jueves, 29 de noviembre de 2007

cosas...


Acerca de los pensamientos de otros. Un día cualquiera.

Deseba comprar el pino de navidad. Luego los amigos y sus consejos que si del otro lado es mucho más barato, después este amigo con su cara de que alguien se lo había jodido llega para darme según él la gran noticia, lo único que hice fue ponerle cara de que le había pasado, después le dice no “chinges”, la realidad es que a estas alturas ya nada me sorprende. Cuando uno esta hasta la madre dan ganas de mandarlo todo a la chingada, pero pienso que nada de eso tiene sentido, quizá debería tranquilizarme un poco.

Esta tarde fui guía de turistas, ya sabes han venido algunos visitantes ocasionales desde mi tierra y uno pues debe ayudarles a conocer los lugares desconocidos, quizá tan desconocidos para uno mismo, pero se debe mostrar, el lunes empiezan las clases, espero no estar magnificando el valor de esas clases y todo sea un pendejada, así me sería mucho más fácil de llevar, en el fondo las cosas son siempre fáciles, uno es el complejo, por cierto como sigues, te duele aún la cabeza, perdona que no te deje hablar tengo prisa, otro día hablamos.

No puedo ir a la ciudad de México, tengo ensayos, podría el día de mi cumpleaños, o quizá para Navidad, pero ahora no, (quizá debería explicar la teoría acerca de que existen mujeres destinadas a cantar), mi jefa tiene cosas que hacer en estos días y después yo tengo mis compromisos, en verdad no puedo, tengo muchos compromisos, sobre todo ensayar, me estoy enamorando de mi voz. Si me llamas un día de estos, igual sería un bonito regalo, igual y grabo tu voz, me gusta tu voz.

Después de todo, quizá me estoy inventando todo esto porque no tengo mucho por hacer o simplemente sea salir de alguna forma de la rutina, vaya cada uno a juzgar, y algunos más a sentirse en medio del dialogo, acaso no es lo bonito.

Acerca de los pensamientos de uno.

Nada.

Exagerado o extremista creo que no dejare de serlo nunca, pero existen días que una sola palabra basta para definir lo que circula por el pensamiento, quizá ahora lo que me preocupa es ponerme a trabajar porque me espera un pesado motor, no se si lo que preocupa es que sea pesado o que me espera, a la espera de uno un motor, tampoco es algo para pensar, eso es lo que yo creo.


En las últimas fechas me pongo a soñar mucho, cosas simples, quizá no debería llamarlos sueños, son cosas que a cualquiera se les puede ocurrir, más me pregunto, como puede ser la vida de alguien cuando deja a un lado las cosas que le gustan para hacer las cosas que ama, no es como poner en una balanza y observar cual tiene mayor peso, tampoco paso por una circunstancia de valoración o indecisiones, es decir, para la vida misma llega el momento de tomar decisiones, en mi caso he tomado las situaciones correspondientes como deben de ser y bueno están resueltas, pero es sin duda interesante el ejercicio, el imaginar que sucede al interior de uno cuando algunas cosas se dejan de hacer para dar paso a las más importantes a las que defines el rumbo de vida, con esto no trato de convencerme de algo pues convencido ya estoy. Mi naturaleza es la que me orienta a estas preguntas, es la que me hace entrar en una especie de reflexión un tanto inquieta, un tanto pasional en la que poco importa que las cosas tengan lógica, sino lo importante es imaginar, es tratar de ver un mundo desde la idea diaria de vida y desde la idea diaria que se adopta, por supuesto que prefiero la idea por la cual he decidido, es la mejor por lo mismo la he adoptado ya, pero no deja de ser interesante plantearse tantas cosas. Esto no es otra cosa que una especie de diálogos, no se con quien se da el dialogo, pero me gusta el dialogo, quizá sea una especie de monologo, y no de monos tratando de decir algo, no se aún que pero tratando de expresarse, en el fondo siempre existen seres que nos vamos entendiendo, no solo existe un loco, por suerte, no son los tiempos para decir que somos los últimos de una especie, existimos muchos, bueno ni yo me entiendo ahora, muchos no me entenderán de seguro. No me he dado tiempo para platicar con algunos amigos, no porque no quiera sino porque he tenido carga de trabajo, quizá ahora de lo que adolezco es de espacios, no me quejo de ello y tampoco me he vuelto esclavo de algo que no me gusta, es decir no soy de la gente que dice que ama y que le gusta su trabajo, para mí el trabajo como trabajo, como fuente de ingresos no me gusta, le hacer algo, el estar haciendo, el estar creando, el estar inventando, sin importar lo que puedas obtener a cambio, eso es parte de lo que me atrae, pero bueno, ahora mismo debo preocuparme por obtener algunas pequeñas ganancias para tener muchos días sin hacer nada, después de todo creo que le llaman plusvalía, quizá sea lo único interesante del capitalismo, no por eso me gusta, en el fondo lo detestare hasta el final mismo. Eso es ser necio…

Los ruidos de motores son como el timbre de entrada, los dolores de cabeza son algo como necesario y muchas veces se vuelven como una carga que ya no se quiere traer.

Existen platicas que me encanta, otras más que tan solo sobre llevo, comentarios que aún no entiendo, pero que tampoco me preocupo por entender, es decir allí se quedan, algunas veces pienso en ellos no porque me causen un ruido sino porque me pongo a pensar en la necesidad que deben de tener estas personas de ser escuchados, es como si estuvieran tremendamente vacíos como si tan solo fueran un trapo viejo que los usan para limpiar los espacios sucios y aún más vacíos, por supuesto que eso es una estupidez aún mayor que todas las estupideces nunca antes dichas, pero que importa si todos los días se pueden decir…

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