sábado, 9 de junio de 2007

Dialogo interno(mientras se escapa el resfriado)
Después de dos años de navegaciones, después de perder en el camino a un sin número de amigos, es tiempo de detenerse, de preguntarse, de valuar, de sobrepesar, cada una de las aventuras con cada una de las perdidas, quizá no sea justo. Antecedido quizá por el levantamiento de todos mis demonios, es difícil que un día se junten todos los demonios, luego decidan salir, hacerte la vida imposible, pero sucede. Quizá no es otra cosa que mi estado de animo cambiante, ante eso no existe frustración, tampoco existe un estado emocional de dependencia, todo es más simple, todo es poner en la mesa esos ruidos que me persiguen por donde quiera que voy, ruidos que terminan por imponerse, pero se imponen porque es tal su magnitud, que pocas cosas los sobrepasan. De todas formas lo interesante es ese descubrimiento constante, ese andar entre las edades aún inocentes de nuestra vida, de este andar tan complejo que muchos dicen que es lo más sencillo, quizá ellos estén en los cierto, quizá nada sea tan complejo, entonces este andar entre demonios que se suelten de tu control no sea más que otro invento de la soledad. Hoy es un buen día para la reflexión, para el recuento, para las cosas diarias.
Después de un andar constante de una tierra a otra, puse fin a mis pasos de navegante de la tierra, que se entienda claro que existen miles formas de navegar hoy en día, pero digamos que mis navegaciones son a paso lento, con la cabeza en la tierra, con los pies en el cielo con la mirada profunda que descubre otros andares, otras inquietudes, otros entornos. Puse fin a mis navegaciones para darme un espacio de reflexión, un espacio de juego, de soledad, de tranquilidad, de inestabilidad, de seriedad, de miedo, de angustia, de confrontaciones, he tenido la necesidad de confrontarme, de retarme, de sentir como muchas cosas se van perdiendo en este largo peregrinaje, lo que más duelo es lo que se ama, son los amigos, es la tierra, es uno mismo. Mundo de demonios internos, gritos, tras gritos, luego un silencio profundo que antecede al encuentro con la soledad, esa soledad que ahora no se quiere porque es necesario vivir en los sueños, en los ruidos, en estos tiempos. Sin embargo todo se tiene que afrontar, no existe juego ante la realidad, no existe algo que nos permita decir que se trata de nuestra realidad distorsionada, de nuestra tarea de peinar muy bien las cosas, no existe un punto donde se pueda uno detener, donde uno pueda dar marcha atrás, no existen los proyectos de atrás si te detienes ese es el fin, no descubrirás nada de lo que adelante espera, pero no espera como lo hace un verdadero amor a la orilla de un muelle, sino el mundo de adelante, esta en constante movimiento, tienes que apurarte para alcanzar, para dejarte sorprender, para vivir. De otra forma todo este andar se disfraza, se llena de complejos, nos perdemos.
No puedo detenerme, no es mi tarea, cada uno de los eventos, lo único que hacen es ir reforzando la tarea de mis demonios, ellos desean destruir, llevarme al mundo de atrás, quieren instalarme en mi infancia, dicen que desde allí es donde debo empezar a construir, que todo lo hecho fue mal hecho, que la única oportunidad esta en empezar de nuevo, no me gusta su idea, no me importa que muchas cosas de las que hoy me siento orgulloso, sean parte de un mundo en retazos, ¡sí!, un mundo que se armando de pequeñas cosas, de las más simples, un mundo donde muchos de los amigos cabalgan en silencio, peor no dejan el camino, una vida donde un día llegas al camino de todos lo caminos, frente a ti un mundo que se abre como un abanico, solo que tienes mil opciones para elegir, luego una sola oportunidad, no puedes equivocarte, lo que tienes que hacer es decidir. Decides. Una vez que tomas la decisión, lo único que resta en andar por el camino pedido, seguro que en tus alrededores puedes notar el camino de otros tantos, incluso un día te rebasa la envidia, luego sientes ganas de caminar hacia atrás para tomar el camino de que se a lado, de un lado, del punto o lugar que no escogimos, pero nadie nos dice que existen los pequeños engaños visuales, que muchos caminos, tienen veredas retorcidas, que aquello que parece estar muy cerca de nosotros quizá no lo este, ante eso nos encontramos en una situación de duda, de si lo hecho, de lo decidido, nos dan ganas de volver, pero es imposible, lo único que hacemos es retorcer el camino mucho más de lo que ya esta, entonces nos vamos encontrando con otras opciones, con otras gentes, nos perdemos, ya no sabes por donde ir, donde es la izquierda o la derecha o si el frente quedo atrás o atrás es le frente, es el peor de los puntos, para ello no existe brújula que nos guié, allí se necesita del sentido común, pero por ser tan común nadie lo posee, es de todos. Unos gritos quizá para que alguien nos oriente, una sensación de incapacidad no sirve de mucho, nadie ha tomado nuestro camino, nadie se acerca para tomarte de la mano, para llevarte, es tu tarea, la tarea de todo humano, que quiere llegar a la otro arilla, donde el camino para ser más ancho, donde muchos pueden caminar con absoluta tranquilidad. En el fondo nuestros demonios han tomado el mando, nos hacen andar a la deriva, de un punto a otro, inseguridad, soledad, cansancio, penas, todas las penas posibles, en el fondo no es otra cosa, que ese diario invento que nos permite decir que estamos vivos, que entendemos lo que hemos dejado atrás, pero que no es tiempo de detenernos, o de regresar, que es tiempo de seguir en el andar, que más adelante existen otros caminos que nos acercaran de nuevo, el tiempo nos indica que ahora debemos andar, los demonios pierden sus batallas sino nos detenemos, entonces porque no seguir con la vista siempre al frente. De todas formas la idea es llegar.

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