martes, 23 de octubre de 2007

Si no están locos, entonces...


Muchas veces se borra de la memoria todo lo que pensamos decir, otras veces uno quisiera tener la capacidad de almacenarlo todo, pero es imposible cuando se tiene una mente ocupada al mismo tiempo de tantos pensamientos, al menos es lo que me dicen los que experimentan dichas situaciones. Lo importante es que estas líneas van disfrazando los efectos de un monologo que desea extraviarse, pero extraviarse para convertirse en el principio del dialogo de diálogos, como si en ello estuvieran todas las respuestas, no importa que su disfraz sea un texto que se va dejando observar sin celo alguno.
Responder a los cambios, a la evolución mismo, al día a día de nuestras cosas, quizá no exista otra tarea más compleja, quizá nada de esto existe. Cerca de metáforas incoherentes, bellas, metáforas no atadas a los procesos de medición o a esa belleza impuesta donde el único nombre que pueden recibir es el de poesía, donde algunos poetas dicen que su poesía es única, que su locura es inigualable, que su capacidad no esta afectada por las cosas que un grupo de raros suelen hacer, porque piensan que la poesía les pertenece, cuando el único ser que hace o termina de hacer la poesía es el que la lee y le entiende muy ajeno a los deseos de su poeta preferido. Me gustan las obras de Octavio Paz, me gusta la sentencia que recibió tras largas jornadas de trabajo, en ocasiones pienso que tengo tantas ganas de recorrer los mismos paso, pero cuando me dejo atrapar por esas voces que lo llevaron a un mundo especial a vislumbrar el amor en las calles de la India, entonces me siento más intrigado, más desconfiado, pero con esa sed que no calma nadie por saber, por conocer, por dejarme llevar, es muy cierto que el Arco y la lira es en si una gran metáfora que contrapone el sentido poético con el arte mismo de la guerra, que invita a descubrir sin tanto juego los placeres de la poesía que se crea sin atadura, sin la constante amenaza de que por una metáfora mal pensada, las cosas podrían salir de ese control inventado por algún tipo perfeccionista, eso es lo que entiendo. Luego hablar de la sexualidad y sensualidad en lo que somos, nombrar ese erotismo un tanto descomplicado, jugar a leer, leer sin jugar, dejarse llevar por lo que cada uno puede sentir, me remite sin paradas intermedias, a sus obras, La llama doble, Sobre el amor y la India, pero igual me puede llevar por toda su obra sin complejo alguno, quizá porque puedo leer sin preocuparme de ciertas reglas, quizá porque lo que me gusta es ese placer que solo encuentro en la lectura. En el fondo tomos somos descomplicados.
En ocasiones me pregunto por esos acentos volteados, esos que suelen aparecer cuando una máquina nos resulta desconocida, también me pregunto por tanto simbolismo, llego a creer que no es otra cosa que nuestra individualidad que desea mostrase o quizá se trate de personas que vienen de otros suelos, pero de esta misma tierra, aunque el dualismo de nuestro comportamiento es mucho más poderoso que todas las posibilidades que uno pueda encontrar, por supuesto que detalles mínimos son los que nos atrapan la mayor parte de las veces, las grandes detalles pasan sin ser vistos. Mundo de locos parece ser un estándar, parece que todo mundo lo es, los raros, los extraños, los que creen estar en un mundo aparte descubren que es algo tan común, que luego la tarea consiste en buscar a los que no lo son, pero surge la pregunta para que buscarlos, quizá para comprobar cosas que no llevan a nada. Ese mundo de locos una vez que entra en controversia, se transforma, el loco que tenía tres ojos se ha quedado ciego, el tuerto, el ser que solo ha tenido un solo ojos, parece que corrió con la suerte de conseguirse otro o se pinto uno más para que la gente crea que es normal, que lo normal lo somos todos en ese mundo de seres extraños. Entramos en pánico cuando alguien nos dice que si no somos como la sociedad demanda estamos fuera de ella, que no podemos esperar nada, como si toda la vida fuera una larga espera, como si todo estuviera diseñado para esas esperas lastimosas donde nada llega por casualidad, porque todo lo que se quiere se tiene que buscar, pero donde buscar, si debajo de las piedras se esconden animales ponzoñosos, si en ele ambiente donde parece que el viento juega libremente, también se tejen telarañas que atrapan todo lo que podes ser o hacer. Es cierto que dentro de la gran ciudad nos confundimos, pero por aquello de que todos somos locos o que todos somos raros, sino porque lam gran mayoría esta cegada, esta interesada en lo que pueda pasar esta noche en los cientos de concursos que se inventan los medios de entretenimiento, están concientes que no pueden ofrecer otra cosa, la gente suele llamarle a su apatía locura, a lo locura no le ponen nombre a los raros simplemente no los ven sino salen en un programa de televisión en horario estelar o creen que esas cosas sola se pueden ver en los circos, quizá todo esto sea una gran carpa, pero dentro de la carpa también están los espectadores. Por simple muchas veces terminamos por confundirnos. Por sencillo entendemos que los sujetos no tienen voluntada de nada, no observamos en cauce donde nos movemos, incluso no observamos lo que somos, cada uno lleva la presencia de sus demonios en lo que hace, pero al verse en el espejo observan deidades, quizá porque en ese espacio dicen que todo es más fácil, sencillo, incapacitado, sin ataduras, simplemente un mortal que cumple con las más vana de sus tareas, nacer, reproducir, morir, eso hasta el cansancio es lo que más somos, pocos son los locos verdaderos que se contraponen a ello, pocos son los raros que descubren que no son raros, lo que en realidad son tiene que ver con la libertad, pocos sueñan, pocos juegan, casi nadie se atreve, nos fuimos acostumbrando a esta vida, dicen que no existe otra, pero lo mismo se dicen tantas cosas más.
La diversidad, un mundo masificado debe ser tremendamente aburrido, estamos ante un mundo que empieza a darnos sueño, que nos aburra la mayor parte de las veces, un mundo donde todos van preocupados por las ganancias, por el pago de la tarjeta o el deposito para la letra del auto un mundo donde sino tienes nada eres un poco menos que eso. Allí ene se mundo existen los medio todo, los medio nada, los números, muchos somos un número, no un nombre, te distinguen por un número de cuenta, ya sea en el banco o en la escuela e incluso en los pasaportes, no importa el rostro o si tienes un solo ojo o un color de ojos, mucho menos el nombre o sus significados, es decir nos vamos también globalizando al grado que algunas madres deciden que sus hijos deben llamarse de formas innombrables, tenían marcas por nombres y nombres sin sentido. Locos, cosas raras, eso es algo que unos cuantos pueden ser o hacer, las masas piensan que ya están hechas las cosas, pero dentro de todo ello, se deje entrever un brillo de esperanzas unas ganas porque las cosas no sean como se ven, pero como ganarle a la inercia, pues es la inercia las muchas veces nos arroja a ese precipicio, de nuevo las preguntas sin respuestas. Quizá los animales no sufren las consecuencias de tanto desorden organizado, eso dicen que es el caos, en realidad no se tantas cosas, pero si apelamos a nuestro espíritu instintivo, quizá nos de por correr o refugiarnos en donde nadie nos pueda juzgar, si el miedo verdadero esta en esa incapacidad de evitar los juicios, de ser tachados, de ser marcados por que la sociedad castiga y los castigos suelen quitarnos el sueño. No el sueño físico, sino el sueño que podemos tener con los ojos abiertos. Quizá exista un Dios, en verdad que no lo se, pero si su tarea consiste en juzgarnos, entonces no existe mucha diferencia en lo que hacemos, que sentido tiene su existencia, no lo pongo en duda, solo que dudo de muchas cosas, entre ellas de la existencia misma de seres raros, complejos, locos, anormales, porque quizá ya todos los somos desde el principio de todos los tiempos, quizá viene con el instinto solo que cada uno es un espejo y ve lo que desea ver del otro y de si mismo, la imagen reflejada no es consistente, entonces no quiero creerlo así, pero empiezo a intuir que nos gusta engañarnos. No esta nada mal para ser seres razonables.
Yo soy de los que comen chocolate, muchas veces pienso que debo buscar una forma de acompañarlos, soy de los que no tienen miedo a las comidas de lato riesgo(no se porque les llamo así, quizá porque dicen que acarrean enfermedades).
He conseguido los guantes para tu amiga. El lustrador de alas las puso en mis manos Vishnú, me ha dicho que de paso te recuerde que el mejor nombre que puedes tener es el de Garudá, que no olvides que tu hermoso plumaje de lo debes a todos los pájaros. Que la humildad nos hace diferentes. Que no dejes de lado este dialogo en forma de texto, que sabes inspirar…

No hay comentarios: