lunes, 6 de agosto de 2007

Días sin libros...


Días sin libros…

Emmanuel evita entrar a las librerías, si lo hace una extraña sensación le recorre toda la piel, los libros le excitan, le da por tenerlos en sus manos, sentir ese olor que despiden al ser abiertos por primera vez, ese olor tan peculiar que solo las hojas de esos libros tienen, luego no le basta con olerlos, sino que su deseo se extiende hasta verlos en su espacio reservado a sus adquisiciones, en algo a lo cual él, le da por llamar biblioteca. Mira a su alrededor, se asombra en el costo que tienen esos libros llamados "piratas", por supuesto que se pregunta por las diferencias, es decir, solo un experto debe ser capaz de advertir en que radican esos pequeños detalles según le parece, pero esta atrapado por todo ese trafico de ideas que se venden sin mayor importancia para otros. Hace tiempo que no entra a una librería, en ella conocía a lo que años después nombraría el amor de su vida, pero nombrar al amor de tu vida parece que te lleva a una ausencia ilimitada o es que quizá el amor como la ausencia son consecuencia una de otra. El caso es que entrar de nuevo a un librería es como dejar de lado tantas ausencias, mutilar todas las experiencias alcanzadas, dejarse llevar por un sentimiento de embrujo, abrir paginas nunca antes vistas, oler, olerse, perderse en los brazos de un amor que nunca más te atrapara con el mismo sentimiento, sin embargo todo eso esparte de una vida que lleva su propio ritmo, quizá a la hora de la cena se puedan platicar todas estas cosas.
La vida que le toca llevar después de todos sus problemas, le llena de tristeza, pocos amigos en realidad se mantienen bajo cualquier circunstancia, pero lo que más le duele es descubrir que tras la larga ausencia nada es como lo había imaginado, la realidad suele ser cambiante, suele ser muy dura, nos vuelve desconfiados, pero si nos quedamos atrapados en esa desconfianza, a donde iremos a parar, que tendrá más valor o sentido, la lealtad o la pasión. Lleva un año, pocos días con algunas horas desde que su vida dio ese giro tan impresionante. Hoy después de tanto andar deambulando por las calles, pudo conseguir cierta estabilidad emocional, pero descubrió que todo este andar le ha cobrado la más grande de las facturas, por supuesto que en la lista de todos esos costos se incluyen algunos amigos, como el amor colapsado gracias a tantas inseguridades. Ese es el mismo tiempo que lleva desempleado, obligado por las circunstancias, por evitar que el gobierno de que con él, por evitar daños aún más severos que incluyen el perder la libertad del cuerpo. Conseguir empleo puede no ayudar mucho cuando tu seguridad esta dañada. Le ofreció un viejo compañero de la escuela trabajar con él, pero no deseo ser el espejo de nadie. Se encontró con el ingeniero Fonseca, él cual sin perder tiempo le hablo de sus éxitos, le ofreció un trabajo en su compañía, le dijo entre broma o realidad deformada que necesitaba alguien con quien platicar o que se hiciera cargo de sus asuntos menores, todo por la amistad le recordó, lo cual le molesto mucho porque en verdad solo fueron compañeros de estudio, nunca grandes amigos. Tiro su tarjeta, continuo con su camino, pero la realidad es que las necesidades son mayores que el mismo orgullo, así que en menos tiempo de lo que pensaba tuvo que buscarle, conformarse con las burlas propiciadas por su ese viejo compañero, de paso se contento con trabajar como ese espejo donde el tipo pudiera descubrir todos sus éxitos. Banalidades.
De nada sirve estudiar tanto, sino no eres capaz de sobre ponerte a los duros golpes de la vida, de nada sirve ser un reconocido profesional de tu área de trabajo, cuando las cosas dan esos giros imprevistos, quizá ese viejo compañero de escuela no tenía intención de ofenderle, como podría saber él que estaba sin trabajo, si le ofreció quizá se trataba de una amabilidad de su parte, por supuesto que cuando los estados de ánimos se encuentra desechos, parece que todo mundo se pone en nuestra contra. Todo mundo se aprovecha del árbol caído para hacer su leña. Cuando las cosas van mal, es tiempo de rematar todo lo que se posee, no importa cuanto te cueste lo que deseas vender, lo importante suele ser lo que desean darte, pero nadie te paga más allá de las mil expectativas, poco importa si quien te compra es un pariente e incluso te dicen que te están haciendo un favor pues en realidad no necesitan nada de lo que puedas darles, por supuesto que todo eso puede convertirnos en seres irritables, en sujetos dispuestos a llegar a situaciones más complejas e incluso la violencia comienza a rebasar todas nuestras expectativas.
II
Ese voltereta de la vida lo dejo sin empleo, luego las experiencias que viene de ello, llego a pensar que todo mundo le dio la espalda, le dolía sobre manera el comportamiento de su familia, todo parece ir cambiando, aunque muchas veces le dijeron que él había cambiado, todo eso le parecía una cruel mentira. Él un hombre huraño, que osadía, no le dolió perder el amor o que cierto rompimiento se diera casi de forma inmediata a su nueva condición, es decir son cosas que pasan, pero no deberían pasara cuando más se necesita de un apoyo, de un buen sostén para las penas. Lo que menos deseaba era compasión, podría salir por si mismo, esas eran sus palabras constantes, quizá tenía toda la razón. Los detalles se magnificaron, el mundo se convierto en el espacio más agresivo. Sus amigos parecían ir viento en popa a su destino o deseo de grandeza, no solo en los aspectos económicos sino también en el plano sentimental, muchas de las cosas por las que había luchado ahora estaban en manos de esa gente que le parecía agresiva, era casi imposible entender lo que estaba sucediendo, pero así sucedía.
Cuantos amigos fueron cayendo en esta etapa de su vida, algunos se perdieron en los brazos de la muerte, otros más perdían algún miembro porque les fue necesaria una amputación o porque alguna extraña variación de un cáncer un tanto desconocido les ataco, pero nada de esas cosas tenían eco como sus desgracias personales. Al recordar todo ese comportamiento se muere de vergüenza, ahora trata de entender su obsesión. Intento todo tipo de relaciones, pero casi siempre terminaba irritado por su incompetencia, no era capaz de propiciar un moviendo emocional que le diera la opción a su pareja de sentirse amada, era más bien como esa reacción animal donde lo único importante es dejarse correr, dejarse ir, sin importar el goce del otro, estaba muerte en vida, de que diablos sirve hacer cosas así, pero también debemos decir que recuperar las confianza no es algo que se compre en alguno de esos paquetes de panecillos un tanto sintéticos. Su cuerpo empezó a cobrarle la factura de las fatigas o los constantes desvelos, el ardor en su piel se estaba comenzando a convertirse en una especie de dolor, todo andar tenía un sabor diferente, quizá eran los tiempos de empezar a morir, pero cuando un cuerpo se resiste poco se puede hacer. Aceptar lo inevitable, se nota como la visión de un vencido. Se entregaba a sus bajos instintos, poco importaba el placer que te lleva a la inmortalidad.
III
Trabajar para su amigo, no era otra cosa que levantarse temprano para no hacer nada, se pasa muchas horas sentado en una hermosa oficina. Una oficina llena de adornos que no decían nada. En la empresa nada se podía tocar, los procesos de producción estaban ya automatizados, así que los pocos empleados se encargaban de hacer la limpieza o de platicar en voz baja acerca de las cosas que ocurrieron ayer en la televisión, a eso se limitaba la vida, mientras que la vida intima no era otra cosa que cuerpos desnudos danzando hasta que uno de ellos entrara en ese proceso de letargo después de explotar para romper con las presiones que la sangre suele experimentar, en otras palabras cada uno parecía ser aquello que se define como un sujeto, un ser sin más voluntad que los deseos ajenos, exactamente un humano. Parece que todo puede cambiar, pero no existe una forma de reparar las fracturas que duelen en el alma, no es posible llegara creer que los amigo se suelen recuperar con la misma facilidad con que se pierden, sin embargo guardar la esperanza te puede llevar a creer que nada es como lo pinta la realidad, que todo es parte de una incapacidad, esa incapacidad de entender, de sobre llevar de ocultar las penas. Conseguir empleo no es la solución, vencer los miedos, seguir en esa lucha diaria que te oriente a donde lo deseas no a donde el favor del viento te lleve, porque todo lo que somos lo vamos construyendo, no dejarse arrastrar porque un solo error marca las diferencias, lo que ahora necesitaba no es un empleo o pesos en la bolsa, lo de ahora es la mano de una amigo que sea capaz de sacarte sin premura de todos estos daños emocionales, alguien con quien recuperar la confianza o quizá un sueño, el más lindo de los sueños, porque soñar es parte de la vida diaria.
Imaginarse sentado durante largas horas en esa lucha por descifrar sus miedos, por no encontrarse bien frito, esas cosas no deseaba hacerlas de nuevo, acepto un empleo como el que acepta hacer cosas porque sabe que sino las hace esta condenado a morir, condenado a ese fracaso constante donde cada intento por salir del hoyo, lo llevara aplantarse frente al televisor tratando de encontrar lo que allí no se vende, confianza. Fingir tantas veces sea posible para salir de todo lo que le esta atacando, hurgar en los bolsillos pretendiendo encontrar lo que no existe, es como intentar levantar una roca, encontrarse un tesoro, hacer llorar a la roca, luego de noche lanzarla tan lato que le pega a una estrella, la estrella cae sin desgarrar el cielo, ese es lo que se llama soñar en exceso. Sentarse durante horas viendo como la lavadora da vueltas sin sentido pero que son eficientes en el lavado de la ropa, dejar que otra persona tome las responsabilidades de tu vida, dejar que sea ella quien se preocupe de todo porque tú ya no puedes, esa era la vida que le esperaba sino aceptaba el empleo, pero una vez que la confianza es trastocada pocas cosas son las que se pueden hacer, entonces caminas sigilosamente, muerto de miedo o mejor dicho más muerto que el muerto, llenando el ambiente del olor más fétido, un vivo que huele a muerto, qué puede ser peor.

La ciudad de nuevo. No importa las consecuencias de todo lo que se hace, no importa si esta vez lo poco que pueda ganar no le sirva siquiera para pagarse el más económico de los desayunos en la fondo de la esquina del eje central, no importa que tan solo pueda soñar que un día de estos va a regresar a Europa o que el amor que él consideraba como de su vida se niegue a llevarlo con ella en su próxima aventura, que importa que muchos de los amigos te den la espalda o tener que andar caminando si deseas llegar a un sitio determinado, que importa si te tienes que conformar con percibir los olores de los libros desde lejos porque ahora ya nos los puedes tener en tu biblioteca. En realidad todo eso no importa si dejas de estar vivo o si te conformas con regresar a la ciudad, lo importante es en lo que creemos, si dejas de creer la vida esta fastidiada, no nos sirve de nada.
IV
Tantas veces se ha preguntado el sentido de haber estudiado, tantas veces le queda en la boca el mal sabor de las derrotas constantes a las que se fue condenando. Soluciones integrales para problemas reales, a quien diablos le importa. La buena noticia es que estaba trabajando, le pagarían 500 pesos semanales, se gastaría más que eso en trasportarse, eso sin contar con los gastos de la comida, tenía que llegar siempre bien vestido porque a su amigo no le agradaba la gente mal vestida, luego soportar sus platicas sin sentido, pero todo eso era mejor a estar encerrado en casa esperando por un milagro, luego que él no cree en los milagros, la cosa estaba fatal, eso sin contar que no deseaba que nadie le mantuviera mientras lograba pasar este duro golpe. Para eso se estudia, para eso se esfuerza uno es los diversas tareas de la escuela. Al parecer esta era la pero burla que le estaba gastando la vida.
No ha vuelto a utilizar las tarjetas de crédito, sobre todo desde que no pudo pagar los últimos prestamos, a estas alturas nadie le dará un crédito, sin contar que los cinco mil pesos que debía, ahora con esos de los intereses debe ser una fortuna, no los puede pagar con su sueldo, quizá si busca otro trabajo pueda pagarlo, pero la verdad es que de nada sirve. La ciudad se lleno de casas de préstamo o casas de empeño como gustes llamarlo, pero decidió que no volverá a pedir un solo centavo prestado, lo de las casa de empeño hablan sin duda de la realidad económica del país, las cosas no van nada bien.
Da vueltas por toda la librería, no se cansa de oler ese aroma que se desprende de los libros cada que un posible cliente los abre. Esta seguro que ya es tiempo de consentirse de comprar alguna edición barata de su autor favorito, pero pinches 500 pesos semanales no sirven ni siquiera para los gastos minimos de sobre vivencia. El empleado de la librería le comenta acerca de las novedades, él le pregunta cuanto ganan por estar trabando allí, le pregunta si es posible conseguir una plaza, pero sobre todo si es posible leer de cuando en cuando un poco de lo allí existente, el empleado le contesta que no lo sabe, que nunca ha tenido inquietud por esas cosas. Se despiden.
Un administrador se le acerca para decirle que debe buscar en la bolsa de empleos que se pública mediante el portal de la red de la librería, que quizá sea posible encontrar alguna vacante, también le dice que en el contrato, con letras muy chicas dice que no se puede descuidar el trabajo, eso implica que no se puede leer mientras se trabaja, pero le recuerda que para todo existen mañas, el sueldo no es nada prometedor, pero es mucho más del que ahora comienza a ganar, quizá valga la pena. Por 200 pesos más a la semana puede leer todo lo que se le venga en gana. El examen para tener el trabajo es simple, debes calificar alto en el psicológico, tener buenos conocimientos en libros, pero sobre todo tener alguna carrera en letras o algo relacionado, no importa que sea una licenciatura trunca, de otra forma casi resulta imposible, se ofrece un puesto cada seis meses, pero existen muchas demanda por el empleo, así es todo hoy en día, se pelea hasta por una migaja de pan, que se le va hacer.
Emmanuel piensa que todo esto es una locura, por momento llega a pensar que esta dormido, que todo es parte de un mal sueño, así que sale por un segundo de la librería, deja que el agua le caiga en el rostro, se pellizca, escucha el claxon de los cientos de autos que intentan atravesar la ciudad, observa como el río de gente trata de abrirse paso entre una multitud que se ve decidida a todo, solo así comprende que no esta dormido, regresa al interior de la librería, se enamora de una nueva publicación, pero no lo puede comprar pues representa una tercera parte de lo que gana a la semana, recuerda que aún tiene muchas deudas que saldar, recuerda que si compra un libro, mañana no tendrá un centavo para comer, no le queda otra que conformarse con el olor a nuevo de los libros.
No tiene ganas de discutir con nadie, así que sale con prisas de la librería, camino lo más rápido que puede en el camino choca con un paseante de las calles de esta gran ciudad, el paseante le regala una serie de insultos, poco lo importa, descubre que la suelas de sus zapatos se han gastado el agua comienza filtrase, lo único bueno de todo esto es que esta por regresar a casa, que la temporada de lluvia esta por terminar, 500 pasos más adelante, se detiene, esta decidido a comprarse un libro, lastima que en las librerías no se puede regatear, lastima que sea enemigo de las cosas "piratas", se busca en los bolsillos trae consigo 200 pesos, quizá no le alcance para nada, aún no pienso en los gastos de la semana.
Camina acelerado y, sin darse cuenta, pisa los lentes que se venden en un puesto callejero. El dueño se precipita para exigirle el pago del daño. Edgardo se defiende: no fue su culpa y no pagará nada. El comerciante lo amenaza con que llamará a una patrulla y él termina cediendo.
Al sacar el único billete que su bolsillo guarda con tanto celo, comprende que si decide dejarse llevar por la emoción de la lectura, que si decide tener ese libro en sus manos, se va pasar la semana sin comer nada, así que de forma intempestiva le quita el empaque al libro, se pone a oler, qué otra cosa se puede hacer.
Toma sus pasos se regresa a casa jugueteando con su billete que le urge salir de la bolsa, mañana de seguro será otro día, mañana regresara por el libro, necesita sentirse vivo, oler, disfrutar, soñar que todo es como antes, que todo es un tonto sueño del cual no es posible el despertar.

No hay comentarios: