miércoles, 5 de septiembre de 2007

La orilla de mi cama


Me encontraba a la orilla de mi cama, tirando todo lo que no me pudiera servir, cambiando de posición los muebles, pero es imposible dejar de pensar, luego con tantas cosas viejas que tienen ese sabor de mi vida, ese rumor de ti, ese intento por estar donde no se puede llegar a no ser por las letras. Así que pensé en tantas historias, como si pensar en ellas pudiera lograr entrar en los pensamientos de los personajes necesarios para poder escribir las historias o los encuentros que no se dan entre los personajes con el que escribe. Así que pensé en Alicia con su país de las maravillas o en la canción de las noches perdidas, pero quien me agrada es el lobo, el de caperucita, que importa que me digan que suelo ser infantil, a los 35 uno puede ser como se le venga en gana. Pensé que amar es una buena tarea. Pero amar tiene nombre de mujer, lo cual me hace pensar que no debería tener sexualidad, aunque si sensualidad. Trato de dejar de pensar, pero no me puedo deshacer de la idea de que no soy el hombre de su vida, luego sin contar que te recuerdo en todo lo que hago, la cosa se pone peor. Que importa lo que cada uno haga, todo lo que deseo es poderme concentrar, trabajar en lo que quiero. Algunos amigos se toman esto del arte, de las letras muy a fondo, pienso que han dejado de vivir, pienso que están actuando, quizá uno solo de ellos tenga un solo poema que valga la pena, pero cuando me dice que ojalá que en sus escritos encuentre lo que ando buscando, me hacen perder el interés por leerlos, ya nunca más les leo, lo primero que me gusta es ese reflejo de honestidad, respecto por las cosas que sed hacen, pero más importante que todo ello es sin duda la humildad, aunque parece que la humildad esta en peligro de extinción, por lo general mis amigos son humildes, aunque debo reconocer que durante años tolere a alguien con poca humildad, reconozco también que es al único que voy a soportar, todo aquel que no lo sea, no me importa como amigo, si de paso escribe, confieso que no me detendré a leer lo que hace, así fuera de lo mejor, en todo caso prefiero dormir. Pero regreso a la orilla de mi cama, al sitio donde ahora se va gestando esta reflexión, donde este mundo tiene más importancia cuando de pensar o soñar se trata. Algunas cosas me distraen, los argumentos de lo que venía trabando han quedado perdidos, es necesario volver a plantear, a buscar en el interior sobre que deseo trabajar, pero sobre todo es necesario empezar a investigar de nuevo, decidir en que deseo dejar que mi vida se interese, la idea del amor es muy buena e incluso algunas veces desgarradora, pero no es mi deseo trabajar en el amor, como tampoco seguiré con aquella idea de la ausencia, ese sentimiento para trabajarlo esta totalmente contaminado, pienso que es tiempo de dejar que algunas cosas pasen. Estar enamorado, perdidamente enamorado, tener gusto por las canciones en francés, soñar, despertar con una serie de ruidos, ese es mi mundo, lo que se del idioma en que me gustan las canciones es nada, pero acaso no se escuchan muy bien. Para cantar muchas veces me vuelvo loco con Facundo Cabral, Joaquín Sabina o Silvio Rodríguez, las canciones en inglés solo las escucho. Parece que hoy las historias están huérfanas de letras, por un segundo me he dejado llevar por mis enojos, por las extravagancias de pensamientos ajenos, quizá el problema es que no tolero, algunos comportamientos, quizá a los 35 es la edad en que nos volvemos iracundos.
Después de estar a la orilla de mi cama, después de tirar tantas cosas viejas, sigo pensando en el amor, en las aventuras de lobos, en cosas que quizá no tienen sentido. Esta mañana he pensado en la necesidad que tengo de escribir un poco acerca de esta ciudad, lo quiero hacer porque muchas de estas calles están convertidas en mis amantes. He pensado en una serie de personajes, sobre todo en esos personajes que causan un gran ruido para estos lugares, seres que consumen su vida entre la cocaína o la marihuana o una serie de vicios, gente que va en patinetas, amores inventados con mujeres que tienen ojos de lobos o cabellos azules e igual amabas cosas. La única verdad en todos estos días es que venía pasando por situaciones difíciles, todo ello dentro del mundo de los pensamientos, nada es parte de otra cosa, pero me deje atrapar por todo ello, quizá no fueron más de 72 horas, el caso es que atravesé por ello.
Ahora, a la orilla de mi cama, no tengo necesidad de buscar al lobo, o decirle a mi hermana que nunca esta que me perdone porque no se como ayudarle, porque un día las cosas no puedan ser como le prometí en algún instante, ahora mismo me dan ganas de decirle a mi sobrina de pocos años que no puedo estar mientras ella crece, porque tengo hambre del mundo, porque deseo comérmelo lentamente, a cucharadas pues. A mi otra hermana poco le puedo decir, quizá que tenga cuidad porque anda el lobo suelto. A mi padre poco le puedo decir o mejor dicho nada se le puede decir al ausente, al desconocido, solo que algún día se enterara de que existo, de que estoy en este mundo. A mi madre, le digo lo siento, que me perdone porque no seré capaz de cumplir tantas promesas hechas, que mis ganas de salir al mundo me van a consumir sino lo hago, que es ahora mi oportunidad, que sino lo hago nunca tendré ni la edad, ni el tiempo, como tampoco las ganas para hacerlo. A los amores, bueno allí poco puedo decir. Por favor todos miren, allí esta el lobo, viene con hambre.

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