viernes, 26 de octubre de 2007

No existe tal lugar...


No hay tal lugar. Es mentira que podemos saber a donde van a morir los elefantes, a donde van los sueños o el destino de las almas. Es mentira que la mentira es mala, que los sueños no tienen sentido, es mentira decir que si mientes te condenas. No existe tal lugar, pero existe un sitio, un solo sitio donde las cosas tienden a ser menos complejas, es un lugar a titulo de cuento y de cuyo nombre no me quiero olvidar, es por eso que en este instante busco una forma de atrapar ese lugar con unas letras que se cansan de existir, unas letras que representan toda mi riqueza, se imaginan una riqueza fundamentada en letras, creo que no se puede comprar mucho con ellas, quizá un suspiro, quizá se arranque una que otra pasión o una noche de locura. Qué son las noches de locura, no lo se, pero este capricho constante, este andar indefinido que no lleva a nada, me vuelve loco y no me gusta ser el bastón de otros, y de uno mismo, terminar con todo esta situación duele, pero dicen que se debe hacer si deseas entrar a ese sitio tan especial, pero no deseo hablar del dolor o de bastones, o pasiones y no se cuantas otras cosas, sino de un sitio, no el sitio de todos los sitios, sino el sitio insignificante para todos, ese pequeño sitio donde la mentira es importante al igual que la verdad, donde puedes llegar disfrazado de todo lo que se te pueda ocurrir, allí no existe el miedo, no existe el fracaso, no existen tantas cosas por las que muchas veces nos ponemos a temblar, no existe el mundo globalizado, pero qué es el mundo globalizado, en realidad es tan malo. Ese sitio donde un día puedes esconder todos tus miedos, si esos miedos de enfrentarte al fracaso o no ver más de frente al ser que amas, aunque amar tiene tantas variantes que muchas veces terminamos por confundirnos, sigo sin entender porque menciono estas cosas, porque en el fondo yo no deseo hablar de esto, ni del lugar a donde van a morir los elefantes, es más ni yo mismo se de que deseo hablar, líneas arriba parecía tener control de todo, incluso te decía que no existe tal lugar, pero que lugar, te hable de mentiras y no recuerdo más, quizá porque muchas cosas están dentro de esa nube de recuerdos que nos empujan a refugiarnos, esos hacemos cuando empezamos a huir, eso hacemos y nos inventamos sentimientos, o recorridos que nos atrapan porque todo es nuevo, porque según nosotros los ojos, esos ojos con lo que vemos a diario han dejado de estar empañados de todo lo que arrastramos, es mentira que existe tal lugar, no hay tal lugar, lo que somos va con nosotros a donde quiera que vamos y ante la primera alerta emocional, están allí de nuevo, uno no puede perderse de sus demonios, de sus falsas soluciones de todo lo que uno es, porque esa es la historia que nos precede. No se borra lo que somos porque las calle este llena de otros ruidos o porque el nuevo barrio parece tan diferente, nuestros sueños son tan recurrentes que por lejos que uno vaya, siempre estaremos en el mismo rincón, quizá debería decir que somos necios. Ya no recuerdo de qué estoy hablando. Te decía que existe un lugar muy pequeñito, donde todo es posible, donde la luna es de queso, te imaginas una luna de queso, yo no la imagino, mejor me la como, pues no tienes que pagar nada, hablar de pagos, de situaciones que a todo mundo nos traga, no es hablar de otra cosa que no sea el consumismo, hablar de consumismo, es hablar de globalización, pero que demonios es la globalización, cuando las fronteras se empiezan a cerrar a la gente que desea estar en otros ciudades, dicen que ese fenómeno se llama migración, tampoco lo se, lo único que se es que nuestra condición nos lleva a buscar un sitio mejor para vivir, para morir nos basta cualquier lugar, pero tener un sitio donde vivir y morir eso es único. La globalización también debe darse con nosotros mismos, no a nivel negocios, sino en aspectos culturales, por lo menos yo creo que lo mismo vamos sufriendo todos, nunca se tiene lo que uno cree que es necesario para poder vivir, siempre estamos llenos de carencias, entre más se tiene más de necesita, tampoco se si es una regla, es más no se que diablos intento describir y quizá en el fondo cada palabra va cargada de sus intenciones. Es cierto que un nuevo barrio nos hace diferentes, eso mientras no nos atrapa el tedio, mientras creemos que todo esta por ser conocido, mientras que el suspiro que nos arranca la novedad sea profundo, lo demás, las cosas inmediatas, como el vestir o comer nos parecen tan fuera de lugar que si siquiera nos percatamos que somos los mismos de siempre, luego un viaje que nos marca, nos tatúa el alma, no es fácil borrarse un tatuaje de esos, pero alguien es capaz de mirar de bajo de los puentes y observar que no solo existen ratas que se pelean por los desechos, que existen seres que mueren de frío, que su soledad es curada de laguna forma con tragos de fuego que solo destruyen su cuerpo, pero de que nos sirve el maldito cuerpo sino lo podemos consentir, si ha dejado de sentir lo hermoso del agua cuando se desliza para mostrarnos limpios, si ese mismo cuerpo no sabe lo que es un orgasmo y cuando tiene orgasmos se pone a contar cuantos lleva porque existe en el una rigurosa cuenta de lo que es ese placer cuando el placer mismo no esta en contar ni en como hacerlo, sino en verdad estar viviendo el momento, todo eso nadie lo quiere ver, mientras el pobre sujeto esta debajo de un puente, tratando se borrar todos los tatuajes que lleva en el alma, de nada le serviría irse a un puente nuevo, a un país nuevo, porque lo que tarda en llegar es mucho comparado con la velocidad con la que regresan los recuerdos, quien puede luchar contra los recuerdos y salir victorioso, creo que tampoco existe tal lugar para dicha batalla, pero igual he estado equivocado todo este tiempo. Quizá estamos tan mecanizados que la globalización o el consumismo son mero pendejismos, quizá uno se pone a dramatizar de que las cosas deberían tener otro rumbo, una nueva ciudad inquieta, un nuevo barrio presagia nueva vida, pero como le decimos a la memoria que no somos nada de lo que esta en nosotros, que nuestros al mudarnos, dejan de pertenecernos, como le decimos a esta dura soledad que un nuevo espacio nos esta esperando que todas las cosas son diferentes, como divorciarnos del miedo. No existe tal lugar, no existen los espacios sin límites, no existen los sueños, o los sitios de los elefantes, si todo eso no existe, entonces que somos nosotros, que hacemos con nuestras vidas, es imposible vivir así, quizá debería recordar que existe un pequeño lugar donde todo es posible, un lugar especial para cada uno, donde pretender entrar en el es como intentar agredir, solo allí es posible todo, porque los humanos no solo estamos hechos de elementos químicos, porque en el fondo somos más que números o pasos por ciudades desconocidas, porque en el fondo no podemos reclamar a otros que no entiendan los que nos esta pasando, que no existen tales lugares, que solo existe nuestro lugar del mundo posible, donde un día nos levantamos con todos los sabores de boca posibles, porque la vida eso, de otra sería una gran función, pero creo que nadie quiere ponerse actuar, que es mejor llegar sin disfraces al sitio que amamos, que es mejor quitarse las mascaras porque si nos mostramos tal como somos, los únicos que se pueden percatar de ello están ciegos o en ciudades muy lejanos, y entonces podemos andar con libertad y con nuestro rostro al aire, la historia de cada uno puede ser compleja, pero ya es pasado. No existe tal lugar, pero podemos inventarlo…

No hay comentarios: