martes, 15 de enero de 2008

Para Rosita...

Mi linda amiga, más que linda, querida. Siempre he pensado en el ir y venir de la vida, pero sobre todo en esos viajes que hacemos de un lugar a otro sin medir tiempos, consecuencias, o distancias, sin medir nada y seguros que la vida nos dejara un poco más de lo que alguna vez le hemos pedido. Si estos fueran los tiempos de antes donde viajar den barco no solo era parte de la necesidad, sino también parte de las travesías de todo viajero, me daría por pensar en navegaciones y otros regresos. Salir de una patria, ya sea con todo el amor que se le pueda tener o por las mil circunstancias de la vida es de alguna forma un tanto dolorosa, existe el dolor de parir, aunque los hombres no podemos sentir tal dolor, también experimentamos ese arte en otras actividades diarias de nuestras vidas, aunque nada se compara con nada en realidad, cada cosa tiene su unicidad y se respeta, pero el salir del suelo que se ama y pensar que un día se puede llegar a tener que soportar una especie de desprendimiento del otro suelo, eso quizá duela por partida doble. A veces creo que las personas que no sufren de una incapacidad para volver a la tierra que aman son de alguna forma mucho más libres de lo que ellas mismas pudieran creer, los que no sufren de añoranza, de incapacidades por suerte no somos nosotros e imagino que debe ser una tarea muy compleja.


Me sorprende la idea del acoso inmobiliario, no se que decir y de alguna forma me quedo estrecho en la mudez, me quedo en las letras, aunque se que de he hecho son otras tantas cosas que a veces me espantan y me tragan. La vuelta al mundo de atrás, la vuelta con una evolución a cuestas, me dan ganas de estar allí, de ser la gente que pudiera recibirte en tu tierra, me gustarían tantas cosas y solo soy dueño de los buenos deseos. Existe un buen libro para los retornos, uno de Milan Kundera, llamado La Ignorancia, en verdad te lo recomiendo, será una aventura divertida y si lo puedes leer camino a casa te divertirás de lo lindo. Sino hemos de vernos de nuevo en la España, seguro nos veremos en tu Argentina, seguro que si. Y estoy dentro de la mirada de compenetrarnos, de darnos la alegría de la vida y no termino de asombrarme de aquel tiempo que nos hiciste el favor de vernos a los ojos. No dejo de quererte, y en mi corazón siempre navegas.

Los petates son buenos para el alma, sobre todo cuando se viaja a gusto cuando aún existen sueños por conquistar y otros mundos debajo de la mirada de nuestros ojos amantes de los sueños que nos transforman. El caso es que la historia y el tiempo que aunque siempre digo lo contrario respecto al tiempo, que no te sorprendan y por nada del mundo mutiles todo lo vivido. Las frustraciones, deja que se queden en medio de los trámites burocráticos, que vivan las cosas que nos sorprenden. Desde siempre existen dificultades en lo que hacemos, esa es parte de esta historia que parece que en ocasiones nos aburren.

No tan solo deseo que seas feliz, sino que sean en la complicidad de la inmensidad muy feliz, y los besos, los que nos hemos podido dar, los que nos podemos dar en las siguientes veces, las otras veces que nos veremos reflejados en nuestros ojos, esos me hago el favor de reservarlos, no tengo complicaciones en esa espera, en nuestras esperas. Me han dicho que Argentina es un lugar hermoso.

Te quiero hacer una invitación pública(por esto de la red) a que participes en un Blog de locos, Catarsis de siete vidas, hasta el momento somos cuatro los que la integramos, nos faltan tres y he pensado desde hace días en ti, lo único que se tiene que hacer es escribir, describir, de vez en cuando lo que nos gusta o no de las cosas diarias, lo demás es vanidad o un gusto un tanto más exagerado por las letras, qué dices te vienes con todo y lo que representa de nuevo el cambio, me gustaría tanto…

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