miércoles, 11 de marzo de 2009

Rutinarias...dos


Conocer la belleza cuando te estas escondiendo, no es algo de lo que uno pueda privarse, porque lo que uno busca es no privarse de las cosas, y de la libertad de movimiento, esconderse, huir, salir de un lugar para tratar de rehacerse en otro es luchar contra la privatización de todo tipo de libertades y es quizá el momento en que nuestros sentidos trabajan al máximo, pues no dejan de estar alertas.
No había ido a Europa a refugiarme, fui a Europa a quedarme en ella, a poder darme el lujo de andar por allí con los pies descalzos, por supuesto que había soñado desde siempre con ello, no solo me llego ese sueño la primera vez que estuve y que desde ese momento me propuse que no sería la única ni la última vez, que me propuse que desde ese momento toda mi vida estaría encaminada a regresar y quedarme, así que ahora parecía llegar el momento, era el tiempo de quedarme en ella y con ella, aunque para las autoridades y para algunos amigos no estuviera bien tomada mi decisión. Andar allí, en esas tierras, me excitaba, no importa que estuviera huyendo de mi país, o que nunca más pudiera regresar, dicen que todo viaje implica un regreso, Ulises mismo tuvo que regresar, porque el había dejado a su amada a la espera, pero quien no deja nada de amores, a que regresa, será entonces cuando todos esos sonidos que hablan del amor ferviente por una patria, por un suelo que nos ve crecer, por una tierra que nos hace caminar en ella de forma libre se impone y nos hace devolvernos, primero con la mirada, después con los deseos para por fin arrastrarnos hasta que logra mezclarnos en ella, en esa tierra, en ese polvo del cual fuimos hechos, será que siempre terminamos por volver y que aquellos que se al parecer se quedan en un sitio sin ser de ellos, es porque estaban regresando y nunca fueron de otro lugar aunque unos documentos digan lo contrario, sea como sea, llegaría el día de volver, eso ya lo sabía desde el primer segundo, desde el instante mismo que salí de la revisión habitual de los agentes de migración. Cuantas veces no he preferido estar en otras partes, pero nada es como preferir y estar, experimentar la verdad de un lugar, dicha verdad vista desde nuestra experiencia, sin que nadie nos cuente, cuantas veces hemos deseado no tan solo vivir de sueños y nos aferramos a esperanzas que quizá no nos lleven a nada, pero la nada dicen que también es infinita, y es un mundo de posibilidades, la posibilidad de estar, de soñar, de hacer, de continuar día con día con todas las cosas que nos gustan o siempre hemos soñado, están allí metidas en la vida diaria de todos y en medio de esa nada. El mejor refugio esta en uno mismo, y más vale en la mayoría de los casos correr, no importa que terminemos por andar descalzos, pues es mejor andar así que no andar porque alguien le ha cortado las alas a nuestros pies y no solo las alas, sino los pies completos. Quién no huye, quién no se esconde, quién no busca de forma intensa a lo largo de su vida, quienes somos para juzgarnos o para destruir los sueños de los otros, los que a veces llamamos de formas ofensivas y creemos que son menos que uno mismo. Antes de huir, antes de tratar de esconderme por todos los rincones del mundo, pensé en tantos lugares, desfilaron por mi mente, Montevideo, Buenos Aires, Santiago, toda Italia, el norte de Francia, España y cada una de sus ciudades, pero al final de todos esos pensamientos sin sentido, siempre preferí estar en tu casa, en ningún otro lugar me podría sentir a gusto porque era inevitable ser un extraño, un extranjero, un desconocido que en el mejor de los casos sería confundido con un turista, pero que siempre daría el mismo sentir a los que son de allí, el de ser extranjero, en el que nadie pudiera reconocer su historia, y las historias que pudiera contar siempre parecerían fantásticas como sacadas de la imaginación, porque nadie entiende mejor tu mundo que tú mismo, porque la realidad tus historias así contadas siempre son para divertir a los demás. Decía que prefería tu casa, que no me importaban otras ciudades, pero la verdad, pues siempre existe la verdad, es que no habría dejado de sentir la misma incapacidad a tu lado y quizá estaría doblemente perdido. Llegue a pensar que el fuego de tu cocina era el calor necesario para sobrevivir, que no existía sitio más seguro que el de tus manos, que podría llegar y desordenar tu historia y que con mi voz perdería todo tu pasado, que mi habilidad me permitiría desordenarlo todo hasta perdernos en una fantasía que nos hiciera únicos y nunca más desconocernos y reconocernos en todas nuestras cosas, pero eso era un egoísmo a todas luces y la otra es que aún no estabas en mi vida, es decir, te puse muchas veces nombres y cuerpos ajenos, te pude en la voz de alguna mujer porque según yo esa era tu voz que me podría consolar y darme la paz necesaria para seguir en la conquista de mis pequeños sueños, conquistas que vista de forma objetiva solo son pequeños triunfos, pero con la característica de que me pertenecen. Desordenar tu voz hasta perdernos en ella.


Así que ahora, en la suma de todos estos días, sentado siempre en la misma silla y con días en los que reviento porque no soy capaz de hacer nada, así que ahora en medio de todo este mundo de rutinas, en este mundo donde cada uno cree y piensa que lo mejor es intentar todo lo que uno imagina y cree, donde los sueños pueden adquirir todas las formas posibles y donde hasta lo inimaginable es posible, me pongo a recordar por lo que he pasado durante algunos días de mi vida, cuando te estaba presintiendo, cuado aseguraba tu existencia, pero no tenía la más minima idea de quien eras, ni de cómo eras, ni siquiera a que estabas dispuesta. Te confesé que te puse en otras ropas, en otros cuerpos y otras voces, incluso, llegue a pensar que mi vida sin esos cuerpos, sin esas voces, sin esos espacios, serían mi fin, que estar sin ellos equivalía a estar muerto, llegue a pensar que tenía que tomarme el papel de Fauno muy en serio y hacer cada uno de mis necesidades en mis Ninfas, que esos cuerpos y esos ojos, que esas danzas amorosas, o eran otra cosa que la tarea de mis Ninfas, confieso que estaba equivocado, todo era parte del camino amarillo, ese camino en partes destruido, pero que me traerían hasta ti, llegue a pensar que nada en la vida tenía sentido, y todo porque estaba huyendo, ahora no de las leyes, sino de mis miedos, y la mejor manera de vencer es afrontar, pero no quería reconocerlo.
Soy un personaje hibrido. Muchas veces me han pedido la hora y ven que en la mano no cargo un reloj, aunque no les hago notar la ausencia de ese utensilio medidor y tampoco les digo lo que pienso acerca del tiempo, solo digo desconocer el precioso momento en que alguien tiene esa necesidad, pero que de seguro solo han pasado algunos minutos desde la última vez que tuvieron conocimiento del tiempo preciso en que vivimos. Estoy hecho de sueños y de miedo, consumo todo lo que esta a mi alcance pero mi dualidad siempre me trae problemas. No puedo ser de otra forma, es una gran necesidad, se que tú puedes entenderme, se que tienes esa capacidad de descifrar los sueños y no solo eso, sino que sales por ello, los cazas y no dejas nada a la suerte, porque estas seguro que nada de eso existe y me haces fuerte, así que ahora soy un hibrido fuerte y pienso que si algún día alguien me pido lo que no tengo, le diré que no se lo puedo dar porque no es mío y que solo puedo ofrecer lo que tengo, a ti te ofrezco amor, porque es lo que tengo, pero tú me lo regalaste antes.

No hay comentarios: