jueves, 3 de abril de 2008

del amor, del amante, de ambos....


Amo tus manos que me acarician,
que me enseñan, que descubren
los instantes donde los dos somos uno solo,
amo tus labios que me dicen te quiero,
tus instantes que nos hacen eternos,
amo la cama de tus sueños
que nos hace andar por las nubes,
amo el sonido instantáneo de tu voz,
y tu voz recorriendo
todos los instantes de estos tiempos,
los tiempos que reservamos para el amor,
este amor de los dos.

Amo esos instantes en que la mar
nos toma con su fuerza
y el amar nos atrapa con sus cadencias,
amantes de nuestros cuerpos
de doce a tres y de cinco a diez,
amo incluso esos colores no definidos,
esos instantes de arrebatos,
amo tu voz más que tu silencio
y la cama de sueños en que nos desvestimos.

Amo tus sueños en exceso.

Pienso en tus encomiendas diarias,
en las platicas antes del desayuno,
en tu cuerpo en el baño, o tus manos en mi pecho,
siento tus dientes que me buscan,
tus labios que me atrapan,
tus mordidas que me marcan,
siento el placer en todo lo que hacemos,
amo tus instantes que van llenos de retos,
tus historias benditas,
tus desplantes, tus intentos,
amo tu bendita manía de salir todas las mañanas,
amo incluso que me ames sin tener que decirlo.

Sí amarte es un exceso,
amo los excesos de sentir
esta bendita agonía de amores sin receso.

Amar, después de todo amar es lo hermoso de estos días.

Amo el amanecer a tu lado,
la sonrisa con que despiertas,
amo que te llames Claudia,
amo la melodía que me tocas con tu sonrisa,
te amo sin necesidad de estarlo confesando,
te amo sin importar si es de noche o de día.

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