domingo, 23 de septiembre de 2007

Un tanto lo que soy...


Después de muchos días de lluvia, por fin puedo ver la luna. Anoche dormí acompañado, fue una larga noche, una larga plática, regocijo, alegría, risas como hace mucho no tenía, por lo menos desde nuestro anterior encuentro a este, las cosas cambiaron, me quede con un buen sabor de boca, con un mundo completamente diferente, me quede en manos de la felicidad. Pero todo esto no es posible si uno se empeña en negar las realidades. Además le confesé mis nuevos secretos, ese es el problema conmigo, que se me ocurre ir cambiando de secretos hasta quedar desnudos de ellos, pero cuando eso pasa, esos secretos que se han desnudado carecen de importancia porque otros nuevos secretos han llegado. Mis planes para el próximo fin de semana, es estar en Monterrey, después la risa, la vida, el encuentro, después la felicidad de forma integral, que otra cosa se puede pedir. Lo de anoche es único, ya no recuerdo cuando fue la última vez que dormimos juntos, quizá tendríamos la edad más corta jamás imaginada, porque ese es otro defecto con mi memoria, la cual cree que todo es cosa de ayer, no dimensiona, el jardín de la casa le sigue pareciendo hermoso aunque casi todas las flores se hubieran mudado para dar paso a otros habitantes, pero lo genial esta en el patio, ese patio que no lograba dominar con la mirada, que me decía que no existía un sitio, un solo sitio donde todo pudiera terminar, una distancia que se pudiera medir, todo era simple, no rutinario, sino sencillo, el patio era, es, será por siempre ese lugar que no deja de parecerme inmenso, de esos son los tiempos que recuerdo como si fuera ayer, ayer es mucho tiempo, como si hace una horas hubiera pasado. El calor de una cama, los pies que te coquetean, que juegan, el juego de palabras, el mole a la hora de la comida, la risa en el juego de pelota, hace mucho que no me divertía en un juego de pelota, quizá porque no me gusta perder, pero tampoco tengo obsesión con ganar siempre, solo que ahora fue diferente, sobre todo las risas el juego, el ambiente a fiesta, parece que eso no existe todos los días, pero te hablo de anoche, de esta noche, de la luna, de las pláticas nocturnas, de mi viaje, de mi vida, de mis juegos, de mi soledad, que extraño, no he hablado de la soledad, pero estoy tan acostumbrado a ella que la menciono, es la única que siempre me es fiel, la que no abandona, porque dejarla entonces en un olvido momentáneo, si allí continua, solo que es inteligente, se hace a un lado para que yo disfrute, la realidad es que estos días he vibrado, me voy afinando, la vida es desde entonces otra, pero no en otro lugar. Los secretos. ¿Alguien desea saber mis secretos?, supongo que no, después de todo son aburridos. Esta noche hace calor, pero no importa, porque puedo ver la luna, porque estoy lleno de energías, porque ese juego de vida me da de cuando en cuando sonrisas, nada puede estar tan mal, es uno el que se complica. Septiembre va, se va, dicen que de la lunas la de octubre es más preciosa, yo solo puedo decir que su brillo me tiene enamorado, yo solo puedo decir que sino en los próximos días sigue lloviendo, me iré a donde no llueva para seguir mi romance con luna. Ya es otoño. El tiempo sigue, pero a nadie le importa el tiempo, ni las marchas, ni las oportunidades, la vida es única, se vive donde uno juzga que es mejor, algunos deciden detenerse para saber que hicieron mal, otros de todo lo mal ya ni se detienen, porque el que se duerme termina en otras camas, perdón quise decir otras aguas, que importa. Rumor de lluvia esta noche, las otras noches rumor de luna. La de anoche, una de las mejores en los últimos tiempos de mi vida, rumor de sueños, sueños sin rumores, día redondo, felicidad si límite, por la tarde una siesta, hace mucho que no tomaba una siesta, la verdad es que resulta extraordinario hacerlo, que otra cosa se le puede pedir a la vida. Septiembre, me gusta, es el tiempo más hermoso, es el tiempo para platicar con las aves que no se cansan de sus vuelos, es tiempo de encontrarnos de nuevo. El viaje a Chile quedara en los proyectos de este año, no por falta de ganas, tengo muchas ganas de encontrarme con mis amigos, pero lo que no tengo es dinero, el viaje a Europa, creo que se convertirá en un proyecto más largo, quizá unos dos años e incluso tres, antes me serpa imposible hacerlo, solo me queda moverme en un pequeño espacio, de una ciudad determinada, pero el viaje a la felicidad apenas empieza, cuando hablo de viajes me da por suspirar, parece que tuviera una incapacidad para no poder volver a esos sitios que aprendí amar, pero no es otra cosa que incapacidad económica, en otras palabras, sufro de ausencias, sí ausencias pero esas de las que todo mundo conoce como económicas, pero por suerte aún me queda mucha vida, poco más de cincuenta años, aclaro que la vida no es comprada, pero son los deseos que tengo, así que hasta allí llegare. Después de todo, que importa mi mundo de loco, lo importante es que estoy vivo, que el día de hoy me he sentido muy feliz, que anoche dormí acompañado, que más se puede pedir. Ya se, quiero unas cucharadas de luna para no dejar de ser feliz. Deje de pensar, deje de sentirme presionado, ahora como lo hacía antes, vivirla, gozarla y que cada uno llegue a donde quiere, acaso no es lo que siempre andamos peleando, solo que le damos el nombre de libertad. Esta noche es especialmente hermosa, no ha llovido, no hace falta que llueva, la luna esta divina, mis ojos se cierran no de cansancio, sino de alegría, esta noche puedo mudar de piel sin tener miedo.
Olvide decir, que amo la poesía.

No hay comentarios: