sábado, 1 de diciembre de 2007

Inicios...


En el fondo no existen los pretextos, cada uno es lo que quiere, solo que se esconde sin saber donde a dejado la cabeza. Las calles céntricas de esta ciudad estaban llenas, no se aún si por aquello de ver en pleno zócalo una pista de patinaje sobre hielo o porque es el primer día del último mes de año. Algunos de los que allí caminaban andaban con sus playeras de la universidad nacional, no sienten orgullo de ser universitarios, sino la loca pasión por el fútbol, después de todo las cosas son así, cosas sin sentido pero que existen. No puedo hablar de un número determinado de personas, pero puedo decir que desde el eje central, hasta llegar al zócalo, había tráfico constante de gentes, mientras cerca de casa algunos amigos festejaban alguna fiesta, este mes es así, todo mundo festeja, basta un motivo, no importa si ese motivo es bueno o malo, el caso celebrar, andar en ambiente. No se aún si eso de la pista para patinar sea un acierto, algunos dicen que si de todas maneras se roban el dinero (por supuesto que hablan de los políticos, alguna mala imagen deben tener o quizá solo se hable por suponer, yo que se), pues que mejor que hacer algo divertido para la gente, que importa si la gran mayoría no sabemos o no tenemos interés en patinar. Pensé que vendrían un grupo de bailarinas rusas a festejar en la pista más grande del mundo, bueno eso dice, que es la más grande, pero resulta que tenemos campeones mundiales y no se cuantas cosas más en estas disciplinas, yo que ni siquiera estaba enterado de todo esto. La gente parece que más se va a sus casas que seguir llegando, a las horas en que he llegado es imposible alcanzar un buen lugar, para poder ver un pedazo de la pista, se tiene uno que parar de puntitas y solo se alcanzan a ver uno que otros cuerpos que se entrecortan con los cuerpos de espectadores que al igual que uno se ilusionan y juegan con la idea de que el gobierno hace buenas cosas para divertirnos, de seguro se ve muy bien la plancha del zócalo pintada de blanco, pero no solo de blanco, sino de hielo, de temperaturas heladas, lo único que ha hecho falta esta tarde es que se suelte uno de esos aires que suelen venir de compañeros de los frentes fríos que tienen por nombre algún número, así la cosa se pondría como que más invernal y uno entraría digamos en ambientación de forma casi inmediata, bueno, esto no es otra cosa más que soñar. La familia mexicana no sabe de problemas sociales ni económicos, es una gran familia, pero sobre todo unida, eso me gusta. A los alrededores de la pista tan mencionada venden cuanto se pueda necesitar para las temperaturas frías, por supuesto que en paquetas, ya saben, guantes, bufandas, gorros, y no se que otras cosas. La ciudad también empezó a disfrutar hoy de sus adornos navideños, de sus luces que muestran la creatividad e ingenio de quienes las van diseñando, fue una buena tarde, aunque había en el ambiente un extraño olor, aún no logro descifrar de donde provenía, de que se trataba, quizá me tarde mucho, pero ese olor me sigue aún, después de un buen rato de haber llegado a casa.

Las cosas no son como uno quiere, por alguna razón se salen de control entonces nos inventamos cualquier pretexto que no haga creer que por ello algo ha salido mal, casi siempre culpamos a la mala suerte, es cuestión de la suerte, pero nunca de la buena, esa la dejamos para otras cosas.

La caricia de la noche es agradable. Se escuchan los ruidos, el ambiente a fiesta esta por todos lados, como si la llegada del mes fuera algo mágico, luego si coincide con el fin de semana, la situación se pone aún más propicia, por las calles la gente ya habla de la cena de navidad, del ponche, de la piñatas, todo mundo piensa que divertirse, algunos incluso empiezan a planificar sus vacaciones y eso que hoy es apenas el primer día, por supuesto que esto no es nada raro, tampoco es algo que de alguna forma sea ajeno a las cosas que pasan el resto del año, pero ahora es cuando más se intensifican, como si con ello cada uno diera a entender que alcanzar la orilla del año fuera algo más que un logro, como si la única meta importante en realidad es esa, ir alcanzando a lo largo de los años, sus orillas, hasta tener un rosario de orillas y poderle contar a los amigos con un solo número todos los tiempos vividos, resumir en una palabra los largos tiempos, como confesando una edad, 86, 33, 35, lo que pueda ser, más nunca lo que se nos pueda ocurrir, porque de eso se trata cuando vamos salvando las orillas, cuando contamos las campanadas que nos hacen entender que hemos librado una nueva frontera que divide un año o un tiempo de otro, en el fondo, con todos los pretextos posibles, esa es la tarea diaria que nos imponemos, pero pienso que no es la tarea más importante, siendo lo más importante el vivir, sino se vive que se puede contar, decir la edad después de 86 años y resumirlo todo a un número como que no tienen sentido, experimentar es lo importante, porque en ello esta resuelta nuestra gran tarea, es desde allí, en ese instante cuando podemos decir, he vivido, es cuando podemos contar las cosas que nos han pasado, solo así es posible.

Antes de regresar a casa me di una vuelta por las calles que tanto me gustan, por supuesto que el llamado de algunas librerías así como el deseo por meterme a cuando lugar me encanta fue muy fuerte, pero vencí todo ello por un largo paseo, me encontré en ese largo paseo, en una ciudad de tantos millones a mis vecinos a los señores de la casa de enfrente, ellos abrazados como dos recién conocidos, como si estuvieran en ese intento por enamorarse, por jugar, por soñar, por no dejar de estar vivo, supongo tantas cosas, pero también creo que nadie ha tomado lo que ellos sienten por ellos mismos, o quizá sea un juego para convencerse de que aún se quieren, después de todo suponer es barato, seguí mi camino hasta llegar a las letras, allí el recorrido más bien fue un tanto parco, pero no ausente.

1 comentario:

RosaMaría dijo...

Un poco enigmático tu relato, hay que saber leer entre líneas. ¿Sabés porqué había tanta gente?, porque también en ese mes se festeja mi cumpleaños. Tu agudeza para ver a tu alrededor me fascina.