sábado, 31 de mayo de 2008

Cosas sin sentido...


Sin sentido…

Cuando salgo a la calle pienso que todo el ambiente huele a muerto. Entonces recuerdo las cosas de la Universidad. Llegaba el profesor, que dicho sea de paso fue un buen amigo ( un 29 de febrero decidió arrebatarse la vida, lo peor es que lo hizo con lo que yo había planeado para la mía, que se joda el cabrón) y nos decía acerca del agradable aroma de los cuerpos, pero sobre todo que olía a muerto, que el esperaba que como regalo de clases el olor a cuerpo de un grupo de adolescentes fuera el propio de ellos y no ese olor tan pestilentes de cuerpos que se van deteriorando, muchas veces nos hacía reír, pero cuando nos dimos tiempo para observarnos, descubrimos que nos gustaba caminar con la mirada agachada y el cuerpo encorvado, que raras cosas. Ahora cuando salgo por estas calles descubro gente que va cansada, no importan las edades, ya van cansados, quizá de los mismos chistes, del calor, de la patente soledad que se respira o de sus ganas de vivir del “otro lado” y no poder. En fin todo esto carece de sentido, solo que cuando recuerdo esas cosas me da por pensar que la gente anda por las calles oliendo a muerto y quizá muchos puedan enojarse con tal concepto y se preste a la discusión, hoy no importa.

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