lunes, 30 de junio de 2008

Las mascaras que cubren mi otro yo


SUPOSICIONES E INTENTOS POR CONOCERNOS

Quizá intentes conocerme,
desnudar lo que esta en mis poros,
arrancarme mis historias,
despedazar mis demonios,
vencer mi dependencia al dolor,
sacarme el pasado
que tanto me atormenta, y
que me hace variable compleja,
con rasgos de imaginario;
sacarme de los eternos ocasos,
esos que nos van desgastando,
ocasos que esclavizan
nuestros encuentros,
que acortan los pasos
al precipicio del olvido,
al andar sin nada del otro
en cada poro encendido.

Me fui perdiendo
en las amañadas
calles inventadas
por la apatía, y
solo puedo observarme disfrazado,
ajeno, incapaz de los deseos,
pero aún andante,
corresponsal de mis tiempos,
desnudo ante nadie,
en derrumbe,
en reconstrucción,
en nada.

Quizá puedas intentarlo todo,
incluso poseerme,
pero nadie puede tener lo inexistente,
lo distante, lo improbable;
más que ajeno, soy inestable,
disfrazado de insensible,
disfrazado de fuerte,
y de todo lo contrario
que puedas conocer de mí.

Incierto, disfrazado de mil demonios,
atrapado en las cuerdas
de una lucha sin rivales y todos,
intentando vencerme,
sacarme, limitarme,
arrojarme de los caminos que acostumbro,
sacarme de donde aún no se,
si estoy por deseo o por las mil y una casualidades.

No existen suertes o casualidades,
soy así porque me fui forjando
entre las mil y una incertidumbres,
soy así, porque encontré
una mejor manera de protegerme,
porque preferí ser un soldado
de la soledad,
un servidor de emociones disfrazadas,
porque preferí que mis demonios
me llamaran a diario,
y siempre corrí
por atender sus llamadas.

No hay comentarios: