecen ser lo que pudieran ser o no coinciden con la realidad formada en la cabeza de alguien más, pero quien es uno para juzgar lo que cada uno es decir los otros piensan.

Tengo un poco de frío en las rodillas, es un día fresco, un poco de aire, quizá porque pasa de media noche sienta esta especie de aire fresco, los vecinos van llegando, parece que trabajan hasta muy tarde, ellos tienen una bebe que ...
invariablemente llora cuando llegan a casa, no se si venga aún despierta cuando llegan, pero seguro llora. Me pregunto que hace la gente a la una de la mañana fuera de casa, me pregunto que pasa cuando una persona no sabe hacer otra cosa que lo que ha hecho toda la vida y ya no quiere hacerlo más, me pregunto porque existen gentes condenadas a soportar de forma constante un dolor de cabeza o gente que sabe que no tiene más remedio que perder de forma constante la memoria, y no se que pueda ser peor, si perder la memoria o la visión, no se aún si no recordar como se llama un determinado paisaje o si un lugar es tan hermoso y un día lo vistamos y el no saber su nombre sea tan trágico y no se tantas cosas, el no acordarse debe ser terrible, pero el quedarse ciego también es una situación de lo más compleja pues solo nos quedara el recuerdo en la imaginación de tantos lugares y rostros que hemos conocido, yo no deseo dejar en el olvido los rostros que hasta hoy conozco y reconozco en mi memoria, tampoco quiero no poder verlos de nuevo, es decir verlos de mirar. Sin duda existen tantas cosas para un día, existen tantas noticias que nos ponen a pensar y ese extraño mundo de las coincidencias como si alguien intentara darnos un mensaje, hacernos saber que están allí. A veces pienso que los sueños no son más que una llamada de auxilio, pero luego cuando lo pienso bien, me da por preguntar porque es que siempre sueño con el mismo lugar, solo que ese lugar a veces se disfraza de tantas formas que uno podría jurar que anoche soñé que estaba en Paris, cuando en realidad no he podido salir del patio de la casa de mamá, eso en mis locos sueños, por supuesto. Que nadie se pregunte a donde quiero llegar con todo esto, quizá sea un dialogo sin sentido de un día a ciertas horas de la noche, después de todo muchos de mis amigos no duermen y hoy, he pensado que estoy perdiendo mucho tiempo de mi vida sin hacer nada, que sino lo aprovecho ahora, no volveré a tener tal oportunidad, así que más palabras, menos horas de sueños y felices reflexiones

Acaso debería tener título....

Por un segundo, llegue a pensar que todo estaba ya solucionado, ya saben, sentarse  digamos con todo lujo de comodidades, pensé que bastaba con decir esta noche me dedico a escribir y ya esta, por otro segundo pensé que nada es tan complejo, que si una abuela o lo más cercano que se pueda tener a una abuela se muere, tampoco es motivo para estar triste, como tampoco es motivo para creer que se puede escribir acerca de ello, el caso es que pensé que si esta noche me sentaba por lo menos una hora, podría lograr escribir unas cuantas líneas, sin importar mucho lo que dijeran dichas líneas, pero el resultado viene a convertirse el mismo que siempre. He checado las cosas que logro hacer en los meses de febrero, por raro que parezca así es como archivo las cosas que hago, es decir todo lleva un orden en cuanto al tiempo en el que fueron descubriendo un sitio para ser almacenados y bueno en febrero por alguna extraña razón casi nunca escribo, pienso que se trata del mes de las vacaciones. lo que en realidad me preocupa es que he dejado de leer, al menos ya no leo como antes, parece que algo no me permitiera leer, por supuesto que no tengo ninguna inquietud por dejar de leer, solo que no lo hago a estos tiempos y observo de cuando en cuando libros y se me antoja comprarlos, pero luego me digo que no tiene sentido si he de tenerlo a la espera de ser leídos, hace mucho tiempo que no hago tantas cosas, y no me estoy quejando, tan solo es que me empiezo a preocupar, quizá no sea nada, después de todo febrero ya casi termina…


Eso de la abuela, la verdad es que ni siquiera tiene mucho sentido hablar de ello, más me tarde en saber que había muerto que en que la cremaran, ella era la segunda esposa de mi abuelo, a la primera no la conocí, pues murió cuando mi madre aún era pequeña y bueno mis “medias” tías que dicho sea de paso, les gusta debatirse entre la cordura y la magia, es decir, según ellas practican la hechicería, pues decidieron terminar pronto con cualquier dolor sin sentido, puro egoísmo, eso es lo que me he dicho, la realidad es que me pase dos días como con sueño, pensé que se trataba de no lograr dormir bien o que algunos sueños se apoderaran de mis deseos, pensé incluso que mi ratón se había inquietado tanto que demandaba atención urgente, me recomendaron a un tal Freud, pero llegue a pensar que el tipo más bien estaba interesado por cuestiones sexuales, en eso de las cuestiones Freudianas soy ignorante, al igual que en otras cuestiones, así que prefiero no divagar tanta, pero hablaba del caso de la abuelo, si es que se le puede llamar caso, pues bien, pensé en escribirle una carta a mi tía, la que vivía con la abuela, diciendo que en realidad somos familias, que las diferencias por aquello de las cosas que dejo el abuelo no es más que una alucinación de ella, pues a nadie le interesa, pensé en decirle que no tiene caso seguir en una lucha sin sentido entre ella y sus hermanos, o entre ella y ella, algo así como si estuviera enojada contra su propio eco, vaya uno a saber las cosas que pueden llevar atrapadas las cartas, pero luego pensé que nada de eso tiene sentido, sobre todo después de que se perdió la última carta que he enviado, así que mejor ni me hice ilusiones y de llegar, de seguro que mi tía no tendrá ningún interés, y la abuela pues ya es polvo de otro costal, así que para que andar haciendo tanto alboroto, ahora si que el muerto al hoyo, al viento, al agua o a donde tenga que ir sus restos y el vivo, bueno si en verdad esta vivo, pues a donde tenga que ir y sea bien recibido.

El caso es que sigo, en medio de esta situación un tanto compleja y por demás alarmante, algo que no me tiene del todo satisfecho, ya olviden la situación aquella de hacer lo que a uno le gusta, el problema no esta allí, el problema es como hacerle para no seguir en este no hacer nada, digamos que sino se practica pues se pierde la habilidad, la condición ganada, aunque todo esto parece un cuento sacado de no se donde, pues me preocupa, para mí que todo es temporal que basta con ponerse las pilas como se dice por acá y hacer lo que en verdad me gusta, sin darle más o menos importancia a otras cosas, aunque habría que saber que son esas otras cosas o si son cosas en realidad. Algunos amigos se han mudado, de pocos recibo correo, por supuesto que no son de escribir mucho, quizá no tengan ganas o tiempo para hacerlo, a veces es agradable saber que están bien, que las cosas marchan como las planearon, pero todo plan tiene su punto frágil, a estas horas de la noche ni yo se de lo que intento hablar, sin embargo pienso. La Pilo esta en línea, allá en Chile debe ser muy tarde, quizá las tres de las mañana, los amigos de España, se deben ir levantando ya, cuantas cosas, cuantos momentos atrapados en una sola línea, pero si vieran los pensamientos, esos vuelan, de plano no desean detenerse, no me espanta, aunque a veces me gana la idea de no tener control de nada y no tan solo es una idea, pienso que eso es lo que me pasa. Mi madre ha tenido sueños complejos, aunque esta vez dice que ha tenido sueño, que ahora después de tantos años de vivir sola y en esa soledad condicionada, siente miedo, entonces me quedo como atrapado en el ambiente y no se que hacer, pienso que también comienzo a experimentar el miedo, por lo general sus sueños son una especie de revelaciones, por supuesto que no todos sus sueños están claro, en general suele ver rostros y acciones, aunque no siempre lo que ve corresponde con la realidad, los rostros tarde o temprano terminan por presentarse de alguna manera..

Nota.- Tomo prestadas las imagenes, quizá porque son aenas, ya se que debéría decir a quien pertenecen, solo recuerdo que era una pagina más o menos así, deviantart...

sábado, 23 de febrero de 2008

Claudia...



Lo único cierto de todos estos días es que tú me rescataste, entonces como darte la espalda o como decirte que no quiero saber ya nada de ti, luego si por lo menos fuera cierto, existiría en mí una gran batalla, lo cierto es que no deseo alejarme de ti, que algunas veces me da miedo que mi forma de actuar lo eche a perder todo, también es cierto, no se porque me gusta esta libertad disfrazada, pero de lo que más disfruto es de estar a tu lado, no tengo razón para negarlo, ni siquiera tiene sentido el hacerlo, me gustas a todas horas, lo mismo a la una de la mañana que las tres de la tarde o cuando regresas enojada del hospital, me gustas incluso cuando me dices que esta noche es la noche y que por fin he de aprender a bailar y yo te digo que no y tú te enojas contigo por crees que estas rogando y entonces cada uno intenta dejar las cosas en calma, porque sabemos que al otro día al despertar estaremos de nuevo bien, me gustas en todos los rincones, lo mismo cuando vamos a la playa o nos vamos al cine, en verdad que vamos al cine, yo de eso se poco aunque no dejaba de ir, en realidad se poco de casi todas las cosas, pero no por eso dejo de hacerlas, de investigar, de hurgar por todas partes para averiguar con que me puedo encontrar. Por alguna razón desconocida voy lento, parece que estoy parado o que no quiero hacer nada, no creas del todo lo que tus ojos puedan percibir, pero tampoco dudes de tu razón. Pienso que esta lentitud se debe al verdadero proceso de acoplamiento, a esa necesidad de irse estableciendo, el hacer que un lugar se transforme en propio, aunque no se si puedan amar todos los lugares, de tantos lugares que he amado, a veces creo que lo mío con las ciudades ya no es otra cosa que una franca prostitución, pero la verdad es que me gusta. Lo que me preocupa es que el mes se va sin decir o hacer una llamada de alerta, y si así se van los años, los tiempos, entonces empiezo a tener miedo porque no deseo que llegue el día en que ninguno de los dos se pueda mover ya, aunque el movimiento de nuestras mentes siempre serán libres. Confieso que es contigo con quien aprendo a vivir, con quien aprendo todo lo que me parecía ya saber, confieso que estaba muy equivocado, reconozco que en algún lugar de este espacio siempre existe alguien que nos complementa, no me gusta la idea de que alguien tenga que estar con uno por leyes naturales de la vida, para mí lo eres todo, aunque quizá cada uno lo sea para el otro. Solo quería decir que te amo. Dentro de un rato nos iremos por allí de vagos, quizá deberíamos dejar de hablar un poco y hacernos los locos, aunque locos ya somos, ¿alguna sugerencia?

jueves, 7 de febrero de 2008

¿Qué esta pasando?



Sin pedirlo, de un momento a otro estas allí, cualquiera puede decir que cambiaste, pero todos sabemos que en esencia eso nunca sucede, lo que somos desde el mismo momento de nacer, se va con nosotros hasta la tumba. Despiertas, abres los ojos, nada esta allí, ni la mesa, ni la cama, la realidad es lo que estabas soñando, esto que ahora ves es un sueño, entonces que hacer, seguir despierto o seguir soñando, entonces de que se trata todo esto, quizá sea un engaño visual, pero ahora estas en medio de todo esto y no deseas salir huyendo, te gusta esta vida.

domingo, 3 de febrero de 2008

Que se yo


Como hacer que los versos
tengan un espacio en todos,
que no sean nada,
que cambien los tiempos,
los sentidos,
las desventuras,
las muertes inmediatas,
como hacer que estos versos
que no logro escribir,
nos transformen,
que sean de todos,
que no tengan precio,
que sean tan libres como el viento,
pero sobre todo,
deseo que esos versos
carezcan de los deseos inmediatos
de la transformación
para dejarse sentir
en su parte
lábil.

Estos versos sin fondo,
sin ruido,
que suelen andar muy cerca del suelo,
pero la gravedad no es suficiente,
quizá por su ausencia de peso,
nunca tocan la realidad,
que estos versos
nunca se vayan
que estos versos
sean tan solo
ese principio
para conocer
en forma desmedida
la sin razón
de mis actos
inquietos.

sábado, 2 de febrero de 2008

Porque nada surge de la casualidad...


A diario observo la escenografía propia del lugar. No se ha donde diablos se fueron todos, quizá los animales dejaron estos campos cuando descubrieron que se habían convertido en una ruidosa ciudad, pero ni siquiera en los campos los observas, allí te encuentras con maquinaria agrícola y grandes terrenos coloreados por un extraño matiz, como si el sol los pusiera amarillentos, a la orilla de esos campos, observas una estrecha carretera a la que nombran inteligente, pero que mucha gente no lo sabe, y muchos carros que van o vienen, vaya uno saber cual es la dirección verdadera de los que allí viajan. Por supuesto que la gente habla de sus cosechas; se habla de los ríos que terminaron por ser presas de la corrupción y se llenaron de todo tipo de desechos, sobre todo de los desechos humanos, de nuestros despojos. En la ciudad es imposible encontrarse con esos animales que llaman de campo, aunque por la maña un tipo se acerca a la puerta, luego nos dice que puede tirar toda la basura por menos de dos dólares, su medio de transporte es tirado por una mula, la carreta en la que viajan, tiene tres pasajeros, sin medir aún la cantidad de basura que transportan. Una animal de casa intentó morderme, pienso que era por el estrés propio de tantos caminantes o quizá se le han pegado las malas mañas. Las rosas ya no florecen a su libre antojo, las llamadas se limitan para unos cuantos; mi madre cumpleaños, le he notado feliz; el viento no deja de soplar, las cosas siguen causando cierta inmovilidad diaria. A donde se fueron todos, acaso, nos tenemos que condenar a la idea de que el gobierno este obstaculizando las calles a cambio de tener redes sanitarias más eficientes y que el agua termine por llevársela el río; las vías del ferrocarril están mucho más lejos, pero siempre el mismo espectáculo un tanto ensordecedor y un tanto gris, será porque la ciudad con todo el maquillaje que procura tener no logra cambiar en nada, o será porque aún sus calles se llenan de tierra en cuanto un ligero aire se suelta, calles llenas de tierra grisácea, lotes baldíos que deben valer millonadas y un mundo de pequeños fraccionamientos como si allí fueran habitar ratones, quizá sean eso, ratoneras. Depósitos de cerveza, negocios de comida rápida, y como siempre esas fábricas que acostumbran a ensañarse con los pobres, ya no se, si pobres y necesitados o sumidos en la necesidad de la pobreza, ya no se tantas cosas. Lo que sí es más palpable son los cementerios de automóviles, y también las ventas de automóviles que vienen del otro lado porque ya no sirven más. Pero nunca te encuentras con una gallina de patio, será porque nadie tiene patio para animales o todo mundo se encarga de tener a la mano un auto que vender, es decir todos tienen un auto para vender, no se necesita ser especialista, basta con pedirlo por algún catalogo electrónico y te lo acercan a la frontera, de allí lo traes y lo vendes, siempre viene alguien de más lejos, del otro México, de la parte sur que compra todo lo que este a su alcance. Ni siquiera puedo encontrarme con un caballo, las gentes usan mulas para jalar sus carretas, esas si encuentras muchas. Lo puedo ver todo de forma clara, no tengo complejo alguno para notarlo, para saber que es lo que pasa: podría llamarle desolación, un mundo con muertos vivientes, un mundo manipulado por las necesidades de la globalización, y el dinero, siempre el dinero, es lo más importante, sin importar como se pueda obtener. Ya hace treinta y seis años que estoy sumido en estas imágenes, pero las de ahora, las de estos tiempos las he entendido en menos de dos meses, es sin duda condenarse a la idea de ser servicial, a los impuestos caros, a los créditos innecesarios porque sino no eres nada en este mundo de competencias. Yo no creo en todas esas cosas, no deseo trabajar sin cobrar por lo que haga, no deseo conformarme con un no salario, intento relajarme y creer que en este mundo no pasa nada, cuando es todo lo contrario, no puedo relajarme y pretender que puedo escribir las cosas porque así me parecen, cuando ni siquiera soy capaz de escribir una nota en la puerta de la casa para avisar que he salido y que regresaré en poco tiempo. Sin embargo me pongo a soñar que todo va a cambiar en menos tiempo de lo que le ha llevado para poder existir como tal, creo que las cosas son así, eso es porque experimento un engaño visual, porque mis emociones son ajenas del lugar, porque ella esta a mi lado y que por amar y ser amado todo es posible, entonces, por qué he de creer que nada es lo que se ve. Nada va a cambiar, ni siquiera yo, quizá pueda aspirar a la evolución, pero a veces pienso que existen lugares propicios para que dicha evolución suceda sin contratiempos.

Es apenas el segundo día de febrero y las cosas pintan con matices extraños, se puede sentir la ola de calor, y el ambiente aún más desolador, se puede presentir sin complejo que dentro de poco tiempo ya nada podría gustarme más que la idea de ser esclavizado por el sistema y salir corriendo todos los días a esas empresas negreras llamadas maquiladoras, podría sentir que el sueño más intenso pueda estar en llegar a casa y sentarme a ver la televisión, porque mi sueño no alcanzaría para más y no tendría ni tiempo ni fuerzas para otras cosas, aunque por suerte o por lo que sea, mi útil necedad me lleva a otra realidad, aunque afuera la mayoría este pasando por estos y ahora mismo este encerrado en esas paredes altas, con ruidos ensordecedores que los hacen esclavos, aunque en este siglo reciban otro nombre.

Quizá dentro de un rato, al salir de casa, me deje sorprender por otras imágenes, quizá todo esto sea un loco sueño donde a veces siento que despierto a una realidad diferente y que las cosas no son lo que ves, ni lo que sientes, que las cosas son otro invento, del cual debería hablar después.