viernes, 21 de septiembre de 2007

Otros...


Otros ruidos. Otros mundos, otros sueños, el mundo de otros, de nosotros, de todos. Que diablos hago en esta orilla cuando la vida esta en la otra orilla, quizá a tu lado o del lado mismo donde tus emociones crecen. Otros. A veces creo que me da miedo, que cuando es el instante de afrontar las cosas tal como son, me escondo, otras veces creo que tengo el síndrome del vencido, es entonces que puedo entender que sea de alguna forma pasivo, que no diga nada, que muchos de mis pensamientos me los trague, me los guarde, según yo para el mejor momento, pero el momento es el de ahora, el que se vive a diario. Síndromes, acaso esas cosas te hacen tener el cuello ancho, las manos gordas, la mirada perdida, los sueños locos, creo que no existen tales cosas, es decir nadie identifica los susurros físicos, que según nos dicen lo que somos. Soledad, ahogo de soledad, juegos, intentos de amar, amor de otras orillas, amores que implican mudanzas, pero no existe una forma intensa, interna, practica de mudarse, no son los efectos materiales que se puedan llevar encima, ni siquiera es necesario llevar nada, las mudanzas del alma son menos complejas que las mudanzas de los muebles, pero siempre son más cansadas, mudar de costumbres, de sueños, de comidas, todo en el nombre del gran amor, solo que nadie sabe si ese amor esta dispuesto a lo mismo o si uno mismo esta en verdad dispuesto a todo lo que pueda venir, ese es el mundo de acá, el de este lado, el mundo de los otros, del otro, el mundo que no es tuyo, pero que intento que lo descubras, que lo entiendas, que quieras estar en el, no importa en la orilla en que cada uno tenga que estar, tu orilla o la mía, tus sueños o los míos, el sentido de esto es la vida, la vida es el camino que puede llevar a la felicidad, tu orilla, mi orilla, otros instantes, otros sueños, otros amigos, todo es otro, nosotros somos los otros. Complejo. Quizá no, tan solo se trata de otra óptica. Nosotros. Los otros. Soñar.

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