viernes, 19 de diciembre de 2008

Regresos...

Las dependencias en todos los sentidos, las entregas emocionales, las disputas internas y estas voces diarias que no dejan de seducirme, de lanzarme a donde se les da su gana. Si en realidad deseo dormir la única forma de parar los pensamientos es acudiendo a la dependencia del Rivotril (clonazepam 2.5 mg/ml)aunque no se explicar mucho de eso, debo decir que sus efectos son mínimos, más bien, existe una especie de letargo cuando estoy del todo cansado y creo que en vez de dormir me pongo en un estado de no actividad, quizá porque para esos momentos mis ojos ya demandan la ausencia de luz y mi cabeza, bueno he hablado tanto de ella que ahora no merece la pena seguir con el mismo juego. Ahora bien soy enemigo de la dependencia o codependencia para poder vivir, es decir desde siempre me niego a todo lo que se inserte en mi como una costumbre necesaria o una necesidad costumbrista, incluso para el amor o en el amor mismo, no me gusta depender, y al intentar moverme no poderlo hacer porque algo me absorbe, pero eso no se puede explicar, lo que si es explicable son los sueños, las ganas de hacer muchas cosas, de lanzarse a la aventura y descubrir todo lo que en el pasado no muy lejano hemos dejado pendiente, aunque eso no necesita de explicación sino más bien de convencimiento.
Por si fuera poco en ocasiones dejo de comer, al menos durante las mañanas que es cuando nadie me dice nada, pero después ni como evitarlo, las miradas, las palabras de que uno no debe de hacerlo te orillan a no negarte más y mira que no es un problema de sobre peso, sino que a en ocasiones el sistema digestivo no funciona igual y no se te antoja comer absolutamente nada. La melancolía quizá o estos días con frío, los días así no me preocupan, lo que no me agrada es que estén grises, es un motivo suficiente para dejarme llevar por mi gran tristeza y me pongo a cantar porque no quiero que nadie me vea llorar. Soy ateo es cierto, pero en mis recuerdos muchos de ellos vienen ligados con alabanzas cristianas o lo que es lo mismo con coros, a mi abuelo es la única forma de poder recordarlo de manera total sin desvíos, desde su plena sonrisa hasta el timbre de su voz, pasando por su olor y saber de piel, pero los días fríos me propician tristeza porque siempre el marco que les antecede es un sombrío espacio, y luego si el viento se le ocurre meterse hasta entre los huesos uno parece no tener voluntada y se abandona a a sus pensamientos, a sus deseos y a esas ganas de salir huyendo. Mejor ni hablar de todas las veces que he tenido que salir huyendo, que de solo pensar en ello me da mucha más tristeza, pero deben entender que la culpa la tiene el clima y estas épocas de fiestas, quizá por eso no me gustan las fiestas, porque entonces descubro en mi rostro un aspecto diferente.
Y donde encuentras en estas calles a los poetas, lo cierto es que si quieres cruzar el puente a pie te encuentras con un mundo lleno de diversidades es decir una reunión de múltiples culturas que la universalidad del mundo se ve allí en ese instante bien plasmado, pero cuantos de ellos van para quedarse al otro lado porque según de aquel lado todo es seguro y puedes andar por la calle de manera segura y si tienes algún problema basta con que llames y acuden a tu rescate de forma inmediata. Cuantos más de los que logran pasar ya no regresaran nunca. El caso es que todas esas circunstancias son una forma de vida, algo que me he negado a prender e lo largo de todo este año y pretendí encontrarme con poetas por debajo de las piedras y levantando el polvo y encerrándome en este mi mundo particular. Por supuesto que en las calles puedes ver caras largas y caras de todo tipo, quizá me he topado con cien o con mil poetas que van preocupados de sus cosas o si el cierre de las fabricas es evidente y entonces ya no tendrán lo necesario para poder pagar sus gastos de soñar a que escriben a exteriorizar todo lo que les ahoga y entonces en que se convertirán, serán en un futuro no muy lejano y en el mejor de los casos asaltantes o se agregaran a la nomina de los malos y se atenderán en un buen hospital y al fin tendrán un auto, vaya uno a saber pero las cosas están así de dispares y uno que se empeña en no querer enterarse, aunque la necesidad tarde o temprano me llevara hasta ellos, hasta descubrir lo que en verdad los mueve. Seguro no es el hilo negro de la imaginación. Cuanta gente muere en estos tiempos, en esta temporada que la verdad ya no se sabe si es tiempo de dar y recibir si es temporada de amor y amistad o tan solo es temporada de cacería, cuantas gentes salen de sus casas portando armas sin saber siquiera manejarlas pero que el hecho de traerlas les da poder, que hacer ante tanto alboroto de una sociedad que agoniza ante los embates de una crisis mundial que no nos dice nada en cuanto a números pero que en nuestros bolsillos se refleja a diaria y sobre todo en nuestro estomago causa el más grande de los estragos. Problemas financieros destructores de la fábrica de los sueños. Hoy he sentido la necesidad de encontrarme con los poetas, no importan que estos tengan caras largas o estén cansados de tantos estudios, separaciones, suicidios o de la vida misma, es necesario reorganizarse y seguir con esta vida secreta de voces, de versos y de presencias en un mundo que se quiera o no nos pertenece a todos.

Ruidos en todo mi interior, asusta.