sábado, 31 de mayo de 2008

re-en-cuentro...


Recuento de otras batallas.

Me llamaba por las madrugadas para decirme que estaba triste, no entendía ese comportamiento, muchas veces recién nos habíamos visto, pero invariable su comportamiento, le caso es que nunca lo entendí. Otras costumbres me dejaban con la sangre helada, pues parecía que la noche estuviera esperando para que ella hiciera de las suyas, aunque la suya, o las que fueran poco me importaban, en fin que el tiempo pasa y todo aquello quedo grabado en alguna parte de la historia y yo cuento lo que recuerdo, lo que he olvido es imposible de contar, quizá otras versiones digan que todo esto es una alucinación mía, pero confieso sin-vergüenza alguna que no me importa mucho, lo mejor de todo este cuento es experimentar la libertad. Otras veces me enojaba porque no me llamaba y se ausentaba por largas jornadas, era simple, en esos tiempos estaba con el otro, pero cuando la relación con el otro se terminaba entonces me buscaba, aunque debo decir que en la realidad yo era el otro, muchas veces fui el otro, el consuelo cómodo, el instante necesario para salir de la depresión, digamos la distracción que hacia falta, después, quedaba inmerso en los recuerdos, en un pasado que no era necesario recordar, esa era la vida.

No hay comentarios: