sábado, 31 de mayo de 2008

Otros demonios


Otros demonios

Existen días en los que no quiero despertar o por lo menos levantarme, en esos días donde el animo decae hasta los suelos, qué inventarse, si a uno se le ocurre el discurso menstrual seguramente que me tachan de agresivo, de grosero y no se cuantas cosas más, las gripas no funcionan conmigo y tampoco me puedo levantar en actitud despreocupada, todo despeinado y argumentar una noche fatal, en general no duermo o lo hago muy poco y miren que no me estoy quejando, siempre ha funcionado mi vida así. Por lo menos he regresado a las lecturas, pero confieso que mis ojos no resisten mucho, los médicos especialistas son muy buenos para cobrar pero nunca me dan un diagnostico efectivo, que decir de los tratamientos, existen días en los que deseo culpar a mis ojos de estos constantes dolores de cabeza, lo que sea con tal de que no me duela, pero la verdad es que por más que intento engañarme las cosas no son tan simples, otras veces me digo que me lleve la fregada(por no decir la chingada), claro que todo eso es una franca decadencia ante las responsabilidades diarias. Ayer vendí un viaje, se que suena extraño, pero bueno eso hago, vendí sin poder concretar la venta porque el tipo que lo necesitaba, deseba pagar con la tarjeta de crédito y la mayorista que me vende deseaba que le pagara en efectivo, lo cual dificulto todo, el punto para poder hacer los cobros aún no me llega y eso que no he solicitado las máquinas gratuitas, es decir pago por ella alguna cuota al mes, el caso no es si la venta se realizo o no, sino que eso me sume en apatías, de por si no me gustan tantas cosas y tener que estar en ellas, y no saber por cuanto, pero no me resigno a morir en ese ambiente, lo siento mi condición siempre se impone, que hacer cuando se tiene ese sentimiento de cazador y no de cazado. Por lo pronto me levante, de mal humor, pero he fingido durante largo rato con sonrisas que cubren mi rostro, después me quede solo y me sumí en un dialogo sin sentido. “cuida de no estar despeinado me dijo mi otro yo, eso es fatal”, me reí, descubrí de nuevo y no sin asombro que he caído de nuevo a mi estado emocional más precario, pero ahora ya no me espanta, soy así, lo comprendo.

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