domingo, 22 de abril de 2007

Indocumentados



Indocumentados
Llegaron al medio día. Conforme fueron pasando las horas, su presencia se vuelve más inquieta, esos olores amargos, entre quemado, entre sudado, flota en su ambiente. La misma escena se repite cada que un grupo de gentes viene desde alguna región de la parte central del continente, vienen con sueños heridos, con sentimentalismos dulces, tristes, pero todos esos sentimientos son viejos, son gentes que desde los diez u ocho años sueñan con llegar al país del norte, sueños que se envuelven en cuatro palabras. Allá esta la felicidad. Pantalones doblados, manchados por la grasa del ferrocarril, la misma escena, los colores casi uniformes, rostros abatidos por el calor, parece que todo es inservible. En la tele dicen que un grupo de gentes es traído con engaños, también cuentan de forma sensacional que el indocumentado más joven del mundo a pasado por estas rutas, lo dicen como si fuera el gran descubrimiento, al igual que mencionan con absoluta tranquilidad que les llevara un par de meses poder llegar hasta su destino final. Allá esta la felicidad.
En la ciudad la actividad sigue sus ritmos normales. Vecinos voluntariosos salen a darle agua o un poco de comida, también entre ellos se mueve una figura que destaca primero por que su ropa blanca brilla con la presencia perezosa del sol, luego porque da indicaciones, levanta la mano, sonríe, se le ve moverse con toda libertad, todo es una mezcla extraña entre ordenes, gritos, risas, los invita a pasar a la casa del inmigrante. "Cuidado con esa mujer", "atiendan a ese niño que tiene fuertes arcadas de dolor provocados por el vómito", "vamos hermanos, la casa del inmigrante, es su casa, es la casa de Dios", esas son sus voces; muchos vecinos del lugar solo miran las escenas, otros más se preguntan la verdadera necesidad de atravesar medio mundo, colgado como moscas, pegados de un tren, como si las moscas viajaran en tren, luego colgadas, es decir si viajan lo hacen posadas en frutas que poseen un color impresionante. El tren tiene un color triste gris o rojo, pero nunca colores brillantes…
II
Bajo los estragos que causa la presencia de ese sol perezoso, un grupo de personas rodean al enviado de la casa del inmigrante, ponen un poco de atención a sus indicaciones, de paso uno que otro de los recién llegados aprovecha para mencionar su situación, para dejar en claro que son parte de múltiples abusos a lo largo de su recorrido, son crónicas fragmentadas de su suerte. "En Tonala, agentes de migración se han llevado a mi hermana, era de madrugada no pude ver sus rostros con precisión, luego el miedo me ha hecho correr", "cuando nos alcanzó la mañana, tomamos de nuevo el tren", ¡vamonos!, el tren viaja a más de 80 Km/h, bueno es lo que me dicen. Algunos están debajo de la sombra de las jacarandas que dicho sea de paso en este mes suelen florear. "muchos han muerto en el camino"
Al enviado de casa del inmigrante poco le importan sus referencias, eso si saca su recién adquirida cámara digital, se pone a tomar fotos, pues debe tener archivos, imágenes, todo lo que sea bueno para demostrar su actividad humanista, el necesita de situaciones más precisas, necesita que esta gente vaya a casa del inmigrante, con ello asegura las partidas presupuéstales de los diversos sectores no gubernamentales de las diferentes regiones del mundo.
-¿Desde cuando vienen viajando, todos forman un grupo?
Desconcertados por sus preguntas, los indocumentados se miran entre sí, empiezan a regarse, algunos deciden comprarse bebidas refrescantes, otros buscan donde tomar un baño, hacerlo en el río no es buena idea, sobre todo que en estos tiempos de calor, de sequía, el única agua que corre en él parece ser alimentada por los sistemas de drenaje público. Lo que menos importa es desde cuando o si son un grupo que viaja unido para poder protegerse, lo importante es llegar al destino que se han trazado.
Uno del grupo de indocumentados alza la voz, pregunta o más bien puntualiza, que lo importante es saber como les puede ayudar la casa del inmigrante, que es lo que ofrece. El enviado le dice que cuentan con baños, un total de siete baños para más de trescientas personas, también tienen techo para que puedan pasar la noche, pregunta el mismos sujeto si les pueden ayudar con ropa, con víveres, si alguien se hará responsables de las personas desaparecidas en el camino, quiere saber que le sucedió a su hermana después de haber sido detenida por los agentes de migración. El enviado guarda silencio.
Un grupo de colegialas observa los acontecimientos- Ni madres que me voy de mi país, aunque sea de gata pero de aquí no voy Rosita. Deberías ver como los tratan en el camino, yo he visto los reportajes en la tele, esta cabrón su suerte. Mi primo León, dice que un día se subió con ellos dizque para saber como es la vida de esos viajeros, pura pinché mala suerte, los roban, los violan, los bajan del tren, los van a tirar bien lejos, peor que animales, por cierto mi prima León perdió un ojo por andar jugándole al pendejo… ¿Sabes Lucía?, yo le dije a mi madre que sino puedo hacer una carrera, me meto de enfermera, viven bien, por lo menos me puedo mi tía ya se compro su vocho, también se compro su casa, bueno todavía no lo acaba de pagar.
Adriana es la única que no sonríe, ella se enamoro de unos de esos viajeros que va en busca de dinero verde, en busca de sueños de agua que se destruyen una vez que alguien se muere de sed. Su enamorado perdió la vida al caerse del tren. Sus amigas intentan darle ánimos. Deberías hacerle caso a Roberto, es muy buena persona.
El grupo de amigas decide que no vale la pena andar como tontos de un sitio a otro, que si bien es cierto que en los Estados Unidos se gana muy bien, pues no existe nada más hermoso que la libertad, que ellas no son para estar escondiéndose o llenas de miedo, después toman, el microbús, se van a sus casas…
III
El enviado de la casa del inmigrante levanta los brazos trata de imponer la paz. Uno que va con él, grita, "por favor pongan atención al padre Castellanos", Wilson uno de los indocumentados se sonríe, "ya decía yo, que esto no era cosa buena", se le ve en el rostro una expresión de temor, Juana la más joven del grupo le toma de la espalda, se lo llevan. María le dice que en un pueblo de Chiapas han sufrido los peores abusos, por un grupo de religiosos, incluso algunos de sus compañeros de viaje han perdido la vida en ese lugar, la policía esta de acuerdo, luego si nadie reclama los cuerpos los avientan a la fosa común, es atroz lo que allí sucede. Ella le enseña su brazo lleno de marcas, dice que pudo escapar a tiempo, su rostro se llena de lágrimas, después continua sus pasos, se une al resto del grupo. Están espantados, piensan que cada que se le acerca algún tipo es para robarles, luego el no traer papeles encima los hace no tener derechos, su vida es dura, sus sentimientos se vuelven complejos, pero no bajan la mirada, creen que si siguen unidos podrán llegar a su destino, lo que aún no saben es que pocos llegan en realidad. El padre castellanos se une de nuevo con ellos, les explica que entiende su situación, pero les pide un poco de confianza, los invita a pasar a la casa del inmigrante, allí no existen policías, estamos para ayudarlos, nos mueve solo la razón humana, es la gran obra de Dios para sus hijos. Luego les dice que deben reportar esos abusos. _Pero a quien- Antonia muestra su impaciencia, su rostro muestra ese rictus de dolor, seguro esta arrepentida, pero lleva más de un mes viajando, más de una vez con este intento. Nos ven como pendejos, lo primero que nos piden es nuestra credencial de elector, sino somos del país, nos dicen con la cara llena de burla, ve a tu país, cachuco de mierda, aquí no tienes derechos, acá el perro tiene más derechos que anda, regresa antes de que te ponga una madriza. Así que para que quejarse si acá no se tiene derecho alguno, pero no fueran los gringos porque hasta inventan culpables, puras palabras padre, mejor vaya usted a seguir jugando con su casita del inmigrante, con perdón de usted, no quiera vernos la cara de pendejos…
IV
Los que les preocupa es el tiempo que tendrán que esperar para que el tren se ponga de nuevo en movimiento.
No será mucho tiempo, en lo que las máquinas cargan combustible, los empelados de vías checan que todo este bien, así como hacen los recuentos necesarios, quizá unas horas, o de dos a tres días como máximo, nunca han estado más de dos días, así que ya pronto de pondrán en movimiento de nuevo, cada vez falta menos para llegar a su destino, peor también cada vez corren más peligro, es en el interior no en las fronteras donde la cosa se pone feo en México.
Los indocumentados ponen cara de asombro, si fuera por ellos quisieran que ese tren no parara nunca, que al llegar a su destino bajara un poco su velocidad para así poder bajarse con el tren en marcha. A estas alturas del viaje lo han perdido casi todo, las ropas van ya sucias, pero lo mejor del caso es que solo existe una cosa que no se atreven a perder, eso es el sueño, piensan que del otro lado una vez que ganen dólares, mandaran por su familia, ellos se van para no volver jamás pero más tardan en pensarlo que en ser regresados, eso si es que corren con suerte. Otros más llegan, hacen su vida del otro lado, este lado deja de importarles. Lo que menos importa es donde van a dormir, aunque algunos traen dinero, es decir han pensado en hacer su viaje de laguna forma fácil para llegar al destino, después a recuperar ese dinero pues lo deben, así que estos hombres rentan protección de otro grupo de harpías que se encargan de exprimirles a los largo del viaje hasta el último centavo, a cambio según ellos de protección, lo único que hacen es meterlos entre paredes largas, en unos cuartos más calurosos que el infierno. Por supuesto en las mañanas les sirven un desayuno continental, frutas, huevos, jugos, pan; no esta mal que estos modernos "polleros", sirvan por lo menos el desayuno, con tanto abuso poco es lo que hacen…
Deberían cargar sus documentos, actas de nacimiento, credenciales, pasaportes, nunca esta por demás, luego si llegan a los Estados Unidos los van a necesitar para cuando tramiten su residencia correspondiente, más vale estar en un lugar de manera legal, porque eso de andar escondiéndose no es buena señal. Además si es que se casan, la verdad es que deberían pensar en todo ello, deberían hacerse de un sitio seguro entre sus cosas, para transportar allí sus pertenencias, las cosas más importantes, procurar por nada del mundo perderlas.
-Ay padrecito, como se ve que nunca ha viajado de indocumentado: no tenemos un sitio seguro para vivir, mucho menos un sitio para dormir en las noches de viaje, luego a usted se le ocurre que debemos cargar papeles que a la hora de la hora no sirven para nada, mire yo tengo mi pasaporte, pero sin visado no puedo entrar casi a ningún lado, también tengo acta de matrimonio, peor mi marido hace mucho tiempo que llego a los Estados Unidos, a él es quien voy a buscar, pero si ya se caso de nuevo, pues ni que hacer. Pero llevar papeles encima, eso si es de locos, ¿acaso cree que nos dicen indocumentados por no tener un visado?, ya decía yo, es usted puro soñador, hombrecito de Dios, mejor regrese a su casa del inmigrante, alguno debe haber llegado por allí…

domingo, 15 de abril de 2007

El torito no ha muerto...



El torito no ha muerto…
Por ahora no me preocupa el trabajo. La verdad es que debería preocuparme un poco más, pero casi siempre la suerte te llega en el momento que menos crees tenerla. Luego el negocio de los carros, es decir el del taller de los carros pues ya esta por todos lados, en cien metros cuadrados encuentras por los menos tres o cuatro talleres, también el negocio de la venta de carros se ha incrementado, eso de los créditos esta por todos lados, hasta la gente con menos oportunidades ya tiene su carro, no tendrá para calzones o tortillas, pero bien que compran gasolina, luego con lo que cuesta el litro, sin contar las mensualidades pues ya se imaginan como es esto. Pero te decía que no me preocupa lo del trabajo, basta con pararse en algún lugar, luego de echar un vistazo pues alguien te contrata, te permite reparar los autos del lugar.
Por supuesto que existen esos seudo talleres donde el mecánico tan solo se preocupa por ofrecer un servicio sin importarle la calidad, es más si te atontas hasta te dejan sin carro, eso ya es muy normal hoy en día, es decir son de esos mecánicos piratas, ya que la piratería también esta en todos lados.
Tengo trabajo, decir gracias a Dios es una extraña costumbre, por supuesto que estoy en un taller que otra cosa puedo hacer, que me regale esa libertad que tanto se puede desear. Aunque no se hasta cuando tenga dicho trabajo, primero porque deseo mudarme de ciudad como casi siempre me estoy mudando pues ya se me hace normal. Aunque por acá los autos casi no se descomponen o existen tantos mecánicos piratas, malos mecánicos que buscan la forma de economizar, de no gastar en composturas o pagan la mensualidad de lo que sea o se quedan sin carro, quedarse sin carro es como cortarles las alas a las mariposas, pero eso que lo van a entender. Yo le les llamo a esos mecánicos de la muerte, pero ya te contare porque. Talleres de prestigio no existen en este lugar. Elías piensa que son mecánicos del hambre.
Según él los mecánicos del hambre saben oler, detectan a tiempo por donde se descomponen los carros, así que llegan ofrecen sus servicios de emergencia sin garantizar un buen trabajo, luego ante cualquier reclamo, improvisan, argumentan que la calidad de las refacciones son en gran parte las culpables, con eso de que los chinos, ya están en todo, pues que otra cosa se puede esperar. Lo importante para esa gente que por alguna razón se le descompone el carro es obtener un servicio barato, la calidad es lo de menos, a la larga las cosas salen peor. Por supuesto que otros más son mecánicos piratas que desconocen el verdadero funcionamiento de un auto, pero como dije antes ahorrarse unos cuantos pesos, los hace inventar cuanto sea necesario, dan risa esa es la verdad. Es como esas sopas que te venden en vasos de unicel, sopas de tres minutos, cualquiera es capaz de hacerla, pero realmente aportan algo.
No sabía tantas cosas de los talleres o esos mecánicos del hambre, peor una vez que me lo explico Elías, no tengo más remedio que creerlo, vaya usted a saber si es verdad pero suena un tanto lógico. Lo malo del maestro del taller, es decir yo soy su chalán como se acostumbra a decir, en otras palabras me encargo de pasarle la herramienta, lavar los fierros, hacer los mandados, en fin esas cosas propias de un aprendiz. Es que trabaja muy lento. Según él porque hace las cosas a conciencia, un trabajo de una hora las hace hasta en 6 u 8 horas, se hace eterno. El carro tarda más en salir del taller que en volver a descomponerse, pero poco importa.
II
Mi primer día de trabajo fue un día muy caluroso. Por la mañana había caído una leve llovizna que solo logro levantar más calor, un calor saturado de humedad. Le pedí a Elías si podíamos trabajar un poco más rápido, así se podía terminar pronto, al no tener más trabajo podría regresar a casa. En ese momento creo que me convertí en su enemigo, al menos me mostró una actitud de desconfianza. Me dijo que incluso a mi edad, jamás podría ser un maestro mecánico, al menos él no me dejaría su puesto, es decir no me cedería su lugar, ni siquiera pensaba dejarme el lugar bajo una situación apremiante. Me menciono de forma casi insultante que era yo uno de los mecánicos del hambre. Pensé que muchos trabajamos para solventar una necesidad. El hambre es una gran necesidad.
Elías sigue pensando que en cuanto sea maestro en el taller, seré una más de esos mecánicos mal hechos, que por unas monedas extras le importa un carajo como queden los autos. Por supuesto que no se puede trabajar más allá de los límites que te brinda el mismo comportamiento físico, luego ponerse a inventar que eres capaz de trabajar revolucionado, pues solo que no sea uno del todo humano, las condiciones tampoco ayudan, si te pagan por día pues tienes que consumir el número de horas que se requieren, de nada sirve estar acelerado, es decir se trabaja por necesidad no por hacerse rico, nadie se hace rico de la noche a la mañana, solo que se compre un billete de lotería, por supuesto debería salir premiado, pero eso es cuestión de suerte. La verdadera suerte sería encontrar dicho billete tirado, con premio, pero casi nadie se encuentra un billete tirado, en Colombia, el billetero lo tira, para cuando lo levantas, te dice que es tu suerte, entonces te vende el billete, pero por acá no pasan esas cosas. Elías se pone furioso, parece que hubiera insultado a su madre, pero que se le va hacer cada uno es como quiere, se viven tiempos acelerados. Parece que idolatra a su madre, al mismo tiempo que me confiesa que el no pudo conocerla. Dice que el tuvo el privilegio de ser un buen mecánico, gracias a su paciencia. Al diablo es lo que me digo en mis adentros.
III
Después de nuestro primer día de trabajo Elías parecía haber perdido el habla. Después de advertirme que por él no sería jamás maestro mecánico. Quizá aún no entiende que lo que deseo no es precisamente ser maestro mecánico, que a mí me encanta andar con la mochila al hombro. Por supuesto que para él lo importante es la mecánica, sin ello no puede entender la vida. Si le preguntaba alguna cosa acerca del taller no me respondía, es más no respondía a nada. Me puse hacer mis cálculos, debería permanecer en esta ciudad por lo menos un mes, eso significa un proceso insoportable si es que deseaba seguir trabajando a lado de Elías. Para que pase todo ese tiempo que es lo que debo hacer. Durante unos dos días me puse a mirar a las muchachas que pasaban frente al taller, pero te ven con cara de horror, no se si por lo sucio o porque descubren con facilidad mi edad o quizá tengo una mirada lasciva, en verdad no lo se, pero bueno lo que pude notar es que ven con menos desprecios a los uniformes que usan los militares, no a los militares en si, sino a sus uniformes, que importa pues. Al parecer buscan quien les de una especie de vida cómoda, es decir quien las mantenga, lo mismo ando buscando me dije en silencio. Así que decidí mantener toda mi atención en el trabajo del maestro, si ponía tan solo un poco de interés podría aprender con relativa facilidad, pero tampoco es algo seguro.
Así estuvimos unos días. Es imposible imaginar lo que para mí es estar en silencio, pero diré que se compara al hecho de no respirar. Intente familiarizarme con tal situación, imposible. Lo que me preocupaba en ese momento era que Elías me reportara con el gerente, me ha costado esta vez mucho el conseguir este trabajo, así que no deseo perderlo por un capricho un tanto extraño. Aunque no tenía otra obligación que cumplir con la tarea de quitarme el hambre, después de todo me confesé como un ayudante más del hambre, que se le va hacer, si fuera más fácil que fumarse un cigarro pues no me preocuparía, es decir cualquiera te regala un cigarro, pero pocos te dan de comer… (Mientras me escribo, Belén me cuenta de su problema con el cigarro).
Le explique que aquel día le pedí hacer el trabajo un poco más rápido porque me madre estaba enferma, así de terminar pronto me sería muy reconfortante el poder verla. Pensé que era la mejor estrategia, sobre todo porque el me había mencionado que no la había conocido. Elías se llevo la mano a la billetera, saco una foto de su madre, me dijo, miré a mi madre fue una mujer santa. Solo pude ver una foto desgastada, donde los rasgos de un rostro se habían borrado casi por completo. Una madre los es todo, como también es lo único para muchos hombres. Entonces al fin puede verlo sonreír. Dice que su madre se despidió de él, que aunque tenía tan solo dos años se acuerda muy bien de ella. Tonterías es lo que se me ocurrió pensar.
Necesitaba quedar bien, así que no hice comentarios tontos. Por otro lado tenía curiosidad por saber los detalles de la muerte, es un tanto esa curiosidad que nos entra cuando pensamos que las historias son dignas de ser atrapadas en letras, en otras palabras pensaba que mi verdadero trabajo era el de escribir, todo lo demás tenía el sentido de curarme el hambre. Total a la velocidad con que trabaja Elías, luego considerando que faltan aún tres semanas para empezar a viajar de nuevo, pues tiempo es lo que me sobraba. Elías me explico que intentaría contarme la historia.
IV
"Mi madre se llamaba Carmelina. Era de un pueblito donde en esos tiempos no había nada, aún sigue siendo un pequeño pueblo, aunque es más la gente que lo habita, Chahuites, es el nombre del lugar, era un lugar donde las fiestas del pueblo se traducían en la llegada de las ferias, a veces llegaba el circo, fuera de eso nada de importancia. Mi padre era un peón de vías, si de las vías del ferrocarril, fue en la época en la que el ferrocarril construido por Don Porfirio comenzaba a tener más redes por el resto del país, así fue como mi padre llego hasta el pueblo de mi madre, tendiendo los durmientes donde descansarías, las vías del ferrocarril. Se conocieron un domingo, bueno es lo que decía mi padre.
"Mi padre dejo de trabajar muy pronto en las tareas del tendido de las vías, pero poco tiempo antes se había casado con mi madre. Los domingos ellos iban a al iglesia, eran Nazarenos, aún no se que significa eso. Él era mucho mayor. Tardé mucho en nacer, eso porque soy el último de 6 hermanos, murieron los dos primeros. Mi madre se consagro al trabajo, se dedicaba de forma decidida a las labores del hogar, eso sin contar que hacía cuatas cosas fueran vendibles, ella era muy trabajadora, todo según las visión de mis hermanos mayores como las cosas que me contaba mi padre, él también ha muerto.
"Las cosas no podían ser mejor, pero un día al terminarse el trabajo en el ferrocarril, luego en el campo sobrevino un tiempo de sequía, pues las cosas se salieron de rumbo, mi madre tuvo que trabajar a toda prisa, eso para solventar los gastos de la casa, pero no por trabajar con tal empeño se solucionaron las cosas, las deudas siguieron creciendo, luego vino su enfermedad, estar pegada durante largas horas al horno, termino por destruirle todo los órganos vitales, trabajar, luego bañarse desde siempre es malo. Así que mi madre no tenía muchas opciones, deseaba ayudar a mi padre, eran momentos críticos, no era una situación tan solo de ellos, el país, el mundo mismo experimentaba una citación de rezagos económicos, eso sin contar las consecuencias de las grandes guerras. En la radio sonaban tantas canciones que hoy se consideran olvidadas, se escuchaban los nombres de tantos artistas, a mi madre no le gustaban esas cosas, la idea de su religión, les permitía pocas facilidades ante el mundo común, cantar las de Pedro Infante o Agustín Lara era un claro signo de rebeldía, un momento de duda ante la fe. Fue en esos tiempos cuando nací. Un poco tarde quizá, a la mitad de un siglo que ha pasado con tanta premura…
"Aparecieron las teles, los radios, tantas cosas, aparecieron muy pronto los Beatles, pero a mí siempre me gustaron las canciones mexicanas, los corridos, los Tigres del Norte, aunque mi gran ídolo siempre fue Pedro Infante, es más cuando vea esa su película donde el torito se muere, se que no es cierto, pues el torito aún vive. Las cosas se pusieron mal en casa de mis padres, mi madre redoblo sus esfuerzos, murió cuando apenas tenía dos años, pero recuerdo muy bien sus palabras, luego la foto que te eh enseñado es la única que existe de ella, la conservo con mucho amor, la traigo en mi cartera porque si la pierdo se que la muerte me habrá llegado, así son las cosas. Antes de morir me dijo que me amaba, me encargo a mis hermanos, en fin tantas cosas.
"Mi padre siempre se disgustaba con nosotros, rara vez nos pego, es más no recuerdo si alguna vez nos puso la mano encima. Era un hombre justo como él mismo decía. No le gustaba verme cantar esas canciones de Pedro, se enojaba, nos llevaba a la iglesia, solo que allí los coros cantados no era como para aprenderlos, sin embargo las canciones de Pedro, nos las aprendimos con tan solo escucharlas una vez, para que más, lo que te gusta lo aprendes de un solo golpe. Crecí cuidando chivos, después a los 17 años empecé en el taller, jamás imagine ver tantas maquinas, mucho menos pensé en reparar tantos motores digamos especiales, finos, que decirte decaeros lujosos, ahora todo mundo tiene un buen carro, no importa si es que los deben.
"Mi padre termino trabajando en una ladrillera, quizá ese era el destino para nosotros, uno de mis hermanos continua su trabajo en una de ellas, oportunidades nunca sobraron, pero tampoco tuvimos grandes oportunidades, es decir la vida nos dio lo necesario, después de todo se trata de sobre vivir, aunque algunos dicen que viven, en verdad no se mucho de esas cosas. La pobreza puede matar a un hombre, también lo puede hacer aunque de manera más dura el cáncer a mi padre lo mato el cáncer no por su pobreza, sino porque es algo que le fue creciendo en su interior son de las cosas que nadie puede ver. Durante mucho tiempo seguí cantando los corridos de los Tigres del Norte, después me retire del trago, había tomado tanto que a veces me sentía poblado por el alcohol. Temblaba tanto por las mañanas, me preguntaba si el efecto de tomar tanto me regalaba estas tembladeras, que sentido tenía estar bebiendo, más de una botella al día de vodka, no me gustaba combinarla con nada, deje de tomar entre otras cosas porque empecé a desechar una especie de sangre un tanto putrefacta que me ahogaba, quizá ya era demasiado tarde para hacerlo, pero al menos he logrado vivir muchos años después de ese abandono. Pensé que sería algo difícil de lograr. Lo único cierto es que después de dejar los tragos perdí a muchos de mis amigos, al principio tenía una especie de carácter violento, ahora me tomo la vida con cierta calma.
"Tenía a mis ídolos, me gustaba tanta cantar la puerta negra, luego no se cuantos corridos más, a mis amigos les decía acerca de lo mucho que me gustaban los Beatles, pero de no hacerlo te acusan de ignorante, te nombran indio, eso duele, pero a veces me pregunto que es lo que somos en realidad. Mucha gente cree que aún vive el torito, quizá sea un sueño tonto. Otras veces me digo que la gente nunca muere, es decir mientras sus recuerdos estén en nosotros, ellos siguen con vida, esas son las cosas que creo.
"Cuando le llego la muerte a mi padre fue diferente. El día del sepelio estuvimos todos allí, aunque decir todos no se si sea lo correcto, pero allí estuvimos, cuando murió mi madre también fue así, solo que eso sucedió medio siglo atrás. Me mude a la ciudad de México por un tiempo, pero allí el caos es tremendo, las cosas no son como se ven en la tele, es decir, las casas son grises, la ciudad es un tanto gris, luego eso de la contaminación, que si los ojos te lloran, no se es un entorno un tanto triste, eso sin contar lo agresivo. Regrese no mucho tiempo después, me puse a trabajar donde siempre lo había hecho, mi suerte fue echada desde el inicio mismo, nací para ser maestro mecánico en un taller de mi pueblo, no para ser maestro pirata, mecánico del hambre como les llamo.
¿Qué piensas de todo esto? ¿Crees que sea cierto? Por mi parte no soy capaz de juzgar las historias, pero tratándose del torito, pienso que no ha muerto, pienso que me dices la verdad.

viernes, 13 de abril de 2007

Los del banco



Los del banco
No importa la hora, tampoco existen pretextos, las amenazas salen de sus bocas como un cruel veneno que puede llevar a la muerte, que llena de miedos, que traga, que inquieta; solo saben decir o me pagas o envió tu caso al jurídico, me importa que se lleven tus muebles, que te quedes sin casa, que pierdas tu familia, me importa un demonio, sino tienes para pagar, bien que tomaste el dinero del banco. Acaso creíste ese cuento de que todo es con el poder de su firma, tienes que trabajar, luego sino tienes dinero para pagar, pues debes soportar las llamadas de no se que horas del día, después de las llamadas se siguen otros formas, el caso es recuperar los activos del banco, lo único importante es la institución, si no se pueden rescatar, entonces es un caso perdido, perder un caso es quedarse sin empleo. Cada mes existen los trabajadores nuevos, esos tipos que les engañan con contratos eventuales, son una especie de seres que van acomodándose a las circunstancias, no les importa nada, piensa que serán contratados de manera definitiva, pero para el banco ellos no importan, aunque si los oyeres verías como ese grupo defiende los intereses del banco como si se tratara de su familia, son extraños, son complejos, pero mueren por el banco. En ocasiones te llaman a las tres de la mañana, te acusan de sufrir de amnesia, te amenazan sin saber que incurren en delitos más graves, luego te dicen que firmaste no se cuantos documentos, que no debes negarle a la persona, que ellos saben muy bien que allí esta. Incluso te dicen que ayer hablaron con ellos, están perdidos en sus sueños, en las cuentas pendientes, las personales, las que no pueden cubrir con facilidad, sin embargo se debaten, no entienden, amenazan, juegan, se ríen, lo peor es que no duermen pensando que si alguien no les paga perderán el trabajo.
El licenciado Magallon ha citado a reunión a los eventuales de la oficina. Llevan una chamarra con logotipos del banco, usan pantalones de mezclilla, camisas blancas, corbatas, se sienten importantes, son hombres dispuestos a todo, no les importa si para cobrar tienen que matar a alguien, pero a quien no deben matar es al deudor. Están parados frente al licenciado, parecen que se mueren de miedo, parece que no saben que hacer, lo único que en realidad les importa es poder contar con ese empleo de manera definitiva, hoy en día ser eventual no es nada grato, porque deben andar de lugar en lugar sin poder pagar un renta, en ocasiones no tienen ni para comida. Hace apenas, unos meses, alguno de ellos fue molestado constantemente por otros que hacían el trabajo que ahora ellos realizan. La voz del licenciado es fuerte, infunde respeto, siempre habla con una seguridad que cualquiera diría que se trata de una persona muy dura, en el fondo también se muere con sus problemas, es débil pues, pero tiene que guardar las apariencias, sino el también pierde el empleo. Con esa voz que lo caracteriza los invita a sentarse, a dejar de lado sus miedos, ni que se los fuera a comer les dice con tono grave, después de todo depende de él que estos trabajadores del banco obtengan un empleo fijo, pero por alguna razón esto no sucederá. Podrían a suerte del destino tantos trabajadores como para formar combinaciones extrañas. Por ejemplo podrían ser siete por aquello de los números de la suerte o lo cabalístico de dicha cifra, o bien podrían ser cuarenta aludiendo al cuento de Ali Baba con sus ladrones, acá sería el banco con sus secuaces, también se podría de doce sujetos como los apóstoles, en fin existe una serie, como una suerte de posibilidades, que van desde números no pensados hasta el hecho de jugar con la gente contratada, eso también depende del licenciado Magallon, de su estado de ánimo, pero pocas veces de la carga de trabajo, después de todo cada vez son más los expedientes que se incorporan al mes a la oficina de cobros del banco, es un mal tan normal…
Cada uno sabe su función en el banco, también saben que nada es más importante que el banco, si los clientes morosos se ponen a llorar o se inventan triquiñuelas acerca de que el niño s ele enfermo o su mamá a muerto, eso carece de importancia, lo que menos pueden tener es compasión, porque si lo hacen pierden su empleo. Su herramienta es algo tan simple, teléfono, persistencia, amenazas. La misión en el trabajo es obtener el pago a como de lugar, no obtener pagos se considera un fracaso. Los métodos para lograr los pagos poco importan al banco. Así que se arman tácticas, estrategias que dependen de los estados de animo, de la cultura propia de cada empleado, no existe digamos una especie de curso, es decir, se aconseje lo que se aconseje, cada expedientes un caso excepcional. Existe la libertad total para amenazar, para presionar, para insultar o despertar a esos clientes a altas horas de la madrugada, incluso amenazan con intervenir las líneas telefónicas o enviar al jurídico para que se lleve los muebles o expulse de la casa a los clientes morosos, el estilo no importa, lo que importa son los resultados, quien no logra lo que se le pide, es casi seguro que no será recontratado para el próximo mes, mucho menos pensar en abandonar la eventualidad. Algunos hablan con delicadeza como entendiendo los problemas, pero todo es parte de una estrategia, al final lo importante es que puedan recuperar parte de esa cartera vencida.
El licenciado Magallon se divierte cada que observa esas caras espantadas, esos rostros que no entienden el sentido de tantas palabras pero comprenden su situación. Para muchos este empleo es su tabla que les permitirá no ahogarse, es como el hombre que busca desespera algo que le permita salvarse, llamase como se llame el objeto de su salvación. Estos tipos que el departamento de cobranza va contratando, como he dicho antes están dispuesto a todo, incluso no duermen, todo el tiempo están maquinando planes que los lleva a un excesivo desgaste, a esas batallas sin sentido contra el cliente moroso del banco, pelean como si en ello se les fuera la vida. Su aspiración es la de tener un trabajo fijo.
Eliseo es como la enciclopedia del departamento de cobranzas del banco, ha perdido la cuenta de los miles de expedientes que han pasado por sus manos, no existe caso que no hubiera resuelto, no hasta antes de estos nuevos tiempos, donde el banco se puso a dar créditos a todo mundo, ahora cuenta con un fracaso en su carrera que se puede tachar de impecable. Se presento algo tarde a la reunión, esta allí para ser presentado ante el grupo como el entrenador en jefe, es él quien les indicara como realizar la tarea, les dará las indicaciones pertinentes, les mostrara con ejemplos como se le debe hablar al cliente, aprenderán el arte de intimidar, el arte de jugar con los sentimientos, porque lo único importante desde ahora en adelante es el banco. Es presentado por el licenciado Magallon, recibe un breve aplauso, se lleva las manos a los bolsillos, su aspecto es más el de una persona enferma, se le nota en los dientes se dependencia por el cigarro.
II
Eliseo no tiene auto, debe viajar en metro o en el micro, los pasajeros muchas veces podrían los clientes con los que él ha hablado en el transcurso del día. En ocasiones decide que es una buena idea bajarse en el centro histórico, allí se pone a pensar que cuantas de las gentes que andan por allí, comprando todo con el supuesto poder de su firma, serán dentro de poco sus amenazados, piensa también en las tantas veces que algunas voces han sonado en sus oídos, que decir de los llantos o las mentadas de madre que se ha llevado, nada de eso importa en realidad lo importante es le banco. Pienso en el grupo de eventuales que tendrá que entrenar desde mañana. Él quisiera mandarlo todo a la mierda, abandonarse como hacen muchos de los clientes del banco, quisiera irse a la playa, llenarse los pulmones de aire caliente, pero no puede, su situación es mucho más compleja, si deja de trabajar no podrá pagar los 4000 pesos de la renta, otro tanto igual para la comida, la colegiatura, luego su mujer no le ayuda, prefiere estar viendo la televisión, ella corrió con la suerte de abandonarse, por si fuera poco le pide dinero extra para irse de vacaciones una vez al año. Para él es imposible dejar de trabajar. No puede abandonarse. Dentro de todo tiene dolores de cabeza casi constante, los médicos le dicen que es una enfermedad sicosomática, pues los estudios revelan que no existe problema real. Sin contar lo del estrés, tampoco cuentan los ardores estomacales, mucho menos la perdida de la visión, para los médicos todo es inventado.
El discurso del licenciado Magallon esta vez si fue excesivo. Ninguno de los eventuales obtendrá el empleo de manera permanente, ellos saben que es un trato no hablado, pero de alguna forma deben cuidar sus intereses.
Se ha bajado en el centro, esta lleno de gente, a veces parece que son más los extranjeros que los nacionales los que andan por las calles, pero eso sucede cuando uno no quiere ver, porque si te detienes un poco las calles están llenas de gente de acá, de los paisanos pues, luego la pobreza los lleva a tener esos negocios informales, donde muchas de las veces lo que hacen es invertir con un dinero que no es suyo, eso si siempre con su tarjetita en la bolsa, después esa máquina mágica que te da los billetes, con billetes baila el perro pues, sin dinero ya nadie baila, las cosas están más difíciles de lo que se cree. La gente corre de un punto a otro, de un negocio informal a otro. El gobierno sigue pensando como educar a esa gente para que se resigne a vivir en la pobreza, por supuesto que inventa mil programas de ayuda, pero de poco sirven, porque no le enseña a ganarse el dinero, sino a estirar las manos sin producir nada, así no existen las ganancias correspondientes que el sistema indica. De negocios informales a otros negocios informales, eso si con tarjetita en mano, que se le va hacer pues, sino existe de otra.
III
Ese aire contaminado, le irrita la garganta. Los dolores de cabeza son cada vez más intenso, a veces piensa que debería salir de la ciudad, pero a donde, ya no es tiempo de empezar de nuevo, se siente muy cansado. Ha pensado en dejar las pastillas para los dolores, después de todo ya no le hacen efecto, en ocasiones piensa que todo ese dolor tiene que ver con el comportamiento mezquino, con la violencia constante de la gente, eso no es cuestión de ciudades, a veces se dice que es cuestión de la globalización, de los demonios propios de estos tiempos, pero ya poco importa.
Piensa en los nuevos, los que no tendrán, más opción que ser eventuales en el banco. Alguno de ellos le hará perder la paciencia, piensa en tantas cosas al mismo tiempo. Su comportamiento es poco cordial, ya se olvido de saludar a la gente, al menos cuando estaba en su pueblo podía saludar con absoluta sinceridad, ahora se justifica que es por la gran cantidad de gentes. No conoce siquiera a sus vecinos, no tiene un día de descanso, un solo día para él no existe, que se le va hacer, lo importante es el banco. Cuando alguien le pregunta por como hacer tratos para suavizar su deuda, se queda helado, es cuando debe recurrir a la ayuda del licenciado Magallon, por supuesto que pese es el gran triunfo del licenciado, lo que justifica su presencia en dicho departamento, es decir todos son celosos de su trabajo, guardan una especie de secretos profesionales, que en el fondo son simple basura.
En algún momento estuvo a punto de suicidarse. No sabe aún que fue lo que lo detuvo. Muchas veces se acobarda cuando un cliente le suplica que no puede pagarle, pero no puede mostrar flaquezas pues los del banco todo lo graban, se siente entonces debilitado, toma fuerzas de no sabe donde para seguir con la cuota exigida por día. Ahora con los nuevos, a los que debe entrenar debe mostrar sus tácticas, su forma de intimidar, en ello existe un arte aunque no tan refinado como otras artes. A veces quisiera dormir, pero esta tan interesado en los bonos, en no desistir en su tarea, para eso le paga el banco. Ya no recuerda cuando fue la última vez que pudo dormir a pierna suelta, ya no recuerda cuando fue la última vez que nombro un viaje como vacaciones, no recuerda tantas cosas, ahora solo sabe de personas morosas, a veces de tanto llamar hasta se aprende los nombres, nombres que van sonado en sus pensamientos cada que cruza una calle de forma despreocupada, quizá un día sea arrollado por un automovilista que va pensando en forma de pagar sus créditos, hasta eso la vida ofrece extrañas revanchas o raros caprichos.
Fracasó con el expediente de Miguel García Santibáñez. Un día al llamarlo, quedo impresionado porque le respondió una voz femenina. Le dijeron que Miguel ya no estaba. Por primera vez se sintió burlado, así que lanzo una serie de amenazas sin sentido, le dijo a la señorita que no servía de nada esconderlo, que de no pagarle hoy, a medio día estaría parado fuera de su casa con el jurídico para embargarle sus cosas. Se la pasó gritando, maldiciendo, parecía que deseaba llorar de rabia. La señorita le dijo que sería imposible darle el recado, porque Miguel había partido a Europa, que se había marchado el lunes, de alguna forma esta en franca huida, no ha dejado datos de a donde ira, si quiere darle el mensaje, vaya usted a buscarlo, aunque le advierto que ni yo tengo donde localizarlo.
Eliseo tenía ganas de reventar sobre todos, un cliente se había burlado de él, era esa su primera mancha en el expediente de un sin número de manchas que estaban por venir en los siguientes tiempos. Recordó entonces que durante 7 minutos se lanzó con una serie de amenazas sobre Miguel, ese mismo día, el cliente se declaro en banca rota, le gano pánico, dejo la ciudad. Los del banco, no perdonarían ese error. Su trabajo estaba en juego. Tenía ganas de llorar.

domingo, 1 de abril de 2007

La derrota

La derrota
Hace tiempo que ya nada me sorprende. Pero esta mañana antes de abrir la puerta de mi departamento, quedé como asombrado por la imagen de Rosario. Ella decidió abandonarse a la suerte, a las raras coincidencias de esta vida, pero hoy, especialmente hoy estaba vestida de una forma tan extraordinaria, tan llena de vida, tan propia de lo que fue en los mejores años, ahora sus formas ya no son las de antes, pero el hecho de que la ropa le quede justita le da una apariencia interesante. A Rosario le ha dado la enfermedad de andar detrás de un hombre que ni es tan viejo pero que anda a la búsqueda de su memoria, ella se ha armado con todos los utensilios necesarios que le permitan tramitar con la suciedad reinante en su casa. La libertad de hace un tiempo era algo provisional, después de casarse las cosas le alejaron de todo lo que ella amaba, sus amigas quedaron en un plano distante, que decir de los amigos o de los fines de semana cuando podía salir por las calles del centro histórico a presumir orgullosa sus zapatos, a reflejar en otras miradas su sonrisa, esa sonrisa que sin duda debió romper un par de corazones, ahora vive pendiente del próximo embarazo, se interesa por si alguna serie de esas que pasan en mil partes con los mismos números de capítulos no llega al fin feliz que ella suponía. En casa se viste con un raro atuendo que nunca se quita, atuendo que conforme pasan los días ha va perdiendo su color, dice ella que es para que su poca ropa que aún le queda no se le eche a perder, luego sus zapatos, aquellos que por ella sentía tanto orgullo, reposan tranquilos en una esquina de la casa, soportando el dolor de la ausencia, humedeciéndose, para que sea esta, la humedad la que los haga inservibles e invisibles en cuanto pase un poco más de tiempo. Rosario en cuanto se caso decidió que era el momento de dejar de trabajar, nunca pudo entender que allí precisamente estaba el fin de su libertad, interpreto mal los signos, pero se sentía plena con el matrimonio, luego llego el primer hijo, entonces tenía más pretextos que nadie para no regresar a lo que le regalaba una libertad, libertad que según parece se trataba de algo condicional. Las cosas parecen ir muy mal con ella, su cara empieza a marcarse por los estragos de las noches en vela, de seguro nada tiene que ver la crianza de los hijos, más bien debe ser ese profundo descubrimiento diario de su pareja para encontrarse dentro del mundo que esconde bajo el disfraz de su memoria, mientras ella, la Rosario que todos quisimos, se pierde en una ausencia cada vez más prolongada, lo que se puede ver de ella poco coincide con las imágenes que guardamos con mucho cariño, es una especie de cosas que se rompen, luego al intentar pegarlas nunca son lo mismo, eso es lo que creo que pasa.
II
La pobre de Rosario debe estar cansada de vivir cerca de nosotros, de alguna forma es como si su conciencia tomara voz, cuerpo, algo que le esta reclamando constantemente, se que en ocasiones desea mandarlo todo al mundo del carajo, pero algo se lo impide, algo superior a todas sus decisiones, esa es la presencia de lo que ella de manera equivocada ha nombrado como amor, luego traduce su lenguaje, se dice que ese amor es el motivo de su felicidad, no importa lo que cueste, pero el precio que se tiene que pagar va de la mano de consumir su vida, sus sueños, sus esperanzas, todo lo que ella pudo ser, tener en los mejores tiempos. Pero esta mañana todo parece diferente. Por supuesto que ya no tiene la misma alegría que hace años, luego sus ojos no irradian precisamente sueños, se les nota el dolor, pero en el fondo algo de brillo tienen. Dice que ahora si va la buena, que esta dispuesta a intentar de nuevo en la vida, que decidió buscar un empleo, que es ahora cuando se siente mejor, se le ve optimista, muy segura de si misma, hace mucho tiempo que no le veía ese rostro, más bien me encontraba casi todas las mañanas, eso cuando la podía encontrar, con rostro cansado ajeno de sueños, ajeno de las horas de dormir, en las madrugadas casi siempre el grito horrorizado de lo que parecía ser una situación de sumo, placer, todos los días de una de la mañana a las cinco, después todo era silencio, reinaba una cierta calma que si se pudiera interpretar tendría una especie de sabor agrio, pero esas son las cosas que se me ocurren pensar.
Muchas veces le he hecho comentarios acerca de su comportamiento, pero ella se siente ofendida, me contesta diciendo que lo único que trato es de robarme a su hombre, entonces la tristeza se apodera de mis tardes, por lo que entonces prefiero guardar silencio, prefiero reprimir mis espacios a su presencia, desisto de la idea de ayudarle, pero ella lo toma como una venganza, como la más cruel de mis traiciones, Rosario, es mi hermana, pero desde que ella decidió casarse las cosas entre las dos se fue tornado en un infierno muy particular. Cada una tiene su departamento, un regalo de la vida. A veces me dan ganas de mudarme, de olvidarme de todo, de preocuparme, pero otras veces me digo que este en donde este su sombra me ha de perseguir.
III
Después de dos años de tener a la primera de sus hijas, se vistió tan alegre como la veo hoy, dijo que estaba resuelta su vida, que ese día se presentaría a trabajar con su antiguos jefes, en el despacho contable donde trabajaba hasta antes de casarse. Se perdió todo el día, lo cual alimentaba ciertas esperanzas. Regrese hasta muy noche de mi trabajo, cuando regrese del trabajo fui a buscarla, la encontré llorando en la orilla de su cama, mientras su hija jugaba con cierta inquietud por los límites del departamento, su esposo como todas las noches estaba sumergido en el mundo de los juegos, como ausente, poseído, idiotizado. Le pregunte que paso. El llanto fue más fuerte, después me contó que todas las cosas eran diferentes, que de haber tenido que hacer un examen de conocimientos terminaría por reprobarlos todos. La estuve animando, después pedimos algo para cenar, solo así fue como mi cuñado dejo de jugar un momento para alimentarse, parecía que no lo hacía desde hace muchos días, sentí asco. El primer fracaso de Rosario fue al dejar la universidad, fue contratada en el despacho de un contador que al parecer estaba amargado, la trato de los mil demonios, desde entonces sus miedos por estar en un trabajo la han consumido, su problema más que otra cosa es una inseguridad que la atacan fuertemente, entonces su abandono fue creciendo. Durante un tiempo estuvo trabajando en una empresa que se dedicaba a la venta de cosas relacionadas con los plásticos, realmente no puedo explicar mucho que era lo que hacía la empresa, ella se dedicaba a aspectos contables, pero paso por ese sitio sin pena ni gloria, aunque de debo decir que las penas que se trajo de dicho trabajo nada tenían que ver con el trabajo, pero si con el amor, en fin las cosas que hacemos en le nombre del amor.
La estuve animando, le dije que no existían las cosas imposible, le propuse hablar con un amigo que le podría ayudar para que estuviera al día, así podría tener una oportunidad más, eso la hizo sonreír, mi cuñado ni siquiera se dio por enterado, él tenía el piso lleno de las sobras de lo que habíamos cenado. Al otro día la vi levantarse muy temprano, esta dispuesta a todo, por lo menos se saco por un pequeño tiempo su traje desteñido, usaba los zapatos olvidados en el armario, parecía que alimentaba una esperanza de que todo era posible, su situación ya me estaba cansando, me cansaba todo, las llamadas por teléfono de algunos acreedores o que al salir a la calle alguna vecina me reclamara por la falta de seriedad en las cosas de mi hermana, después de todo yo no tenía culpa de todo ella, peor tenía que soportar, agachar la cara, decirles que yo me encargaría de darles su mensaje, pero sin comprometerme en nada, sabía de la situación, de lo absurdo, de lo complejo, de lo imposible que le resultaba todo esto.
Dentro de todo ello, Rosario lograba sobrevivir con la ayuda que recibía de mis padres, por supuesto que lo negaba con un orgullo que no puedo entender aún, pero se aferraba a una vida que nunca antes ha tenido, pero resultaba imposible hacerle entender que todo ello era parte de su irrealidad, que lo que en este momento podía experimentar, era lo que ella había decidido vivir, pero eso era tratar de gritarle a un sordo para indicarle el camino a seguir, sin embargo el silencio absoluto no existe, el problema es que cuando alguien se decide a no entenderte de poco sirven los esfuerzos realizados, así que en ocasiones me daba por vencida, bajaba la guardia, pero el dolor existente me hacía pensar que aún existía cierta esperanza de no haberlo intentado hoy me sentiría culpable de todas las derrotas ajenas. Parecía que las cosas se saldrían de control, pero esas eran las cosas que a ella le gustaban, las cosas que decidió para su vida, pero como entenderlo cuando estas en la otra orilla observando todo, cuando te das cuenta que el camino por el que va tiene un gran precipicio dos o tres pasos más adelante, sin embargo ella insistía que me gustaba su marido e incluso un día me reclamo porque según mi cuñado, yo le había ofrecido tres mil pesos para que pasara una noche a mi lado, en un lugar alejado de nuestros departamento, pensé que bromas son esas, pero sin duda tal actitud me rompió el corazón, no por eso deje de preocuparme por ella.
Se dedico a tantas cosas sin sentido, desde ir armando pequeñas cajitas que aún no entiendo para que sirven, otras veces pegaba etiquetas a pequeños frascos, luego se le ocurrió que podría tener una panadería, eso porque mi cuñado según era panadero, todo era sin necesidad de reflexión alguno un rotundo fracaso, el caso es que ninguno de los dos tenía ganas de luchar, luego se proponían vivir en un mundo que no coincidía con la realidad, lo peor no era ello, sino que ante la primera oportunidad lo abandonaban todo para que cada uno se dedicara a lo que al parecer les producía el mayor placer, él a jugar la mayor parte del día, luego al llegar la media noche le daba a ella su dosis de lo que llamaba amor, no se aún si se pasaban cuatro o cinco horas haciendo los ruidos más extraños, los ruidos que más que placer denotaban un mundo de abusos, de excesos, pero traducir los ruidos tan solo me llevaba a comprender a medias que esa era la felicidad, así que no podía hacer nada, no podía decir nada, por lo cual mis silencios prolongados, también resultaba agresivo porque ella decía que no tenía ningún interés por lo que estaba atravesando, tiempo después caí en la cuenta que era el más grande sus chantajes.
IV
Siempre se la paso afectada por el primer gran rechazo que sufrió con su primer jefe, luego cuando sus últimos jefes le dijeron que no existía otro espacio para ella las cosas fueron mucho peor. Intento vanamente conseguir una serie de trabajos informales, en algunos le decían que reunía ciertos requisitos, pero el no saber hablar alemán, como el no tener conocimientos de japonés, le limitaban o les impedía contratarla, aunque la necesitaban para encargarse de hacer los envíos de la paquetería de la empresa, en otra ocasión pensó que se le presentaba una buena oportunidad, se requería una encargada de una tienda de mascotas, el primer requisito era saber nada, la otra es que tuviera conocimientos avanzados en el tratamiento de enfermedades de los elefantes, lo cual le regalo nuevamente un fracaso más. Una ocasión fue a un despacho contable donde necesitaban a cierto especialista en los trámites ante el SAT, se trataba de un empleo simple, algo así como sumar o restar, pero ni siquiera algo así de complejo, pues lo único que tenía que hacer era poner en una lista todo lo que se compraba, como todo lo que se vendía, luego un programa se encargaba de todo el trámite, su experiencia como los requisitos pedidos, al igual que la simpleza del trabajo, apuntaban a que trabajaría por fin después de muchos años de ausencia en un empleo, tuvo que pasar una serie de exámenes, trece exámenes para ser precisos, pero llegado el momento de firmar el contrato surgió un inconveniente, ella tenía 40 años, ellos deseaban a alguien que tuviera de 25 a 39 años, lo cual le impedía ser contratada, en ese momento deseaba morir, no sabia si todo era cuestión de mala suerte o si se equivoco al abandonar hace años su trabajo, ahora al parecer ya era demasiado tarde.
Esta mañana parece que todo es diferente, se ha puesto su traje sastre, se ha puesto sus tacones altos, al menos para presumir sus zapatos, ojalá no abandone este intento o que por lo menos quiera salir todos los días de la rutina que la esta matando, al menos se ve alegre, en su rostro quedando las marcas que deja el consumir los mejores años de la vida en las cosas absurdas, parece que ha llorado toda la noche, mi cuñado no esta, anoche no escuche los ruidos rutinarios de media noche, quizá no ha pasado la noche con ella, pero haciendo memoria tiene varias tardes que no lo veo jugando, tampoco lo veo por las noches, llegue a pensar que estaba enfermo pero al parecer no esta, pero mejor no pregunto, no rompo ese ambiente de felicidad. Mi hermana sigue engordando aunque ella se niega a reconocerlo, apenas entra en la vieja ropa que ha mantenido almacenada en los últimos tiempos, su hija mayor se casa muy pronto, sus ojos están cansados, todos nos hemos cansado de verla derrotada, pero no fue nuestra culpa cada uno decidió por el destino que deseaba seguir, cada uno fue haciendo el camino con su andar, a veces nos encontramos en algunas partes de nuestro andar, nos vimos de reojo, pero no existían las mismas pasiones del pasado, las mismas caricias, los mismos compromisos, algo entre nosotras se había roto, poco se podía hacer, ella decidió por aquello que llamo su felicidad, yo decidí respetar su decisión.
Lo único cierto es que desde aquella tarde cuando ella abandono sus sueños, desde aquella tarde en que se ahogaba en llantos, donde toda su seguridad se perdió, desde aquella tarde empezó a experimentar su derrota, derrota que le exprimió al máximo toda posibilidad de vida, sus ojos desde entonces no volvieron a tener ese brillo combinado entre inocencia, entre juego, entre placer de vida, desde entonces se dejo arrastrar por los caprichos de mi cuñado, aunque ella siempre me decía gritando lo feliz que era, pero lo que se ve no se juzga. La derrota no tiene un espacio en la memoria, solo recordamos a los que triunfan, así fue todo.