sábado, 7 de junio de 2008

Raptos de la cordura...


Raptos de la cordura o la necesidad de estar loco…

Me duelen los ojos,
las manos se inquietan,
de nuevo esos sonidos
por todos lados,
la gente que grita,
los autos que rugen,
las llamadas por telefono sin sentido,
la soledad inventada,
las horas contigo,
el silencio de ambos,
las necesidades en las
que nos vemos incapacitados,
el cielo que brama,
la nubes que lloran,
el gris hijo del negro huidizo,
las risas que se esconden,
el gallo que llama a misa,
las campanas que piden silencios.

La vida va como un juego,
un domingo que viene bien
para la firma de un convenio
con la muerte,
una noche para dolores
absurdos del cuerpo,
una historia que no tiene sentido,
una tras otra las noticias
de lo que siempre hemos desconocido,
en otro horizonte el cielo
que brama en su lujuria extraviada,
el sol que vomita rayos,
la luna que no se escasea,
en otro horizonte
los amigos que se debatan
en sus luchas que llaman personales,
sin darse cuenta que nos han globalizado,
todo pasa al mismo tiempo
sin importar que estamos
en el último rincón del mundo
y dicen que el Internet nos acerca,
no lo crean, no siempre es cierto.

Después de todo
me siguen doliendo los ojos,
y las manos no se quejan,
el dilema es no saber
si debo seguir escribiendo.

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