domingo, 9 de septiembre de 2007

sin silencios...


Como guardar silencio. A veces trato de convencerme de que no puedo hacer nada por el momento, que es necesario conformarme con lo que tengo, que en esta ciudad por lo menos tengo un trabajo, un pequeño departamento, alimento seguro, trato de convencerme que en esta ciudad puedo fluir, puedo soñar, leer, escribir. Muchas veces tomo el periódico, tratando de rastrear la pista de algunos acontecimientos, intento ser objetivo pero me resulta imposible. Trato de responderme quien diablos soy, me busco algunas veces en las notas sin sentido de esos artículos que llaman de opinión. Otras veces creo que sería muy bueno enviar un pequeño artículo al periódico, al menos no esta tan mal lo que hago, luego cuando leo ciertas cosas, me pregunto si es que cobran por ese trabajo, en fin a veces pienso que no es otra cosa que una vanidad retrasada. Luego empiezan de nuevo estas locuras, me pregunto porque tengo que guardar silencio, al mismo tiempo que me pregunto por todos mis miedos, por todas mis locas andanzas, me pregunto por estas ganas de salir, de dejar atrás esta ciudad, pero el miedo es el peor enemigo o como dicen algunos, es el consejero más sensato, pero la vida sin viajes parece no ser vida, es como llegar aquello de que uno esta ya muerto, luego si uno ya esta muerto, pues no queda otro camino que suicidarse, la puerta falsa dicen algunos. Quién diablos soy, que estoy buscando, que es lo que me ofrece en realidad esta ciudad, será acaso una prisión entre cristales de tono gris, la ciudad es eso, una ciudad de tonos grises, como esos vidrios filtra sol. Pero la idea es saber que hago, porque estoy aquí, para donde deseo andar, quizá esa sea la tarea más compleja que se me pudo ocurrir, pero la idea es saber, no tan solo preguntar.
Dicen que los varones son los que optan con mayor facilidad por tomar esa salida de la puerta falsa. Las estadísticas pueden decir mucho, aunque la verdad muy poco me importa. Tampoco estoy buscando un método vulgar para terminar con mi vida, tampoco es el tiempo de decir que ya estoy muerto, solo que la idea de tener que guardar silencio ante tantas ausencias, no me parece que sea algo que me haga feliz, ya he dicho que mi deseo es saber quien rayos soy, pero parece que en ningún lugar puedo encontrar respuestas.
Esta vez no tengo más opción, debo dejar que el silencio siga haciendo de las suyas, imaginar que un día de estos puedo reanudar mis viajes, que e sposible encontrarse con los amigos muy pronto, no puedo más que ponerme a soñar pero sin decir nada, es necesario guardar silencio, no decir nada porque se me puede romper el corazón sino logor hacer lo que deseo, aunque antes de todo eso la misma pregunta me sigue complicando la existencia, y es que deseo saber quien demonios soy, que es lo que hago en esta ciudad, a donde deseo marcharme, porque ir a ese sitio, me ganan algunas veces la soledad, los ruidos internos, mis cosas sin sentido, me digo que soy parte del amor para el amor mismo, pero no logro responderme la s cosas más básicas, como si al cerrar los ojos, todo lo que se, se tornara en una serie de datos inútiles, esos sin contar con mis constantes indecisiones, pero yo fui quien decidió regresar, porque según solo acá podría encontrar todas las respuestas a esas preguntas que están huérfanas de ese saber. La realidad es que ahora estoy pero que antes pues no encuentro respuestas, pero ya no estoy donde tanto deseo, la esperanza es que un día de estos volveré al lugar de mis sueños, por lo menos no dejo de pensarlo, la única forma de dejar de pensar en ello, es morir, guardar silencio, hacer que nada pase, cuando ese tiempo llegue será estar muerto y ya estando muerto lo único que nos queda es suicidarnos, la salida por esa famosa puerta fácil. Quizá no voy a ningún lugar, y quizá te descubro en un país que esta en ti, que se deja caminar cuando tus pies se inquietan.

No hay comentarios: