lunes, 17 de diciembre de 2007

El azul celeste...


Alguna vez entre mi sueños, me pareció escuchar que no te gustaba el color azul, pero no, seguro que no eras tú, tampoco era el murmullo de los recuerdos que se extravían cuando otros seres desaparecen de nuestras vidas, ya sabes como son esas cosas de los seres que les da por desaparecer sin decir, de pronto un día despiertas y ya no están como si el aire con sus porcentajes en cuanto a sus componentes se añadiera uno más, digo esto del aire porque parece que su presencia sigue allí, es más sientes que le respiras, que en verdad esta a tu lado, pero ni siquiera existe un rastro que se pueda seguir, aunque seguir no es mejor la sugerencia, al menos eso dicen los expertos. Azul celeste, en verdad es un color que nos gusta ambos, no porque en ello se vea reflejado la piel del cielo, o porque muchos de nuestros sueños de la infancia tengan que ver con ese color, yo recuerdo que de niño me subía a la azotea de la casa a escribir, no deseaba que nadie se enterara de mis circunstancias un tanto cursis al estar confesando con letras mis aventuras diarias, pero sobre todo mis penas, el estar de acuerdo con una especie de diario, no era otra cosa que cuadernos viejos, destinados a funciones diferentes, quizá cuadernos que deberían servir para la asignatura de dibujo, pero que me venían muy bien para jugar un poco, para atreverme a pedir lo que con palabras audibles me resultaba imposible, era quizá en esas letras clandestinas, en esos ritmos de la duermevela que confesaba todas mis cosas y el único testigo el azul del cielo, me gusta, adoro el azul el cielo, como también adoro el brillo de las estrellas y la presencia de la luna. Escondía el cuaderno debajo de la cama, corría peligro que fuera descubierto por mis hermanas que poco interés tenían en mis prontos despertares, a mi madre no le tenía miedo, ella continua sin saber leer, pero nunca me percate que un día podrían lavar el suelo, esa es la desventaja de los pisos de los pobres que no tienen alfombra o tapetes, pues de cuando en cuando se lavan y bueno allí termino la historia de mis primeras notas, sabes, le escribía al amor, a la soledad, a las ganas de ser abrazado, a las ganas de que alguien me reconociera, a reconocerme en la mirada misma de lo que venía deseando, de alguna forma me fui conformando con la ausencia que logro establecerse durante muchos años y con pocas ganas de irse. Cuantas cosas quedaron preñadas con esas letras que garabateaban de una esquina a otra, con ese desorden que te caracteriza, cuantas cosas que parecían no tener sentido alguno, luego, las mudanzas, con ello, las historias se fueron tornando más complejas y los miedos nunca te abandonaron, de alguna forma te fuiste condenando a tus silencios, a tus extravíos, de alguna forma nunca dejaste de escribir en hojas sueltas o en hojas agarradas por espirales propias para trabajos escolares, aunque hablar de las propiedades de las espirales me parece un tanto fuera de mis posibilidades. Cuantas cosas en todos estos años, cuantos secretos se han transformado en dialogo entre la tinta y el papel, no es tan claro la presencia de un diario o de un color de diario o los garabatos del diario, lo único claro es la transformación que vamos sufriendo, luego la tecnología que pone en nuestras manos herramientas modernas donde muchos pueden o no enterarse de las cosas que nos pasan y seguimos allí incrédulos, sentados a la orilla de los espacios que nos orientan a tener una vida según las propias normas que nos inculcan, pero sin tomar en cuenta los saltos, esos saltos generacionales que nos hacen seres más abiertos, menos complicados, aunque quizá igual de complejos, seres que intentan descubrir su mundo mediante un lenguaje no tan solo corporal, donde la imagen no basta para enamorarse o inventarse abrazos o inventarse o amores, si somos capaces de inventarnos tantas cosas porque no seremos capaces de inventarnos la felicidad, después de todo el invento es la mejor de nuestras conquistas, pero allí esta la tecnología a nuestro servicio, entonces, buscamos por todos lados externar lo que somos, ya no basta con estar en un sitio y conformarnos con lo que este a nuestro alcance, ya no basta con pensar que no podemos trascender más allá de las fronteras diarias, ya no basta con creer que los sentimientos de extranjería son únicos, por en realidad no estamos convirtiendo en ciudadanos universales, con las reservas propias de la legalidades que a cada uno le corresponden de acuerdo al suelo donde se nace, siempre se necesita de un control. Traiciones, derechos de autor, algunos más con fusilamiento e incluso algunos que se ponen con los celos propios de explotar las cosas que hacen porque en ello esperan tener una forma de vida y no la vida misma, cuando la vida nos da todo lo que necesitamos e incluso un extra, pero entonces, que es todo esto, donde nace esta situación, donde se construyen los deseos, los abrazos, los besos, donde nace la posibilidad de enamorarse y que tan válido es el amor de vista y tacto ante el amor que nace de redes y letras, acaso existe diferencia, acaso existe mayor o menor lealtad en las gentes y sus comportamientos, según se este en un medio u otro, a veces creo que este mundo es de los atrevidos, de los que tienen ganas, no de los que buscan de alguna forma esconder todos sus sentimientos en lugares sin sentido, también es normal que mucha gente aún sienta alguna antipatía por los amores que se construyen de forma un tanto anti-tradicional, como deben sentir ese mismo sentimiento por las bitácoras de vida que no es otra cosa que un diario o se le puede dar otro nombre. A veces existe una gran huelga de silencios, que según creo no tiene mucho sentido. Si uno aprende a confiar no existe necesidad de callar todas las cosas que pasan a diario en nuestra complicada mente inquieta.
 Después de un tiempo, después de tanto andar por allí deambulando, diría que tonteando, te encuentras con lo que buscas, sabes que tiene todos los colores que te gustan, sabes que le amas, que es intensa como lo eres tú, sabes tantas cosas e ignoras unas cuantas, estas seguro que no dejaras de escribir, que en esencia todo lo que eres te seguirá durante los próximos años y aunque algunas veces te pones a temblar y no precisamente por el frío y tampoco por miedo, es más bien por la emoción, sabes que ella es lo que tú quieres, ella no es parte de un invento, ni de una loca casualidad, no ha llegado porque así tenía que ser, es decir cada uno puso algo de su parte, algo de sus penas, de sus dolores y de sus alegrías, al sumar todo, la balanza se pone en equilibrio y sin hacer muchas cuentas y muchos planes y muchos cosas toman decisiones, porque la vida es así una gran decisión y se triunfa si se reconoce lo que se quiere y se deja el miedo para otra ocasión, para otros tiempos, para otras gentes. Almas gemelas que se encuentran, que se identifican sin detenerse mucho a observar las situaciones que les adornan, luego las entregas, los abrazos, los besos, la vida, los sueños, que otra cosa se puede pedir. Cuando las cosas son como uno quiere solo resta vivirla, algunas veces se contagian cada una de las situaciones de tantas palabras que nos gana el cansancio de la voz, otras veces tan solo se miran, después se abrazan y saben que esto dura hasta que uno de los dos se confunda con los elementos que conforman el aire, donde quizá el polvo tenga el aroma de alguno de los dos o de los dos, que eso nunca se sabe, pero falta mucho tiempo para que suceda.

Por un segundo...


Por un segundo…

Por un segundo descubro que mis manos
no andan al mismo ritmo que mis pensamientos,
que lo que cuido no es una planta de belleza extraña,
que ni si quiera es una planta,
que no busco refugio para la soledad,
que no estoy triste,
que la sombra dejo de ser un refugio
donde la luz no podía dejar en evidencia
todos mis dolores, todas mis penas, todas mis quejas,
por un segundo pienso que mis espacios son angostos,
que no puedo huir por la ventana,
que la noche es tan fresca pero ausente de perfumes,
que la belleza frondosa de la flor de enfrente
se marchita, pero antes disfruta el rayo del sol
que besa sus pétalos mientras yo me aferro a su nombre.

Por un segundo pienso que para cada uno
existe un elemento, un premio, una estancia,
que los mares fueron hechos para las algas o los peces,
mayo para el canto de las aves o si como octubre
para la luna más bella, por un segundo pienso
que todo tiene su natural entorno,
que los labios compatibles a los míos,
fueron diseñados para tal fin,
pero luego comprendo que no todo es parte
de lo que uno sueño, que mi cuerpo
puede entregarse a la mar,
que las aves pueden cantar durante todo el año
y la luna puede ser tan hermosa
como nuestros ojos quieran verla,
y los labios de ella no tienen porque ser eternamente míos,
por un segundo creo que me estoy volviendo viejo,
cuando lo único que estoy experimentando
se llama evolución, aunque ahora en sentido contrario.

Por un segundo la vida se puede perder entre caminos
que nadie comprende, las hojas de los árboles
pueden caer antes de tiempo, el frío puede instalarse
durante todos los días del año,
el sol olvidarse de la tarea diaria de darnos calor
y la flor de alegrarnos con su belleza;
pero si ese segundo no existiera,
ninguno de nosotros seria capaz
de entender todas las cosas buenas
que suceden a nuestro alrededor,
después de todo, nadie las comprende,
pero jugar a que existe esa posibilidad
tan solo por un segundo, nos hace eternos,
aunque esa eternidad no sea otra cosa
que andar con dolor de ojos y cegados
por todos los caminos existentes
donde el mayor secreto existente
jamás será revelado,
pero que importa,
sí por un segundo somos eternos.

(ya quiero que acabe el día o por lo menos tener una tumbona)

Instintos...


En el fondo tanto silencio, no es otra cosa que un dialogo intenso que nunca termina, donde todas las cosas que se dicen no tienen voz perceptible, pero el eco interior es tan profundo que nos logra transformar.

Podemos preguntar por tantas cosas que en la realidad cada uno sabe que no tienen respuestas, podemos sentarnos a esperar que no pase nada, a decirnos que estamos a la espera de que nada pase, para ver si algo pasa con nuestras vidas o pensar que un día sin pensarlo mucho, la gran casualidad, el gran evento que estamos esperando llegara a suceder, esas cosas pueden pasar, pero no creo que sea porque cada uno tenga marcado de alguna forma su destino, las cosas que se quieren se consiguen a base de esfuerzo de otra forma, el que se cruza de brazos y se sienta a esperar lo único que termina por conseguir con toda seguridad es la muerte. Todas estas cosas se me ocurren porque a lo largo de estos años me enfrascado en una serie de discusiones que no llevan a nada, discusiones acerca de quien tiene la razón, no la razón en la que se miden los comportamientos, o los miedos, es decir los miedos también son grandes protagonistas, sino esa razón en la que cada uno justifica su forma de actuar, argumentando que el comportamiento que tienen es debido a su movilidad que más bien parece la gran inmovilidad motivada sin más, por esas ganas de no arriesgar, tal vez porque el mundo que se ha descubierto les viene muy cómodo o quizá porque el no salir a la busca de lo que se quiere es muy pero muy agradable. Quizá eso es lo que nos lleva a una condena sin sentido. Condena con la cual nos acostumbramos a vivir o nos resignamos por el resto de nuestras vidas de una u otra forma es lo mismo.

Se pueden tener todas la conjeturas posibles que a diario se nos puedan ocurrir, incluso podemos librar mil batallas a diario porque pensamos que un evento determinado terminara por robarnos los únicos espacios que consideramos únicos, personales, que sin esos espacios no somos nada, nos condenamos eso si a los estereotipos de todo, aunque casi siempre los condicionamos en el ámbito de la belleza, si la persona tiene una buena pierna, si sus cadera so perfectas, esas cosas que algunas veces no son más que triviales que con el paso del tiempo terminan por desaparecer pero que no dejan de estar allí, pero luego que pasa cuando todo ese entorno de belleza manipulada de alguna forma desparece, que sucede cuando nuestro comportamiento nos orienta de nuevo a la batalla constante entre ese ser que nos dicta un comportamiento en el que al parecer lo principal es satisfacer a una sociedad que nos reclama, que sucede en realidad cuando nos descubrimos ante una incapacidad de humanizarnos, de sensibilizarnos, de externar en verdad lo que somos, quizá somos tan egoístas que guardamos silencios, y decimos que nuestros silencios es para no dañar a los otros o es que jugamos a no dañarnos y evitamos cerrar las posibles puertas que nos hagan regresar por algún camino más o menos conocido si es que las cosas se salen de control o tan solo será que me pongo en medio de alucinaciones sin sentido. Pienso que en todo momento vamos experimentando una mudanza, ya sea en los sentimientos, en los gustos o los pensamientos, una mudanza interna que termina por arrojarnos más o menos de forma violenta a otros espacios, esos lugares donde un día descubrimos que todo nos es desconocido, incluso la misma imagen que nos regresa el espejo, quizá nos observamos más viejos, con arrugas y esas cosas y para convencernos de que no somos nosotros recurrimos a la imagen del recuerdo, perdiendo valor lo que se observas, acaso no puede ser así al observar las piernas, el rostro de los demás, quizá ciertas ausencias nos impiden observarnos tal y como somos, la belleza externa parece tener mayor peso que todo lo existente. En el fondo esta mezcla de ideas no es otra cosa que el revoltijo diario de cosas que me suceden, no es un invento, si una marejada de situaciones que se me ocurren mientras los dolores de cabeza hacen de la suya o una molesta tos no me deja del todo o quizá la noche me atormenta con la existencia de pensamientos que me orillan a pensar en las consecuencia de actos que aún no he vivido pero que intento explicar de una manera lógica cuando lo último que no tienen es lógica, las cosas solo suceden si uno las desea y pone empeño en ellas, nada viene por efecto divino ni por gracia de la casualidad, aunque a veces me pongo a pensar en tantas situaciones que parecen ser arrancadas de la casualidad, quizá este equivocado del todo, en verdad no lo se, lo que me mueve es esa inquietud poderosa donde las emociones no tienen calma alguna y me pongo a pensar en tantas cosas hechas, en los viajes, en los amigos, en el amor y en las esperas sin desesperar, en las acciones que determinan un rumbo, en los rumbos que determinan un comportamiento, entonces es cierto que no existe la casualidad ni el destino, pero es muy palpable que existe un principio que viene de la mano de un nombre, ese principio llamado incertidumbre, la verdad es que me gusta. Por sentarme a esperar quizá me sucedan tantas cosas como he soñado, por sentarme a esperar quizá muera en completa soledad, el caso ahora sería sentarse, por mi la vida ya esta en marcha, las cosas van, yo voy en ellas y me gusta. Lo demás es otro pensamiento.

En ocasiones me dejo llevar por los arrebatos, algunos decimos que confiamos en la intuición, después de todo que somos sin la intuición, pienso que es como no tener un sustento a lo que somos, pero debe ser aún más agresivo no tener claro que también somos en buena medida seres instintivos, quizá esa sea la herramienta más importante que poseemos, aunque para muchos nos parece un tanto irracional, en parte también somos eso.

domingo, 16 de diciembre de 2007

El juego de elegir...


El juego de elegir…

Si me dan a elegir, yo prefiero
los amaneceres con el sol de frente,
por las tardes prefiero irme al patio
de atrás, allá también coquetea el sol;
es mucho más rico el sol por las mañanas
lo prefiero a una taza de café,
sobre todo cuando el frío cala,
cuando el aire se mete por todas partes
aunque por las tardes viene muy bien
su presencia, es entonces cuando
me deje seducir por su brillo
que durante todo el año
parece olvidarse de los caprichos
llamados estaciones.

Si me dan a elegir, yo quiero
estar en el momento exacto
en el que tengan que pasar las cosas,
no cualquier cosa, sino esas cosas
que hacen que nuestras vidas tengan sentido,
por supuesto que prefiero la felicidad
a los momentos tristes, que prefiero
una sonrisa al desaire,
pero no basta con preferir
y querer el lado cómodo, de todo lo existente
porque si todo es como uno quiere
nos olvidamos de que estamos vivos,
si me dan a elegir, yo diré
que me quedo con la vida que he llevado
eso sin dejar de lado mi preferencia
por el sol de los amaneceres,
la caricia del mar en la piel
que toca el suelo,
eso sin olvidar
que deseo estar en la piel
que cubre los labios
de tu boca que me nombran
sin tener un minuto de sosiego.

Si me dan a elegir, que diablos,
no me pongo a pensar lo que deseo,
igual y cometo los errores de siempre,
igual y salgo corriendo
porque mis miedos han ganado de nuevo,
si me dan a elegir,
quiero estar todos los días
que me resten a lado de lo que eres,
es decir contigo le apuesto a la muerte
que he de morir hasta llegar muy lejos,
siempre juntos,
quizá rebasando la barrera de lo permisible,
eso es lo que he elegido.

Había una vez...


Había una vez…

Había una vez una loca llamada por alguna razón
demente, un silencio que producía mucho ruido,
un pájaro fumador que no era el pájaro de fuego,
ni las notas desalmadas de alguna canción de amor,
aunque esas canciones más bien le cantan al desamor,
también había en mi mente un invento diario
de nombres, todos los nombres posibles
para inventarme un refugio lejos de la soledad,
de esa soledad que intentaba escapar, como si esa soledad
fuera un espectáculo lleno de tristeza,
cuando pienso eso, solo puedo recordar
mucha tristeza, no se aún cuanta, pero mucha tristeza.

Había una vez un ogro malvado que hablaba con su perro,
que lloraba sus penas como bestia, igual como animal,
que se subía a los árboles, pero que no sabía cantar
quizá porque su panza se estaba pudriendo
de tantas maldades encerradas,
había tantas cosas y hoy a cambio
de todo eso, lo único que nos queda
es del todo desconocido para este sentir rutinario,
quizá debería ponerle un nombre
al igual que a la loca le llaman demente
pero entonces, si lo hago, nunca
terminara esta tarea de andar
inventando nombres.

Había una vez unos labios que me besaron el alma,
entonces mi cuerpo experimento la desnudez más pura,
esos besos se llevaron la tristeza, el hombre que era
se transformo, deje de andar solo,
deje de inventar nombres, la tristeza,
toda la tristeza existente en mi mundo
empezó a mudarse, los pájaros cantaban
con tal intensidad que el ogro se convirtió
en un suave amante de la vida.

Había una vez y no por necesidad de existir
un perro que soñaba con poder roer los huesos
para alimentar la panza, también un cuerpo
que soñaba que si alimentaba todas sus necesidades
dejaba de estar solo, el perro descubrió que los ruidos
de su panza se le quitan con roer un buen hueso,
el hombre entendió que no todo en la vida es el sexo
que con un poco de amor, se termina la tristeza,
que con amor, la soledad no existe,
que al desnudar el alma, antes que el cuerpo
no existe la necesidad de más inventos,
tan solo por decir, me da por recordar,
que había una vez, un mundo donde ya nada es igual,
pero eso poco importa…

Fotografía...


Fotografía…

En la fotografía que dicen que a mi rostro vuelve triste
existen unos ojos inquietos, aunque solo
puedes ver uno, porque la toma es de perfil,
la ausencia de mis cabellos no se nota y aunque mi boca
parece muda, algo esta diciendo,
aunque parece existir un silencio
sin tiempos, algo de mí te nombra,
eso que te nombra es lo que llamamos amor.

Bajo el rostro de una ciudad que solo podemos observar
de perfil, se puede notar como unas cuantas calles
se enteran de tu ausencia, el lenguaje es un tanto duro,
se escuchan gritos, los escándalos de los motores,
algunos niños que juegan a la pelota, corren como espantados,
otros adultos que festejan entre copas
para disfrazar sus olvidos lanzan gritos que nadie comprende;
pero esa es otra fotografía
que deje en el olvido
debajo un armario roto, es otra cosa que aún no entiendo.

En la fotografía que dicen que mi rostro demuestra
su tristeza, encontré un rasgo de felicidad
por supuesto que tu boca en esos tiempos
nada sabia de nuestras ausencias, es más
ni siquiera nos habíamos enterado de la existencia
de los dos, de ambos en estos espacios
que dejaron de ser monocromáticos
para ser inventados en una gama de colores sin par.

Tus cabellos, tu boca, tus pies, son un motivo perfecto
para mil tomas, incluso las cosas de tu interior
bajo el oleaje de tu pasión, se esconde el rubor de una ciudad,
el sol se niega a darle paso al invierno
y tus ojos vuelven dulce todo lo que observan,
me observan entonces en aquella fotografía
de la tristeza, conquistas mi alma
todo lo demás continua siendo otra cosa.

miércoles, 12 de diciembre de 2007

libertad de lo que somos


Libertad de lo que somos

Toda la casa huele a ti
incluso la ausencia
tiene tu olor,
mientras que la noche esta como loca
cosechando tu voz desquebrajada
en el pronto olvido de estas paredes
que tocaron tu piel,
el olor cae por todos lados
por todo los espacios de la noche,
esta casa es un loco sin ti,
mis manos cosechan el espacio vacío,
de tu cuerpo que esta en otra parte.

La ropa que no usaste
porque alguien dice que es mía
los utensilios
del baño
las sabanas, el aire,
mis labios, el piso
la cama, el agua
en todas partes esta
tu aroma y estás tú,
al igual que tu ausencia
del cuerpo, todo me huele a ti.

Desde mi corta distancia
miro alrededor de esta ciudad que dispara
sus fuegos al cielo, mientras que el frío cala,
mientras la lluvia se ausenta y el ruido crece,
mientras que la ciudad celebra a sus santos,
yo deseo verte en mis brazos.

No existen reglas para estos desencuentros,
ni planes de irnos dosificando sobre las ruinas
de nuestros amores que se fueron quedando
en esta marcha sobre asfaltos, ruidos y contaminantes
extraños, solo existen tiempos que hemos trazado.

Nuestra vida no viste uniformes extraños
nos observamos a diario, nos damos lo que somos
los aromas se nos vienen a la mente
como la mente nos impide el olvido
de todo lo que hemos construido.

En casa todo huele hermosamente a ti.

Libertad para sentir, sentir para vivir, dejar de huir
ser lo que ahora somos, amar sin amantes
buscar sin tener la necesidad se ser encontrados
sino encontrarnos donde nos guste estar
en el fondo, la última palabra siempre es nuestra.

Tus olores no se van de esta casa
me gustan tus olores
el loco cazador de tus noches
duerme de día
no existen más cosas por reparar
la noche es de olores
tus olores se quedaron
mientras tu cuerpo duerme en otra parte,
esa es la libertad de lo que somos.

Presencia...


Porque todo me recuerda otras cosas. Detrás de mi escenario, me topo con el eco de muchas voces, la puesta en escena ya esta en marcha, los días se siguen unos con otros, yo no se otra forma de vivir que no sea darlo todo, no la se.

La vi durante días seguidos, estaba dentro de mi mundo, mis espacios, mis sábanas, algunas de esas noches no podía dormir porque su presencia me encendía por completo, otras veces despertaba porque la tos me ganaba, entonces sentía necesidad de tomar un poco de agua, también estaba conmigo al despertar, ninguno de los dos tenía necesidad de encender el televisor, quizá sea una suerte no tener uno. Me gusto mucho su presencia en mi espacio diario, en este mundo que de alguna forma fui diseñando para los días que estuvieran por venir en el resto de mi vida, ella estaba allí, al despertar y con una sonrisa decía buenos días mi amor. No tuvimos necesidad de escondernos en la cocina o buscar el refugio del sofá, esas cosas no existen en esta casa, ella es hermosa, sería una tontería decir que no le tome cariño a su presencia en casa, me hubiera gustado quedarme con ella para siempre aquí, pero no siempre las cosas son como nos gustan, se deben atender primero las responsabilidades, las cosas por hacer, luego vienen con ello una serie de situaciones más o menos agradables, pero en verdad que me encariñe, que a mi regreso del aeropuerto venía como meditando tantas cosas, lo que en realidad me sucedía era que estaba inmerso en un gran sentimiento de una ausencia temporal, ya nada sería igual a partir de ese momento. Se que soy muy sentimental, de alguna forma podrían llamarme un tanto ridículo o un tonto, o como sea.
Hoy que me desperté, me preguntaron por ella, no he podido decir que esta en la sala, pues ya he dicho que eso no existe en la casa, pero tampoco ella esta allí, me limite a la realidad a decir que esta en su casa, pero que esta muy bien, después me preguntaron que cuando iremos a visitarla, he dicho que la visita será cuando se quiera, pero que yo iré para estar con ella por siempre. A veces me siento triste, quiero que los recuerdos cobren vida e intento forzar una serie de situaciones que solo son posibles en mi mundo de recuerdos, cosas que nada más habitan en mi loca cabeza, me aferro y sin duda eso podría causarme conflictos, no conflictos con lo que deseo, pues eso esta muy claro, pero si podría hacer llorar hasta le punto de no saber del porque lloro, y es que cuando los recuerdos se aferran es muy simple caer en esas tentaciones. Los recuerdos no pueden brincar o salir corriendo pero muchas de las veces tengo esa sensación, otras veces deseo que llueva, que no deje de llover durante todas las noches, quizá porque me gusta el aroma a mojado de la tierra o porque pienso que puedo dormir más placenteramente cuando llueve, otras veces solo me pongo a llorar, ya se que suena un tanto extraño y ridículo, esa es la palabra ridículo que una persona de mi edad sea tan sentimental, pero ese es mi comportamiento, así que suelo llorar por tantas cosas que termino por confundirme y no saber siquiera el motivo de un llanto. Después de pensarlo un rato, pensé que ya era tiempo de hacer limpieza en la casa, así que tome la escoba y me puse a barrer, algunas pequeñas cosas en la basura me hacían sentir su presencia, pero ella ya no esta físicamente en este espacio, ella me espera en nuestro espacio, donde los dos podemos hacer tantas cosas de ahora en adelante. Tome el recogedor, dude un poco antes de soltar la basura en el bote, después de un rato dije que al parecer me estaba volviendo loco, porque algunas veces todo me recuerda otras cosas, la vida sigue, los sueños no terminan aquí, la vida esta en otro lugar, este tiempo es la transición de lo que deseo.
Fueron muchos días, todos seguidos, ella su sonrisa, sus ganas de vivir, sus ganas por contagiarme de todo lo que tare por dentro, esa mirada que lo dice todo, luego el baile, el sonido que le embriaga, en el fondo todo eso que me seduce con una facilidad que según yo pocas gentes podrían tener, después de todo quien se puede resistir al hecho de que lo quieran, después de todo, es hermoso ser querido, pero igual de hermoso es querer. Cuando me mira, pienso que estoy soñando, pero el mundo, las cosas del mundo, la realidad misma, me dicen todo esto esta sucediendo, aquí y ahora, no existen los sueños, todo es real. La ciudad al recorrerla tomado de sus manos me parece mucho más hermosa.

Conforme pasan los días me siento aún más emocionado, el cambio de piel, el cambio de sueños, de ideas, de dejarse convencer que el mundo en compañía es mucho mejor me motiva como nunca antes, quizá este sea el verdadero cambio que le hace falta a mi vida, aunque debo confesar que este cambio ya se esta dando, lo que se va concretando son fechas, son planes, son situaciones que se dan en todo entorno cuando se tienen planes, para que al final, todo tenga un movimiento como el que se desea. Mientras voy pensando en tantas cosas, en las cosas que se quedan como suspendidas, en los amigos de de un día a otro comenzaron a guardar distancias a dejarse seducir por sus silencios que se fueron extendiendo hasta alcanzar los límites de nuestros ruidos para callar sus voces y que todo lo relacionado con ellos aparezca como un vago recuerdo, pienso que quizá su silencio ante uno sea ruidos ante otros, de ser así entonces que siga este silencio porque seguro estarán dando un poco de esperanzas a los que sufren las penas del alma o las penas del cuerpo, porque seguro están en el camino de hacer y hacerse felices, al menos eso es lo que deseo y quiero. No dejo de soñar que me gusta la existencia de un punto que contiene todos los puntos de esta tierra, por supuesto que hablo del Aleph.

Los regalos...


Yo no haría cosas que no comprendo. A la hora de ir pensando en las anclas, imagino que tal vez podría comprar un par de anillos, pero al hacerlo estaría atentando contra las cosas que no creo, sería un acto deshonesto, luego el tener hijos o el ensodarme a ella, no lo se, la verdad es que no existe nada mejor que entregarse por completo sin tener pretextos o situaciones que te amarren, las amarras no son otra cosa que las inseguridades. En otros tiempos, hubiera pensado que no existía nada mejor que estar a solas conmigo mismo, pero esos eran otros tiempos. Ahora quiero estar con ella por el resto de mis días, que por cierto son muchos aún.

Pienso que cuando alguien te hace un regalo, lleva de antemano otras intenciones, por ejemplo: existen los que te regalan un reloj, que no es otra que una cadena pesada y amarillenta que se encarga de recordarte el poco tiempo que te queda de vida o se encarga de ir midiendo el tamaño en tiempo de tu infierno, por supuesto que hablo de los infiernos personales, las cosas impersonales se quedan para otros días. Te dan un reloj esperando que te dure una eternidad, así que escogen una buena marca sino es que la mejor, eso que son suizos, etc., aunque muchas de las veces no se ajuste a la muñeca y tengas que quitarle un par de eslabones y tampoco sea tu estilo, el caso es recordarte para el resto de tus días que de alguna forma, que él que te ha hecho el regalo allí estará presente al igual que el reloj, esperando, por si decides cambiar de opinión, el reloj estará colgándose de tu muñeca, aferrándose a lo que eres sin ser parte de ti, pero siendo tú, porque entonces ya no puedes vivir sin ese tiempo, pendiente si es que tienes que darle cuerda o preocuparte de que su mecanismo marche puntualmente, porque sino un día puedes llegar tarde a las citas; regalarte algo así, no es otra cosa que verte en tu condición un tanto precaria de lo que imaginan que eres y es un leguaje escondido donde te sugieren que puedes aferrarte a un cuerpo fuerte como el de ellos y que tú eres como un débil bracito, como si tú fueras en realidad tal reloj, es algo eterno sin duda, el caso esta en aceptar, en el fondo no es otra cosa que una ancla más, no tan formal como pudiera ser un anillo, pero lleva el mismo mensaje.

La idea es que te des cuenta todos los días de su presencia, cada que necesites saber la hora, cada que tengas una cita, cada vez que tengas que saber el momento del tiempo, que él, el tipo que te regala un reloj esta allí, de alguna forma uno se puede obsesionar con ello, con la idea de llegar a tiempo, de no perderse en la ciudad por falta de tiempo o llegar tarde por no saber la hora, pero también se de estar pendiente de darle cuerda o mantener funcionando a dicho reloj, yo aún pienso en los relojes de cuerda, pero también existen los automáticos que de cuando en cuando, supongo que se deben sincronizar, pero los buenos relojes, los que en verdad son buenos deberían ser de cuerdas, eso es lo que creo. Así que ese regalo viene de la mano de un gran capricho y de tener que atender con precisión todos sus caprichos, la necesidad de hacer un regalo así lleva cierta maña incierta, pero también pienso que nos convertimos en el regalo o los deseos de los otros, de los que nos regalan a esos artefactos. Un anillo de bodas no representa un pacto sagrado, pero no demanda tanta atención, sirve para recordarnos ciertas obligaciones, pero cuando ya no existe el amor, esos recordatorios de poco sirven, un reloj es aún más poderoso. Un reloj tiene marcas, entonces piensas que es mejor que tal o cual marca, piensas que si lo pierdes no es buena idea, con ello viene el miedo, incluso si lo usas piensas que te lo pueden robar o que se puede romper, quizá hasta le festeje uno los cumpleaños al reloj, después de todo nada se da sin tener terceras intenciones. Todo esto quizá es parte de nuestro lenguaje, nadie hace cosas porque se le ocurra de la noche a la mañana, es decir, de laguna forma nos damos a conocer y es entonces que cada uno actúa de una forma tal que atrapa a los otros, por eso la próxima vez que quieras regalar algo, debes pensarlo un poco, trato de decir con esto que quizá sea mejor un regalo donde al interesado no se afecte su ritmo de vida, donde las cosas que se le den no tengan que ser tan personales que puedan causar cierto impacto o le transformen la vida. Yo sigo pensando de que me serviría una brújula si con precisión a donde voy, si se con exactitud donde quedan todos los puertos importantes de mi vida, seguro alguien me regalaría una brújula para hacerme reír un buen rato, debería tomar su buena intención como un buen chiste, pero en el fondo es algo tan innecesario en mi vida. Acerca de los anillos, bueno es algo que según pienso nunca haría, porque de alguna forma estaría traicionando a mi forma de pensar y entonces empezaría a ser deshonesto, eso no quiero que suceda, algo que si puede pasar es que me endose a su nombre, en eso si he pensado y me agrada la idea, pero para estar con ella no necesito de pretextos o anclas, lo único que necesito ya lo tengo, y se llama amor. He pensado que un buen regalo no existe, quizá existen los regalos prácticos, un buen libro, aunque ese concepto de buen libro depende del ojo del lector, así que un libro esta bien o una caja de chocolates suizos, parece que todo lo suizo es bueno, en fin, dejare por un rato de decir tonterías…

jueves, 6 de diciembre de 2007

Entre sueños y recuerdos...


Recuerdo que anoche
soñé a mis pies
que andaban
en tu búsqueda,
estaban desnudos
hacía frío;
lo mejor es que
te encontraron
después de eso
desperté ya no
tenía sentido
el seguir
dormido

miércoles, 5 de diciembre de 2007

Viento...


Desearía ser viento
así no tendría que desear tener alas
o tener que tomar un avión para poder pisar
las huellas que vas dejando
en las calles de ese
diario invento
que se te ocurrió.

Ya no te pido que me ayudes
ya no necesito
pedirte la cura
para mis males
estoy peor
no tengo remedio.

Desearía ser viento
tal vez así acariciaría tu rostro, eso sin
andar buscando pretextos; podría tatuarte
la piel con mi presencia, que te parecería grata
incluso, le dirías a mucha gente, que rico viento.

La verdad es que ya no se que demonios me pasa.

Más que ser viento
deseo que tú seas como todas
las personas, quizá un tanto débil,
que te puedas doblar con facilidad, que
dejes de lado tu orgullo, que me permitas
borrar las cosas que no tienen sentido,
colorear otras, que mis trabajos salgan
de buenas a primeras, para así
poder dormir lo suficiente
y juntos, bueno,
ya no sé, lo que quiero.

martes, 4 de diciembre de 2007

Que importa...


Me dejaste de perseguir, después de tanto tiempo de luchas,
al menos puedo respirar, espero que algún
gachupín, se atreva a cortejarte y porque no, ha dejarse
seguir por todos los rincones que se le ocurra
correr cuando quiera huir de ti, pero por lo pronto
que quiera dejarse amar, aunque amar no se si sea propicio
ante el deseo del amor sexual, quizá no sea tan mala la comparación.

Hace mucho que ya no pienso en ti, mucho menos te quiero.

Deje de pensar que algunas cosas eran posibles,
deje de pedir que vinieras en mi auxilio,
después de todo, lo que yo necesito es un neurocirujano,
no otros motivos para alimentar la demencia,
por supuesto que por algunos minutos me acaloraba
la idea de pasear por Triana, de sentarme en la rivera
del Guadalquivir, de disfrutar de domingos soleados
e incluso de salir a caminar por allí, tomados de la mano,
sabes me alegra que todo eso no sucediera,
porque solo así, conozco la felicidad verdadera,
contigo la vida se me hubiera cagado,
todo seguiría al igual que siempre,
que sentido tendría entonces
seguir soñando.

Así que sigo con mis cosas locas,
no me cuido de nada, ni siquiera
me preocupo por si me encuentro
con los de tu especie,
no organizo un puto reencuentro
por habrá un encuentro, nunca más
un encuentro, ¿acaso esa no es suerte?

No me importa si me dices que te duele
si eres una loca, si es que te entregas
en los brazos del primer gachupín
que se te cruza en el camino, al igual
no es gachupín y se trata de un chiapaneco,
en verdad que nada de eso importa,
es más ya de ti, nada me duele.

Que importa que al destrozar los sueños de vivir a tu lado
se fueran con ellos los de regresar a Europa, la vida es así,
todo tiene un final pactado y al dejar de pensar en ti
gana la dicha más grande que pueda tener el hombre,
el humano, el poeta, y la dicha es que ahora soy amado.

Ante el amor nada importa, igual y el sueño se acabe con el invierno, que importa.

Recuerdos...


No le permitire
a la demencia
que me quite
mis recuerdos

domingo, 2 de diciembre de 2007

El mundo con sus marcas...


De esos instantes en la vida que nos marcan para siempre, de ese despertar abrupto cuando por un segundo nos tenemos que enfrentar al ser que seremos para el resto de nuestros días y nos vemos allí en algo que si bien no es eterno, nos persigue todos los instantes en que tenemos que luchar con nuestra realidad que se ha deformado. Es casi imposible recuperarnos, entonces nos aferramos a las cosas que hacemos o nos inventamos los mil pretextos para ir haciendo algo que nos haga estar de alguna forma ausente de ese espejo que nos refleja a la verdadera condición de lo nos hemos convertido. Retener en la memoria toda esa historia muchas veces se convierte en nuestro más grande dolor, es por eso que algunos nos damos a la tarea de ir escribiendo, aunque casi siempre la líneas escritas parecen decir poco, en el fondo lo único que vamos haciendo es confrontar todos nuestras debilidades, donde casi siempre terminan por triunfar nuestros demonios.

sábado, 1 de diciembre de 2007

Inicios...


En el fondo no existen los pretextos, cada uno es lo que quiere, solo que se esconde sin saber donde a dejado la cabeza. Las calles céntricas de esta ciudad estaban llenas, no se aún si por aquello de ver en pleno zócalo una pista de patinaje sobre hielo o porque es el primer día del último mes de año. Algunos de los que allí caminaban andaban con sus playeras de la universidad nacional, no sienten orgullo de ser universitarios, sino la loca pasión por el fútbol, después de todo las cosas son así, cosas sin sentido pero que existen. No puedo hablar de un número determinado de personas, pero puedo decir que desde el eje central, hasta llegar al zócalo, había tráfico constante de gentes, mientras cerca de casa algunos amigos festejaban alguna fiesta, este mes es así, todo mundo festeja, basta un motivo, no importa si ese motivo es bueno o malo, el caso celebrar, andar en ambiente. No se aún si eso de la pista para patinar sea un acierto, algunos dicen que si de todas maneras se roban el dinero (por supuesto que hablan de los políticos, alguna mala imagen deben tener o quizá solo se hable por suponer, yo que se), pues que mejor que hacer algo divertido para la gente, que importa si la gran mayoría no sabemos o no tenemos interés en patinar. Pensé que vendrían un grupo de bailarinas rusas a festejar en la pista más grande del mundo, bueno eso dice, que es la más grande, pero resulta que tenemos campeones mundiales y no se cuantas cosas más en estas disciplinas, yo que ni siquiera estaba enterado de todo esto. La gente parece que más se va a sus casas que seguir llegando, a las horas en que he llegado es imposible alcanzar un buen lugar, para poder ver un pedazo de la pista, se tiene uno que parar de puntitas y solo se alcanzan a ver uno que otros cuerpos que se entrecortan con los cuerpos de espectadores que al igual que uno se ilusionan y juegan con la idea de que el gobierno hace buenas cosas para divertirnos, de seguro se ve muy bien la plancha del zócalo pintada de blanco, pero no solo de blanco, sino de hielo, de temperaturas heladas, lo único que ha hecho falta esta tarde es que se suelte uno de esos aires que suelen venir de compañeros de los frentes fríos que tienen por nombre algún número, así la cosa se pondría como que más invernal y uno entraría digamos en ambientación de forma casi inmediata, bueno, esto no es otra cosa más que soñar. La familia mexicana no sabe de problemas sociales ni económicos, es una gran familia, pero sobre todo unida, eso me gusta. A los alrededores de la pista tan mencionada venden cuanto se pueda necesitar para las temperaturas frías, por supuesto que en paquetas, ya saben, guantes, bufandas, gorros, y no se que otras cosas. La ciudad también empezó a disfrutar hoy de sus adornos navideños, de sus luces que muestran la creatividad e ingenio de quienes las van diseñando, fue una buena tarde, aunque había en el ambiente un extraño olor, aún no logro descifrar de donde provenía, de que se trataba, quizá me tarde mucho, pero ese olor me sigue aún, después de un buen rato de haber llegado a casa.

Las cosas no son como uno quiere, por alguna razón se salen de control entonces nos inventamos cualquier pretexto que no haga creer que por ello algo ha salido mal, casi siempre culpamos a la mala suerte, es cuestión de la suerte, pero nunca de la buena, esa la dejamos para otras cosas.

La caricia de la noche es agradable. Se escuchan los ruidos, el ambiente a fiesta esta por todos lados, como si la llegada del mes fuera algo mágico, luego si coincide con el fin de semana, la situación se pone aún más propicia, por las calles la gente ya habla de la cena de navidad, del ponche, de la piñatas, todo mundo piensa que divertirse, algunos incluso empiezan a planificar sus vacaciones y eso que hoy es apenas el primer día, por supuesto que esto no es nada raro, tampoco es algo que de alguna forma sea ajeno a las cosas que pasan el resto del año, pero ahora es cuando más se intensifican, como si con ello cada uno diera a entender que alcanzar la orilla del año fuera algo más que un logro, como si la única meta importante en realidad es esa, ir alcanzando a lo largo de los años, sus orillas, hasta tener un rosario de orillas y poderle contar a los amigos con un solo número todos los tiempos vividos, resumir en una palabra los largos tiempos, como confesando una edad, 86, 33, 35, lo que pueda ser, más nunca lo que se nos pueda ocurrir, porque de eso se trata cuando vamos salvando las orillas, cuando contamos las campanadas que nos hacen entender que hemos librado una nueva frontera que divide un año o un tiempo de otro, en el fondo, con todos los pretextos posibles, esa es la tarea diaria que nos imponemos, pero pienso que no es la tarea más importante, siendo lo más importante el vivir, sino se vive que se puede contar, decir la edad después de 86 años y resumirlo todo a un número como que no tienen sentido, experimentar es lo importante, porque en ello esta resuelta nuestra gran tarea, es desde allí, en ese instante cuando podemos decir, he vivido, es cuando podemos contar las cosas que nos han pasado, solo así es posible.

Antes de regresar a casa me di una vuelta por las calles que tanto me gustan, por supuesto que el llamado de algunas librerías así como el deseo por meterme a cuando lugar me encanta fue muy fuerte, pero vencí todo ello por un largo paseo, me encontré en ese largo paseo, en una ciudad de tantos millones a mis vecinos a los señores de la casa de enfrente, ellos abrazados como dos recién conocidos, como si estuvieran en ese intento por enamorarse, por jugar, por soñar, por no dejar de estar vivo, supongo tantas cosas, pero también creo que nadie ha tomado lo que ellos sienten por ellos mismos, o quizá sea un juego para convencerse de que aún se quieren, después de todo suponer es barato, seguí mi camino hasta llegar a las letras, allí el recorrido más bien fue un tanto parco, pero no ausente.