martes, 29 de enero de 2008

Una más de ideas sin sentido...

Es la primera vez en muchos años que los ruidos me gustan, pocas cosas me asustan.

Pensé en tantas cosas esta tarde, cine estaba muy bien, pero existen otras cosas por hacer, así que mejor otro día, por acá los aviones se ven muy lejos, por allá cerca de la casa anterior, pasan por arriba antes de aterrizar. Cada que veo un avión me dan ganas de subirme, debí haber sido piloto aviador o por lo menos piloto de algo.

Muchas veces descubro miradas ocultas tras una situación que me parece desconocida, después de un tiempo, solo puedo entender que antes no me atreví a observar la realidad, aunque la realidad misma podría llamarse engaño. Que importa. Quisiera encontrar preguntas para poder escribir un poco, este mes parece que se fue muy rápido o quizá sea que la vida ya se empieza alejar a mayor velocidad, sea como sea no me preocupa en lo más mínimo. La verdad es que he leído muy poco, quizá sean los primeros estragos del amor y después se vuelva a una supuesta realidad.
Por supuesto que un mes sin leer al ritmo que suelo hacerlo me preocupa, aunque debo confesar que ya no se cual es el ritmo, debo confesar que ahora tengo mucho más tiempo que nunca antes, quizá sea eso, el no saber que hacer con tanto tiempo, pienso que debería tener un globo aerostático e irme a dar una vuelta, pero que tal sino me encuentro a Guliver, porque algo así me gustaría que me pase la próxima vez que se me ocurra andar en algún sitio. Me quisiera preguntar que es lo que paso con la llamada disciplina, pero quizá sea mejor que lo haga otro día, dentro de poco me vendrá muy bien.



Podemos escribir cuantas cosas que no son de uno y luego quien coordina, quien lleva el ritmo, quien se atreve, podemos hacer tantas cosas, me imagino un espacio donde un grupo se junta para hacer las cosas que más les gustan y entonces que se logra, por supuesto que no es lo mismo si al grupo de amigo les dices que lo que puedan hacer se puede publicar, allí la cosa cambia, como que algunos le ponen ganas, pero si la idea surge como parte de algo más de lo que todos hacemos nos ponemos en nuestro plan y argumentamos no se cuantos pretextos, que si sobra o hace falta el tiempo, que si la idea no era lo suficientemente sólida o si la locura es un aspecto difícil de integrar, claro que escribir lo que otros quieren escribir debe ser por demás excitante, solo que no todos se atreven. Es extraño, quizá porque la noche sea cálida o porque es quizá la primera noche desde que llegue que el silencio es casi absoluto, a no ser por el ruido de mi teclado y el ventilador de mi portátil y luego el ruido del refrigerador y el ruido de la gente que camina por las calles y el ruido del viento, aunque con ese viento poco de va del calor, así que es la primera noche en casi absoluto silencio, a no ser por el constante sonido de la ambulancia, no se si de la Cruz Roja o vaya uno a saber de que lugar y los carros que son acelerados a fondo y la vecina que se queja de no se que cosas del día, a no ser por eso esta sería una noche en profundo silencio, pero no me crean nada que a mí tan solo se me ocurre que nadie dice nada. ¿Tú?

Tengo mucho calor, no se a que se debe, pues dicen que es invierno, pero así como tengo calor me dan ganas de tantas cosas, pero no son cosas comunes o que se puedan conseguir con el poder de su firma, me dan ganas de estar montado en la luna, de andar por allí haciendo maldades, que se entienda por maldades a las ganas sanas de jugar, si de eso se trata de jugar como cuando fuimos niños y la malicia no tocaba nuestras emociones, jugar durante todo el día y no cansarnos y no recordar que la espalda nos duele que la memoria a veces falla y que siempre nos duele algo, pero eso no sucede con mucha frecuencia, así que mejor a seguir con las cosas que algunos llaman rutina, que aún falta mucho para que termine el lunes. Todos los días son lunes para mí, sin importar lo que digan los demás, los otros o la inquieta vocecita de nuestro interior, al igual de dos por dos son cinco. Qué importa lo demás.

Mi mamá ha vuelto a la normalidad, ahora esta haciendo piñatas, ahora sigue soñando como lo hacía hace algunos años. Me dan ganas de que llueva, no importa que tanto, solo que llueva pues me vendría bien oler un poco de tierra mojada. Cuando se acaba el día, cuando llega la noche y cuando se acaba la noche y llega el día, cuando empieza el verdadero baile en las cosas que deseamos y cuando pensamos que las cosas no son lo que en verdad hemos deseado, cuando la suerte nos hace cómplices y cuando la suerte es ausente y todo se debe al esfuerzo diario. ¿Me abandono la disciplina? Será tiempo de hacer nuevas cosas. Prefiero seguir intentando con las letras, quizá un día de estos pueda hacer lago que valga la pena, lo de hasta ahora no me convence…

Me dan ganas de seguir con mis locas ideas, de ponerme un tanto melancólico y romántico, un tanto seguir el juego del filosofo y establecer el mejor de los marcos para hablar de distancias, no de mudanzas y esos aspectos físicos que todo mundo conoce como distancia y que nos llevan a convertirnos en amantes de ideas que juegan con la entrega de una añoranza sin sentido y de una incapacidad de devolvernos al mundo que nos hace libres. Por supuesto que todos sabemos que existen las distancias a distancias, pero ahora todo lo que digo es una loca idea, quizá para otro día sea un buen pretexto, ya veremos eso después…

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