miércoles, 26 de septiembre de 2007

Olvidos...


Se me olvida el sentido de todo, de las calles, de la vida o si algo va de norte a sur, de nuevo el desdichado norte que muchos dicen que es mejor que el sur, aunque algunos prefieren el sur, pero son pocos, para mí esos sentidos se olvidan, entonces me lanzo a caminar sin dar importancia hacia donde voy o si un día el sol me queda a mi izquierda o a las espaldas, si un día me queda a las espaldas, al otro día, muy temprano lo tendré de frente, pero se puede cambiar de sentido, pues para eso se han inventado las vueltas. No solo olvido los sentidos de orientación, también olvido las fechas, los nombres de las cosas e incluso me olvido de las únicas tres palabras que aprendí en francés, de las horas mejor ni hablo porque cuando me doy cuenta ya no son lo que yo pensaba, me olvido de las citas, de mis locos sueños, me olvido que tengo que estar a la espera de que alguien quiera convivir conmigo, me olvido por olvidar sin darle importancia a casi nada, pero olvidarme de los nombres eso si que me parece trágico, pero lo hago. Unas veces me olvido de las canciones, me olvido que en el trayecto de un viaje tengo que pasar por una ciudad, entonces cuando los recuerdos llegan, todo es como una inmensa ola, un inmenso grito. Llega entonces el otoño, me doy cuenta de ello porque suelo olvidar con mayor facilidad, es como una constante en mis días, es como no dejar de hacer, pero el invierno me sume muchas veces en una soledad aún peor, es como estar encerrado, luego dentro de ese encierro vivir una pesadilla, un pozo, donde puede escuchar constantemente el tic tac del tiempo, pero un tiempo que se mide a través del movimiento de un péndulo. Parece que todo es siempre igual. No se le puede hacer trampa al tiempo, pero tampoco se puede pensar en la trampa, muchas veces decimos que todo sigue igual, que las cosas van como las empezamos, muchas veces decimos que no pasa el tiempo, afortunados todos los que creen eso, incluso yo lo creo, pero la realidad qué es lo nos dice, tal vez mi forma despreocupada de ver este mundo me haga pensar que ese tiempo no transcurre, pero mis manos, mi piel, mi entorno me van diciendo otra cosa, ante eso no existe un punto en el cual yo me ponga a discutir tales sentimientos. Ahora mismo estoy perdido, olvide el sentido de todo esto, me deje atrapar por mis ritmos, como si los segundos que gobiernan mis actos fueran diferentes alo segundos que me dan la libertad de vida, después de todo puros sueños, luego olvido el sentido de los sueños, así que no importa.
Me he dicho en estos días que lo importante son las cosas prácticas, hacer las cuentas para que todo me alcance, no juego a la lotería porque desajusto mi presupuesto, vivir de presupuesto esta del carajo, quizá debería irme a un casino y olvidarme de todas estas raras tonterías. Pero igual regreso siendo un apostador fracasado, mejor no, mejor continuo con esta vida un poco fuera de sentido, continuo pensando que la felicidad es tener un trabajo y trabajar por más de ocho horas al día para tener un peso en la bolsa, el otro peso traducirlo en el bienestar de tu pareja, pues dicen que en pareja se llega mucho más rápido a la felicidad. También me he pensado mucho la idea de salir del país, si lo hago, estaré otro tiempo sin trabajar, me gusta viajar, pero ya empiezo a odiar esta sensación incierta de no tener nada, de andar al favor del viento y de los amigos, por primera vez parece que tengo un ataque de sensatez, el caso es que se me olvido el sentido de todo, más tarde me preguntaré por el sentido de este comportamiento, eso será cuando ya no lo recuerdo, pero igual lo olvido y sigo siendo el mismo de siempre. Quizá debería hacer trampa o buscar mi suerte. Cuando los bolsos están vacíos, uno recurre a todo tipo de artimañas. Por lo pronto me inquieta la idea de viajar, que carajos importa todo este sentir. Eso creo.
Hace un tiempo regrese de Europa, siempre he dicho que regrese con lo que llegué, por un segundo me sentí feliz, pero no tan solo se me fue el tiempo. Llegué hasta esas tierras cargado de una fuerte ilusión, pensé en el amor es cierto, soñé con la realización del amor, incluso fui creando un personaje, una vida, un sueño, pensé en el pequeño Charles, (el pequeño no era otra cosa que mi retoño, que no tuvo la suerte de existir) pensé que de no funcionar las cosas tendría un perro, tal vez pensé en la clase de perro como en el nombre, lo pensé todo, pero nada es como piensa o quiere, así que un día me deje llevar por otros sentimientos, después de todo para los que no creemos en el tiempo nada se pierde si este pasa o no, aunque la realidad sea otro. Que afortunado fui, por un segundo soñé con el amor, me ilusione como nunca antes, después regrese a los antiguos vicios, la verdad me he sentido patético, he llegado a pensar que una vida así vale muy poco, pero nunca he pensado en no vivirla más, es decir tengo mucho por hacer, me sobra el tiempo. Regresarme de Europa, fue como si dos negros de esos que vigilan en los casinos me obligaran a salir de tal sitio, aunque nadie me tomo de los brazos para arrojarme de Europa, lo que yo entendí fue que no era mi lugar, que no era ni mi tiempo ni mi espacio, aunque ahora me he vuelto aferrar, estoy con más ganas que antes de estar allí, pero no se por cuanto tiempo, se me olvida todo, creo que antes dije que no vale la pena, ahora cualquiera puede decir que me contra digo, así soy en realidad, complejo, contradictorio, olvidadizo, no existe mucho para adivinar, es algo sin sentido. Suspiro con ganas de hacer mis viejos recorridos, quizá solo me quede eso, solo suspirar. ¿El amor será así, como un fuerte suspiro?, no creo, pero si veces el amor como la posibilidad de no perder nada, entonces somos afortunados, pero siempre se pierde algo, por supuesto que también se gana, quienes no lo ven así, que afortunados.

Lo inolvidable son las cosas que repito como en automático, las rutas por donde suelo pasear, el sabor del platillo que suelo comer con mayor frecuencia, el silencio constante de esos amigos que prefieren su mundo diario porque el tiempo no les alcanza para nada o porque lo que esperan no tiene nada que ver con uno o porque uno no despierta esa capacidad de asombro, recuerdo muy bien los silencios, eso me desespera, me traga. También recuerdo con toda facilidad el olor del aceite quemado cuando un motor se des-biela o cuando la lluvia suelta las primeras gotas y la tierra desprende ese aroma de humedad, el aroma del café es imposible que se me olvide, los desprecios, las miradas que matan o que las tonterías de los amigos que te recalcan que ya tus oportunidades han pasado, como si las oportunidades o la suerte fueran esclavas del tiempo, también existen cosas que nos negamos a entender. En estos días me he desvelado, pensando soñando en el amor, pero me pregunto, cuando llegara ese famoso día nada esperado en que tenga que despertar para olvidar una vez más, olvidar como todo o casi todo. Luego sin darme cuenta, sentir que puedo pretender una vez más enamorarme para recordar ese dolor tan especial. El amor duele, pero duele más tener que olvidar tantas cosas.

Quisiera recordar el sentido de todo esto o por lo menos saber que estoy haciendo a estas horas, sentado frente a un monitor, quisiera dejar de pensar en algunas cosas del pasado que parece que se repiten en mi loca cabeza como si se tratara de forjar lo que uno es. Ese constante martilleo que me dice, que me dicta que me atrapa, pero no todo es un querer, muchas veces se requiere de un esfuerzo sin importar el tamaño de este. Se me olvida el sabor de mis locas aventuras, tengo ganas de seguir en este andar, se me olvida el sentido de una ruta, no se como descubrir si existe un norte, pero sin norte no puedo hablar del sur, dicen que sin pareja no se puede hablar del amor, yo creo que eso es un error, lo que si creo es que sin pareja es imposible olvidar algunas cosas que solo suceden con ella, quizá sea algo que para mí hoy no tiene nombre, lo único es cierto es que se me olvido que día es hoy, me duele. Otra vez en el mismo rincón, que suerte o es que tengo que desfalcar al destino (aunque no creo en el destino, pienso que todo se va construyendo). Hacer trampa. ¿Será esa la solución?

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